Mourelle de la Rua, Francisco Antonio Biografia

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Biografía de don Francisco Antonio Mourelle de la Rua


Francisco Antonio Mourelle de la Rua.
Cortesía del Museo Naval. Madrid.


Jefe de escuadra de la Real Armada Española.

Caballero profeso de la Militar Orden de Santiago.

Orígenes

Nació en San Adrián de Corme, Coruña el día 21 de junio de 1755. Fueron sus padres don Domingo Antonio Mourelle de Lema y doña Andrea de la Rúa Vecino y Couto.

Hoja de Servicios

Ingresó como pilotín de la armada, el 1 de noviembre de 1768.

En 1770 pilotando una saetía particular, condujo tropas a Puerto Rico.

En 1772 se encontraba de piloto en la corbeta Dolores, en el reconocimiento de los montes de la Guayana y de la isla de Trinidad de Barlovento, desde donde regresó a Ferrol en septiembre de 1773.

En el mismo año en la urca Santa Rita, zarpó de Ferrol con rumbo a Cádiz, haciéndose a la vela desde esta bahía con rumbo a las Antillas mayores y a Veracruz, pasando después al apostadero de San Blas de California, desde donde bojeo las costas de aquellos territorios, al regreso de ellos tomaba el mando del apostadero, de donde zarpó en varias ocasiones para cumplir la orden de navegar a las islas Filipinas y a China, regresando con caudales y en ellos realizando comisiones como representante de España.

En 1775 reconoció la costa norte de América en su vertiente del Pacífico, desde cabo Mendocino al norte, en calidad de primer piloto y segundo comandante de la goleta Sonora al mando del capitán de fragata don Juan Francisco de la Bodega y Cuadra.

Por Real orden del 15 de marzo de 1776 fue ascendido al primer grado de oficial, alférez de fragata.

El capitán Cook, en sus navegaciones, se aprovechó al máximo de las noticias de este viaje que fueron dadas a conocer, sirviéndose mucho del diario escrito por Maurelle de estos reconocimientos. Pues su obra: «Noticia de la navegación de la fragata Princesa al mando del alférez de fragata D. F. Maurelle, desde Manila a San Blas por el Océano Pacífico en 1780 y 1781.», se publicó una versión en inglés y otra en francés.

Por Real orden del 27 de mayo de 1780 fue ascendido al grado de alférez de navío.

Al mando de la fragata Princesa efectuó un interesante viaje desde el punto de vista náutico, desde el puerto de Sirisán del que zarpó el 21 de noviembre, situado en la costa oriental de la isla de Luzón, hasta el puerto de San Blas, de California donde arribó el 27 de septiembre de 1781. Sufriendo muchos contratiempos y sobre todo gran escasez de víveres, a pesar de ello consiguió efectuarlo y fondear en su destino a los diez meses y seis días de zarpar de Sirisán.

La relación del viaje está completada con una tabla, en que aparecen con sus coordenadas, longitud y latitud, las islas encontradas en la derrota, así como de los bajos de la misma, todas ellas compensadas para que coincidieran como meridiano 0 el de París.

Por Real orden del 30 de octubre de 1787 se le ascendió al grado de teniente de fragata efectivo, lo que significaba entrar en el Cuerpo General de la Armada.

Estando en Acapulco, el virrey conde de Revillagigedo le nombró secretario del virreinato, encontrándose en este destino le fue entregada la Real orden del 28 de febrero de 1792, notificándole su ascenso al grado de teniente de navío, permaneció en este puesto hasta febrero de 1793, cuando embarcó y regresó a la península arribando a Coruña el 1 de julio siguiente.

Fue entonces cuando redactó los: «Diarios de los descubrimientos que se habían hecho por los españoles en la costa de América.»

Por orden embarcó en el navío Oriente, zarpando de Cartagena rumbo a Nápoles, posteriormente a Liorna, arribando de nuevo a Cartagena, recibiendo la orden de trasbordar al navío San Ildefonso, con rumbo a Rosas, estando allí se le dio la orden de trasbordar al navío San Agustín, de la escuadra del general don Juan Lángara.

Con este general realizó el corso por el golfo de Santa Margarita y tomó parte en la defensa de Rosas contra el ejército de la república francesa, en cuya ocasión se le dio el mando de una lancha armada en cañonera, con ella en mayo de 1795 formando división con otras compañeras, repelieron el ataque de dos fragatas de la república francesa.

