Moncada, Hugo de Biografia

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Hugo de Moncada Biografía


 Retrato de Hugo de Moncada.
Hugo de Moncada


I Capitán General de la Mar.


Virrey de Nápoles.

Orígenes

Vino al mundo en la población de Chiva perteneciente al reino de Valencia a lo largo del año de 1478.

Era hijo de ilustre familia, según parece era descendiente de los duques de Baviera.

Hoja de Servicios

Ya en edad adolescente era caballero de la Soberana y Militar Orden Hospitalaria de San Juan de Jerusalén de Rodas y de Malta.

Dicen las crónicas que en el año de 1495 servía en la península itálica bajo la bandera de Carlos VIII rey de Francia, pero esto no parece corresponder con la realidad pues siempre fue un enemigo de los franceses.

Abandonó su servicio que prestaba a Cesar Borja en el que estaba desde el fallecimiento del Papa Alejandro VI, se fue en el preciso instante en que César se puso de parte del rey de Francia y en contra de los Reyes Católicos.

Combatió contra los franceses en los condados de la corona de Aragón y en el Rosellón, en el año de 1496.

Formó parte después del ejército de don Gonzalo Fernández de Córdoba, en la conquista del reino de Nápoles distinguiéndose en la larga campaña que supuso aquella conquista.

Fue nombrado por Fernando V ‹El Católico› Virrey de Sicilia en el año de 1509, siendo compañero de armas de don Pedro Navarro cuando éste pasó a atacar la plaza de Trípoli en el año de 1513, a quien apoyó con la escuadra de su virreinato.

Apoyó constantemente con su escuadra de galeras de Sicilia a la escuadra de galeras de Nápoles, en todos los enfrentamientos que tenían lugar contra las regencias norteafricanas, por sus extraordinarias dotes y brillantez en el mando se le nombró prior de Messina. Permaneciendo en el virreinato contra costumbre, hasta el año de 1517. (Hay que fijarse en las fechas en las que lo ejerció, ya que falleció don Fernando, le sucedió como Regente el cardenal don Francisco Jiménez de Cisneros y solo se le retiró de su responsabilidad a la llegada de don Carlos I. El mando de los virreinatos solían ser de un mínimo de tres años, pero en este caso y por lo explicado estuvo muchos más tiempo.)

Ya en el trono el nuevo rey Carlos I y siendo Moncada general sitió la plaza de Tournai en el año de 1522, logrando hacer capitular al valiente Camperou, concediéndosele por esta acción la recompensa de nombrarlo virrey de Sicilia.

En el año de 1524 se le otorgó el mando de una escuadra española de dieciséis galeras, que cruzaban y atacaban las costas de la Provenza consiguiendo apoderarse de las plazas de Tolón, Hyères y Frejus, con el apoyo de los provenzales.

Un tiempo después y sobre la desembocadura del Var en reñido combate fue vencido y hecho prisionero, por una escuadra al mando de Andrea Doria, que en esa época y como condotiero estaba a las órdenes del rey de Francia.

Logrando su libertad por el tratado de Madrid que se firmo en enero del año de 1526, pero pronto se reanudo la guerra tomando el mando de uno de los cuerpos del ejército del condestable de Borbón.

Se conquistaron Milán y Lombardía, poniendo en libertad al Papa Clemente VII quien estaba sitiado en el castillo de Sant’Angelo por la familia de los Colonna.

Consiguiendo en esta acción hacer recapacitar al Santo Padre, para que se apartase de la influencia de Francia y del duque de Milán.

Antes de partir de Roma, logró reconciliarse con la familia Colonna.

En el año de 1527 regreso a la ciudad, donde los soldados del ejército se dieron al pillaje no haciendo nada por evitarlo, reconociendo que este acto sucedía porque el Papa no había mantenido su palabra y continuaba estando aliado con Francia.

