Osorno y Gerbaut, Juan Maria Biografia

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Biografía de don Juan María Osorno y Gerbaut

Jefe de escuadra de la Real Armada Española.

Cruz de la Real y Muy Distinguida Orden Española de Carlos III, pensionada.

Orígenes

Vino al mundo en la ciudad departamental de Cádiz en 1762, siendo sus padres, don Antonio Osorno y Amoros, y doña Juana María Gerbaut y Pedestino.

Hoja de Servicios

Sentó plaza de guardiamarina en la Compañía del Departamento de Cádiz, el 8 de octubre de 1774, contando con tan solo doce años de edad. Expediente N.º 1.338.

Al aprobar sus estudios teóricos a mediados del año 1777, se le ordenó embarcar en el navío San Julián, incorporado a la escuadra del general don Luis de Córdova, zarpando de la bahía de Cádiz el 22 de junio de 1779.

Fue ascendido a alférez de fragata el 3 de julio siguiente, siendo incorporado el buque a la escuadra al mando del general don Antonio de Ulloa poniendo rumbo a cruzar sobre las islas Terceras, al terminar esta comisión, regresó a Cádiz el 4 de octubre y el 10 siguiente se hizo de nuevo a la vela, esta vez la escuadra al mando del general don Juan de Lángara con la misión de ejercer el corso sobre las boca del Estrecho, manteniéndose en este comisión hasta mediados del mes de diciembre, regresando al puerto de Cartagena por haberse declarado un fuerte temporal de Levante, donde los buques fueron repasados.

En el mes de enero de 1780, regresó a patrullar las aguas de recalada de los buques proveniente de Tierra Firme, pero en un encuentro con buques enemigos, fue apresada una fragata, siéndole ordenado pasar a ésta como jefe de la dotación de presa, marinándola hasta arribar al puerto de Cádiz.

A los pocos días de encontrarse en el Arsenal se le ordenó embarcar en el navío San Nicolás, buque insignia del jefe de escuadra don Juan Tomasco, estando compuesta por seis buques.

En esta bahía se unió la escuadra de Tomasco a la del general don José Solano, compuesta de las mismas unidades, zarpando a principios del mes de mayo con la comisión de dar escolta a un convoy con tropas, con rumbo a Tierra Firme para ir desembarcando a éstas en los diferentes lugares donde iban destinadas.

Pero se declaró una epidemia a bordo, viéndose obligados a arrumbar al apostadero de la Habana, para poder atender a los enfermos y tratar de cortar la contagiosa enfermedad.

Como él fue de los pocos que no se vieron afectados por la enfermedad, nada más arribar al apostadero se le encargo trasbordar a un navío, para realizar los cruceros acostumbrados de vigilancia contra el contrabando.

Al formarse la expedición para la conquista de Penzacola y ser uno de los pocos buques totalmente listos, fue su navío destinado a la escuadra, donde demostró su gran valor en el desembarco que se efectuó, estando al mando del brigadier don Felipe López de Carrizosa, pues durante un tiempo tuvieron que soportar el fuego enemigo sin el apoyo de la artillería propia, a pesar de ello se mantuvieron firmes, hasta conquistar la plaza.

Por su méritos se le entregó la Real orden del 4 de agosto de 1781, con su ascenso al grado de alférez de navío, al mismo tiempo que recibía la orden de regresar a la península, para ello trasbordó al navío Triunfante, formando división con otros tres, regresaban con caudales y mercancías de particulares, arribando a la bahía de Cádiz a principios de 1782.

Vino una época de mucho movimiento, pues realizó cruceros con la escuadra del mando del general don Luis de Córdova, con ella participó en el combate naval del Cabo Espartel, el 20 de octubre de 1782, estando embarcado en el mismo navío, contra la escuadra británica al mando del almirante Howe.

Posteriormente pasó a las órdenes del general don Juan de Lángara, trasbordando a diferentes buques continuando en la guerra en corso, hasta ser firmada la paz en 1783, como era costumbre se desarmaban varios buques, por ello sus dotaciones quedaban libres y los oficiales con destino en tierra.

Al terminar esta situación se le dio destino en el Departamento de Ferrol, con el cargo de ayudante de la Mayoría General del Arsenal y escuadra, perteneciente a él.

