Otero Figueroa y de Cea, Nicolas de Biografia

De Todoavante.es

Revisión a fecha de 10:36 19 jul 2022; Todoavante (Discusión | contribuciones)
(dif) ← Revisión anterior | Revisión actual (dif) | Revisión siguiente → (dif)
Saltar a navegación, buscar



Nicolás de Otero Figueroa y de Cea Biografía


Capitán de navío de la Real Armada Española.

Orígenes

Vino al mundo en la población de Santiago de Compostela en 1771, siendo sus padres don Francisco Otero de Figueroa y Andrade, y doña Antonia Gertrudis de Cea y Prado.

Hoja de Servicios

Sentó plaza de guardiamarina en la Compañía del Departamento de Ferrol el 9 de febrero de 1789. Expediente N.º 2.791.

Al aprobar el examen teórico se le ordenó embarcar en el navío San Joaquín de la escuadra de instrucción, realizando varios cruceros en comisión de corso por el océano, al regreso de uno de ellos le fue comunicado su ascenso del 26 de abril de 1791 a alférez de fragata, trasbordando a la urca Cargadora realizando un viaje a la Habana y Veracruz, arribando a la bahía de Cádiz en abril de 1793, siendo destinado a los Batallones de Infantería de Marina.

Poco después recibió la orden de embarcar en el mismo navío en la escuadra del general don Juan de Lángara, quien en unión de la británica del almirante Hood tomaron el arsenal de Tolón, participando en su conquista y posterior abandono, no sin antes embarcar a todos los franceses monárquicos refugiados del ataque de los convencionales, de donde pasó a las islas Hyères de ellas a Mahón y finalmente a Cartagena fondeando el 31 de diciembre de 1794, siéndole entregada la Real orden del 22 de noviembre próximo pasado con su ascenso al grado de alférez de navío, quedando encuadrado en la 2ª Compañía del 6º Batallón, con base en Cartagena.

Al arribar se le dio la orden de trasbordar al bergantín Cazador, realizando diversas navegaciones en protección del tráfico marítimo entre Málaga e islas Baleares, pasando después con pertrechos a las islas Afortunadas, regresando a la bahía de Cádiz, haciéndose de nuevo a la mar como aviso de la escuadra de don José de Córdoba en un crucero a las islas Terceras, a su regreso el buque fue destinado al corso en el Mediterráneo, donde permaneció hasta ser firmada la paz de Basilea el 22 de julio de 1795.

Al regresar se le ordenó trasbordar al navío Soberano de la escuadra del mismo general, zarpando de Cartagena el 1 de febrero de 1797, tomando parte en el combate naval del cabo de San Vicente el 14 de febrero siguiente contra la escuadra británica del almirante John Jerwis, regresando a la bahía de Cádiz el 3 de marzo seguido, trasbordando por orden a la fragata Pomona, zarpando con rumbo al Mediterráneo en comisión de correo y apoyo entre la bahía de Palma de Mallorca y Barcelona, en una de sus arribadas a la isla se le otorgó el mando de la balandra número 6, poco después la lancha obusera número 11, permaneciendo hasta febrero de 1802 regresando a Cartagena embarcado en junio siguiente en la fragata Venganza, por haberse firmado la paz de Amiens, encontrándose aquí le fue entregada la Real orden del 5 de octubre de 1802 con su ascenso al grado de teniente de fragata.

Continúo a bordo del mismo buque siendo incorporado a la escuadra del general don Domingo Nava, transportando a los Reyes de Etruria, desembarcando en el puerto de Livorno, fondeando de regreso en Cartagena el 1 de febrero de 1803, quedando desembarcado por orden del 21 de marzo siguiente, en junio seguido se le otorgó el mando del falucho Saeta, zarpando en comisión de guardacostas entre Cope y Águilas, permaneciendo hasta el 16 de marzo de 1804, por ser destinado con su buque a la división del Tercio Naval de Valencia, en uno de sus crucero el 17 de mayo seguido apresó un falucho británico armado con dos cañones por ejercer el contrabando, continuó en el mando hasta abril de 1805, regresando por tierra a Cartagena.

