Sotuel, Tomas Biografia

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Tomás Sotuél Biografía


Alférez de navío de la Real Armada Española.

Escritor naval.


Orígenes

Como se indica en la bibliografía, es posible que su fecha de nacimiento fuera en torno al año de 1738, pues más abajo sabemos que era alférez de navío en la defensa del Morro de la Habana. Por otra parte y ya conjeturando, es posible que su lugar de nacimiento o ser descendiente de él, fuese en el bajo Aragón ya lindando con Castilla, donde existe una población con el mismo nombre.

Hoja de Servicios

Estaba en la Habana cuando ésta ciudad sufrió el ataque de los británicos, participando activamente en la defensa del Morro donde fue destinado, cayendo herido el día cuatro de julio del año de 1762.

Volviéndose a saber de él porque en el año de 1777, presentó al secretario del despacho de Marina, el general González Castejón, un manuscrito titulado «Diccionario, universal, teórico y práctico de Marina» quien lo presentó al Rey.

S. M. ordeno formar una comisión de expertos, siendo compuesta por los jefes de escuadra don Francisco Gil de Lemos y don Gabriel de Aristizábal, sumándose un tiempo después don Vicente Tofiño, a la sazón director de las tres Compañías de Guardiamarinas, estando ya desde el día trece de agosto del año de 1776 en marcha las de Cartagena y Ferrol, pero fue rechazada por no estar actualizada.

La obra, en sus diferentes tratados, comprendía diversas materias, sobre todo lo referente a: arquitectura naval, estiba y cargamento de los bajeles, armas, navegación, maniobra, táctica, pirotecnia naval, comercio, matemáticas, física, aerología y neumática, cosmología o astronomía física, geología, mecánica, hidrostática, hidráulica, óptica, perspectiva, fortificación y astronomía.

Pretendía Sotuél, realizar un texto muy completo y metódico de la instrucción, para la Marina y sus oficiales, de aquí que fuera llamado Tofiño.

Por sus conocimientos, fue designado como profesor de matemáticas del Infante don Gabriel, teniendo que desplazarse a Madrid, consiguiendo por sus formas ganarse la confianza del Infante, quien habló con su padre el rey don Carlos III, ordenando se revisara de nuevo su obra, encomendando este trabajo a los jefes de escuadra don Gil de Lemos y Aristizábal', a los que poco después se unió Tofiño, la misma comisión que la vez anterior.

Se pusieron de acuerdo todos, recomendando que la obra no era, por su dificultad y entendimiento, obra para un solo hombre, pues se consideraba que era superior a la capacidad de muchos, no obstante era una obra de mucho mérito, pero a su vez estaba desordenada, algunas partes eran muy ponderadas, incluso redundantes en materias de poca importancia y en otras de mayor interés, su capacidad era escasa o nula; añadían, que él desconocía los adelantos de la ciencia naval, como se podía comprobar al cotejarla con la «Enciclopedia Metódica» que empezaba a ser editada en Francia.

Todos estos inconvenientes venían dados porque Sotuél era un ingeniero y constructor, por lo que su trabajo estaba excesivamente polarizado, era muy extenso en la arquitectura naval y sin embargo, por desconocimiento quedaban descuidadas materias, como la maniobra, pilotaje y otras de índole práctico, propias de la navegación y órdenes de batalla, dada su poca experiencia en ellas, pero que son más vitales a la hora de hacerse a la mar.

Pero nadie puede quitarle el mérito, rayano en la genialidad, basándonos en los conocimientos de un oficial retirado y subalterno, que por su cuenta se dedicase a realizar un gran trabajo sin la ayuda de nadie y la finalizase, eso sólo le ocurre a los genios.

Por ello a pesar de todo fue corregida la obra, sobre todo para mejorar el estilo haciéndola más fácil de leer y comprender al ordenar los temas, al mismo tiempo se amplió actualizándola en los temas más carentes y borrando las partes redundantes.

Pero como las desgracias no vienen solas, sucedió que cuando se iba a imprimir, fallecieron sucesivamente, el infante, el Rey y el autor al año siguiente, por lo que nunca llegó a ver la luz o sentir el papel el golpe de imprenta de su magnífica obra, sucediendo entre el año de 1788 y 1789.

Siendo el nuevo Monarca quien por fin, reconocido el gran esfuerzo realizado por Sotuél, siéndole concedida a su viuda una pensión y ésta en agradecimiento, entregó los manuscritos de su difunto marido, al Ministerio de Marina.

