Constantinopla increible hecho de armas 1618
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- | '''<big>Fuego que a la ciudad de Constantinopla y Armada del Gran Turco echó el alférez García del Castillo Bustamante, natural de esta ciudad de Sevilla. – Con licencia, en Sevilla, por Juan Serrano de Vargas, año 1618, en folio. (Tuvo lugar la acción el 29 de abril.)</big>''' | + | |
+ | {{Cita|'''<big>Fuego que a la ciudad de Constantinopla y Armada del Gran Turco echó el alférez García del Castillo Bustamante, natural de esta ciudad de Sevilla. – Con licencia, en Sevilla, por Juan Serrano de Vargas, año 1618, en folio. (Tuvo lugar la acción el 29 de abril.)</big>''' | ||
'''<big>«Habiendo de salir Jimusbey-bajá por general de la gruesa Armada que el nuevo Gran Turco tenía prevenida para ir contra Sicilia mandó (por honrarle y obligarle) hacer grandes fiestas de juegos, invenciones, encamisadas y fuegos (como prometiéndose ya la victoria) para con ellos animar más a los capitanes y soldados que habían de ir en la jornada; pero no sucedió como pensaban, porque en el medio que ellos andaban ocupados en sus algazaras y fiestas, les armaban (con ingenio y ánimo español) otra mejor fiesta para nosotros (aunque amarga para turcos y judíos), algunos de los cautivos cristianos de más confianza y que con más libertad andaban por Constantinopla, cuya cabeza de ellos y del heroico hecho fue el famoso sevillano, el alférez García del Castillo Bustamante, el cual cautivaron en una salida que hizo estando en la Mamora, y de amo en amo paró en Constantinopla, en servicio de Toquiés Subaxi, mayor de Constantinopla, que es lo mismo que presidente de la justicia criminal, del cual hacía su amo gran confianza, y le quería mucho por ser de claro ingenio, valiente, muy servicial y que le trataba mucha verdad.</big>''' | '''<big>«Habiendo de salir Jimusbey-bajá por general de la gruesa Armada que el nuevo Gran Turco tenía prevenida para ir contra Sicilia mandó (por honrarle y obligarle) hacer grandes fiestas de juegos, invenciones, encamisadas y fuegos (como prometiéndose ya la victoria) para con ellos animar más a los capitanes y soldados que habían de ir en la jornada; pero no sucedió como pensaban, porque en el medio que ellos andaban ocupados en sus algazaras y fiestas, les armaban (con ingenio y ánimo español) otra mejor fiesta para nosotros (aunque amarga para turcos y judíos), algunos de los cautivos cristianos de más confianza y que con más libertad andaban por Constantinopla, cuya cabeza de ellos y del heroico hecho fue el famoso sevillano, el alférez García del Castillo Bustamante, el cual cautivaron en una salida que hizo estando en la Mamora, y de amo en amo paró en Constantinopla, en servicio de Toquiés Subaxi, mayor de Constantinopla, que es lo mismo que presidente de la justicia criminal, del cual hacía su amo gran confianza, y le quería mucho por ser de claro ingenio, valiente, muy servicial y que le trataba mucha verdad.</big>''' | ||
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'''<big>La noche del incendio se fue huyendo el Turco a la ciudad de Pera, que está por mar un tiro de arcabuz de Constantinopla, y por tierra cuatro leguas, donde esotro día le llevaron la triste nueva, diciéndole se había abrasado su palacio con el tesoro, joyas, vestidos y las cosas de su servicio, caballos y más de quinientos genízaros, gente de mucha estima para la guerra; y la mezquita mayor, con las dos famosas que hicieron Sultán Mahometo y Sultán Bayaceto, dentro de las cuales había muerto abrasado Lutfi-Candí, alfaque mayor de Constantinopla, con más de cuarenta mil casas con sus haciendas y mercaderías, que importaban más de veinticinco millones, y que faltaban más de doce mil personas, entre los cuales echaban menos el general de la Armada y el primer Visir de Constantinopla, y dos bajaes y otros gobernadores, y que asimismo no había quedado una tabla de toda la Armada. Sintiólo tanto, que llegó a la muerte e hizo atormentar a matar muchos cristianos para saber de ellos algo, hasta que trajo la nueva un mercader griego que se había escapado de las cuatro galeras. Envió a pedir sus galeras y a los delincuentes al Gran Maestre, y que si no se los daba iría todo su poder y cercaría a Malta hasta tomarla, y castigarlos como amparadores de quien tan gran mal había hecho. Respondió que estaban ellas y ellos en Nápoles, y que aunque los tuviera, no se los diera, antes los amparara con todas sus fuerzas, y que hiciese lo que quisiese, que ellos resistirían, como lo habían hecho en otras ocasiones.