Bonet y Arnau, Juan Bautista Biografia

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Biografía de don Juan Bautista Bonet y Arnau


Teniente General de la Real Armada Española.

Caballero de la Orden Militar de Santiago.

Orígenes

Nació en La Valetta capital de la isla de Malta en el año de 1709, siendo hijo de un constructor de origen francés por nombre Miguel Bonet y de su esposa, doña Ana Arnau.

hoja de Servicios

Desde muy pequeño iba embarcado en los buques de su padre comenzando su servicio en la Armada como aventurero.

Sentó plaza en la Compañía de Guardiamarinas del Departamento de Cádiz, el día dieciséis de junio del año de 1727. Expediente N.º 438. En él lleva por nombre Rafael, que no figura en ninguna otra fuente.

Por sus conocimientos aprobó rápidamente el examen teórico, pero al salir a navegar para realizar las prácticas, como de estas ya llevaba muchos años a pesar de su juventud, se le ascendió el día trece de noviembre del año de 1728 al grado de alférez de fragata.

Durante el reinado de Felipe V realizó largas campañas, por todos los mares y océanos, adquiriendo una experiencia muy notable, en las cosas de la mar. Siendo ascendido al grado de alférez de navío el día diecisiete de junio del año de 1735, al de teniente de fragata el día veintiocho de agosto del año de 1740 y por méritos de guerra se le ascendió al grado de teniente de navío el día treinta de junio del año de 1741.

Al fundar el marqués de la Ensenada el Arsenal de Cartagena, estando ya en el trono Fernando VI, se tuvo en cuenta sus conocimientos y su afición a la ingeniería, siendo destinado a este departamento, haciéndose cargo de la parte de ingeniería naval del mismo.

En el año de 1744 fue destinado a los mares del Sur, se encontraba ya con el grado de capitán de fragata y jefe de las fuerzas navales de aquel sector, cuando el día veintiocho de octubre del año de 1746, sobrevino una seria de terremotos a los que siguió un tsunami en el puerto del Callao, lo que causó la casi total destrucción de la ciudad, ya que quedaron solo en pie un grupo de casas, muriendo la casi totalidad de sus habitantes.

El virrey del Perú a la sazón don José Manso de Velasco, le requirió para junto con sus hombre mantener el orden (en estas desgracias como sabemos, siempre acuden los que a forma de buitres se aprovechan de lo ajeno y a la desgracia en sí, que no es poca, hay que añadir ver tu casa saqueada o incendiada a propósito), de hecho sus hombres recuperaron gran cantidad de todo tipo de alhajas, que los buitres ya salían con ellas como si fueran de su propiedad.

Pasando posteriormente una revista a los buques que habían quedado en el puerto o embarrancados en tierra por el efecto del tsunami, de lo cual levantó el consiguiente informe para conocimiento del virrey. Hubo un caso especial, que fue el rescatar a todos los presos de la isla de San Lorenzo, los cuales fueron transportados al continente y vueltos a encerrar pero en mejores condiciones.

Fue ascendido al grado de capitán de fragata el día dos de noviembre del año de 1746 y se le dio el mando del navío Invencible del porte de 70 cañones, que era a su vez el buque insignia del general Spínola e integrado a su vez en la escuadra del general Reggio, con ellos estuvieron cruzando por las aguas de América y de las Antillas, el doce de octubre del año de 1748, se encontraron con una escuadra británica al mando del almirante Knowles, entrando en combate cerca de La Habana y en la que resulto herido.

A continuación y una vez restablecido, después de un breve paso por el Arsenal de la Carraca se le destinó a mandar las fuerzas navales del Pacífico, cuyo mando ostentó por espacio de veinte años, organizando todo cuanto pudo con sus escasos medios, en los puertos de Valparaíso en Chile y el Callao en Perú, siendo ascendido al grado de capitán de navío el día veinte de marzo del año de 1754.

Su principal misión fue la de proteger el tráfico marítimo por aquellas aguas y de paso, (pues lo aprovechaba todo) hizo levantamientos hidrográficos de sus costas, que después resultaron muy beneficiosos, para una navegación más segura.

Sobrevino la expulsión de la Compañía de Jesús de España, decretada por una Pragmática Sanción firmada por el rey don Carlos III el día dos de abril del año de 1767. Hay que advertir que una vez más España actuó por requisitos de fuera, ya que la Compañía fue expulsada de Portugal en el año de 1759, a lo que se unió en el año de 1763 el rey Luis XV de Francia y por presiones de estos, se llevó a cabo en la fecha citada por España.

Por esta razón en el mes de octubre siguiente cuando llegó la noticia al virreinato del Perú se llevó a efecto en él, para ello fueron acudiendo a la orden del Virrey todos los pertenecientes a la Compañía, siendo el día veintiocho del mismo mes, cuando zarpó de el Callao una división naval al mando Bonet, que regresaba a la Península con una carga de 6.588.367 de reales amonedados como situado del virreinato, por ello se aprovechó el viaje y fueron transportados el centenar de los miembros de la Compañía que allí se encontraban, arribando todos en la primavera siguiente a la bahía de Cádiz.

