Pujazon y Garcia, Cecilio Biografia
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Revisión de 11:54 29 jul 2018
Biografía de don Cecilio Pujazón y García
Capitán de navío de primera Clase.
Astrónomo.
Matemático.
Comendador de número de la Real y Muy Distinguida Orden Española de Carlos III.
Contenido |
Orígenes
Vino al mundo el 22 de noviembre de 1833 en San Fernando, bautizado al día siguiente en la Parroquial de la población, siendo sus padres don Antonio Pujazón y Gómez, y doña Josefa García y Asensio.
Hoja de Servicios
Se presentó a los exámenes y aprobándolos con excelente nota, sentó plaza de aspirante en el Colegio Naval Militar el 15 de enero de 1846. Expediente N.º 4.046.
Al ascender a guardiamarina de 2ª en 1849 embarcó en el bergantín Habanero, destinado en la isla de Cuba en comisión de guardacostas. En 1851 se encontraba a bordo de la fragata Esperanza del mismo apostadero y con la misma comisión. En junio de 1852 pasó el examen siendo ascendido a guardiamarina de 1ª, permaneciendo destinado en el mismo buque.
Encontrándose en la isla se le notificó su ascenso al grado de alférez de navío el 19 de julio de 1853, pasando como oficial subordinado al navío Soberano, y poco después a la fragata Isabel II prosiguiendo en la guarda de las costas de Puerto Rico y Cuba.
A finales de año trasbordo al Soberano regresando a la península, pasando el buque a segunda situación en Cádiz, recibiendo la orden de trasbordar a la urca Santa Cecilia, para ello tuvo que desplazarse hasta Vigo, realizando varios viajes entre los distintos arsenales y puertos del Cantábrico.
En 1854 fue destinado de nuevo a Cuba embarcando de transporte en el bergantín Escipión, al arribar se le nombró oficial de derrota del bergantín Habanero, en 1855 encontrándose en el fondeadero de la Habana, fue alertado por los gritos y toques de alerta saliendo inmediatamente a cubierta, dándose cuenta de la existencia de fuego a bordo del Escipión, no se lo pensó y lo abordó pidiendo le siguieran varios hombres, logrando sacar de la santabárbara toda la pólvora existente, impidiendo con ello que el buque saltara por los aires, a su vez el comandante del bajel con su dotación después de una dura lucha consiguió dominar el fuego, siendo sofocado justo en la misma santabárbara, evitando entre todos se fuera a pique, regresando al suyo como si nada hubiera pasado, permaneció a bordo de su destino casi dos años, recibiendo la orden de trasbordar a la urca Ebro, permaneciendo en ella hasta enero de 1857, por recibir la orden de trasbordar al vapor Velasco regresando a la península, en su bahía de Cádiz.
Desde muy temprano se dedicó al estudio de las matemáticas y astrología, en ellas llegó a ser un verdadero maestro, lo confirma el ser requerido por sus jefes en varias ocasiones desde el grado de Aspirante, para aclarar situaciones y solucionar problemas, además de ser casi un políglota pues traducía textos del inglés, francés y alemán, mejorando con ello las instrucciones de sus materias aprendidas, llegando a ser quizás uno de los mejores sabios en ellas en su época.
Precisamente por ello al regresar ingresó como alumno en los recién creados cursos de Estudios superiores que se impartían en el Observatorio de San Fernando, permaneciendo en ellos hasta 1861, año en que por sus méritos se le entregó la Real orden del 8 de mayo siguiente con su ascenso al grado de teniente de navío de 1ª Clase. Por recomendación del director del centro, le fue confiada la observación del eclipse solar producido el 18 de julio de 1860, pasando al observatorio de Oropesa como responsable de las observaciones actinométricas, junto a Serrano.
Al concluir con excelente notas su curso fue destinado al vapor Piles, destinado a los trabajos de la recién creada Comisión Hidrográfica de la península, comenzando por las aguas comprendidas entre la desembocadura del río Guadiana hasta Port Vendrés, tantos eran sus conocimientos que en 1864 se le nombró jefe de la misma, permaneciendo en ellos hasta ser disuelta por la revolución de 1868, desembarcando en la bahía de Cádiz.
Por todo lo realizado alcanzó un gran renombre internacional, pues no solo era el levantamiento de planos y sondeo de bajos, si no que se extendió en materia astronómica y geodésica, siendo elegido para determinar la diferencia de longitud por telégrafo entre la Habana y Washington, en colaboración del sabio estadounidense Mr. Harkness.
