Novo y Colson, Pedro de Biografia

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Pedro de Novo y Colson Biografía


Teniente de navío de la Real Armada Española.

Escritor prolífico, historiador, poeta y autor dramático.

Orígenes

Vino al mundo en la ciudad Departamental de Cádiz en el mes de octubre del año de 1846.

Hoja de Servicios

Con dieciséis años sentó plaza en el Colegio Naval Militar, al cabo de dos años y habiendo aprobado todos las materias teóricas, en el año de 1864 ya como guardiamarina, comenzó sus práctica de la mar, siendo su primer buque de embarco la corbeta Villa de Bilbao, trasbordando posteriormente a la de la misma clase Esperanza, con las que realizó sus cruceros de instrucción.

Trasbordo a la fragata Princesa de Asturias, con la que prosiguió realizando cruceros, hasta que le llegó la orden de pasar a la fragata acorazada Tetuán (la hermosa Tetuán; como era conocida en su momento), con ella zarpó con rumbo a La Habana y permaneciendo en estas aguas por espacio de cuatro años.

Regresando a la península, al poco tiempo se le ascendió a alférez de navío, recibiendo la orden de regresar a la isla de Cuba, corría el año de 1872, cuando se le otorgó el mando de una lancha cañonera de nueva construcción, la Lista, siendo destinado a proteger el comercio y combatir el contrabando, en las aguas comprendidas entre Manzanillo y la desembocadura del río Cauto.

Por este tiempo, realizó como si de un infante se tratara servicios en tierra, pues puesto a las órdenes del jefe del ejército y encuadrado en el batallón de Antequera, cuando esta unidad fue destinada a reconocer unos terrenos, en los cuales nunca había estado el ejército español.

Como es de suponer y al no tener ningún tipo de plano, mapa o algo parecido, les ocurrieron infinidad de pintorescas y a veces muy peligrosas aventuras y situaciones, que posteriormente él mismo relató en unas breves y muy bellas crónicas, que fueron compiladas en su obra «Miscelánea.»

Pero este tipo de marchas en busca de lo desconocido, causaba bajas, sobre todo por las enfermedades tropicales y la insalubridad del clima, por lo que cayó enfermo y se le remitió a la Península.

Al recuperarse de todos estos males, volvió al servicio activo, y se encontró, con el problema de la salida de España de don Amadeo I de Saboya y la posterior implantación de la 1ª República.

Que a su vez provocó los famosos «Cantonales.», provincias o ciudades de la Península, que querían separarse de España, por ello participó en varios combates, que por sus méritos demostrados en ellos, se le ascendió a capitán del ejército, siendo condecorado, con varias cruces rojas al Mérito Militar y Naval.

Siendo ya teniente de navío, en el año de 1787, fue designado como profesor de la Escuela Naval, donde desarrolló una amplia labor, siendo parte de su mérito, el que con él cursaron sus primeros estudios, alumnos que después alcanzarían las más altas dignidades de la Real Armada, como Aznar, Rivera, Magaz y otros muchos.

Al recibir la orden de abandonar la Escuela Naval Militar, se le destinó a Madrid, esto propició que saliera de él lo que tan bien guardado llevaba, que no era otra cosa que su vocación a la literatura y donde comenzó, una de las más brillantes carreras literarias de la Historia de España.

Ya siendo alférez de navío, y a pesar de su juventud, escribió una obra de narrativa: «Paseo científico por el Océano.», que para mayor mérito, fue prologada por el ilustre académico de la Historia don Javier de Salas, dándole así el empujón, que unido al esfuerzo creativo de Novo y Colson, le permitió casi desde el primer momento, no ser un desconocido.

En el año de 1879, vió la luz una obra: «Última teoría sobre la Atlántida.», que al poco tiempo de estar a la venta, fue traducida al francés y al italiano, lo que provocó el que fuera muy conocida fuera de nuestras fronteras, siendo uno de sus mayores defensores el catedrático de la Universidad de Dijon, M. Gaffarel que a tanto llegó su apología, que provocó que fuera nombrado miembro correspondiente de la Real Academia de la Historia y posteriormente se le eligiera como numerario de ella.

