Ciriza nº 4-Jose Ignacio de Carranza-HMS Gros Beak

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Ciriza nº 4-José Ignacio de Carranza-HMS Gros Beak



Ciriza
Ciriza nº 4
Autor desconocido.

Construido por Rickmers en Bremenhaven. Alemania, 1916.

Desplazamiento: 262 t. Dimensiones: Eslora 37’1, por 6’9 de manga y 3’95 metros de calado. Máquina: Motor de triple expansión con 204 C.V., caldera de 12 kg. Velocidad: máxima 9 nudos. Armamento: un cañón Vickers de 76’2/50 mm y otro Nordenfelt de 57/37 mm, más una ametralladora Rheinmetall de 20 mm.

Patrullero alemán, entregado a la Royal Navy al finalizar la 1ª G.M., donde se le renombró HMS Gros Beak, permaneció pocos años en esta marina, y al ser desarmado se puso a la venta, fue comprado en 1923 por el armador español Pesquera de Erandio, S. A., quien se lo cedió a la empresa Carranza de Cádiz, quien lo renombro José Ignacio de Carranza, al comenzar la guerra civil fue incautado por los sublevados, pasando a ser armado en Ferrol a mediados de agosto de 1936, con las piezas y dotación del Txit-Ona, y renombrado Ciriza nº 4, al completar el armamento se le entregó el mando al teniente de navío D. Manuel Seijo López.

Al amanecer del 20 de agosto se presentó el Jefe de la Escuadra Nacional en Ferrol, para reunirse con los comandantes de los bous, éste, Tritonia y Santa Urbana, dándoles ánimos ante la adversidad y sobre todo por la falta de buques, de ahí el interés de la reunión para levantar la moral, el 7 de septiembre los cuatro bous, de la recién creada base de Ribadeo, consiguieron apagar con sus fuegos, la batería situada en la desembocadura del río Nalón, seguido apresaron entre todos al vapor Ulía, de 2.435 TRB, al ser clasificado como buena presa, pasó a ser renombrado Castillo Morella.

A primero de septiembre quedo incorporado a la flotilla de Ribadeo, el 11 de septiembre participó en la captura del Alfonso Senra, de 6.530 tn de desplazamiento, transportando 1.000 tn de víveres con destino a Gijón, junto a su compañero el Argos P-32, quien pasó una dotación de presa para conducirlo a Ferrol, donde entro el 12 seguido; el 19 de septiembre junto al Galicia, contribuyo al hundimiento del sumergible B-6, del que rescato a siete de sus tripulantes, recibiendo la orden del destructor Velasco, para junto a su compañero arribar a su base en Ribadeo, al mismo tiempo que el Denis y Virgen del Carmen, arrumbaran a Pasajes, porque desde el 12 anterior ya estaba en poder de los nacionales, el 13 seguido salieron de su base para dar escolta al acorazado España 2º, más el destructor Velasco, para bombardear entre todos Gijón, regresando dos días más tarde a su base.

El 19 estaban en rumbo a Santander y Bilbao dando escolta al destructor Velasco, por ser el encargado de minar estos puertos, le daban escolta éste y el Galicia, cuando a las 08:30 a 25 millas de cabo Blanco al 020, el destructor avisto en el horizonte un sumergible, aumentando la velocidad a 25 nudos y proa al avistado, pero aun estando lejos se vio desaparecer la vela del sumergible, por ello regresó a su rumbo inicial, llegando a sus compañeros a las 11:15, para evitar ser conocido su avistamiento, hasta no estar a la voz, no comunico a estos el avistamiento, por ello debían estar muy atentos.

Lo estuvieron tanto que el Galicia a las 12:30 navegando al 070 a 15 millas al N. de cabo Peñas, navegando su compañero tres millas por su proa, el comandante del remolcador Galicia aviso de nuevo la presencia del sumergible, avistado por su popa, dando comienzo la caza del sumergible, que no fue otro que el B-6, el cual resulto hundido, fue éste quien recogió siete tripulantes, mientras el Velasco recupero a catorce embarcados en su bote, y directamente otros trece a los que previamente se les lanzaron salvavidas, ordenando el comandante del destructor que los dos bous, rumbaran o a su base, porque él había sufrido un abordaje con el Galicia, como consecuencia se abrió una vía de agua, por encima de la flotación y quedo casi inutilizado el tren de lanzamiento de minas, viéndose obligado de arribar a Ferrol para ser reparado, suspendiendo la primera orden del minado.