Al arribar el 1 de julio siguiente con la escuadra a Cartagena se le ordenó trasbordar al navío Oriente, formando parte de la escuadra del general don José de Mazarredo zarpando con rumbo a Mahón, regresando y fondeando en la bahía de Cádiz el 19 de febrero de 1796.

Zarpó de nuevo el 15 de septiembre continuó con rumbo a la costa de Francia, al regresar de la comisión por dimisión de don José de Mazarredo, tomó el mando de la escuadra el general don José de Córdova, por orden de éste trasbordó al navío Conde de Regla, zarpando de Cartagena con rumbo al Estrecho, donde la escuadra sufrió un furioso temporal durante ocho días, al correrlo fueron arrastrados hasta el cabo de San Vicente, quedando por ello desorganizada la escuadra, momento aprovechado por el almirante británico Jervis, para atacarla teniendo lugar el infausto combate naval del 14 de febrero de 1797.

Habiendo muerto en este navío, el jefe de escuadra conde de Amblimot, quien arbolaba su insignia en él, y herido de gravedad su comandante don Jerónimo Bravo, Mourelle, como teniente de navío más antiguo, tomó el mando del buque en esta desgraciada jornada, a pesar del gran esfuerzo que realizó esta división, pero consiguió salvar al Santísima Trinidad de caer en manos de los eternos enemigos.

Por Real orden del 9 de febrero de 1799, se le ascendió al grado de capitán de fragata, pero las comunicaciones de la época hacían que los ascendidos se enteraran algo más tarde.

Fue destinado al apostadero de Algeciras el 19 de abril siguiente, estando en éste tomó parte en cuarenta y un ataques que realizaron las lanchas cañoneras de Bruno de Hezeta dirigidos contra la plaza de Gibraltar, y en veinticuatro de ellos mandando Mourelle en jefe la acción.

El 4 de octubre de 1800 se le nombró Segundo de las fuerzas sutiles de Cádiz con base en la Caleta, permaneció en estos combates hasta recibir la Real orden del 11 de enero de 1802, notificándole ser destinado al Departamento de Cádiz; durante estos dos mandos, apresó dos cañoneras, una balandra y dos corsarios de guerra todos ellos, así como cinco mercantes y represó a seis buques apresados y marinados por los enemigos rumbo al Peñón.

Al declararse la guerra contra el Reino Unido, se le dio el mando por Real orden del 12 de diciembre de 1804 del apostadero de Algeciras, quedando después de Mayor General del mismo por Real orden del 21 de febrero de 1806; en este periodo participó en seis combates contra los británicos procedentes del Peñón, logrando apresar una fragata mercante enemiga cargada con artillería para la Roca.

Por Real orden del 27 de julio de 1806 se le ascendió al grado de capitán de navío, siendo destinado como comandante del apostadero de Málaga, mando en el que sostuvo varios combates contra los británicos, pasando posteriormente a tomar el mando por Real orden del navío Glorioso.

El 4 de mayo de 1808 fue nombrado para mandar el Apostadero de Ceuta, y el 18 de junio siguiente por orden, pasó con todas las fuerzas de su mando a Cádiz, tomando parte con ellas en la acción que dio por resultado la rendición de la escuadra francesa del almirante Rosilly, combate que comenzó el 9 de junio y se resolvió favorablemente el siguiente 14, convirtiéndose con ello en la primera derrota de las fuerzas invasoras napoleónicas en toda Europa.

El siguiente 24 pasó con su navío y fuerzas a Algeciras cargado con pertrechos de boca y guerra transportándolos al puerto de Málaga, fondeando de regreso a la bahía el 18 de octubre, permaneció a bordo hasta recibir la orden de desembarcar el 28 siguiente.

El 19 de enero 1809 pasó a Cádiz, como vocal de la Junta de Defensa que se estableció en dicha ciudad, quedando después como jefe de las fuerzas sutiles que se armaron en dicho puerto.

Por Real orden del 23 de octubre de ese mismo año se le otorgó el mando del navío Algeciras, zarpando el 16 de noviembre con rumbo a la Habana y Veracruz, en busca de caudales que buena falta hacían, con la comisión cumplida fondeó a su regreso el 2 de mayo de 1810, permaneció en su fondeadero hasta el 29 de junio siguiente que cesó en el mando de su navío, por serle entregado el mando de las fuerzas sutiles de reserva, con las que convoyó diferentes expediciones costeras, sosteniendo combates contra posiciones francesas frente a la bahía en el castillo de Santa Catalina, Puerto Real y costas del río San Pedro, estando en este puesto recibió la Real orden del 25 de mayo de 1811, por la que se le comunicaba su ascenso al grado de brigadier, continuó en su mando hasta el 29 de abril de 1813.