Su obra es un tomo en folio mayor, manuscrito con excelente letra y unas tablas casi rayanas en la perfección. Comienza con un Discurso el cual da noticia del origen, progresos y consecuencias de la Marina, desde la primera invención de la navegación, ordenada alfabéticamente por materias, con la teoría y la práctica, en sistema físico-matemático de los diferentes ramos de la náutica:

Primero: La arquitectura naval que habla de la madera, su corte, curación, la delineación de los planos de construcción, diques de la fábrica de los buques, arboladura, diques y arsenales, carenas y reparaciones, la crianza y fábrica de los materiales necesarios, cómo fijar la jarcia, así como el velamen desde la sembradura y finalmente las reglas de aparejar los bajeles con su distribución para una mejor utilización.

Segundo: La habilitación de los buques con respecto á estiba y carga.

Tercero: La parte de la artillería, en la que se hace referencia a toda ella y su mejor distribución, así como a las armas navales ofensivas y su uso.

Cuarto: Sobre la navegación, en la que se explica la forma de poder mantener un rumbo en alta mar.

Quinto: Trata sobre la maniobra, dando unas explicaciones para aprender a manejar las velas y timón, para poder navegar en cualquier rumbo y evitar los accidentes náuticos.

Sexto: Sobre la táctica naval, en la que se explican los métodos para dar caza, con sus evoluciones, así como las órdenes para colocar las escuadras en esa disposición, cómo navegar cuando se afronta un combate, los zafarranchos para estar prevenidos de estos y los preparativos para los posibles abordajes.

Séptimo: La forma de fabricar buena pólvora, y la precisa distribución de los fuegos para los brulotes y bombardas, así como el armamento y su manejo contra los enemigos.

Octavo: En el que se trata del comercio, de la forma de mantener siempre un núcleo de marinería profesional, para con ello tener siempre una Marina poderosa. Anotando las leyes del comercio marítimo con referencia a embargos, seguros, cargamentos, fletamentos, factoraje, conocimientos, aduanas, derecho, letras de cambio, barcos, cotejo de pesas, medidas y monedas, con una extensa relación de las más principales pescas y modo de curar el pescado, como los métodos de formar los canales de regadío y navegación interior de España.

En el apartado físico-matemático, como afecta muy directamente a la Marina por sus conexiones, con las matemáticas y la física pura y mixta, realizó una exposición de éstas mezclándolas con el conocimiento naval, quedando en principio así:

Primero: Las matemáticas puras en las que se expone, la aritmética, álgebra, geometría especulativa y práctica, trigonometría y las secciones cónicas.

Segundo: La física pura. 1.º De la somatología ó naturaleza general y propiedades esenciales, y accidentales de la materia y de los cuerpos compuestos de ella. 2.º De la aereología y pneumática que trata sobre el aire, atmosfera y de los meteoros. 3.º De la cosmología ó astronomía física, comprendiendo una vista y explicación puramente física de los cielos y de los cuerpos que se perciben en ellos. 4.º De la geología ó globo terráqueo, anotando su figura, magnitud, con las mas propiedades del mar y demás aguas con sus fenómenos.

Tercero: La matemática mixta con las proposiciones más generales y útiles para un marino, que son la estática, dinámica, mecánica, hidrostática, hidráulica, óptica, perspectiva, fortificación y astronomía.

Finalizando con un cuerpo completo y metódico con las instrucciones para la marina, para mejor comprensión del lector, se acompaña de figuras adecuadas al tema escrito, (como ya se hacía en las obras francesas y británicas) y por último, un diccionario de las palabras utilizadas en la obra, con su traducción del francés al español y viceversa, así como del inglés al español y viceversa. Siendo en sí una inmejorable obra a pesar de las críticas de los expertos, sobre todo teniendo en cuenta que está hecha por una sola persona.

No se le volvió a ascender, ya retirado y con residencia en la Villa y Corte, le sobrevino el óbito a lo largo del año de 1789.

Bibliografía:

Placer Cervera, Gustavo.: Los marinos españoles en la defensa de la Habana en 1762. Revista de Historia Naval n.º 94. Madrid, 2006

Fernández de Navarrete, Martín.: Biblioteca Marítima Española. Madrid 1851.

Fernández Duro, Cesáreo.: La Armada Española desde la unión de los reinos de Castilla y Aragón. Est. Tipográfico «Sucesores de Rivadeneyra» 9 tomos. Madrid, 1895—1903.

Consultada la obra de Válgoma no ha sido posible encontrarlo, solo el dato que ya era alférez de navío en la Habana en 1762, lo que nos lleva a pensar, que su fecha de nacimiento debe de ser entorno al año de 1738.

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