Alcega y de San Millan, Juan de Biografia

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Biografía de don Juan de Alcega y de San Millán



Capitán de Mar y Guerra del siglo XVI.

Caballero profeso de la Militar Orden de Santiago.

Orígenes

Vino al mundo en la ciudad de Fuenterrabía, muy probablemente en la primera década del siglo XVI, hay algunos autores que la fijan en el año de 1506, pero sin confirmar.

Fue uno más de los que permutaron el apellido de su padre por el de su madre, por ser ella de familia muy noble, por lo que en realidad debería de haberse conocido por Juan de San Millán y de Alcega, sin saber la razón solo utilizó durante toda su vida el apellido de su madre.

Sucedió, que la aristocracia de Castilla se encontraba en Fuenterrabía a la espera de la llegada por primera vez al Reino de don Felipe y doña Juana. Formaba parte de ella don Bernardo de Rojas y Sandoval, marqués de Denia, quien dejó embarazada siendo soltera a doña Dominga de Alcega, cuando dio a luz al niño el Marqués lo reconoció y se le pusieron sus apellidos, cuidando de la madre y del hijo, razón por lo que nunca les faltó de nada y hasta le buscó el marido, siendo don Juan de San Millán el que contrajo matrimonio (pensamos que esta fue la razón que indujo a don Juan a permutar los apellidos y utilizar solo el de la madre).

Hoja de Servicios

Se dedicó desde bien joven a navegar y comerciar, por lo que pronto alcanzó a tener su primer buque, a partir de aquí siempre comerciando y combatiendo, ya que en esa época todo buque servía para lo uno y lo otro, porque la mar no estaba controlada por nadie y había que estar a todas, de estos enfrentamientos consiguió apresar otros buques enemigos que pasaron a su propiedad, lo que le permitió tener una buena y cuantiosa flota, con tripulaciones bien instruidas y mejor mandadas, lo que pronto se tradujo en ser muy conocido en el Cantábrico.

A tanto llegó su fama, que el Príncipe de Asturias don Felipe contrató sus servicios para acompañar a la escuadra, que estaba al mando de don Álvaro de Bazán y Guzmán, así como su segundo don Martín de Bertendona, para ser trasladado al reino de Inglaterra, zarpando la escuadra del puerto de Coruña en el año de 1554, arribando sin novedad para conversar con la reina María Tudor, cuando terminó la estancia en la capital del Reino reembarcó S. A. arribando de nuevo sin daño alguno a la Península.

A partir de aquí contento el ya rey don Felipe II comenzó a demandarle su ayuda, dedicándose con una parte de su flota a su negocio de transportar mercancías, mientras con la restante la dedicó a combatir piratas y corsarios en el mar de Poniente (después conocido como Cantábrico), como costumbre de la época cuando el enemigo se escondía desembarcando de sus buques, él desembarcaba a sus hombres de armas y los perseguía hasta acabar con ellos, así volvía a aumentar su flota y sin reclamaciones.

La Corona fue formando a su vez escuadra, que la puso al mando del general don Juan de Acuña que era el capitán general del Señorío de Vizcaya, pasando a don Juan de Alcega al mando de ella, la cual en su mayoría seguía siendo de su propiedad y añadiendo algún buque de la Corona o contratado por ella, con ellos rompió el bloqueo que ejercían los ingleses sobre las costas de Bayona, consiguiendo desembarcar a las tropas que transportaba, acudiendo en su ayuda tantas veces como fue necesario, en una ocasión que estaban muy apurados los sitiados españoles, no lo dudó y desembarcó al frente de las tropas, con las que atacó de firme a los herejes que querían apoderarse de ella, siendo desalojados al no poder tener apoyo por la mar. Así dejó patente el título de la época de capitán de Mar y Tierra.