En el mes de mayo de 1784, se le ordenó embarcar en la fragata Pilar, asignada a la escuadra del mando del general don Antonio Barceló, zarpando en la segunda expedición con destino al puerto de Argel.

A su llegada comenzó el bombardeo de la plaza, por ello participó con el bote de su navío en todos los ataques que se efectuaron.

Al abandonar el ataque, se le ordenó a su buque pasase a realizar el corso, en el cual se mantuvo por espacio de tres meses, cubriendo desde el cabo Casine, en la costa norteafricana, hasta la plaza bombardeada de Argel.

Al terminar esta comisión, puso rumbo al Arsenal de Cartagena, donde volvió a desembarcar.

Por Real orden del 15 de noviembre de 1784, se le ascendió al grado de teniente de fragata, y con la misma, la orden de abordar el navío San Sebastián, zarpando desde el puerto de Cádiz con rumbo al de Ferrol, donde arribó a principios de 1785 quedando desembarcado.

Al hacerlo, se le incorporó a su anterior cargo de ayudante de la Mayoría General del Arsenal, permaneciendo en este cargo hasta el 23 de marzo de 1787, pues fue reclamado al Departamento de Cádiz, por haber sido nombrado expresamente segundo ayudante del Mayor General de la Real Armada, a la sazón el general don Manuel Núñez Gaona.

Recibiendo en este momento, el honor de ser nombrado Caballero de la Real y Muy Distinguida Orden Española de Carlos III, pensionada, por sus grandes desvelos y buen hacer en sus diferentes cargos.

Por Real orden del 3 de noviembre de 1789, se le ascendió al grado de teniente de navío, a su vez se le otorgaba en propiedad el cargo anterior ya mencionado de segundo ayudante del Mayor General de la Armada, en función de él embarcó en 1794 en la escuadra al mando del general don Francisco de Borja.

La cual se mantuvo realizando cruceros a lo largo de las costa Atlántica de la península, hasta los límites de las aguas del país vecino de Francia, en el mar Cantábrico.

Posteriormente la escuadra pasó a ser mandada por general don Juan de Lángara, ocupando el mismo puesto participó en aguas del Mediterráneo, en el bloqueo de la plaza de Rosas y posteriormente, en los combates sobre las islas Hyères, manteniéndose en estas comisiones, hasta ser firmada la Paz de Basilea, el 22 de julio de 1795.

Regresando con la escuadra al puerto de Cartagena, encontrándose aquí se le entregó la Real orden del 27 de agosto de 1796, notificándole su ascenso al agrado de capitán de fragata graduado.

Embarcando de nuevo con toda la Mayoría General en el navío Santísima Trinidad, insignia del general don José de Córdova, zarpó de Cartagena el 1 de febrero del año 1797 con rumbo a Cádiz, participando por ello en el nefasto combate del cabo de San Vicente el seguido 14, entre la escuadra española mencionada, contra una británica al mando del almirante Jerwis.

Al ser el navío insignia, fue quien más sufrió el castigo de los británicos, por la pusilanimidad de mucho de los comandantes del resto de navíos de la escuadra española, quienes poco o nada realizaron para acudir al fuego, por ello estuvo a punto de ser rendido, ante esto, el general y la Mayoría General, trasbordaron a la fragata Diana y desde ésta, volvieron a trasbordar al navío Conde de Regla, arribando a la bahía de Cádiz el 3 de marzo siguiente.

Quizás éste sea el combate más controvertido de la Historia Naval de España, aunque muchos consideren que otros tienen mayor importancia, pero en él ya quedaron claras muchas de las deficiencias que se venían arrastrando y no se rectificaron, á pesar de las duras condenas a las que fueron sometidos los llamados a juicio, pero que siempre queda la duda, de si realmente ellos fueron o no los culpables de tamaño resultado, ya que España, perdió cuatro navío, siendo dos de ellos de tres baterías.

El 12 siguiente recibió la orden de desembarcar, pasando con el mismo cargo pero en la Mayoría General del Departamento.

El 1 junio de 1799, se le otorgó el mando del cañonero número 1, perteneciente al apostadero de Santi Petri, siendo nombrado el 26 siguiente comandante de las fuerzas sutiles del propio apostadero, en la noche del 4 de octubre realizó una salida con todas sus fuerzas, para bombardear a la escuadra bloqueadora, regresando con todos sus buques el siguiente 6.

