Glorioso (1740)

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Fernández Duro, Cesáreo.: Armada Española, desde la unión de los reinos de Castilla y de Aragón. Tomo VI. Museo Naval. Madrid, 1973.
Fernández Duro, Cesáreo.: Armada Española, desde la unión de los reinos de Castilla y de Aragón. Tomo VI. Museo Naval. Madrid, 1973.
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Pacheco Fernández, Agustín.: El Glorioso. Galland Books, 2015.
Pezuela, Jacobo de la.: Historia de la isla de Cuba. Tomo II. Madrid, 1868.
Pezuela, Jacobo de la.: Historia de la isla de Cuba. Tomo II. Madrid, 1868.

Revisión de 20:14 24 ene 2016

Dibujo del navío por antonomasia y cuerpo más numeroso en las escuadras, por sus setenta a setenta y cuatro cañones, repartidos en dos baterías o puentes, pasaban a ser denominados como navío Real, de este porte era por ejemplo el San Juan Nepomuceno al mando de don Cosme Damián de Churruca en el combate de Trafalgar.

Construcción:

El marqués de la Ensenada ordenó en enero de 1738 la fabricación en la Habana de dos navíos de 70 cañones y una fragata de 50, se trataba de los navíos Glorioso e Invencible y la fragata de dos puentes Santa Catalina, alias Bizarra.

El constructor don Pedro Acosta comenzó su construcción en 1738.

A primeros de 1740 todavía no habían concluido las obras debido al aumento de la actividad naval británica por la guerra, siendo los dos navíos terminados en el otoño de 1740.

Se puso bajo la advocación de “San Ignacio de Loyola”.

Historial:

El 10 de noviembre de 1744 zarpa de la Habana y llega a La Coruña el 5 de enero de 1745 con la escuadra al mando del teniente general don Rodrigo de Torres y Morales, llevando a bordo 9 millones de pesos.

En 1745 zarpa de Cádiz escoltando un convoy que iba destinado a la América septentrional. A finales de 1745 realiza una salida con la escuadra de don Cosme Álvarez para escoltar desde las islas Azores al navío Asia, que había zarpado de Montevideo. Llegan a Corcubión el 2 de enero de 1746.

En 1746 se encontraba en la escuadra de Ferrol. A pesar de la vigilancia de las escuadras británicas pudo zarpar rumbo a Veracruz en 1746 para recoger caudales. Llega a su destino el 15 de febrero. En la Habana se incorpora a la escuadra del teniente general don Andrés Reggio. Su comandante tenía órdenes de quedar en el invierno en aquellas aguas y regresar al año siguiente con los caudales que se pudieran reunir.

Protagonizó varios de los combates más memorables de la Armada Real española. Estando al mando del capitán don Pedro Mesia de la Cerdá, luego marqués de la Vega de Armijo, y siendo su segundo el capitán de fragata don José de Rojas Recaño, zarpa de Veracruz el 28 de mayo de 1747 y de la Habana a finales de junio con caudales, cuatro millones de pesos en monedas de plata, cuando, el 25 de julio de 1747, encontró cerca de las Azores un convoy de trece embarcaciones escoltado por un navío, una fragata y un bergantín.

A las nueve de la noche es atacado por el navío británico Warwick de 60 cañones y la fragata Lark de 44, a los que desmanteló en el combate que duró hasta las tres de la mañana. Cuando se encontraba a diez leguas del cabo Finisterre volvió a rechazar al amanecer del 14 de agosto otro ataque de el navío de 60 cañones Oxford, la fragata de 24 cañones Shoreham y el bergantín de 14 cañones Falcon, destacados de la escuadra del almirante Byng, consiguiendo el navío español entrar en Corcubión y desembarcar los caudales el 16 de agosto.

En estos dos combates murieron tres marineros y dos pasajeros, mientras que fueron heridos 44 hombres, entre los que se encontraban el capitán de fragata Rojas, el teniente de fragata don José de Deanes, el primero y segundo condestable, un artillero y 39 soldados y marineros. Lo importante es que Pedro Mesía había cumplido su misión, había desembarcado los caudales y otros géneros para S.M. y particulares.

