Espinosa Maldonado y Tello de Guzman, Jose Maria de Biografia

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Biografía de don José de Espinosa Maldonado y Tello de Guzmán


Retrato al oleo de don José Espinosa Maldonado y Tello de Guzmán. Teniente general de la Real Armada Española. Caballero de la Real y Muy Distinguida Orden Española de Carlos III.
José Espinosa Maldonado y Tello de Guzmán.
Cortesía del Museo Naval. Madrid.


Teniente general de la Real Armada Española.

Cruz de caballero de la Real y Muy Distinguida Orden Española de Carlos III.


Orígenes

Vino al mundo en la ciudad de Sevilla, el 23 de mayo del año del Señor de 1763.

Hoja de Servicios

Su preparación, nos cuenta Martín Fernández de Navarrete y dice: «antes de terminar su infancia ya sabía escribir correctamente; había aprendido la retórica á la edad de nueve años; á los 13 había concluido la gramática latina, y á los 15 también había aprendido perfectamente el dibujo, el francés, la aritmética y la geometría.»

Realizó el pertinente examen y obtuvo plaza de Guardiamarina en la Compañía del Departamento de Ferrol el 18 de agosto de 1778, con notas sobresalientes en todas la materias, lo que no es de extrañar, ya que según cuentan su padre don Miguel de Espinosa Maldonado, conde de Aguilar, Alcalde Mayor de Sevilla, está considerado como el restaurador de la literatura española, cuando estaba en sus horas más bajas, siendo poseedor de una de la mejores bibliotecas de toda España y su madre doña Isabel María Tello de Guzmán, marquesa de Paradas y de Sauceda. Expediente N.º 2.573.

Durante su estancia en la Compañía destacó por su facilidad para el aprendizaje, obteniendo unas brillantes notas que pronto le granjearon la amistad con sus superiores. Nos dice Navarrete: «Se examinó del primer cuatrimestre en el mismo año de 1778, siendo de las materias de aritmética y geometría con nota en grado de sobresaliente, grande talento, grande aplicación, excelente conducta: á otro cuatrimestre, primero de 1779, examinado de cosmografía y navegación en grado sobresaliente, excelente talento, excelente aplicación, excelente conducta: fue embarcado á los nueve meses de ser guardiamarina, y á poco más de otro mes ascendió á oficial.»

En 1782 abandonó la Compañía con el grado de alférez de fragata, siendo destinado a la expedición para toma de Penzacola por haberse declarado la guerra al Reino Unido, al terminar la conquista de este territorio y regresar a Cádiz, fue trasbordado a un puesto, lo que le permitió participar en el combate naval de Cabo Espartel, aunque no fue de mucha fortuna para nuestra Armada.

Habiendo destacado en la Compañía en sus estudios astronómicos, se le destino al Real Observatorio de la Armada en San Fernando, estando a las órdenes como ayudante de don Vicente Tofiño.

En esos momentos se estaba realizando el levantamiento de las costas de España, por lo que fue enviado a hacerlo en las comprendidas entre Ferrol y Fuenterrabía, levantando con sus conocimientos todas las cartas hidrográficas de esta costa, por su gran trabajo formó parte muy importante del posterior «Atlas Marítimo.», siendo uno de los responsables de ver y comprobar su publicación.

En 1787 se le ascendió al grado de teniente de navío.

Estando ya finalizando su trabajo, en 1788 fue reclamado por don Alejandro Malaspina para formar parte de su futura expedición alrededor del mundo, siendo encargado por su nuevo jefe, de la verificación y buen hacer en la construcción de las corbetas así como en la preparación científica de ella, sobre todo en el tema de los instrumentos por ser vitales para el buen fin del proyecto y con el especial encargo, de redactar la crónica de ella.

Pero su salud le impidió zarpar con la expedición, quedándose en Cádiz para restablecerse, al estar recuperado embarcó, cruzó el océano Atlántico, pero aportando nuevos instrumentos, los cuales no desaprovechó, ya que sobre el centró del océano situó varios escollos, consiguiendo alcanzarla en el puerto de Acapulco.