El 20 seguido recibo aviso de la presencia de dos sumergibles, por ello salió de Ribadeo junto al Argos P-32 y Juan Ignacio con rumbo al lugar predeterminado, separándose para cubrir más mar, no encontrando a nadie, pero en la mañana del 21 avistaron, no a dos, sino a cuatro, pero a su vez vistos por ellos se sumergieron, resultando imposible saber dónde se encontraban, pasando a continuar en su vigilancia; esta misma noche, se avisó desde Cádiz el paso de la escuadra gubernamental con rumbo al Cantábrico, por esta razón y al no tener defensas suficientes para defenderse de un ataque, sobre todo por la presencia en la escuadra del acorazado Jaime I, se dio la orden desde Ferrol de pasar todos los bous a éste arsenal, saliendo de Ribadeo el 22 continuo, entrando en Ferrol el 23 por la mañana.

La flotilla al mando del teniente de navío D. Manuel Seijo López, comandante del Tritonia, y sus compañeros Ciriza nº 4, Santa Urbana y Juan Mari, a los que se añadieron el Chamorro, Cabo Home, Torpedero nº 2 y el destructor Velasco, permanecieron vigilantes de las rías altas, por el peligro que representaba la existencia en estas aguas, de los cuatro sumergibles y tratar de impedir fuera atacada la base de Ferrol, en una de sus salidas la flotilla el 15 de octubre, apreso al bacaladero-patrullero vasco Galerna, al ser apresado transportaba 50 pasajeros, correspondencia y 300 tn, de sal, habiendo realizado varios viajes entre Bayona y Bilbao, éste buque prestaría grandes servicio a la causa nacional.

El 19 de octubre, la Flota gubernamental cruzo la mar frente a Ferrol, se supo por el avistamiento de un avión, a más de 100 millas de distancia de la costa, por ello salieron con rumbo al Cantábrico todos los buques, entrando el Ribadeo los de la 1ª Flotilla, mientras el España 2º y el mercante armado Dómine, pasaron a cruzar por estas aguas, y el mismo día estos capturaron a los pesqueros Apagador y Musel, siendo conducidos a Ribadeo, a esto se sumó la orden del almirante de Ferrol, de salir todos a cruzar las aguas entre el 29 de octubre y el 2 de noviembre, esto dio por resultado el apresamiento de los mercantes Manu y Arate-Mendi, devolviendo con ello la presión sobre el enemigo, de hecho se produjo una subida de moral en las tropas del ejército nacional, así como todo lo contrario en las autoridades vascas, pues al ser capturado el último, se oyó por la radio: «Nos han j…… la papeleta. No hay nada que hacer.» Palabras muy expresivas del porvenir en la zona.

El 27 de noviembre de 1936 ceso en el mando del buque, por enfermedad y de la flotilla el teniente de navío D. Manuel Seijo López, siendo nombrado el teniente de navío D. Francisco Núñez Olañeta, comandante del bou y la flotilla se entregó el mando al teniente de navío D. Victoriano Sánchez-Barcáiztegui y Aznar.

Por un tiempo, desde la fecha anterior hasta principios de enero de 1937, permanecieron formando barreras para divisar buques, y al mismo tiempo dar escolta al destructor Velasco, en sus minados de diferentes puertos; estos se hacían de noche, siendo las más utilizadas las de sin Luna y con condiciones de mar favorables, (como se ve no era tan fácil realizar el trabajo) para saber exactamente donde se habían fondeado, todo ello en un mar ya de por si casi siempre (y máxime en estas fechas del año) muy alborotado, a todo ello se añadía que ni los mismo comandantes eran conocedores de la fecha, para impedir fueran descubiertos por el enemigo.