En el año de 1880, volvió a publicar una obra: «Historia de las exploraciones árticas hechas en busca del Paso del Nordeste.», cuyo prologo fue escrito por el no menos famoso don Cesáreo Fernández Duro, siendo tan exhaustiva y científica, que en la segunda edición figura una carta del descubridor de este paso el sueco Nisl A. Nordensköld, en la que le dice: «…era la más completa que se había publicado.»

Por encargo del Ministro de Fomento, conde de Toreno y con la intención de conmemorar el cuarto congreso internacional de americanistas, que se iba a celebrar en Madrid, escribió. «Viajes apócrifos de Juan de Fuca y de Lorenzo Ferrer Maldonado.», que vió la luz en el año de 1881, donde quedó muy clara la controvertida historia sobre este tema.

En el año de 1882, se publicó la que se considera su mejor obra histórica: «Historia de la guerra de España en el Pacífico.»

Fue tan afortunada su redacción, que tuvo una gran acogida tanto en España como en los países Hispanohablantes, pues en palabras del historiador Vicuña Mackena, que se le consideraba el mayor antagonista sobre esta guerra, realizó una apología sobre ella, de mucha importancia.

Y según Fernández de Béthencourt, historiador chileno, dijo:

«Se consideró su publicación como un verdadero servicio prestado por el autor a la América española y a su propio país, dado que nada acerca más a los hombres y a los pueblos, después de sus enojos, que la santa verdad. Acabada obra de paz, hecha con un espíritu independiente hasta lo sumo, imparcial sobre todo encomio, mucho más tratándose de personas, hechos y cosas casi del momento, ella constituye una página hermosa de nuestra historia contemporánea, en que el heroísmo de los reñidos combates fueron el asombro y la admiración de los extraños; página que no puede menos de ser leída con emoción intensa, que sube de punto cuando nos fijamos hoy en los renglones con que concluye, y donde hacía el autor los más levantados votos, cuya realización, desgraciadamente, no ha consentido después nuestro destino.»

Otras obras de no menos importancia son: «La vuelta al mundo por las corbetas Descubierta y Atrevida, desde 1789 a 1794.», siendo publicada en el año de 1885 y en la que queda patente, la aportación enriquecedora a la gran crónica naval española.

«Estudio crítico de las Escuadras europeas.», publicada en el año de 1888; en esta obra Novo y Colson, demuestra sus grandes conocimientos sobre la materia, siendo muy encomiada sobre todo, en Alemania e Italia, países que en esos momentos, estaban buscando el fortalecer sus escuadras y que vieron en ella, la forma más apreciable de conseguir sus propósitos.

Sobre el tema de Historia Naval de España, queda por reseñar, la conferencia leída en el Ateneo de Madrid, sobre la primera vuelta al globo de Magallanes y Elcano, donde realizó una apoteosis que marco casi una generación.

Añadiendo, a todo esto una obra menos importante, pero igualmente interesante, sobre: «Estudio para el resguardo de las costas de Cuba.», en que deja muy claro, cuales eran los medios y las formas, para obtener los mejores resultados.

A esta larga lista de obras de carácter Histórico Naval, hay que añadir que también se dedicó al teatro y la poesía, por ello salieron varias de sus obras, que en número de catorce, viene reflejadas en una obra de Fernández de Béthencourt, que con el título de «Teatro.» y con más de ochocientas páginas, hace un recorrido de ellas.

«La manta del caballo.», drama que fue representado en el año de 1878, por los actores Valero y Vico.

«Vasco Núñez de Balboa.», drama histórico en cuatro actos y en verso, representado por los mismos actores y en el teatro Apolo, consiguiendo uno de sus mayores éxitos.

En el año de 1884, realizó una gran jugada maestra, demostrando ser un gran genio de las letras, pues estreno dos obras contra puestas; mientras en el teatro Español se ponía en escena el drama «Corazón de hombre.», obra de carácter claramente en defensa del divorcio; en el teatro Princesa, estrenaba «Hombre de corazón.», donde se realiza y apoya la indisolubilidad del lazo sagrado del matrimonio, por lo que de esta forma, todo el publico de Madrid de una u otra forma quedó conforme y respetó al autor, por dar esas dos versiones de una misma acción.