Inmediatamente don Alejandro Malaspina, le comisionó con los nuevos instrumentos, a reconocer y levantar, los accesos y puertos de Veracruz y Acapulco, así como sondar los peligrosos bajos ya vistos pero no situados de la zona de Campeche, así como sus veriles.

En 1792 alcanzaron el estrecho de Nootka, realizando un reconocimiento y situación del Estrecho de Fuca, a bordo de las goletas Sutil y Mejicana.

Desde aquí la expedición navegó a las isla Filipinas, al terminar los trabajos retornaron a las aguas del Perú, pero en esta travesía fue atacado de escorbuto, siendo recomendado por el médico de la expedición su retorno a la Península, estando acompañado por don Felipe de Bouza, pero a pesar de estar enfermo nadie pudo evitar, que al cruzar la cordillera de los Andes, se pasara un tiempo para situarla con observaciones astronómicas, consiguiendo llegar a Montevideo donde embarcó de trasporte en la corbeta Gertrudis, la cual arribó al puerto de Cádiz en septiembre de 1794.

Permaneció un tiempo al cuidado de los médicos y al estar restablecido, se encontró con su nuevo ascenso a capitán de fragata, siendo reclamado por el general don José de Mazarredo como ayudante, permaneciendo un tiempo en la escuadra del mando del General.

Por ser destinado a las islas Filipinas, pero la ir a la capital y presentarse al Capitán General de la Armada, a la sazón don Antonio González de Arce Paredes y Ulloa, éste intercedió ante el Rey, para que fuera mucho más útil por sus conocimientos y salud, si era destinado a trabajos de investigación más que de guerra, a lo que el Rey accedió, así fue nombrado Ayudante Secretario de la Dirección General de la Armada y Jefe de la Dirección de Hidrográfica.

En el tiempo que estuvo al frente de la Dirección Hidrográfica, su gestión la situó en uno de los puestos más altos de sus homónimas, siendo incluso un referente para otras. Se publicaron dos volúmenes de cartas náuticas, pero de tanta exactitud, que pasados varios años se volvieron a comprobar, decidiendo que no era menester retocar nada, ya que seguían siendo tan válidas como cuando se publicaron.

En 1807 se le ascendió a jefe de escuadra, siendo nombrado secretario del Almirantazgo.

En este puesto sobrevino la invasión francesa y con ella el nombramiento del nuevo rey José Bonaparte, quien intentó atraérselo, pero se negó por completo y dimitió de todos sus cargos.

Al ser el responsable de los documentos de la Dirección Hidrográfica, quiso escaparse a Sevilla con ellos, pero tuvo que desistir al impedírselo la guardia que montaron para evitarlo, esto le obligó a fugarse de la capital, consiguiendo llegar anta la Junta de la ciudad hispalense.

La Junta lo comisionó para viajar a Londres, para allí fuera del alcance de las manos de Napoleón, seguir dirigiendo el grabado de las cartas náuticas y al mismo tiempo, el dar noticias sobre los movimientos de la marina, comercio de ésta, pesca y arsenales británicos.

Allí permaneció durante toda la guerra, regresando a España con el grado de teniente general. Al restablecerse el Almirantazgo, volvió a ocupar su cargo anterior, al mismo tiempo que retenía el de Jefe de la Dirección Hidrográfica, pero dada su poca salud dimitió de su cargo en el Almirantazgo, manteniendo el de la Dirección Hidrográfica, hasta sobrevenirle el óbito el 6 de septiembre de 1815, totalmente inesperado, aunque nunca gozó de muy buena salud.

Falleciendo a temprana edad ya que contaba con cincuenta y dos años, dos meses y cuatro días.

Estaba en posesión de la Cruz de caballero de la Real y Muy Distinguida Orden de Carlos III. Expediente 1.290 en 1805.