</big>''' | '''<big>La noche del incendio se fue huyendo el Turco a la ciudad de Pera, que está por mar un tiro de arcabuz de Constantinopla, y por tierra cuatro leguas, donde esotro día le llevaron la triste nueva, diciéndole se había abrasado su palacio con el tesoro, joyas, vestidos y las cosas de su servicio, caballos y más de quinientos genízaros, gente de mucha estima para la guerra; y la mezquita mayor, con las dos famosas que hicieron Sultán Mahometo y Sultán Bayaceto, dentro de las cuales había muerto abrasado Lutfi-Candí, alfaque mayor de Constantinopla, con más de cuarenta mil casas con sus haciendas y mercaderías, que importaban más de veinticinco millones, y que faltaban más de doce mil personas, entre los cuales echaban menos el general de la Armada y el primer Visir de Constantinopla, y dos bajaes y otros gobernadores, y que asimismo no había quedado una tabla de toda la Armada. Sintiólo tanto, que llegó a la muerte e hizo atormentar a matar muchos cristianos para saber de ellos algo, hasta que trajo la nueva un mercader griego que se había escapado de las cuatro galeras. Envió a pedir sus galeras y a los delincuentes al Gran Maestre, y que si no se los daba iría todo su poder y cercaría a Malta hasta tomarla, y castigarlos como amparadores de quien tan gran mal había hecho. Respondió que estaban ellas y ellos en Nápoles, y que aunque los tuviera, no se los diera, antes los amparara con todas sus fuerzas, y que hiciese lo que quisiese, que ellos resistirían, como lo habían hecho en otras ocasiones.</big>''' | ||
- | '''<big>Enojado de la respuesta, previene gruesa Armada, y el Gran Maestre fortalece la ciudad y ha enviado a Nápoles el gran galeón a dar aviso al Excmo. Duque de Osuna, para que esté a la mira de lo que sucediere.»</big>''' | + | '''<big>Enojado de la respuesta, previene gruesa Armada, y el Gran Maestre fortalece la ciudad y ha enviado a Nápoles el gran galeón a dar aviso al Excmo. Duque de Osuna, para que esté a la mira de lo que sucediere.»</big>'''}} |
<big>Hay muchos hechos de armas pequeños y grandes que son conocidos con mayor o menor profundidad, por contra éste se encuentra escondido en la obra de referencia y que sepamos nada difundido, cuando por su grandeza debería serlo y mucho más. En él hay de todo, ese gran valor de unos pocos contra varios miles, pero actuando en “guerrilla” (nuestra mejor forma de combatir ya demostrada a lo largo de los siglos) alcanzar los objetivos incluso superiores a lo previsto, a su vez vemos la traición de ese griego que a pesar de haber ayudado al buen fin del enfrentamiento, es capaz de burlar de nuevo a sus compañeros de armas y comunicarlo al Gran Turco, demostrando que siempre hay un traidor al menos en cada hazaña, algo tan común entre los españoles que llega a nuestros días, pero no es otro nuestro sino, por desgracia para este hermoso, viejo y afable país que no es otro que España.</big> | <big>Hay muchos hechos de armas pequeños y grandes que son conocidos con mayor o menor profundidad, por contra éste se encuentra escondido en la obra de referencia y que sepamos nada difundido, cuando por su grandeza debería serlo y mucho más. En él hay de todo, ese gran valor de unos pocos contra varios miles, pero actuando en “guerrilla” (nuestra mejor forma de combatir ya demostrada a lo largo de los siglos) alcanzar los objetivos incluso superiores a lo previsto, a su vez vemos la traición de ese griego que a pesar de haber ayudado al buen fin del enfrentamiento, es capaz de burlar de nuevo a sus compañeros de armas y comunicarlo al Gran Turco, demostrando que siempre hay un traidor al menos en cada hazaña, algo tan común entre los españoles que llega a nuestros días, pero no es otro nuestro sino, por desgracia para este hermoso, viejo y afable país que no es otro que España.</big> | ||
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Fernández Duro, Cesáreo: El Gran duque de Osuna y su marina. «Sucesores de Rivadeneyra». Madrid. 1885. | Fernández Duro, Cesáreo: El Gran duque de Osuna y su marina. «Sucesores de Rivadeneyra». Madrid. 1885. | ||
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Última versión de 09:37 1 sep 2022
Constantinopla increíble hecho de armas 1618
Hay muchos hechos de armas pequeños y grandes que son conocidos con mayor o menor profundidad, por contra éste se encuentra escondido en la obra de referencia y que sepamos nada difundido, cuando por su grandeza debería serlo y mucho más. En él hay de todo, ese gran valor de unos pocos contra varios miles, pero actuando en “guerrilla” (nuestra mejor forma de combatir ya demostrada a lo largo de los siglos) alcanzar los objetivos incluso superiores a lo previsto, a su vez vemos la traición de ese griego que a pesar de haber ayudado al buen fin del enfrentamiento, es capaz de burlar de nuevo a sus compañeros de armas y comunicarlo al Gran Turco, demostrando que siempre hay un traidor al menos en cada hazaña, algo tan común entre los españoles que llega a nuestros días, pero no es otro nuestro sino, por desgracia para este hermoso, viejo y afable país que no es otro que España.
Bibliografía:
Fernández Duro, Cesáreo: El Gran duque de Osuna y su marina. «Sucesores de Rivadeneyra». Madrid. 1885.
Transcrito por Todoavante