Al ser cesado el brigadier don Francisco de Paula Márquez y Roco en enero de 1869 como director del Observatorio se produjo un vacío, siendo nombrado interino en la dirección el capitán de fragata don José Montojo y Salcedo, hasta decidirse nombrar nuevo director en la persona de don Cecilio Pujazón tomando el cargo el 6 de junio de 1869, ratificado por Decreto ley del 20 de septiembre seguido.
Nada más tomar posesión del cargo fue notificado de un asunto muy importante, el cual estaba en el aire dada la decisión del Gobierno.
El problema radicaba en la compra efectuada de un gran anteojo ecuatorial encargado construir a la casa Brunner en noviembre de 1864, efectuándose el pago en tres plazos, el primero a la firma del contrato, el segundo en febrero de 1866 y el tercero al ser terminado, ocurriendo esto a finales de 1868, pero al sobrevenir la revolución el Gobierno se negó a pagar el último, por considerar no era necesario para el servicio de la Armada y la marina en general, si no se efectuaba se perdía toda opción para su obtención.
El instrumento consistía en el anteojo principal de hierro fundido de 5 metros de longitud focal y objetivo con abertura de 25/28 cm. Un círculo horario y otro de declinación en bronce de 60 cm. de diámetro, dividido de 5 en 5 minutos, con dos microscopios micrométricos. Dos anillos de bronce y cuatro microscopios micrométricos, para el estudio de las divisiones de los círculos. Un nivel sobre el eje de declinación y los movimientos de relojería precisos para su buena situación, todo ello montado sobre una base de hierro.
A las dudas del Gobierno contesto Montojo: «No comprendo que se pueda atacar la adquisición de una ecuatorial para un observatorio, si éste no la tiene, sin atacar directamente a la institución misma. Porque, ¿qué es un observatorio sin ecuatorial?» añadiendo: «El Observatorio de San Fernando, que no ha cesado de llenar sus deberes como observatorio de Marina y aunque en un tiempo lejano ya, contribuyó con sus observaciones al adelanto de la astronomía, ya con el examen de tablas y catálogos ya con el de otras noticias y apreciaciones, se encontraba últimamente desprovisto de instrumentos que alcanzasen los modernos adelantos tan rápidos como notables.»
A estos escritos se añadió el de don Cecilio mucho más enérgico, diciendo: «Que el instrumento era necesario si el observatorio había de sostenerse a una mediana altura, no necesita demostración. No hay observatorio regular que carezca de un instrumento de esta clase y aún en muchos como los de Greenwich, París y Pulkowa hay más de uno; hasta el observatorio de Madrid tiene una ecuatorial muy regular y en París vi que construían una para Lima.»
Visto esto por el Gobierno decidió pagar el último plazo el 5 de enero de 1870, por ello viajó Pujazón a París a recogerlo, verificando su funcionamiento, desmontaje, embalaje y transporte, comprobado todo ello quedó montado en el Observatorio en su cúpula principal el 22 de enero seguido. Lo curioso del caso fue que para poder pasar la frontera y entrar en España, se pagaron 5.685 francos en la aduana, eso siendo algo que era para el mismo Gobierno.
En el mismo 1870 logró se cambiaran todos los instrumentos meteorológicos, por estar los anteriores más que obsoletos. Poco después se renovó el pluviómetro graduado en décimas de pulgada británica, en 1875 se añadió otro, pero graduado en milésimas, para mayor exactitud.
En 1872 se le añadió un aparato a la ecuatorial, por el cual quedaba registrado mediante un cronógrafo eléctrico de la casa Hardy grabando en papel las señales hechas en la observación, quedando así constancia real y no manual evitando posibles errores de transcripción. Este mismo año se renovaron los barómetros.
En 1873 consiguió se creara el cuerpo de astrónomos del observatorio. En este mismo año asistió al Congreso Meteorológico de Viena, con una gran afluencia de representantes de todos los países interesados, firmándose cuatro acuerdos base, el primero sobre la reducción a dos sistemas y escalas de medida: la métrico-decimal y la de pulgadas de la escala Fahrenheit, con la decisión de la mayoría de que solo quedará con el tiempo la métrica; segundo, la necesidad manifiesta de que al menos en cada estado hubiera un observatorio que supervisara a los demás de ese país en todo lo tocante a instrumentos, observaciones y cálculos; tercero realizar las observaciones siempre a la misma hora, siendo recomendable se hiciera en las series horarias o trihorarias, utilizando en las abreviaturas los símbolos a.m. y p.m. y cuarto, utilizar un sistema de notaciones para designar los fenómenos atmosféricos y una escala de nubosidad.