De todas estas operaciones, hay un documento fechado el día dos de enero del año de 1572, por el que los licenciados don Martín Pérez, Juanes de Iparaguirre, Juan de Benite y Miguel de Leguía, al final de él firman como responsable del buen hacer de don Juan, y al final del documento, antes de firmar los cuatro afirman diciendo:

«…persona de mucha cristiandad y gobierno, y que en cualquiera ocasion de importancia que S. M. se sirviese dél, tendrá séquito de personas de mar y de tierra para servirle, por la buena opinion en que le tienen todos en general y en particular en la dicha provincia de Guipúzcoa.»

Se encuentra este documento en el Archivo de Sevilla, legajo 21 de ‹Buen gobierno de Indias› y una copia en el Depósito Hidrográfico en el tomo 28 de manuscritos.

Por todos estos servicios, el Rey le concedió el hábito de Santiago, al mismo tiempo que el empleo de Capitán de Mar y Tierra. No pudo acudir al preceptivo año de estancia en el Monasterio de Uclés, para ser caballero profeso de la Orden hasta 1567. Estando en él se le llamó urgentemente para transportar al Rey con su escuadra, para lo que le eximió del resto de la estancia obligatoria.

Al terminar la guerra, se le nombró Alcaide de la ciudad de San Sebastián en el año de 1570, permaneciendo en el puesto hasta el año de 1572, en el que se le entregó el mando como capitán general de la escuadra de Indias, zarpando con rumbo a Tierra Firme, lo que se desprende porque hay un escrito de don Juan, cuyo título es: «Carta al presidente del Consejo de las Indias, fecha en Sevilla á 11 de abril de 1572, dándole cuenta de estar pronto á dar la vela con la flota de su mando» El original se encuentra en el Archivo de Sevilla, legajo 21 de ‹Buen gobierno de Indias› y una copia en el Depósito Hidrográfico en el tomo 22 de manuscritos.

Pero al parecer su segundo no estaba tan listo como él, por lo que zarpó dejando cuatro buques para que los terminaran de alistar y al mando de don Antonio Manrique, así el día catorce de junio del año de 1572 se hizo a la vela.

Se sabe que al día siguiente 15 zarpó don Antonio, porque arribó a las islas Canarias el 25 del mismo y allí dejó el escrito, comunicando estos hechos y que se conserva; el original en el Archivo de Sevilla, legajo 1º de ‹Buen gobierno de Indias› y una copia en el Depósito Hidrográfico en el tomo 24 de manuscritos.

Esta es la última noticia que tenemos de él, suponiendo que falleció a partir del siguiente 1573, pues existe su testamento otorgado con el 20 de septiembre del propio año.

Sí que hemos podido recoger algo de información y que se mezcla con la de su hijo de igual nombre y apellido.

Sabemos que contrajo matrimonio con doña Catalina de Alquiza, siendo los padres de cuatro varones, con los nombres de Pedro, Juan, Diego y Cristóbal, sin saber si éste es el orden de nacimiento.

El Rey como no sabía cómo agradecerle su constante ayuda lo nombró Caballero del hábito de la Orden de Santiago. Ya que nunca quiso cobrar nada por sus servicios, porque su valía, honradez y honor le impedían cobrarle nada en metálico a su Rey, pues de hacerlo todo el trabajo a lo largo de su vida se le vendría abajo, ya que la honra como el cristal se mancha con el aliento.

Bibliografía:

Cerezo Martínez, Ricardo.: Las Armadas de Felipe II. Editorial San Martín. Madrid, 1988.

Enciclopedia General del Mar. Garriga. 1968. Compilada por el contralmirante don Carlos Martínez-Valverde y Martínez.

Enciclopedia Universal Ilustrada. Espasa. Tomo 4. 1909, páginas, 266.

Fernández de Navarrete, Martín.: Biblioteca Marítima Española. Obra póstuma. Madrid. Imprenta de la Viuda de Calero. 1851.

Pereyra, Carlos.: Historia de la América Española. ED. Saturnino Calleja. Madrid, 1924.

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