El 9 de enero formó barrera, siendo apresado el mercante soviético Smidovich de 2.485 TRB, transportando 3.281 tn de trigo y un resto de lentejas, siendo buena presa, se le nombró en principio Pasajes, pero más tarde se convirtió en el Castillo Peñafiel (éste fue uno de los que participó en el intento de desembarco en Cartagena, el 5 de marzo de 1939 y lo paso muy mal, por no llevar ni siquiera medios de comunicación) el 15 en otra barrera, por saber el posible arribo de varios mercantes, entre ellos destaca el Sil, con carga de guerra embarcada en Nueva York y Veracruz, quien utilizaba indistintamente bandera italiana con el nombre de Sile, o alemana como Brasile, pero de nada le sirvió, pues fue avistado y capturado, entrando en Ferrol, donde al ser descargado se encontraron: 2.000 fusiles, 8 millones de cartuchos, 24 cañones, 15.000 granadas, 100 ametralladoras y carga general con 2.000 tn, no eran falsas la noticias. Pero en la segunda quincena de enero, se vieron obligados a refugiarse, por estar la mar arbolada siendo imposible soportarla por buques tan pequeños.

Al pesar del continuo mal estado de la mar, cuando éste lo permitía salían para formar las ya famosas barreras y apresando o contribuyendo, a que sus compañero apresaran varios buques más, como la llevada a buen término entre el 11 y 15 de febrero, con buenos resultados, el 1 de marzo volvió a formar barrera, pero de nuevo el mar se alteró, causándole averías, viéndose obligado su comandante a arribar, pero estando sobre La Estaca, divisó al vapor abanderado danés, Birgit quien había salido de Gijón con destino a Barcelona con carga de carbón, entrando ambos en Ferrol el 3 seguido.

El 17 de abril de 1937 ceso en el mando el teniente de navío D. Francisco Núñez Olañeta, pasando a serlo el teniente de navío D. Pedro Cardona Rodríguez, el 6 de mayo junto a sus compañeros, pasan a estar vigilantes entre Ribadeo y Avilés, por orden se les destina a ambos, junto al Fantástico, quedando incorporados a Pasajes, junto a los dos primeros de esta base, Virgen de Icíar y Alcázar de Toledo, en este traslado fueron escoltados por el crucero Almirante Cervera, a quien de paso se le prestaba apoyo contra-sumergibles.

El 16 de junio de madrugada participo junto a su compañero y el Galerna, en el apresamiento del remolcador Ayeta-Mendi, vapor a remolque del anterior Itxaz-Ondo y el petrolero Gobeo, con 3.000 tn, de petróleo, y 500 tn, de gasóleo, quienes intentaron llegar a tierra navegando al O, pero fueron interceptados y con dotación de presa entraban en Pasajes el mismo día, el 18 seguido estuvo bombardeando la carretera costera con destino a Cantabria, por éste y su compañero, más el Galerna, por la que huían miles de soldados y no tan soldados; al llegar a la punta de Cerdigo, su batería de costa les respondió, pero las malas condiciones de visibilidad impedían apuntar con certeza, por ello dejaron de gastar munición por ambas partes, de hecho se advirtió que los vehículos que transitaban por la carretera, al llegar a la zona batida siempre de noche, para no ser detectados incluso, aunque muy peligroso, apagaban sus luces, el 19 entraban en Bilbao los nacionales, razón por la que el tráfico en la dicha carretera aumentó, fue entonces cuando el Galerna con su pieza de 101’6 mm, efectuó sobre ella seis disparos, hasta entonces sólo había utilizado la de menor calibre, pero por recibir la orden del Cuartel General del Ejército del Norte.

El 7 de julio participó en la entrega del petrolero Campoamor, de 10.900 TRB [1] al que después de pasarle una dotación de presa, entro en Pasajes, donde presto grandes servicios a la causa nacional, durante un tiempo no hay noticias sobre él, pero es seguro que seguía en servicio y con las mismas comisiones, el 19 de agosto por instrucciones del Comandante General del Departamento de Ferrol, estaba junto al Denis y Mercedes, entre Bilbao y la frontera francesa, para interceptar el tráfico, de pequeños buques, la mayor parte con personas que, no querían caer en manos de los nacionales; conforme iban avanzado las tropas por tierra, cada vez quedaba menos mar a vigilar, razón por la que el mando decidió relevar a su comandante, por el alférez de navío de la Reserva Naval D. Wenceslao Santos Mieytes, y por los golpes recibidos en alta mar cuando se entregó el Campoamor, paso a reparar en el mismo puerto de Pasajes, donde entro el 18 de agosto, permaneciendo en seco hasta el 15 de septiembre siguiente.