Se le ordenó el 15 de mayo embarcar en el navío Reina Luisa, insignia de la escuadra del general don José Justo Salcedo, un mes más tarde recibió la orden de trasbordar al San Carlos en la misma escuadra, zarpando en varias ocasiones en comisión de guardacostas, por la constante presión de los buques británicos en el Mediterráneo, permaneció hasta enero de 1806 por trasbordar de nuevo al Reina Luisa.

Por Real orden del 23 de mayo de 1807 se le otorgó el mando de la goleta Ave Fénix, dándose a la vela en protección de otra con carga y pertrechos con destino al puerto de Denia, de donde continuó hasta arribar a Barcelona, regresando a Cartagena el 21 de noviembre seguido, permaneció al mando hasta recibir la Real orden del 10 de julio de 1808 con su ascenso al grado de teniente de navío, más tarde recibió la orden de pasar a Cádiz, encontrándose en la bahía se le entregó la Real orden del 1 de enero de 1811 con su ascenso al grado de capitán de fragata, zarpando en comisión de correo con destino a Cartagena de Indias, Puerto Rico, Habana y Veracruz.

El general don Ignacio María de Álava comandante del apostadero de la Habana, nos narra lo sucedido en el viaje anterior, diciendo:

«Desgraciadamente, el mar de las Antillas ha sido teñido con sangre española por los franceses armadores de buques que los infestan y de que repetidamente tengo dado cuenta á esa superioridad. Navegaba la goleta-correo de la Armada Fénix, su comandante el capitán de fragata D. Nicolás Otero, de Puerto Rico para este, y hallándose el 26 del mes anterior al N. de la isla de Santo Domingo, y sobre el muro de San Nicolás, descubrió otra cuyas maniobras indicaron desde luego su clase y sus intenciones de atacarla; preparóse militarmente en la forma que le fué posible y conforme al estado en que tenia su armamento, particularmente en las armas blancas y de chispa, y se dispuso á atacarla y rendirla: efectivamente, conociendo el francés que capitaneaba el buque que no podria sacar partido batiéndose al cañon, se dirigió á abordarla y practicó el primer acto, del que fué rechazado, pero logrando antes de emprender el segundo, por el vivísimo fuego que hacia, matar siete hombres de la tripulacion de la Fénix, y herir hasta 15, hallándose comprendido entre estos el Comandante Otero: entró á bordo, donde apenas podia hallar otra resistencia que la que opuso este valeroso oficial, que al exhortar á su tripulacion juró morir antes de rendirse, como lo cumplió, peleando sin atender á las reconvenciones que le hacian los mismos franceses para que desistiese de su temeraria empresa: estos se apoderaron y marinaron la Fénix, que llevaron á la Inaqua grande, donde, saqueada, la dejaron en poder del alférez de fragata de su dotacion D. Donato Soubiran, que la condujo á este puerto, donde fondeó el 7 del corriente casi sin víveres y en el lastimoso estado que se debe inferir, estraviada casi toda la correspondencia que traia para esta isla y reino de Nueva-España, y hasta el pliego reservado de señales de reconocimiento; á lo que ha podido inferirse debió caer en manos de los que la atacaron. Es tan recomendable la valerosa conducta de Otero y manifestó tan decididamente su amor al servicio y su patriotismo, que se hizo por ello muy acreedor á las gracias que S. M. hubiera tenido á bien dispensarle; pero privado de disfrutar otras que el honor que gozará su memoria, pueden recaer aquellas en su viuda y cinco hijos menores que dejó en Puerto-Rico, donde subsisten espuestos á esperimentar calamidades y miserias como forasteros en aquel país. Tambien es digno, en mi concepto, de ser atendido el mérito del alférez de fragata Soubiran. — Dios guarde á V. S. muchos años. — Habana 30 de julio de 1811. — Ignacio María de Álava. — Sr. D. José Vazquez de Figueroa.»