En 1875 se instalaron tres termómetros, dos en la escala Fahrenheit y uno en la centígrada, pasando más tarde a colocar dos pero enterrados, uno de 130 cm en el exterior y otro en el sótano de 63. Este año se añadió un heliógrafo, era una esfera de cristal de 101 milímetros de diámetro con efecto de lupa, en su centro una armadura metálica semiesférica, de forma que sobre una banda de papel con las horas marcadas, el sol iba quemándolo sabiendo así la hora de orto hasta el ocaso. También llegaron este año los magnetómetros o magnetógrafos encargados nada más llegar a la dirección, comprados por mediación del observatorio británico de Kew, siendo instalados y verificando sus buen funcionamiento. Para que nada le faltase en este año participó en la Conferencia internacional de meteorología marítima celebrada en Londres.
En el Estado General de la Armada para 1873 consta como capitán de fragata sin fecha de ascenso. En 1874 como capitán de navío sin fecha de ascenso. En 1875 igual. En 1876 es ascendido al grado de capitán de navío sin antigüedad el 22 de febrero de 1871. En 1887 nos dice que su antigüedad en el grado es del 18 de abril de 1881. Para colmar el vaso de la paciencia, en el Estado General de la Armada para el año 1890, consta: Cecilio Pujazón y García; Fecha de nacimiento 22 Nov. 33; Tiempo de servicio en 1 de enero de 1890: 43 años y 6 meses; Fecha de antigüedad en el empleo 6 Jun. 69. Sin palabras. Entre el 14 y 22 de abril 1879 se celebró el Congreso Internacional de Meteorología en la ciudad de Roma, donde acudió en representación del Observatorio de San Fernando, acompañado de don Antonio Aguilar director del de Madrid, con la experiencia de haber acudido al de Viena en el 73, aquí se centraron más todos los países, llegando a grandes acuerdos generales a aplicar en cada uno de ellos, siendo uno unificar el sistema de abrigo termométrico de los mismos observatorios para que nada fuera diferente con independencia de donde se hubiera tomado las medidas, consistiendo en una garita de hoja de palastro, pintada de blanco, abiertas por el Norte y permeables al aire por el Este y el Oeste, por ser éste el mejor sistema para la instalación y conservación de los instrumentos.
Y la aprobación de construir una serie de observatorios menores para verificar al ser cotejados los datos con el principal, naciendo así el Servicio Meteorológico Costero, quedando autorizado por Real orden del 26 de abril de 1877, clasificando los observatorios en dos categorías, la de segundo y tercer orden, las primeras con más instrumentos y las segundas con menos, quedando dispuestas las de segundo en la poblaciones de Cadaqués, Barcelona, Valencia, Palma de Mallorca, Denia, Cabo de Palos, Almería, Tarifa, Cádiz, Santa Marta, Concurbión y San Sebastián, y las de tercero en: Palamós, Tarragona, Vinaroz, Mahón, Alcudia, Ibiza, Alicante, Torrevieja, Águilas, Málaga, Ceuta, Ayamonte, Bayona, La Coruña, Avilés y Lequeito. Todo esto se vino casi abajo cuando en 1887 se creó el Instituto Central Meteorológico con sede en Madrid, pasando todos los observatorios a su jurisdicción incluido el de San Fernando, el cual se salvó de ser desactivado gracias a la enorme valía demostrada por Pujazón, aunque quedó solo para atender a la Marina en general.
En 1882 participó en la Conferencia Internacional que se celebró en París, para el estudio del paso de Venus por el Sol, donde quedaron demostrados una vez más sus grandes conocimientos, pues no en balde había sido seguido desde Puerto Rico, la Habana y San Fernando, acudiendo personalmente al primero por ser el lugar más adecuado.
Por sus grandes dotes fue invitado a Roma por la Asociación Geodésica Internacional por celebrarse en octubre de 1883 una Conferencia, donde propios y extraños quedaron maravillados por su exposición. En ella se trato de dejar fijado el meridiano 0 tratando de aprobar fuera el de Greenwich.
Al regresar no dejo de defender el meridiano de Cádiz, por los incontables problemas que tendría a medio plazo la adopción del británico, pues desde la fundación del Observatorio todo lo publicado estaba con respecto a él, entre otras cosas escribió: «…para nuestros navegantes será inconveniente adoptar el meridiano de Greenwich para las efemérides, si las cartas tienen por primer meridiano el de San Fernando, y recíprocamente; conviene pues estudiar con detenimiento este punto porque la introducción en las cartas del nuevo meridiano no puede hacerse de repente y ha de exigir algún tiempo.»
