Gonzalez Hontoria, Jose Biografia

De Todoavante.es

Saltar a navegación, buscar
Biografía de don José González Hontoria


Óleo del busto de don José González Hontoria. Mariscal de Campo del Real Cuerpo de Infantería de Marina. Brigadier de Artillería de la Real Armada.
José González Hontoria.
Cortesía del Museo Naval. Madrid.



Mariscal de Campo del Real Cuerpo de Infantería de Marina.


Brigadier de Artillería de la Real Armada.


Cruz de caballero de la Real y Muy Distinguida Orden Española de Carlos III.

Orígenes

Vino al mundo en la población de Sanlúcar de Barrameda, provincia de Cádiz, el día veintiuno de julio del año de 1840.

Hoja de Servicios

Ingresó en la Academia de Estado Mayor de Artillería de la Armada en el año de 1858. En el año de 1860 obtiene el despacho de teniente, por sus inmejorables notas y dotes se le nombra profesor del mismo centro.

En el año de 1862 se le asciende al grado de capitán, continuando con sus clases y estudiando en sus ratos libres, la forma de mejorar la artillería, que a su parecer no estaba al nivel que tecnológicamente debía, así como el estudio de la mejora de las pólvoras existentes, que indudablemente contribuirían a mejorar el fuego artillero.

Consiguió el que fuera subvencionado en un viaje de estudios a los Estados Unidos, para a su vez comprobar el funcionamiento de las piezas, que en aquél país se estaban evolucionando muy aprisa.

A su regreso, explicó con minuciosidad la forma de fabricar las piezas de artillería, por lo que fue felicitado por todos los responsables y como agradecimiento a este estudio profundo, que lograría mejorar nuestra artillería, se le concedió la Cruz de caballero de la Real y Muy Distinguida Orden de Carlos III.

De nuevo se incorporó a su destino en la Academia, pero en el año de 1866 se le destina a la comisión de la Real Armada, que se acababa de formar en la fábrica de Trubia, en la que permaneció hasta el año de 1869.

Es éste último año se le asciende a teniente coronel por rigurosa antigüedad, siendo nombrado comandante del Parque de Artillería del Ferrol. Durante su estancia en este cuartel realiza su primer proyecto, siendo una pieza de avancarga de hiero fundido en hueco, por el procedimiento ya probado de Rodman, consiguiendo una pieza del calibre de diez pulgadas ó 254 m/m. Permaneciendo en este servicio hasta el año de 1872.

Por ser destinado como jefe de la Comisión de la Armada en la fábrica de Trubia, donde lleva a cabo el desarrolló de las piezas de 20, 18, 16, 12, 9 y 7 centímetros, siendo las tres de mayor calibre de hierro entubado, mientras las restantes más pequeñas lo eran de acero, quedando denominadas así como el sistema « González Hontoria Mod. 1879.- », suponiendo al mismo tiempo, una remodelación total de la fábrica para poder conseguir estos calibre y trabajar con acero.

Al mismo tiempo, se convirtieron piezas fabricadas por otros sistemas, para unificarlas a la del Mod. 1879: La pieza de 22 centímetros lisa « Barrios. » pasó a tener 18, pues fue reentubada con camisa de acero y con el cierre de retrocarga con el sistema de tornillo, igual pasó con el « Rivera. » de 20, que pasó a 16 y el « Vigodet Alcón. » que quedo con el mismo calibre.

Por lo que quedaron renombrados como; el « Barrios » como 18 ctms.; el de «Riera» de 16 ctms. como nº 2 y el « Vigodet Alcón. » de 16 ctms. como nº 3.

Entre ellos destacó por su eficacia, el de 16 cms. que en las pruebas se realizaron 652 disparos, comenzando con una carga de 7 kilos de pólvora, subiéndola a 7,2 y por último a 7,5, quedando establecida como la máxima normal la de 7. Al finalizar las pruebas, tanto el cañón como la cureña, estaba en perfecto estado, lo que fue avalado por los técnicos extranjeros, como una de las mejores piezas de artillería del momento.

Por sus desvelos y especiales servicios a la Armada por Real Orden del día veinticuatro de octubre de 1877 se le asciende a coronel del Real Cuerpo de Infantería de Marina, pero sin sueldo ni antigüedad, solo como recompensa y en enero del año de 1878 se le asciende a coronel supernumerario del Cuerpo de Artillería de la Real Armada, concediéndole al mismo tiempo la Cruz de tercera clase al Mérito Naval y por el gran desarrolló técnico que habían significado sus proyectos, se le concedió la Gran Cruz de la Real Orden Americana de Isabel la Católica.

Con fecha del día veintitrés de enero del año de 1878, asciende por rigurosa antigüedad al grado de coronel del Cuerpo de Artillería de la Real Armada.

El mismo año de 1879, fueron aceptadas por la Armada sus nuevas piezas de artillería y nombrado, vocal de la Junta mixta de Guerra y Marina, para que se fueran fabricando sus piezas unificando a los dos ejércitos, y sobre todo, la fabricación de los nuevos proyectiles para ellas.