En atención a este escrito emano la Real orden siguiente:

«Excmo. Sr. — Teniendo el Consejo de Regencia en la debida consideracion el sobresaliente mérito que contrajo el capitan de fragata y Comandante de la goleta Fénix, D. Nicolás Otero y demas indivíduos de su dotacion en el combate que con tanta bizarría sostuvieron en el mar de las Antillas, contra un buque enemigo de superiores fuerzas, se ha servido resolver, con presencia de lo que las Córtes generales y extraordinarias tiene determinado para estos casos, que la viuda de este valiente oficial disfrute de la viudedad señalada á la clase de capitanes de navío; que á todos los marineros de este buque y á las viudas de los que hubiesen muerto, se dé una paga de las respectivas plazas, además de premios ó ventajas que previene el art. 19 del tít. V de la Ordenanza de matrículas para los que se hallen en los casos en él espresados; y que cuando se sepa si ha habido en las demás clases algun muerto o distinguido, entonces resolverá S. A., lo que tenga por conveniente. Y en razon á que el citado combate podrá graduarse de San Fernando, segun el decreto de S. M. de 31 de agosto último, me manda S. A. decir á V. E., que cuando se haya procedido por parte de los interesados á la justificacion prevenida en el mismo decreto de S. M., en la cual deberá apurarse tambien el mérito del alférez de fragata D. Donato Soubiran, se determinará lo más justo en el asunto. — Dígolo á V. E. de Real órden á los efectos correspondientes. Dios guarde á V. E. muchos años. Cádiz 16 de noviembre de 1811. — José Vázquez de Figueroa. — Sr. D. Félix de Tejada.»

Muerto en combate a bordo de su buque el 26 de junio de 1811, contando con cuarenta años de edad, veintidós de ellos de muy apreciables servicios.

En el Panteón de Marinos Ilustres de San Fernando se encuentra una lápida diciendo:


Lápida en el Panteón de Marinos Ilustres en recuerdo de don Nicolás de Otero Figueroa y de Cea. Capitán de navío de la Real Armada Española.
Nicolás de Otero Figueroa y de Cea.
Cortesía del Museo Naval. Madrid.

A la Memoria

del capitán de fragata

Don Nicolás Otero

y Figueroa

Muerto gloriosamente en la goleta de su mando

en el combate que sostuvo en el mar de las Antillas

contra un corsario francés de mayor porte

26 de junio de 1811


Fue el primer Laureado de San Fernando de 2ª clase por la acción en que murió, concedida el 16 de noviembre de 1815, pero por Real orden de 1816 se le niega por haber sido ascendido por la misma. Por ello rectificamos su grado en esta biografía a capitán de navío. Lo uno o lo otro, pero nada de restar justos méritos, para eso siempre hay otros.

Bibliografía:

Ceballos-Escalera y Gila, Alfonso de. Vizconde de Ayala, Ceballos-Escalera y Gila, Luis de, y Madueño y Galán, José María.: Los Marinos en la Orden de San Fernando. Ministerio de Defensa. Madrid, 2011.

Cervera Pery, José.: El Panteón de Marinos Ilustres, trayectoria histórica, reseña biográfica. Ministerio de Defensa. Madrid, 2004.

Cervera y Jácome, Juan.: El Panteón de Marinos Ilustres. Ministerio de Marina. Madrid, 1926.

Fernández Duro, Cesáreo.: La Armada Española desde la unión de los reinos de Castilla y Aragón. Est. Tipográfico «Sucesores de Rivadeneyra» 9 tomos. Madrid, 1895—1903.

Paula Pavía, Francisco de.: Galería Biográfica de los Generales de Marina. Imprenta J. López. Madrid, 1873.

Válgoma y Finestrat, Dalmiro de la. Barón de Válgoma.: Real Compañía de Guardia Marinas y Colegio Naval. Catálogo de pruebas de Caballeros aspirantes. Instituto Histórico de Marina. Madrid, 1944 a 1956. 7 Tomos.

Todoavante ©

Herramientas personales
Espacios de nombres
Variantes
Acciones
Navegación
Hª NAVAL de ESPAÑA
Estado Mayor
Ordenes Militares
Flotas
Buques General
De 1248 a 1514
De 1515 a 1700
De 1701 a 1833
De 1834 a 1957
Herramientas