Fue invitada España a la Conferencia Internacional de Washington de 1884 para adoptar el Primer Meridano Universal y de una Hora Cosmopolita, acudiendo a ella el teniente de navío don Juan Pastorín y Vacher, por no poder asistir Pujazón, allí decidieron todos lo que seguramente ya estaba planificado de antemano, pues de ella salió fijado el meridiano británico, con su hora y las conocidas direcciones de 0º a 180º; diferenciando, la longitud E., en positiva (+) y la 0., negativa (-) y el día universal empezará para todo el mundo a partir de la media noche-media del Primer Meridiano y deberá ser contado de 0 á 24 horas.
Como curiosidad, en España no existía en esas fechas una hora oficial nacional, basándose cada localidad con la suya sin atenerse a ninguna otra regla, solo los ferrocarriles la tenían unificada con el meridiano de Madrid, para su mejor funcionamiento, por ello se retrasó la adopción de la hora al meridiano de Greenwich hasta 1901, pero a su vez en la marina en general no entró en vigor hasta 1907, para dar tiempo a publicar los anuarios rectificando todos los puntos de situación al nuevo meridiano, pero el primer anuario directamente basado en estas nuevas coordenadas fue el de 1910.
Por iniciativa de Francia se celebró en París el Congreso Astrofotográfico Internacional, al que acudieron cincuenta y seis científicos de todo el mundo, entre ellos Pujazón ocupando un lugar preeminente, comenzado con la presentación del ministro de asuntos exteriores francés el 16 de abril de 1887, para llegar al acuerdo de poder realizar un mapa general del cielo, durante él se fueron llegando a acuerdos de unificación de criterios, para que todos al realizar las fotos estuvieran en consonancia, firmándose veinticuatro preceptos ineludibles.
Regresó a su observatorio y comenzó a preparar por escrito todo lo necesario para ser autorizado por el Gobierno y así contribuir España a tan magno acontecimiento, entre otros pormenores dice: «El instrumento consta de dos antejos unidos, formados por un solo tubo metálico en forma de paralelepípedo y separados por una delgada pared, uno de ellos, cuyo objetivo es de 33 cm. y su distancia focal de 3,43 m. sirve de cámara fotográfica; y el otro, destinado a la observación directa, tiene 20 cm. de abertura y 3,60 m. de distancia focal. El pabellón fotográfico mide 31,50 m. de frente por sus caras N. y S. y 11,50 por las E. y O.; y el diámetro interior del domo es de 7,50 m.; está construido en mampostería, siendo sus muros de 0,50 m. de espesor, y de piedra labrada las cornisas en que van aseguradas las placas de hierro sobre que van los raíles de la cúpula; la viguería y el portaje son de hierro. Los pilares en que van asegurados los soportes del eje polar del instrumento, son de piedra labrada, y sus cimientos insisten sobre trozos de la roca Calcárea que forma parte del subsuelo del cerro del Observatorio; y por tanto, además de resistir los 2.000 kilogramos de peso del instrumento, dan casi la certidumbre de una fijeza, poco menos que absoluta, de los puntos de apoyo del eje polar.»
El gobierno autorizó el presupuesto el 6 de junio de 1887, por ello en agosto siguiente se encargó el instrumento a los hermanos Henry, de la casa Gautier, quienes habían realizado el mismo para el de París. La cúpula a la Societé Anonyme des Anciens Etablissements Cail. El edificio se tuvo que reforzar como queda explicado por el enorme peso a soportar, pues aparte de los 2.000 kilos del instrumento, la cúpula pasaba de los 13.000. La cúpula llegó a San Fernando a finales de agosto de 1888, comenzándose inmediatamente su montaje, el instrumento lo hizo en noviembre de 1889.
En carta de Pujazón a Gautier le dice: «Estoy muy agradecido por vuestra oferta de hacer venir a San Fernando al obrero que debe ir a Burdeos para el montaje de la ecuatorial semejante a la nuestra; pero teniendo el Observatorio un buen artista para cuidar nuestros instrumentos que ha trabajado ya en su montaje, y conociendo por mi parte el instrumento habiéndolo visto en París, no encuentro molestarles con el viaje de un obrero que podrá seros necesario en París.» Esto es diplomacia, porque además el tiempo se echaba encima y no era bueno tener que esperar la llegada del obrero.
En 1888 concluyó el ingente trabajo de clasificación de los fondos del Observatorio, sumando su famosa biblioteca con algo más de 10.000 volúmenes, entre ellos varios incunables, componiendo la mejor de entre todas las de la Armada.