En el mismo año de 1527 se le nombró virrey de Nápoles, encontrándose en la ciudad ésta fue sitiada por tierra y bloqueada por las flotas de Génova y de Francia al mando de Joanetín Doria (sobrino de don Andrea) al mando de una escuadra compuesta por ocho galeras; Capitana, Pellegrina, Donzella, Sirena, Fortuna, Neptuno, Mora y Signora, más dos bergantines, con la que protegía el flanco de las tropas de ejército, se sabía que además estaba esperando la incorporación de otras veinte galeras.

Se estuvo soportando el bloqueo, pero al empezar a faltar los víveres y comprobando Moncada que solo estaban las ocho galeras, decidió armas las disponibles en el puerto, pero el error estaba en que la gente hacía ya mucho tiempo que no navegaba en los vasos, viéndose obligado a dotarlos con todo tipo de hombres, prefiriendo siempre a los pescadores de la zona, pero que su vez no eran guerreros natos ni entrenados, así consiguió armar seis galeras las; Capitana, Gobba, Villamarina, Perpiñana, Calabresa y Sicama, en las que metió arcabuceros de los viejos escogidos de la compañía de capitán don Juan de Urbina; para aparentar tener más fuerza, añadió a la escuadra dos fustas, dos bergantines y algunos buques, pero sin tropas ni artillería ni nada, solo con la intención de aparentar ser mayor número de buques.

Se le comunicó a Juanetín que la escuadra iba a salir a la mar, para ello reforzó su escuadra con seiscientos arcabuceros franceses, ya en la mar navegó hasta las proximidades de Amalfi a la vista del cabo del Oso (Urso), guardando siempre el barlovento manteniéndose de esta forma a la espera, al divisar las velas de Moncada pensó que era muchos mayor la escuadra española, para ello y a pesar de no tener mayor cantidad de buques, ordenó formar una reserva con tres galeras, la Mora, Neptuno y Signora.

Al ir acercándose la escuadra se dio cuenta de la treta del español, pero Moncada todavía creyó al ver retirarse a las tres galeras enemigas, que la victoria era suya ordenando la boga de combate, pero por la falta de práctica y orden no se conseguía ir todas juntas, lo que al parecer le puso algo nervioso, cometiendo el segundo error, que no fue otro que ordenar abrir fuego cuando las enemigas todavía no estaban al alcance efectivo de sus piezas teniendo un casi nulo efecto.

Joanetín los dejo acercarse y al estar a unos metros sus galeras abrieron fuego, de hecho un proyectil de basilisco dio de lleno en la Capitana de Moncada, le destrozó el espolón saliendo algo alto continuó su camino matando o hiriendo a treinta hombres a lo largo de la cubierta y al llegar a popa aun le quedo fuerza para matar a dos caballeros, por ello no se desanimaron, de hecho y como respuesta lanzaron una tabla y sobre ella pasaron a bordo de la Capitana de Juanetín, entablándose un feroz combate.

Mientras, dos de la españolas había rendido a la Pellegrina y Donzella, a las que se unieron las dos rezagadas españolas, que en vez de mantener la distancia por si hacían falta, para terminar de arreglarlo por no ser gente de mar avezada, se dedicaron a saquear las dos galeras genovesas, momento en que las tres de la reserva de Juanetín atacaron por la misma banda a la Capitana de Moncada, la primera en llegar sobre la popa fue la Mora abriendo fuego a muy corta distancia, destrozando el timón y por lo tanto la dejó sin gobierno, le siguió por el centro la Neptuno, que del impacto derribó el palo mayor causando al caer sobre la cubierta con su entena una gran mortandad, aparte de obstruir posibles zonas de avance a las tropas, por la proa embistió la Signora, al mismo tiempo que desde su arrumbada barrió la de la Capitana de don Hugo anulando toda la artillería.

En el ataque don Hugo de Moncada recibió dos balas de arcabuz y una pierna se la destrozó el proyectil de un esmeril, al mismo tiempo que cayeron también muertos Jerónimo Trani, el artillero mayor y casi la totalidad de los capitanes y alféreces que con su Jefe estaban a bordo de la galera, por lo que ni siquiera tuvieron que abordarla, ya que se habían quedado solos algunos hombres al remo, pero nadie del personal de armas en condiciones de defender la galera.

