Liano y Arjona, Francisco Biografia

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Revisión de 08:56 29 may 2020


Biografía de don Francisco Liaño y Arjona

Teniente general de la Real Armada Española.

Caballero de Justicia de la Soberana y Militar Orden Hospitalaria de San Juan de Jerusalén de Rodas y de Malta.


Orígenes

En la que profesó alcanzando el título de Comendador.

Como muchos de esta época, al ser nombrado Caballero de Malta, comenzó su carrera de marino corriendo caravanas en las galeras de la Orden.

Hoja de Servicios

Pasando posteriormente a prestar sus servicios en la Armada en el reinado de Carlos II, a la muerte de éste se proclamó a don Felipe V, el primer rey de las Casa de los Borbón, a quien le prestó juramento de fidelidad y acatamiento, continuando a su servicio.

Participó en la escuadra del general Andrés del Pez, como oficial subalterno y a sus órdenes, tomando parte en principio en el bloqueo y posteriormente desembarcado en la toma de la ciudad de Barcelona. Siendo uno de los más sangrientos combates de la historia de España, fue el día 11 de septiembre cuando se asaltó la ciudad, hubo posición que fue tomada, pérdida y retomada hasta ocho veces, toda la ciudad se convirtió en un campo de guerra, cada plaza, calle e incluso casa era un reducto a tomar, parecía una pelea a muerte que alcanzó sus máximos extremos, llevados más por el odio que por el arte de la guerra.

Por el poco espacio en el que se libró y comparativamente a la cantidad de tropas que participaban, solo las bajas que se saben, que lo fueron las de don Felipe V, significó algo más de una quinta parte de ellas, demostrando con estos datos la rabia que demostraron en sus acometidas ambos bandos. Como en todas las guerras civiles que hemos sufrido quien perdió fue España.

Transbordó a la escuadra del general don Pedro Gutiérrez de los Ríos, zarpando del puerto de Barcelona el día 15 de junio del año de 1715, la expedición para la conquista de la isla de Mallorca, estando formada por dieciocho buques de guerra, seis galeras, veintiséis transportes, diecisiete saetías, cuarenta y una tartanas, veinticinco pingues, dos galeotas y dos saetías armada y cuarenta barcas, en las que se trasportaba a un ejército formado por veinticuatro batallones de infantería, mil doscientos caballos y seiscientas mulas para transportar la artillería más el tren de carros con toda la impedimenta de boca y guerra, estando al mando del caballero d’Asfeld. Como segundo jefe de la expedición iba el marqués de Mari y escogió a Spínola como ayudante personal.

Se logró llegar a la isla, las fuerzas fueron desembarcadas en un punto cercano, para que fueran de través sobre la capital, haciendo coincidir la escuadra su presencia cuando las tropas estuvieran ya rodeando la población, siendo el día veinticuatro cuando fue entrando en la gran bahía mallorquina la escuadra, al ser vista por la población y con el ejército rodeándola, el marqués de Rubí entregó la ciudad por capitulación, por lo que regreso su posesión la preciada isla a la monarquía española.

Al ver lo fácil que había resultado, se aprovechó la fuerza y parte de la escuadra con una porción del ejército, para arrumbar a la isla de Ibiza, al arribar se les comunicó que Mallorca ya estaba en su poder, por los que se les conminaba a que siguieran su ejemplo para evitar derramamiento de sangre, al mismo tiempo que se les garantizó que podrían salir de la isla los austriacos que quisieran, ante esta benevolencia no la desaprovecharon y capitularon, incorporándose de nuevo la isla a la corona española.

Se le llamó para incorporarse a la escuadra del marqués de Mari con insignia en el navío Santa Isabel de 80 cañones, zarpó de Barcelona el día 15 de agosto del año de 1717, compuesta por doce navío, seis fragatas, dos bajeles de fuego, dos bombardas y tres galeras, para dar apoyo a ochenta trasportes cargados con nueve mil hombres y seiscientos caballos, más los consabidos respetos de artillería de sitio y de campaña, los ingenieros y los bastimentos propios de víveres más la pólvora, con rumbo a la isla de Cerdeña donde consiguieron desembarcar con el apoyo de la escuadra, manteniendo de nuevo duros combates, que dieron un final feliz ya que fue conquistada en menos de dos meses, regresando igualmente a enarbolar el pabellón español, era un trozo más de los territorios perdidos durante la guerra de Secesión.

En el año de 1718 formó en la expedición a la isla de Sicilia al mando del general Gaztañeta, desembarcó participando en las conquistas de Palermo y Messina.