Por ello en el mes de marzo de 1880, se le comisionó para que visitara las distintas fábricas, para difundir su técnica y que se siguieran sus instrucciones; al entregar el estudio realizado, fue tan minucioso y perfecto, que se le concedió la Cruz al Mérito Naval de segunda clase.

El día cuatro de febrero del año de 1881, fue definitivamente aprobado su proyecto, pues ya queda dicho, que la pieza de 16 ctms. era técnicamente en esos momentos la mejor del mundo.

Por todo este buen trabajo se le recompensó con el ascenso a brigadier del Real Cuerpo de Infantería de Marina y se vio también recompensado por sus compañeros, ya que entre ellos le regalaron la faja de su nuevo grado, a la que se acompañaba una carta que por su significado de buen compañerismo, por Real Orden se imprimió y envío a todas las dependencias de la Armada.

Durante los año de 1882 y 1883, se le envío a dar a conocer a las potencias extranjeras sus nuevos métodos de fabricación, al mismo tiempo que recaba información sobre más adelantos técnicos, para seguir mejorando su sistema. Durante este viaje sucedió (se supo posteriormente) que los británicos al ver su superioridad artillera de sus cañones, quisieron se quedara en sus empresas, pero como buen español y al igual que otros inventores como Peral prefirió quedarse al servicio de España, a pesar de la lógica superioridad económica que se le otorgaba con el cambio. (Pero hay cosas que el dinero no puede comprar)

Continuó vigilante de las instrucciones recibidas, para la buena terminación de sus piezas, hasta que por Real Orden del día dos de marzo del año de 1887, se le concedió el ascenso a Mariscal de Campo del Real Cuerpo de Infantería de Marina como reconocimiento a su gran trabajo y siendo al primer vez en la historia, que siendo Brigadier del Cuerpo de Artillería de la Real Armada, fuera un grado superior en el de la Infantería de Marina.

A esta R. O. le acompañaba su nuevo destino, que no era otro que el de Inspector General de toda la Artillería de España, cargo en el que permaneció hasta su fallecimiento, que ocurrió en el manicomio de Carabanchel el día catorce de junio del año de 1889, sin haber cumplido los cuarenta y nueve años de edad.

Al parecer sus grandes desvelos, la gran cantidad de estudios y sobre todo el trabajar tanto con poco descanso para conseguir su objetivo, al que se consagró desde el primer momento, le provocaron una pérdida de la ‹ razón› que le llevó a la muerte. Pero al mismo tiempo le consagró como uno de los mejores técnicos artilleros del mundo y favoreció a su país, consiguiendo una independencia que hacía siglos no se tenía en esta materia.

Durante años, lo estuvieron tentando con mejores sueldos y más gloria algunos países extranjeros, pero él siempre se negó a trabajar para otros que no fuera su patria.

Nada más conocerse el fatal desenlace, en las Cortes se voto y por unanimidad de toda la Cámara, se le concedió a su esposa la excelentísima señora doña María de la Concepción Fernández Ladreda y Miranda, una pensión extraordinaria de por vida, que no tenía nada que ver con la que cobraría por la de viudedad.

Fotografía de su sepulcro en el Panteón de Marinos Ilustre de San Fernando. Cádiz.
Mausoleo en el Panteón de Marinos Ilustres de San Fernando.
Cortesía del Museo Naval. Madrid.

No en balde en el año de 1898, las piezas montadas en los buques de la Real Armada con su nombre, eran trescientas veintiséis, de los calibres de 32, 28, 24, 20, 18, 16, 14, 12, 9 y 7 ctms.

Por la Real Orden del día 12 de marzo del año de 1891, se disponía que sus restos descansaran en el Panteón de Marinos Ilustres, pero no fue hasta el día siete de julio del año de 1907 cuando realmente fueron depositados en tan sagrado lugar, para su eterno descanso.

En la losa que cubre su sepulcro, situado en la segunda capilla de la izquierda, dice así:

R. I. P.

Aquí descansan los restos del
Mariscal de Campo de Infantería de
Marina, Brigadier de Artillería de
la Armada
Don José González Hontoria
inventor del sistema
de cañones de su
nombre.

El 14 de junio de

1889.

Bibliografía:

Cervera Pery, José.: El Panteón de Marinos Ilustres, trayectoria histórica, reseña biográfica. Ministerio de Defensa. Madrid. 2004.

Cervera y Jácome, Juan.: El Panteón de Marinos Ilustres. Ministerio de Marina. Madrid. 1926.

Enciclopedia General del Mar. Garriga. 1957. Compilada por el contralmirante don Carlos Martínez-Valverde y Martínez.

Enciclopedia Universal Ilustrada. Espasa Tomo 26, 1925, página 667.

González de Canales, Fernando.: Catálogo de Pinturas del Museo Naval. Tomo III. Ministerio de Defensa. Madrid, 2000.

Mortera Pérez, Artemio.: La Fábrica de Trubia. Dos siglos de Tecnología Artillera. Fundación Alvargonzález, 2005.

Compilada por Todoavante ©

Herramientas personales
Espacios de nombres
Variantes
Acciones
Navegación
Hª NAVAL de ESPAÑA
Estado Mayor
Ordenes Militares
Flotas
Buques General
De 1248 a 1514
De 1515 a 1700
De 1701 a 1833
De 1834 a 1957
Herramientas