Fue ascendido al grado de jefe de escuadra el día cuatro de febrero del año de 1772 (en esos momentos no existía el grado de brigadier, por ello se pasaba directamente del grado de capitán de navío, al de jefe de escuadra) cesó en aquel mando, por fallecimiento del jefe de escuadra don Juan Antonio de la Colina, se le encomendó pasar a ocupar su cargo de Comandante General del Apostadero de la Habana, al que le dio por sus conocimientos un gran impulso, pues durante su estancia y mando, se convirtió en Arsenal y astillero comenzando sus gradas a lanzar al agua numerosos buques, entre ellos varios de los grandes navíos de línea de tres baterías.

Demostrados sus méritos y valía fue ascendido el día veintisiete de abril del año de 1779 al grado de teniente general, que por haberlo convertido en Arsenal ahora el mando le correspondía a un teniente general, por esta razón fue confirmado en el cargo prosiguiendo su buen trabajo.

Al declarase la guerra contra los británicos en el mes junio de 1779, un mes después le llegó la noticia, por lo que rápidamente organizó sus fuerzas navales, una vez dislocadas en los puntos designados comenzó la caza, que al poco tiempo dio el resultado de ser apresado un convoy británico compuesto por dieciséis velas, significando en ese momento un duro golpe a los enemigos, por no esperarse que los españoles estuvieran ya tan avisados y preparados.

Desde su alto cargo, se encargó de disponer de los máximos buques en todo momento para enviar ayuda al brigadier don Bernardo de Gálvez, quien zarpó de la Habana y conquisto el fuerte de Manchak en La Florida el día seis de septiembre del año de 1779, prosiguió su avance por tierra con el apoyo de las escuadra, paralizando las acciones a la llegada del invierno.

En el mes de febrero del año de 1780 reanudó la campaña el brigadier Gálvez, llegándole refuerzos desde la Habana en número de cuatro navíos y mil doscientos hombres, con los que acometió la conquista de Mobila, al caer en sus manos supo que el gobernador británico estaba en camino, así decidido a terminar con el poder británico en la zona, optó por no esperar y llevar la iniciativa, decidiendo atacar Penzacola, la cual cayó en sus manos el día once de mayo, por lo que al no tener ya puntos de apoyo el ejército británico se tuvo que retirar. 

El día veinte de marzo del año de 1781, zarpó de la Habana, con la escuadra dislocada en el Apostadero bajo su mando, a la que se unieron cuatro navíos franceses, con los que cruzaron por todas las Antillas, Tierra Firme, Veracruz y seno mejicano en busca de los enemigos para trabar combate, pero no hallándolos regresaron al Arsenal.

Ya de regreso a España, se le destino como segundo jefe de la escuadra del general don Luis de Córdova y arbolando su insignia en el navío Concepción.

Con esta escuadra zarpó el día veintinueve de mayo del año de 1782 unida a la francesa del conde de Guichen, hizo la campaña del canal de la Mancha, en la que se apresaron a veinticuatro buques británicos, arribando de nuevo a la bahía de Cádiz el día cinco de septiembre, al poco tiempo paso a participar en el gran bloqueo de Gibraltar, en el frustrado y desastroso ataque de las baterías flotantes, volviendo a zarpar el día trece de octubre manteniendo el combate contra la escuadra británica del almirante Howe, en el cabo de Espartel.

Arribó de regreso a Cádiz el día veintiocho del mismo mes, quedando desembarcado al año siguiente de 1783 al ser firmada la Paz con el Reino Unido.

No teniendo ya destino decidió residenciarse en la ciudad de Cartagena, permaneciendo poco tiempo en ella ya que le sobrevino el óbito el día ocho de enero del año de 1785, con la edad de 77 años de los que 56 había estado al servicio de su Rey y de España.

Bibliografía:

Enciclopedia General del Mar.: Garriga. 1957. Compilada por el contralmirante don Carlos Martínez-Valverde y Martínez.

Fernández Duro, Cesáreo.: La Armada Española desde la unión de los reinos de Castilla y Aragón. Est. Tipográfico «Sucesores de Rivadeneyra» 9 tomos. Madrid, 1895—1903.

Guardia, Ricardo de la.: Notas para un Cronicón de la Marina Militar de España. Anales de trece siglos de historia de la marina. El Correo Gallego. 1914.

Paula Pavía, Francisco de.: Galería Biográfica de los Generales de Marina. Imprenta J. López. Madrid 1873.

Válgoma, Dalmiro de la. y Finestrat, Barón de.: Real Compañía de Guardia Marinas y Colegio Naval. Catálogo de pruebas de Caballeros aspirantes. Instituto Histórico de Marina. Madrid, 1944 a 1956. 7 Tomos.

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