El comandante del Glorioso se hizo a la vela de Corcubión el 10 de octubre con intenciones de entrar en Ferrol. Por los vientos contrarios del Nordeste y el mal estado de su arboladura optó por dirigirse a Cádiz.

 Óleo representando el combate entre dos navíos Gorioso español y Darmouth británico.
Combate del Glorioso contra el Darmouth británico.
Ángel Cortellini.

Cortesía del Museo Naval de Madrid.

El 17 de octubre, encontrándose a la altura del cabo San Vicente, avistó diez velas enemigas. Le dieron caza sucesivamente dos fragatas corsarias británicas, King George y Prince Frederick, que tuvieron que retirarse destrozados después de combatir desde las 7 hasta las 10 de la noche.

Al amanecer del 18 continuó la caza de la escuadra británica. Con el propósito de escapar, cambió el comandante español su derrota, pero al poco le dieron caza varios buques, entre ellos los navíos Russell de 80 cañones, Darmouth de 60 y dos fragatas. El Darmouth, después de combatir tres horas, se hundió en llamas, salvándose sólo un teniente y 17 hombres que son recogidos por las fragatas.

Tras este último combate, don Pedro Mesía de la Cerda trató de reparar en lo posible los daños en el aparejo y arboladura para proseguir su navegación y llegar a Cádiz. A las 12 de la noche del 18 de octubre tuvo que proseguir el combate, en esta ocasión contra el navío Russell que le atacaba por el costado y dos fragatas por la popa. Este nuevo combate duró hasta las 6 de la mañana del 19 de octubre cuando el comandante español no tuvo más remedio que rendirse al haber consumido todas las municiones y entraba tanta agua en la bodega por los muchos balazos del calibre de a 36 que recibió a flor de agua que estaba en peligro de hundirse.

En todos estos combates, el Glorioso tuvo 33 muertos y 130 heridos. No se saben las bajas del enemigo. Sólo en el Russell hubo más de 80 heridos y entre los muertos se encontraban su primer teniente y el primero y segundo contramaestre. El Glorioso fue remolcado a Lisboa. El comandante y los supervivientes españoles fueron embarcados en las fragatas King George y Prince Frederick, llevados a Lisboa el 26 de octubre.

Para sorpresa del enemigo, los caudales no estaban a bordo. Tampoco pudieron utilizar su casco, que fue posteriormente desguazado. Se había enfrentado a cuatro navíos, siete fragatas y dos bergantines. Aunque no fue a todos a la vez, siempre lo hizo en inferioridad, y a todos venció. La rendición llegó cuando estaba destrozado y no tenía con qué disparar al enemigo.

Bibliografía:

Gaceta de Madrid, nº 35, 29 de agosto de 1747.

Mercurio histórico y político. Octubre 1747. Tomo XXXIII.

Fernández Duro, Cesáreo.: Armada Española, desde la unión de los reinos de Castilla y de Aragón. Tomo VI. Museo Naval. Madrid, 1973.

Pacheco Fernández, Agustín.: El Glorioso. Galland Books, 2015.

Pezuela, Jacobo de la.: Historia de la isla de Cuba. Tomo II. Madrid, 1868.

Piñón Bouza, Ramón.: El Glorioso, un navío que hizo honor a su nombre. Revista General de Marina. Agosto-septiembre 2002.

Quintero González, José.: La Carraca. El primer arsenal ilustrado español (1717-1776). Ministerio de Defensa. Instituto de Historia y Cultura Naval. Madrid, 2004.

Quintero González, José.: La Carraca y La Habana. Revista de Historia Naval. Año 2006, nº 93.

Rodríguez González, Agustín Ramón.: La gesta del Glorioso. Revista General de Marina. Mayo 2001.

Serrano Álvarez, José Manuel.: El astillero de la Habana y la construcción naval (1700-1750). Ministerio de Defensa. Instituto de Historia y Cultura Naval. Madrid, 2008.

Walker, George.: The voyages and cruises of commodore Walker: During the late Spanish and French wars. Tomo II. Editor Millar. Londres, 1760.

Compilada por Santiago Gómez.

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