El 15 de febrero de 1800 se hizo a la mar al mando de cuatro de sus cañoneras, para prestar el servicio de escolta a un convoy, cuyo destino era el apostadero de Algeciras, donde a pesar de la presencia del bloqueo británico consiguieron llegar sin ser molestados, dejado a salvó regresó a su apostadero el 11 de marzo continúo.

Se mantuvo al frente de estas fuerzas hasta el 1 de septiembre de 1801; durante este tiempo permaneció siempre preparado para actuar en contra de los buques británicos bloqueadores del puerto y bahía de Cádiz, hostigándoles cuando las condiciones meteorológicas le eran propicias.

Firmada la paz regresó a su destino de la Mayoría, permaneciendo en ella hasta recibir la Real orden del 25 de octubre de 1803, siendo nombrado primer ayudante de ella y pasando a ser efectivo su grado de capitán de fragata, pocos días después por ausencia de su jefe, tuvo que tomar el mando de la Mayoría interinamente, entregándoselo al llegar su propietario el capitán de navío don Manuel Bustamante, quedando como su primer Ayudante.

En función de su cargo, permaneció al timón de la falúa del capitán general del Departamento, el general don Juan Joaquín Moreno, durante el combate entre el 9 y 14 de junio de 1808, donde las fuerzas sutiles con el apoyo de la artillería colocada en sitios vitales, consiguió rendir a la escuadra francesa del almirante Rosilly, no siendo otra que los restos de la escuadra de esa nacionalidad, salvados del combate naval de Trafalgar pero mantenidos por el erario español.

El 15 de julio siguiente se le destinó interinamente como Mayor General de la Armada, ocupando este cargo se le entregó la Real orden del 24 de mayo de 1811, con su ascenso al grado de capitán de navío, al alcanzar el grado se le concedió en propiedad el cargo.

Continúo en él, siéndole entregada la Real orden del 14 de julio de 1825, notificándole su ascenso al grado de brigadier, habiendo permanecido algo más de catorce años en el grado anterior, prosiguió con su buen hacer, hasta serle entregada la Real orden del 31 de enero de 1837, siendo ascendido al grado de Jefe de escuadra. Otros casi doce años de espera para su ascenso.

Lo curioso de todo esto es que permaneció en esta dependencia por espacio de casi treinta años, siendo muy notable tan larga permanencia en un mismo destino, por eso su vida casi se pierde en datos para su biografía, pues todo era más un trabajo de mesa sin participación en grandes combates, por su último ascenso se vió obligado a abandonarlo, a pesar de ello todavía permaneció en él hasta el 15 de febrero siguiente, cuando se presentó su relevo, por ello formaba más que parte de su personalidad y a la que casi había dedicado por completo toda su carrera.

Poco tiempo después S. M. le concedió la Gran Cruz de la Real y Militar Orden de San Hermenegildo, por tener más que cumplidos todos los requisitos para serle otorgada.

Por Real orden del 7 de febrero de 1839, recibió el cargo de Comandante General del Departamento de Cádiz, viéndose obligado a renunciar al poco tiempo por tener muy delicada su salud, siéndole admitida con fecha del 1 de octubre siguiente.

Quedando sin destino y viviendo en su casa natalicia, donde el día 7 de diciembre de 1847, falleció de muerte natural, cuando contaba con ochenta y cinco años de edad, de ellos setenta y dos de muy honrosos servicios a España.

Bibliografía:

Barbudo Duarte, Enrique.: Apresamiento de la escuadra francesa del almirante Rosilly en la bahía de Cádiz, el 14 de junio de 1808.

Enciclopedia Universal Ilustrada. Espasa. Tomo, 40, 1919, página 906.

Fernández Duro, Cesáreo.: La Armada Española desde la unión de los reinos de Castilla y Aragón. Est. Tipográfico «Sucesores de Rivadeneyra» 9 tomos. Madrid, 1895—1903.

Paula Pavía, Francisco de.: Galería Biográfica de los Generales de Marina. Imprenta J. López. Madrid, 1873.

Válgoma y Finestrat, Dalmiro de la. Barón de Válgoma.: Real Compañía de Guardia Marinas y Colegio Naval. Catálogo de pruebas de Caballeros aspirantes. Instituto Histórico de Marina. Madrid, 1944 a 1956. 7 Tomos.

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