Entre sus obras más notables se encuentran:

«Relación del viaje hecho por las goletas Sutil y Mejicana en el año de 1792 para reconocer el estrecho de Fuca.» En la que se da noticia de las expediciones ejecutadas anteriormente por los españoles en busca del paso del Noroeste de la América. Impresa por Orden Real en Madrid en la imprenta Real, 1802. En 4º.

«Memoria sobre las observaciones astronómicas que han servido de fundamento á las cartas de la costa NO. de América.» Esta obra, fue publicada por la Dirección de trabajos hidrográficos, pero se volvió a incluir la obra anterior como segunda parte de ella, aunque aumentada con preciosas noticias, observaciones y cálculos para fijar situaciones geográficas importantes. Madrid á 31 de diciembre de 1805. En 4º.

«Memorias sobre las observaciones astronómicas hechas por navegantes españoles en distintos lugares del globo, las cuales han servido de fundamento para la formación de las cartas de marear publicadas por la Dirección de trabajos hidrográficos de Madrid.» Publicada por la Imprenta Real en Madrid, 1809. Son dos tomos en 4º, con cuatro Memorias y varios Apéndices a cual más curioso e importante, un Apéndice en la segunda Memoria del tomo uno entre las páginas 169 y 182, su epígrafe reza: «Observaciones de la velocidad del sonido, de la latitud, longitud y variación, hechas en Santiago de Chile por el teniente de navío D. José de Espinosa, y el alférez de navío D. Felipe Bausá en 1794.» Y por nota a píe de la misma página 169 aclara: «Las observaciones que incluye este número las hicimos por mera afición, con motivo de restituirnos de Valparaíso a Buenos Aires por tierra, á procurar nuestra incorporación con las corbetas Descubierta y Atrevida, de cuyos buques desembarcamos en Lima por enfermos. Practicamos asimismo en nuestro viaje muchas operaciones geodésicas, y adquirimos varios planos, descripciones y noticias geográficas, que corregidos con aquellas latitudes y longitudes observadas, han servido para formar una carta particular de la cordillera y las Pampas, la cual se está grabando actualmente en la dirección hidrográfica.»

«Idea de la marina inglesa, escrita por el teniente general de la Armada nacional don José Espinosa Tello. Mandada imprimir y publicar por las Cortes.» Imprenta Nacional. Madrid, 1821. Es un cuaderno de 67 páginas en 4º. Fue escrita por orden del Ministerio de Marina, durante su estancia en Londres entre los años 1810 á 1815.

Bibliografía:

Enciclopedia General del Mar. Garriga 1957. Compilada por el contralmirante don Carlos Martínez-Valverde y Martínez.

Enciclopedia Universal Ilustrada. Espasa. Tomo 22, 1924, página 243.

Fernández de Navarrete, Martín.: Biblioteca Marítima Española. Obra póstuma. Imprenta de la Viuda de Calero. Madrid, 1851.

Fernández Duro, Cesáreo.: La Armada Española desde la unión de los reinos de Castilla y Aragón. Est. Tipográfico «Sucesores de Rivadeneyra» 9 tomos. Madrid, 1895—1903.

González de Canales, Fernando.: Catálogo de Pinturas del Museo Naval. Tomo II. Ministerio de Defensa. Madrid 2000.

Paula Pavía, Francisco de.: Galería Biográfica de los Generales de Marina. Imprenta J. López. Madrid, 1873.

Válgoma, Dalmiro de la. y Finestrat, Barón de.: Real Compañía de Guardia Marinas y Colegio Naval. Catálogo de pruebas de Caballeros aspirantes. Instituto Histórico de Marina. Madrid, 1944 a 1956. 7 Tomos.

VV. AA.: La Expedición Malaespina 1789-1794. Ministerio de Defensa-Museo Naval-Lunwerg Editores. 1987-1999. Obra en 9 tomos y 10 volúmenes.

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