Estrada y Gonzalez Guiral, Antonio de Biografia

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Biografía de don Antonio de Estrada y González Guiral


Óleo de don Antonio de Estrada y González Guiral. Teniente general de la Real Armada Española.
Antonio de Estrada y González Guiral.
Cortesía del Museo Naval. Madrid.


Teniente general de la Real Armada Española.

Orígenes

Vino al mundo en Cádiz, siendo bautizado en la parroquia castrense el 21 de marzo de 1798, siendo sus padres don Nicolás de Estada y Posada, teniente general de la Real Armada, y doña Josefa González Guiral y Sánchez de Madrid.

Hoja de Servicios

Sentó plaza de guardiamarina en la Compañía del Departamento de Cartagena el 28 de noviembre de 1811. Expediente N.º 3.932.

Fue ascendido a alférez de fragata en el mismo año de su ingreso en la Compañía, por demostrar su valía y necesitarse oficiales para el mando de las fuerzas sutiles, pasó a formar parte de ellas en la defensa de la isla de León, permaneciendo hasta alejarse los napoleónicos de la costa.

Realizó en la comprensión del Departamento de Cádiz varios cruceros entre los cabos de Santa María y San Vicente, así como dos viajes con tropas a las islas Afortunadas.

Por Real orden de 1819 se le ascendió al grado de alférez de navío. Cruzó el océano por ser destinado al apostadero de la Habana, donde participó a las órdenes de don Ángel Laborde en cuantos combates se dieron en las aguas del seno del virreinato de Nueva España, al producirse la insurrección para conseguir su independencia, al conseguirla pasó a ser el actual México.

El 13 de enero de 1824 zarpó al mando del bergantín Aquiles, en conserva del navío Asía con rumbo al Callao, arribando el 12 de septiembre, levantando con su presencia el bloqueo ejercido por los peruanos, prosiguiendo con las operaciones navales al mando del general don Roque Guruceta, al ser vencido el ejército realista por Sucre, el virrey Laserna capituló.

Los buques no se rindieron, dividiéndose en dos agrupaciones una de ellas compuesta por el navío Asía, los bergantines Aquiles y Constante más la fragata de transporte Clarington, pusieron rumbo a las islas Filipinas, zarpando el 5 de enero de 1825, al pasar dos meses comenzó escasear sobre todo el agua, dando la orden de variar el rumbo a las Marianas, arribando a la rada de Umatag, en la isla de Guajan, capital del archipiélago, pero las dotaciones eran de nativos americanos, por ello se sublevaron consiguiendo por su inmenso mayor número apoderarse de los buques, pero al Aquiles y la mercante después de tres días les pegaron fuego, arribando al continente con los demás.

Don Roque Guruceta comisionó a su oficial de órdenes el teniente de navío don Antonio Doral, para viajar al puerto de Apra donde seguro habría algún buque que pudiera transpórtales a todos a las islas Filipinas, así consiguió hacerse con el contrato de una fragata dedicada a la caza de ballenas con pabellón británico, nombrada Suplay, tomo el mando de ella Doral trasladándose al puerto de Umatag, donde embarcaron todos, al estar listos zarparon el 20 de marzo, arribando a Manila el 4 de abril, de donde volvieron a zarpar, arribando a la bahía de Cádiz el 7 de julio de 1826.

Por sus méritos a lo largo de esta guerra se le ascendió al grado de teniente de navío graduado en el propio año y en propiedad en 1827, poco después se le otorgó el mando del bergantín Diligente, en comisión de guardacostas en la península.

Se le ascendió al grado de capitán de fragata en 1836, pasando a mandar el bergantín Jasón, el buque se encontraba en la isla de Cuba, siendo comisionado con el mismo servicio en sus aguas, a su regreso a la península en 1840 se le otorgó el mando de la goleta Mahonesa, realizando cruceros entre los cabos de Santa María y San Vicente.

Se le ascendió al grado de capitán de navío en 1843, poco después por Real orden se le otorgó el mando de la fragata Perla, zarpando rumbo a Montevideo para salvar al general de esta república don Fructuoso Rivero, quien embarcó para su mejor protección, por estar en ese momento sufriendo una revuelta la nueva nación.

Encontrándose en la península, se le ascendió al grado de brigadier en 1846, siendo comisionado con varios compañeros para visitar los adelantos técnicos en los arsenales del Reino Unido.

A su regreso se le otorga el cargo de comandante General de los buques guardacostas de la península e islas adyacentes, pues su larga experiencia le había convertido en un gran experto en estas comisiones.

Por su ejemplar forma y organización de estas fuerzas, se le asciende al grado de jefe de escuadra por Real orden del 19 de enero de 1853 y se le entrega el mando del Departamento de Ferrol, permaneciendo en él hasta 1856, por recibir el mando de las Comandancia General de los Reales Cuerpos de Artillería e Infantería de Marina.

Por Real orden del 22 de agosto de 1863 se le asciende al grado de Teniente General.

Por Real orden del 12 de diciembre de 1864, se le nombró Senador Vitalicio. Real agradecimiento en la época a aquellos que fueron fieles a los distintos Reyes y a buen seguro llegarían a lo más alto.

En 1867 se le elige para el cargo de presidente de la Junta Consultiva y Directiva de la Armada.

Y en 1868, en el último Gobierno de la reina doña Isabel II, se le nombra Ministro de Marina el 21 de septiembre, cesando el 8 de octubre siguiente al sobrevenir la revolución de este mismo año, pasando a la reserva.

Por ello se le pierde la pista y no se sabe con certeza su fecha de fallecimiento, suponiéndose fue en 1869. Esto lo damos por bueno porque en el Estado General de la Armada para el año 1870 no figura como exento de servicio, al igual que varios compañeros de su mismo grado que bien por no estar de acuerdo con el derrocamiento de la Reina abandonaron la Armada, o bien porque el nuevo Gobierno surgido por la revolución los pasó a esta escala, a pesar de ello siguen figurando todos menos don Antonio de Estrada.

Estaba en posesión de varias condecoraciones, entre ellas: Placa de la Gran Cruz de la Real y Militar Orden de San Hermenegildo y Gran Cruz de la Real Orden Americana de Isabel la Católica.

Bibliografía:

Bordejé y Morencos, F. Fernando de.: Crónica de la Marina Española en el siglo XIX, 1800-1868 (Tomo I) Editorial Naval. Madrid, 1993.

Bordejé y Morencos, F. Fernando de.: Crónica de la Marina Española en el siglo XIX, 1868-1898 (Tomo II) Editorial Naval. Madrid, 1995.

Estado General de la Armada para el año 1853.

Estado General de la Armada para el año 1858.

Estado General de la Armada para el año 1863.

Estado General de la Armada para el año 1869.

Estado General de la Armada para el año 1870.

Fernández Duro, Cesáreo.: La Armada Española desde la unión de los reinos de Castilla y Aragón. Est. Tipográfico «Sucesores de Rivadeneyra» 9 tomos. Madrid, 1895—1903.

González de Canales, Fernando.: Catálogo de Pinturas del Museo Naval. Tomo II. Ministerio de Defensa. Madrid, 2000.

Guardia, Ricardo de la.: Notas para un Cronicón de la Marina Militar de España. Anales de trece siglos de historia de la marina. El Correo Gallego. 1914.

Válgoma y Finestrat, Dalmiro de la. Barón de Válgoma.: Real Compañía de Guardia Marinas y Colegio Naval. Catálogo de pruebas de Caballeros aspirantes. Instituto Histórico de Marina. Madrid, 1944 a 1956. 7 Tomos.

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