Por balas de arcabuz murieron don Cesar Fieramosca, los caballeros don Pedro de Córdoba y don Luis de Guzmán, los capitanes don Bernardo de Vilamarí, Giustiniani, Barado, Espinosa, Zambron y Juan Vizcaino, heridos el marqués del Vasto con herida en el cuello, don Ascanio Colonna en un pie y una mano, el marqués de Corata, Mosen de Bauri o Ubairi, flamenco con herida de arcabuz en un hombro, don Francisco Icart, don Felipe Cervellón, Aníbal Genaro y don Camilo Colonna, con ellos entre muertos y ahogados de la Infantería, novecientos hombres. Los genoveses perdieron a un capitán y más de quinientos hombres, durando el combate algo más de cuatro horas.

De los buques, fueron solo capturadas por los genoveses las dos galeras que llegaron tarde y ni siquiera combatieron cuando fueron acometidas por las de la reserva de Juanetín, siendo la Perpiñana y la Calabresa, que reemplazaron a las dos enemigas hundidas por Moncada las Sirena y Fortuna, las Villamarina y Sicama, se fueron a pique como la Capitana, y solo la Gobba logró escapar, de los buques para hacer bulto, una fusta se fue a pique así como varias de las menores, salvándose solo una urca y muy pocas del resto.

Esto sucedía el día veintiocho de mayo del 1528.

Su cuerpo fue sepultado por los mismos vencedores en la iglesia de San Andrés en la ciudad de Amalfi. Pero su hermano don Guillén Ramón de Moncada, a la sazón obispo de Tarazona y canciller del Reino de Valencia, pasados nueve años envío para recuperar los restos que fueron desembarcados en el Grao, siendo enterrado en el convento de Nuestra Señora del Remedio, junto al altar de la capilla del Evangelio, colocando una lápida con una inscripción que dice:

CHR. OPT. MAX.

EXAUCLATIS TERRA MA-

RIQ, LABORIBVS INNUMERIS

SVB FERD, CATH. ET CAR-

LO V, SICVLORVM PRO RE-

GIA DIGNITATE ET OMNI-

BVUS HONORIBVS IN SRA R.

P. FUNCTVS CONTRA SÆ-

VAM GALLORVM TIRANIDEM

PARTHENOPEN CVM REG-

NO SERVANS NAVALI PRE-

LIO INVICTO ANIMO DIMI-

CANS PRO P. LIBERTATE

PRO CÆSARE, PRO NOMI-

NE TAMDEM OCCVBRIT

GLORIOSE

DON HUGO A MONTE CA-

TINO D. GVILLEN FRA. PIEN-

LISSIMVS F. B. M. D.

S. P. F. C.

A PVERPERIO

1537

Bibliografía:

Cadenas y Vicent, Vicente de.: El Saco de Roma de 1527 por el ejército de Carlos V (I). Hidalguía. C. S. I. C. Madrid, 1974.

Enciclopedia General del Mar. Garriga. 1957. por el contralmirante don Carlos Martínez-Valverde y Martínez.

Enciclopedia Universal Ilustrada Europeo Americana. Espasa-Calpe.

Fernández Duro, Cesáreo.: La Armada Española desde la unión de los reinos de Castilla y Aragón. Est. Tipográfico «Sucesores de Rivadeneyra» 9 tomos. Madrid, 1895—1903.

VV. AA.: Colección de documentos inéditos para la historia de España. Facsímil. Kraus Reprint Ltd. Vaduz, 1964. 113 tomos. Esta obra es conocida como el CODOIN. Abreviatura de Colección de Documentos Inéditos de la Historia de España. Tomo utilizado el 23, en sus páginas 77 a 86, donde se trata de los Virreyes de Nápoles.

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