Al estar montado comenzó a dejarse la vida en sus observaciones, aprovechando cada hora de cada día en ellas, no descansaba si el tiempo le permitía realizar su trabajo, al estar abierto el observatorio el frío invernal y la quietud requerida para la buena observación le causo contraer un fuerte constipado en el invierno de 1890, pero había conseguido fotografiar prácticamente todo lo que estaba a su vista, se recuperó pero continuó hasta terminar su objetivo, lo que le llevó hasta marzo de 1891, pero de nuevo volvió a contraer una complicación pulmonar en el último invierno, obligándole a tomar cama, al recuperarse algo viajó a París con su colección de fotos.
El clima de esta ciudad no le ayudó en nada, pudiendo a duras penas mostrar su ingente trabajo, consiguiendo el reconocimiento total de la sociedad de astrónomos, al encontrase peor se puso en camino a San Fernando, lleno de gozo por haber colocado a España en primera línea para ayudar a construir el mapa general del cielo, en franca competencia precisamente con el de París.
Llegó a San Fernando el 12 de abril con fiebre muy alta y muy enfermo, tanto que el siguiente 15 falleció rodeado de toda su familia, cuando contaba con cincuenta y siete años de edad, de ellos cuarenta y cinco de servicios, de los cuales algo más de veintiuno al frente del Observatorio.
A su entierro acudieron multitud, tanto del Departamento como de toda la Corporación, así como al llegar la noticia al extranjero se recibieron miles de cartas de condolencia por tan triste pérdida. Sus restos fueron sepultados en un nicho del cementerio del mismo San Fernando.
La Armada no le olvidó, solo esperó a que pasase el tiempo prescrito en las leyes, por ello se decretó en 1897 su trasladado al Panteón de Marinos Ilustres, lo que no tuvo lugar hasta que llegar una fecha emblemática para la ciudad de San Fernando, siendo la del centenario de la jura de la primera Constitución por los diputados, el 24 de septiembre de 1912, donde por ser fiesta la asistencia fue multitudinaria, recibiendo así el agradecimiento de las autoridades y el pueblo.
En el mausoleo se puede leer la siguiente inscripción:
Excmo. Sr. D. Cecilio Pujazón
General de la Armada
Director del Observatorio de San Fernando
Nació el 2 de noviembre de 1883
Murió el 15 de abril del año 1891
R. I. P.
Habiendo aprobado el cabildo de la ciudad, darle su nombre a una de las calles que dan acceso al Observatorio. A lo largo de su vida le fueron concedidas las condecoraciones siguientes: Cruz y Placa de San Hermenegildo; Comendador de número de la Real y Muy Distinguida Orden Española de Carlos III; Cruz al Mérito Naval con distintivo Blanco y Caballero de la Legión de Honor. Francia.
Nota
- ↑ La fotografía que acompaña a este escrito está tomada de un cuadro al óleo que se hizo después de su muerte, copiándolo de una fotografía suya en busto que se hizo él mismo; al pintar el cuadro se copió la fotografía que lleva en la mano, siendo la nebulosa de la constelación de Orión.
Bibliografía:
Cervera Pery, José.: El Panteón de Marinos Ilustres, trayectoria histórica, reseña biográfica. Ministerio de Defensa. Madrid, 2004.
Cervera Valderrama, Juan.: Memorias de Guerra. Editora Nacional. Madrid, 1968.
Estado General de la Armada para el año de 1849.
Estado General de la Armada para el año de 1851.
Estado General de la Armada para el año de 1852.
Estado General de la Armada para el año de 1853.
Estado General de la Armada para el año de 1861.
Estado General de la Armada para el año de 1865.
Estado General de la Armada para el año de 1870.
Estado General de la Armada para el año de 1873.
Estado General de la Armada para el año de 1874.
Estado General de la Armada para el año de 1875.
Estado General de la Armada para el año de 1876.
Estado General de la Armada para el año de 1880.
Estado General de la Armada para el año de 1885.
Estado General de la Armada para el año de 1887.
Estado General de la Armada para el año de 1890.
González González, Francisco José.: El Observatorio de San Fernando (1831-1924) Ministerio de Defensa. Madrid, 1992.
Válgoma y Finestrat, Dalmiro de la. Barón de Válgoma.: Real Compañía de Guardia Marinas y Colegio Naval. Catálogo de pruebas de Caballeros aspirantes. Instituto Histórico de Marina. Madrid, 1944 a 1956. 7 Tomos.
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