Por orden de la Regencia del 30 de junio, fue nombrado vocal del Consejo de Generales, encargado de juzgar la actuación de los jefes y oficiales que habían permanecido en el territorio ocupado por los franceses.

Por Real orden del 12 de mayo de 1815 se le otorgó el mando del navío San Julián, que debía de ser armado, lo que consiguió a pesar de la escasez de casi todo, permaneciendo en su mando hasta 1816, por pasar a desarme el navío, quedó forzosamente desembarcado.

Se organizó en Andalucía, una concentración de tropas que a las órdenes del general conde de La Bisbal, debían de ser transportadas para sofocar la sublevación del virreinato del Plata.

Para escoltar a dicha expedición se constituyó una escuadra compuesta por los navíos Numancia, insignia, Fernando VII, Alejandro I, San Julián y España, más nueve fragatas cuyo mando se le dio a Mourelle, quien había recibido la Real orden del 20 de noviembre de 1818, notificándole su ascenso al grado de jefe de escuadra, pasando a arbolar su insignia, primero en la fragata Ligera y después en el navío Numancia.

Cuando casi estaban ultimados los detalles de esta expedición militar, estalló la sublevación del general don Rafael del Riego en la localidad de Cabezas de San Juan (Sevilla) el 1 de enero de 1820, marchando las fuerzas sublevadas del coronel Quiroga, a posesionarse de San Fernando y de Cádiz.

Tomaron fácilmente el puente de Zuazo y San Fernando, pero Mourelle desembarcando parte de las guarniciones de sus buques a las órdenes del Mayor General de la escuadra don José Primo de Rivera, contuvo a los sublevados en el castillo de la Cortadura, en el istmo de Cádiz, obligándoles a desistir de su empeño.

No sólo contuvo a las fuerzas sublevadas, sino que evitó que la rebelión se propagara a los buques de la escuadra de su mando, cuando no paraban de llegar noticias de ella y su victoria en otras tierras de la península.

Pasó a las órdenes del capitán general de la Armada don Juan María de Villavicencio, quien se había desplazado por orden del Gobierno a la ciudad de Cádiz, para tomar el mando de la Armada.

El general Mourelle juró la Constitución cuando el Rey lo hizo y éste mandó a todos sus subordinados que lo cumplieran, ya entrado el mes de marzo siguiente.

El gesto de lealtad a su soberano, de oponerse en el castillo de la Cortadura a las tropas del coronel Quiroga, le valió a Mourelle muchos sinsabores y le hizo blanco de los insultos de diversos círculos a los que se unió la voz del pueblo siguiendo la propaganda de la prensa.

La expedición de ultramar fue disuelta y Mourelle desembarcó y arrió su insignia del navío Numancia el 18 de abril siguiente.

Afectado por todos estos acontecimientos y el ataque de los medios y a veces de supuestos amigos, su salud fue empeorando por momentos, falleciendo en Cádiz el 24 de mayo de 1820, cuando contaba con sesenta y cinco años de edad, de ellos desde que ingresó como pilotín, cincuenta y dos de ejemplares y leales servicios a España.

Bibliografía:

Barbudo Duarte, Enrique.: Apresamiento de la escuadra francesa del almirante Rosilly en la bahía de Cádiz, el 14 de junio de 1808. Colección Fragata. Cádiz, 1987.

Bernabéu Albert, Salvador.: Expediciones Marítimas Españolas. La aventura de lo imposible. Lunwerg. Madrid, 2000.

Bodega y Quadra, Juan Francisco de la.: El descubrimiento del fin del mundo (1775-1792) Alianza Editorial. Madrid, 1990.

Enciclopedia General del Mar. Garriga. 1957. por el contralmirante don Carlos Martínez-Valverde y Martínez.

Fernández de Navarrete, Martín.: Biblioteca Marítima Española. Obra póstuma. Imprenta de la Viuda de Calero. Madrid, 1851.

Fernández Duro, Cesáreo.: La Armada Española desde la unión de los reinos de Castilla y Aragón. Est. Tipográfico «Sucesores de Rivadeneyra» 9 tomos. Madrid, 1895—1903.

González de Canales, Fernando. Catálogo de Pinturas del Museo Naval. Tomo II. Ministerio de Defensa. Madrid, 2000.

Paula Pavía, Francisco de.: Galería Biográfica de los Generales de Marina. Imprenta J. López. Madrid, 1873.

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