Bombardeo de Tetuán y temporal 1860

De Todoavante.es

Última versión de 14:09 24 feb 2021

Se declaró la guerra de África en octubre de 1859, la escuadra al mando del jefe don José María Bustillo y Gómez de Barreda concentrada en la bahía de Algeciras, quedó compuesta por el navío Reina Doña Isabel II, al mando del brigadier don Blas García de Quesada, la fragata de vela Cortés, las de hélice Princesa de Asturias y Blanca, las corbetas Villa de Bilbao e Isabel II, las goletas de hélice Rosalía, Ceres, Edetana y Buenaventura, los vapores de ruedas Isabel II, Colón, León, Vasco Núñez de Balboa, Vulcano, Santa Isabel, Lepanto, Liniers, Piles, Alerta y Vigilante, los faluchos Terrible, Veloz y Saeta, 30 cañoneros y 40 chalanas. Como transportes de tropas y pertrechos actuaron los vapores San Quintín, San Francisco de Borja, Marqués de la Victoria, General Álava, Patiño, Velasco, Conde de Regla, San Antonio y Ferrol, las urcas Marigalante, Niña y Antilla, más dieciséis pequeños cañoneros al mando del jefe de escuadra don Segundo Díaz Herrera y como Mayor General de ella, el capitán de fragata don Juan Bautista Topete y Carballo.

Se concentró la escuadra en la bahía de Algeciras el 11 de octubre de 1859, estableciendo el bloqueo al mando del general don Segundo Díaz de Herrera, por haber sustituido a don José María Bustillo y Gómez de Barreda, el 6 de enero se presenta ante Tetuán compuesta por el navío Reina Doña Isabel II, las fragatas Princesa de Asturias y Blanca, corbeta Villa de Bilbao y los vapores Vasco Núñez de Balboa, insignia, Isabel II, Santa Isabel, León, Vulcano y Colón, viendo el costoso avance de las tropas del ejército, se sitúo en la toldilla del vapor y grito un ¡Viva la Reina! que fue respondido por todos, seguido dijo: «El Ejército está derramando noblemente su sangre; vamos nosotros a derramar la nuestra» cerrando la arenga con otro ¡Viva la Reina!, ordenó que la escuadra se acercara lo máximo posible, sobre la una y cuarto abrió fuego el insignia poco tiempo después era toda la escuadra, tomando como objetivo principal las fortalezas por estar en ellas montada la artillería de mayor calibre, después de tres horas de fuego en las fortificaciones no quedaba nada en pie, al no tener oposición del enemigo dio la orden de cesar el de los buques, regresando al puerto de Algeciras.

Pasando a tomar de nuevo el mando de la escuadra don José María Bustillo, al hacerse a la mar al día siguiente el dios Eolo nos recordó tiempos pasados, envió un fortísimo temporal de Levante impidiendo las operaciones más vitales, viéndose obligada a refugiarse en el bahía de Algeciras, pero ante las llamadas de auxilio del ejército, vuelve a salir cargada con pertrechos de guerra y boca, logrando alcanzar las costas norteafricanas y desembarcarlos, ayudando con ello el progreso de las tropas.

Dándose el caso concreto que en unos de esos días, se quedó un destacamento sin provisiones, llegando a ser llamado el «campamento del hambre», pero la decidida actuación del mismísimo comandante en jefe de la escuadra la palió, ordenó arriar el primer bote de la Berenguela y con él se dirigió al campamento, al que abasteció con gran peligro de su vida.

La fragata Blanca realizó un bombardeo de Río Martín, suponiendo un alivio para las tropas, pues estaban siendo hostilizadas por el fuego de las baterías moras y éstas quedaron destruidas por la excelente puntería de los artilleros navales, otro hecho destacado fue el desembarco de fuerzas de marinería en Cabo Negro, en la retaguardia enemiga produciendo una desbandada en su campo, dejando casi libre el acceso a Ceuta.

Se destacaron buques al océano Atlántico, el 25 de febrero de 1860 apoyaron con sus fuegos el avance del ejército, acallando los enemigos sobre Larache, Arcila, Rabat y Salé, permitiendo facilitar el avance de las tropas, todo ello pese a la persistencia del temporal, los buques que efectuaron el bombardeo fueron: el navío Reina Doña Isabel II, las fragatas Princesa de Asturias, Blanca y Cortés, la corbeta Villa de Bilbao y los vapores de ruedas Isabel II, Colón, Vasco Núñez de Balboa, Vulcano y las goletas de hélice Edetana, Ceres y Buenaventura, al mando don Francisco Javier de Salas.

Participó muy activamente, el teniente de navío don Juan Romero y Moreno en los bombardeos efectuados por la escuadra, sobre las plazas de Arcila y Larache siendo clasificado como ‹distinguido›. El laurel de distinguido, le fue otorgado por la arriesgada y hábil maniobra llevada a cabo para salvar al navío Reina Doña Isabel II, evitando, por rolar el viento y el buque carecer de máquina de vapor fuera arrastrado contra la costa, por ello la fragata Blanca se abarloó lanzándole unos cabos quedando afirmados, logrando darle remolque a pesar del fuego que recibía, consiguiendo sacar al navío de su apurada situación. Al final de las operaciones se unieron a la escuadra el navío Rey Don Francisco de Asís, la fragata Bailén y el bergantín Gravina.

Topete en todo esto y como Mayor General se tuvo que multiplicar, para evitar que nada faltara preocupándose del transporte entre Algeciras y Ceuta de los pertrechos de guerra y boca, armamento, heridos y sin perder de vista las comunicaciones entre los dos puntos, harto complicadas por el pertinaz temporal.

En todas las operaciones no se sufrieron casi pérdidas, sólo por efecto del duro temporal se perdieron el vapor de ruedas Santa Isabel, la goleta Rosalía, el falucho Saeta y Lobo más los cañoneros 12, 13 y 18, los últimos por abordajes de otros buques al faltarles los cables, por ello resultaron unas operaciones complicadas y sufridas pero sin descalabros.

En el diario de sesiones de las Cortes del 29 de mayo de 1860 dice sobre la Marina y la Guerra de África: «Digna de gloriosa conmemoración es nuestra naciente marina, que con tanto valor supo arrostrar los huracanes y las tempestades sirviendo tan pronto de poderoso auxiliar a nuestro heroico ejército, como dominaba con sus cañones a los fuertes africanos. En su naciente pedestal se vislumbra su futura grandeza.»

Bibliografía:

Alarcón, Pedro A de.: Diario de un Testigo de la Guerra de África. Sucesores de Rivadeneyra. Madrid, 1931.

Paula Pavía, Francisco de.: Galería Biográfica de los Generales de Marina. Imprenta J. López. Madrid, 1873.

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