El 10 de octubre sucedió otro caso irritante, el mercante británico Bramhill, se encontraba intentando entrar en Gijón, pero justo a 3’5 millas de distancia de la costa, por ello impedía el apoyo desde el mar de los buques nacionales, el comandante de crucero Almirante Cervera, comunicó al contralmirante británico Calvert, con insignia en el crucero HMS Southamptom, que si proseguía en esa posición, bien la artillería de costa, bien la de uno de sus buques podría hacer blanco en él, y no por quererlo, sino porque la mar no es una base fija, y en el momento de abrir fuego, una simple ola podía variar la trayectoria del proyectil, pero el tal Sir no se dio por aludido, por no responder al menos algo, pero demostrando su buen talante, al insistir el comandante del crucero nacional, respondió que: «como estaba en aguas internacionales, no podía obligarle a moverse», una más de estos hipócritas enemigos de España.

Entre el 12 y 14 seguidos el crucero se vio obligado a abandonar la zona, por estar falto de combustible, arrumbando a La Coruña donde recargo, pero antes de salir ordeno a los dos minadores y seis bous presentes, extremaran las precauciones para evitar la entrada de los cuatro mercantes británico, allí permanecían a la espera de bajar la guardia, el 20 el mercante británico Stangrove, fue apresado a 2’5 millas de punta Coin, por el bou Alcázar de Toledo, el crucero nacional se puso a rumbo y al llegar le dio la orden a Ciriza nº 4 de acompaña la presa hasta Ribadeo, al medio día el crucero insignia británico apareció en escena, comenzando a cruzarse varios mensajes entre ambos cruceros, el comandante D. Manuel Moreu Figueroa, ya algo enfadado le respondió que: «el buque apresado, estaba a dos millas de tierra, y no era de recibo que Ud. pusiera en duda los medios de medir distancias, de los buques españoles» ante ello el británico pensó en otras cosas, como intentar seguir hablando y ver si el mercante podía de nuevo desasirse de su apresador, pero el del Ciriza nº 4, para impedirlo le lanzo un cable, quedando firmemente amarrado en ambos buques, y recibiendo la orden de Moreu de proseguir su rumbo a Ribadeo, a pesar de ello, volvió a insistir el mencionado, pues basándose en la medición de un supuesto observador embarcado en el mercante, se encontraban a 5 millas, a esto Moreu le respondió muy firmemente: «No he conocido en esta guerra a ningún capitán u observador que, admitiera nunca estar dentro de las aguas territoriales de España», pero no fue el final.

Como el tema se alargaba, el británico puesto al día por su antecesor, le recordó el apresamiento del Thorpebay, donde en parecidas circunstancias se encontraba éste caso, y entonces como ahora, en el momento del apresamiento no estaba presente el crucero español, por ello de nuevo se aprovechó de la duda existente, aparte de amenazar con represalias si no le daba libertad al buque apresado, de hecho el último mensaje del británico fue: «La actitud caballerosa del capitán de navío Moreu del 3 de septiembre merecía la debida fe en su palabra en esta ocasión. Se suponía que se estaba tratando entre caballeros y por tanto, un caballero no debía dar fe a un Capitán truhan de una naviera desaprensiva que fue lo que hizo el contralmirante Clavert inspirado más en el pirata Drake que en otros prestigiosos almirantes que llenaron de gloria las páginas de la historia naval británica.» Esto como se sabe es una perfidia sin paliativos, Moreu le volvió a dirigir la palabra, le dijo que: «le resultaba inapropiado que todo un contralmirante británico, hiciera más caso a un capitán de la mercante que a él, cuando todos sabíamos que ese buque sólo transportaba gente que huía de la guerra, pero no por ser combatientes, sino por algo mucho peor.», le dio orden al bou para que soltara la presa y saliera de las aguas españolas. Así se las arreglaban los indómitos, pero siempre vencibles enemigos de España, todo porque esos refugiados no iban a su país, sino a otros, (normalmente se devolvía a Francia) de ser lo primero no hubieran actuado de esta forma, pero debemos aclarar que, a las personas no se les dejaba entrar en su país, pero sí si estas llevaban metales preciosos o dinero en cajas de madera perfectamente selladas, las cuales eran requisadas y estas sí se desembarcaban en su “graciosa” isla.