En el año de 1886, volvió a estrenar en el teatro Princesa: «Un archimillonario.»; comedia en tres actos, que alcanzó tal éxito, que fue traducida al italiano y representada en aquél país, por el mejor actor del momento Remete Novelli

En el año de 1890, con su obra: «La bofetada.», estrenada en el teatro Español, alcanzó su mayor éxito literario, ya permaneció durante treinta noches de cartel. Siendo traducido al francés y publicado en la «Revue International.», publicada en París.

A estas siguieron un grupo de obras: «El pródigo.», que no tuvo casi éxito, pues el publico no la consideró tan interesante, a pesar de llevar música del maestro Chapí.

«Altezas del honor.», que al igual que la anterior, estaba representada con música del maestro Chapí, pero esta si recibió el apoyo del publico, alcanzando un nuevo éxito.

Se unió al género de la zarzuela y escribió: «Todo por ella.», con la música del maestro Chapí; «Los garrochistas.», con música del maestro Viniegra y «Estado y Marina.», un juguete cómico, que obtuvo gran éxito.

Quedando inéditas, un sainete: «Una hora en la terraza.»; el drama; «La presa del león.» y «Las obras de Camacho.»

En el año de 1879, compuso una oda á «Sebastián de Elcano.», que fue premiada en concurso por la Academia Española y como a tal premio, fue leída por el autor en el Paraninfo de la Universidad, con la solemnidad dada al caso concurrente de una conmemoración a tan insigne y glorioso navegante.

Publico de su peculio particular como editor, una lujosa obra: «Autores dramáticos contemporáneos y joyas del teatro español del siglo XIX.», de la que don Antonio Cánovas del Castillo, escribió un estudio crítico.

En el año de 1896, fundó un lujoso semanario, con el título de: «El Mundo Naval Ilustrado.», en los que participaban activamente autores de la talla de Valera, Echegaray y otros múltiples escritores y que dejó de publicarse, al perderse los últimos pedazos de nuestras posesiones en el Caribe y Filipinas.

Unos años después, fundó y dirigió el «Diario de la Marina.», obra de gran interés en la época, ya que era la encargada de dar a conocer al gran público, el poder naval de España.

Así mismo colaboraba en la insigne revista: «Ilustración Española y Americana.», sobre todo con su colección de artículos: «Dichos y hechos de españoles célebres.»

Cuando don Isaac Peral presentó los planos de su invento, el submarino torpedero a examen en el Ministerio de Marina, Novo y Colson, comenzó a defender el proyecto en todas sus publicaciones, lo que le facilitó a Peral, que por lo menos fuera escuchado y al final, se le proveyese de los fondos para llevarlo a término.

Para comprobar in situ las pruebas del submarino, solicitó permiso, siéndole concedido, participando en varias de las pruebas a bordo del «Puro.», siempre fortaleciendo en primera persona en sus publicaciones, los buenos servicios que podría prestar a la nación su construcción en serie.

En el año de 1896, fue designado diputado a Cortes.

En el año de 1903, se le concedió la Gran Cruz del Mérito Naval y un tiempo más tarde, fue elegido individuo de número de la Real Academia de la Historia, ocupando el puesto vacante por fallecimiento del ilustre don Cesáreo Fernández Duro, hecho que ocurrió el día catorce de febrero del año de 1909, con un discurso sobre: «El Poder Naval.», al que respondió don F. Fernández de Béthencourt.

Y el día treinta de enero del año de 1915, fue presentado y elegido sin ninguna oposición, como académico de la Real Academia de la Lengua Española, ocupando a su vez la vacante por fallecimiento, del conde de Casa Valencia, con el discurso «Cantores del Mar.», que fue contestado por el académico don Daniel Cortazar.

Por su iniciativa, se fundó la Sociedad Española de Salvamento de Náufragos, por el año de 1900, en la que permaneció hasta su fallecimiento, ocupando el cargo de secretario, desarrollando esta humanitaria labor y su profusa organización, dedicándose casi exclusivamente a ella.

Murió en Madrid el día 17 de febrero del año 1931.

Bibliografía:

Enciclopedia General del Mar. Garriga, 1957. Compilada por Ángel Dotor.

Enciclopedia Universal Ilustrada. Espasa. Tomo 38, 1919, páginas 1362 y 1363.

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