Don Antonio Gaztañeta por informaciones del Secretario Alberoni, estaba en la certeza de que la presencia de la escuadra británica era solo para mantener la paz, por lo que en principio no se hizo mucho caso y la española no tomó medidas preventivas para entrar en combate, además los dos países estaban en paz, pero se fijó Gaztañeta en las maniobras que venían realizando, lo que le llevó a dar la orden de formar la línea de combate, no le dio tiempo a conseguirlo siendo atacado por el almirante británico Byng sin declaración de guerra, alcanzando el enemigo a cortar a la escuadra por la retaguardia, con ventaja de varios navíos sobre cada español, saliendo algunos navíos españoles ilesos por tener los vientos contrarios, impidiéndoles poder arribar al fuego, cayendo herido Gaztañeta y apresados varios navíos, otro hundido más una fragata.

Siendo hechos prisioneros don Antonio Gaztañeta, herido, don José Patiño, don Andrés Reggio, Spínola y Liaño también herido entre otros muchos.

Realizado el canje pasó embarcado a la escuadra del general don Carlos Grillo, con la que participó en el socorro definitivo a la ciudad de Ceuta, que venía soportando un asedio casi desde el principio de la guerra de Sucesión, para solucionar el problema, se realizó una maniobra que consistió en hacer un desembarco en la retaguardia del enemigo, el cual prestó menos atención al asedio, para presentar combate a los recién desembarcados, en cuyo momento salió de la plaza el ejército, siendo cogidos entre dos fuegos, lo inesperado de esta acción dio al traste con los sitiadores, que se desperdigaron en su huída en dirección a Tánger y Tetuán.

El ataque tuvo lugar el día 15 de noviembre del año de 1720. El mando español tenía previsto, que si esto sucedía se explotaría el éxito hasta conseguir tomar la ciudad de Tánger, acción que se comenzó y era cosa casi fácil por lo desordenado de la huída, pero surgieron los británicos, que al ver la maniobra, no la aceptaron como viable para sus intereses y amenazaron con destruir la flota española si se llevaba a término, así el general al mando ordenó que se paralizase la ofensiva.

En la expedición a Orán, en la que el general Montemar estaba al mando del ejército, éste era conducido y protegido por la escuadra al mando del general Cornejo, quién eligió a tres capitanes de navío para dirigir el desembarco, siendo ellos, el marqués de Bena Massenaro, Juan José Navarro y Liaño, siendo conquistada la ciudad norteafricana.

Por su buen hacer en estas operaciones, fue recomendado para su ascenso por el general Cornejo.

Después de realizar un tornaviaje a la Guaira y Cartagena de Indias, regresando con caudales, al poco tiempo fue ascendido al grado de jefe de escuadra.

Se le otorgó la Comandancia General del Departamento de Ferrol, puesto en el que estuvo desde el día 16 de octubre del año de 1737, hasta el 18 de noviembre del año de 1739, por ser llamado a la Corte, después de mantener diversas conversaciones con el Rey, éste le otorgó el mando de la escuadra del Departamento de Cádiz, tomando posesión de ella al año siguiente.

Al mando de esta escuadra, estuvo cumpliendo su comisión, que tanto era en el Océano para proteger la recalada de las Flotas de Indias, como por el norte de África en el Mediterráneo contra el corso berberisco, poco después se le encomendó una comisión diplomática, ante la Regencia de Túnez que la llevó a buen término.

Un tiempo más tarde, transportó tropas para reforzar las ya existentes o renovar por licencia a otras, tanto en las plazas de soberanía española en el norte de África, así como a las islas Canarias.

Por Real orden del día 28 de febrero del año de 1750, se le otorga el cargo de Comandante General del Departamento de Cartagena.

Por Real orden del día 20 de septiembre del año de 1752, fue ascendido al grado de teniente general.

Falleció el día 18 de enero del año de 1753, en la misma ciudad de Cartagena en el cumplimiento de su cargo.

Bibliografía:

Enciclopedia General del Mar. Garriga. 1957. Compilada por el contralmirante don Carlos Martínez-Valverde y Martínez.

Fernández Duro, Cesáreo.: Disquisiciones Náuticas. Facsímil. Madrid, 1996. 6 Tomos.

Fernández Duro, Cesáreo.: La Armada Española desde la unión de los reinos de Castilla y Aragón. Est. Tipográfico «Sucesores de Rivadeneyra» 9 tomos. Madrid, 1895—1903.

Guardia, Ricardo de la.: Notas para un Cronicón de la Marina Militar de España. Anales de trece siglos de historia de la marina. El Correo Gallego. 1914.

Paula Pavía, Francisco de.: Galería Biográfica de los Generales de Marina. Imprenta J. López. Madrid, 1873.

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