El 21 de octubre por la mañana, el Ciriza nº 4, avisto un pesquero, cuando se acercaron su nombre era Katiuska, a su bordo un centenar de milicianos, quienes al estar casi abarloado abrieron fuego con sus fusiles, causando un herido, ante ellos la reacción fue inmediata, se separó a la máxima velocidad, y al estar fuera del alcance de sus armas, le amenazo con hundirlos, indicándoles que pasasen todos a proa, dejaran sus armas y regresar a popa, esto fue obedecido de inmediato, al mismo tiempo que advertía a sus compañeros de lo sucedido, y una vez solucionado el problema arrumbaba a Cudillero, para desembarcar al herido, fueron llegando sus compañeros para prestarle apoyo, al reunirse con el pesquero junto a los otros cuatro, con escolta del Tritonia y Tito, arrumbaban a Ribadeo, donde entraban el 23 seguido.

El mismo 21 entraban los nacionales en Gijón y con ello el frente del norte quedaba en sus manos, por ello éste bou pasó a alguna de las bases que se mantuvieron en este mar, donde por no ser ya necesario, por orden fue desarmado en abril de 1938 y devuelto a su propietario.

Notas

  1. Este petrolero tuvo una rocambolesca historia en estos momentos; al producirse el alzamiento se encontraba en Bilbao, por ello fue confiscado por el Gobierno de Madrid, realizo un primer viaje, saliendo de Bilbao el 20 de diciembre de 1936, arribando a Filadelfia para embarcar su carga, regresando con ella a su puerto de partida inicial, pero sin saber las razones permaneció cuatro meses fondeado, en un siguiente viaje cuando se encontraba cerca de su puerto base, fue avistado por el mercante armado Ciudad de Valencia, cuando intentaba entrar en Santander, pero al llevar bandera británica y su nombre era Pollux, no se le detuvo (ya sabemos cómo estaba la situación con los británicos), por ello el mercante armado le obligo a entrar en Le Verdum; pero la intención de su capitán D. José Izaguirre, se puso en contacto con los servicios de información de «Terminus», y desde aquí se dio la orden a un grupo especial, al mando del comandante Troncoso, quien envió en una lancha a los hermanos Goñi y seis falangistas, por saber que ese día la tripulación estaría en tierra de fiesta, lo abordaron y el capitán dio la orden a estos de zafar las estachas, pidiendo permiso a la capitanía del puerto para zarpar con rumbo a Londres, no se le puso impedimento y salió, al hacerlo vario rumbo a Pasajes, por ello el mismo 7 a las 19:00 se abarloo el Ciriza Nº 4, quien embarco una dotación de presa, poco después se enarboló la bandera nacional, a tan sólo tres millas del puerto francés, sabiendo que les perseguía un destructor francés, no miraron nada, lo que causo que al entrar por el mucho calado, el petrolero varara, debiendo esperar la pleamar para salir de su embarazosa situación, pero no fue la última, pues al estar ya en el interior del puerto a pesar de la pleamar volvió a varar, pero aquí ya sin riesgo ninguno, comenzando a trasbordar su preciada carga y cuando ya estuvo listo por estar más ligero de peso, se le atraco con la ayuda de dos remolcadores, posteriormente fue un buen buque de apoyo a las unidades navales nacionales, quienes lo utilizaron hasta finalizar la contienda, era de la empresa CAMPSA.

Bibliografía: Para leer clicar sobre ella.

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