Churruca Brest secretos a la luz 1800
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Al día siguiente ya sabía la fórmula y radiante de alegría, salió al alcázar, exclamando: ¡lo encontré!, ¡lo encontré! efectivamente, había penetrado ese '''«secreto»''' por medio de una fórmula matemática, hoy ya muy conocida, merced a la cual se preparó la línea de piques, para que el navío entrase a carenar sobre ellos. | Al día siguiente ya sabía la fórmula y radiante de alegría, salió al alcázar, exclamando: ¡lo encontré!, ¡lo encontré! efectivamente, había penetrado ese '''«secreto»''' por medio de una fórmula matemática, hoy ya muy conocida, merced a la cual se preparó la línea de piques, para que el navío entrase a carenar sobre ellos. | ||
- | + | [[Churruca_y_Elorza,_Cosme_Damian_Biografia|'''Churruca''']] más amante de la ciencia que el ingeniero francés, se dio prisa en vulgarizar la fórmula, publicando su trabajo: <big>'''«Método geométrico para determinar las inflexiones de la quilla de un buque quebrantado, igualmente que la cantidad de su arrufo.»'''</big> destruyendo así el misterio que de tan ufano se mostraba el ingeniero francés Mr. Guignard. | |
- | [[Churruca_y_Elorza,_Cosme_Damian_Biografia|'''Churruca''']] más amante de la ciencia que el ingeniero francés, se dio prisa en vulgarizar la fórmula, publicando su trabajo: <big>'''«Método geométrico para determinar las inflexiones de la quilla de un buque quebrantado, igualmente que la cantidad de su arrufo.»''</big> | + | |
Dándose el caso especial que se dedicó a escribir el método, al terminarlo y como era de rigor lo envío al Ministerio de Marina para autorizar su publicación, pero el 30 de marzo de 1802, cuando todavía no lo había recibido el autor, ya estaba en los Arsenales españoles la obra impresa. | Dándose el caso especial que se dedicó a escribir el método, al terminarlo y como era de rigor lo envío al Ministerio de Marina para autorizar su publicación, pero el 30 de marzo de 1802, cuando todavía no lo había recibido el autor, ya estaba en los Arsenales españoles la obra impresa. |
Última versión de 11:30 17 abr 2021
Hablando de Brest y del Conquistador, hemos de recordar diferentes pormenores de la estancia en aquel puerto: necesitaba el navío por reconocimiento del mismo Churruca recorrer sus fondos; el general de la escuadra ordenó entrase en uno de los diques de Recouvrances.
Cuando un buque va a entrar en dique para ponerlo en seco, tiene el jefe de ingenieros que prepararle la cama, o sea los piques en que ha de ajustar su quilla en la forma conveniente para evitar el quebranto del buque, tratando no aumente cuando queda en seco y apuntalado, descansando toda su mole sobre su quilla y los dichos piques. Para formar la línea de éstos en relación con el referido quebranto, pidió el ingeniero Guignard a D. Cosme los calados de popa y proa y también de su batería.
Deseoso Churruca de saber cómo utilizaba el ingeniero aquellos datos para conseguir su objetivo, con la sencillez de un hombre de ciencia, se lo preguntó; más el francés se negó a satisfacer su curiosidad, diciéndole era un «secreto», esto no provocó otra cosa que poner en alerta a D. Cosme, quien como buen científico no podía dejar pasar la ocasión de saber ‹cómo›, saliendo el amor propio por tan necia negativa, así sin decir palabra abordó el navío y se encerró en su cámara, comenzando a hacer cálculos basándose en los que sabía y las preguntas del ingeniero francés.
Al día siguiente ya sabía la fórmula y radiante de alegría, salió al alcázar, exclamando: ¡lo encontré!, ¡lo encontré! efectivamente, había penetrado ese «secreto» por medio de una fórmula matemática, hoy ya muy conocida, merced a la cual se preparó la línea de piques, para que el navío entrase a carenar sobre ellos.
Churruca más amante de la ciencia que el ingeniero francés, se dio prisa en vulgarizar la fórmula, publicando su trabajo: «Método geométrico para determinar las inflexiones de la quilla de un buque quebrantado, igualmente que la cantidad de su arrufo.» destruyendo así el misterio que de tan ufano se mostraba el ingeniero francés Mr. Guignard.
Dándose el caso especial que se dedicó a escribir el método, al terminarlo y como era de rigor lo envío al Ministerio de Marina para autorizar su publicación, pero el 30 de marzo de 1802, cuando todavía no lo había recibido el autor, ya estaba en los Arsenales españoles la obra impresa.
Bibliografía:
Fernández Duro, Cesáreo.: La Armada Española desde la unión de los reinos de Castilla y Aragón. Est. Tipográfico «Sucesores de Rivadeneyra» 9 tomos. Madrid, 1895-1903.
González-Ripoll Navarro, María Dolores.: Bajos pólvora y estrellas. Churruca y otros marinos vascos de la ilustración. Museo Naval Guipúzcoa. San Sebastián, 2000.
Paula Pavía, Francisco de.: Galería Biográfica de los Generales de Marina. Imprenta J. López. Madrid, 1873.
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