Delgado y Parejo, Manuel Biografia
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En 1824 se refundieron las tres compañías de Guardiamarinas en un Colegio, el cual debía de establecerse en la población de Puerto Real, pero se decidió trasladarlo a La Carraca, a pesar de ser un establecimiento de la Armada no se pudo poner en marcha. En 1828 se suprimió el Colegio y se dio libertad de enseñanza aplicando la Constitución de 1812, por ello ya no era necesario ser hijodalgo ni pasar las pruebas de limpieza de sangre, al estar preparado se pasaba un examen presidido por una Junta de Jefes de la Armada, quienes al dar el Vº Bº se producía el ingreso en la Corporación. No era fácil superarlo, porque en los exámenes las exigencias eran las justas y conformes a los requerimientos de la profesión, fue una época muy dura pues ante la libertad de estudio los jueces de las pruebas eran implacables en su aplicación, no perdonando ningún error por nimio que fuera. | En 1824 se refundieron las tres compañías de Guardiamarinas en un Colegio, el cual debía de establecerse en la población de Puerto Real, pero se decidió trasladarlo a La Carraca, a pesar de ser un establecimiento de la Armada no se pudo poner en marcha. En 1828 se suprimió el Colegio y se dio libertad de enseñanza aplicando la Constitución de 1812, por ello ya no era necesario ser hijodalgo ni pasar las pruebas de limpieza de sangre, al estar preparado se pasaba un examen presidido por una Junta de Jefes de la Armada, quienes al dar el Vº Bº se producía el ingreso en la Corporación. No era fácil superarlo, porque en los exámenes las exigencias eran las justas y conformes a los requerimientos de la profesión, fue una época muy dura pues ante la libertad de estudio los jueces de las pruebas eran implacables en su aplicación, no perdonando ningún error por nimio que fuera. | ||
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A aprobar el examen ingresó en la Corporación el 29 de enero de 1844. | A aprobar el examen ingresó en la Corporación el 29 de enero de 1844. | ||
- | En 1848 graduado de guardiamarina de 1ª embarcó en el vapor '''''Colón''''', más tarde trasbordó a la fragata '''''Reina María Cristina''''', pasando posteriormente al navío '''''Soberano''''', recibiendo el despacho de alférez de navío en el mes de enero de 1850. | + | En 1848 graduado de guardiamarina de 1ª embarcó en el vapor [[Colon_(1849)|'''''Colón''''']], más tarde trasbordó a la fragata [[Reina_María_Cristina_(1837)|'''''Reina María Cristina''''']], pasando posteriormente al navío '''''Soberano''''', recibiendo el despacho de alférez de navío en el mes de enero de 1850. |
Por Real orden del 4 de marzo de 1857 se le ascendió al grado de teniente de navío, encontrándose en las islas Filipinas en casi todas las acciones de la escuadra, contra los piratas joloanos. | Por Real orden del 4 de marzo de 1857 se le ascendió al grado de teniente de navío, encontrándose en las islas Filipinas en casi todas las acciones de la escuadra, contra los piratas joloanos. | ||
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Por su heroísmo en la campaña contra la piratería joloana en las islas Filipinas, en 1860 se le ascendió a comandante de Infantería de Marina. | Por su heroísmo en la campaña contra la piratería joloana en las islas Filipinas, en 1860 se le ascendió a comandante de Infantería de Marina. | ||
- | A lo largo de su carrera militar navegó en diferentes buques haciendo travesías entre la península y las Antillas, siendo en estas últimas donde más tiempo permaneció, embarcado en los vapores '''''Congreso''''' y '''''Bazán''''' por realizar la comisión de buques correo. | + | A lo largo de su carrera militar navegó en diferentes buques haciendo travesías entre la península y las Antillas, siendo en estas últimas donde más tiempo permaneció, embarcado en los vapores [[Congreso_(1840)|'''''Congreso''''']] y [[Don_Alvaro_de_Bazan_(1840)|'''''Bazán''''']] por realizar la comisión de buques correo. |
Por Real orden del 12 de octubre de 1868 se le ascendió al grado de capitán de fragata. | Por Real orden del 12 de octubre de 1868 se le ascendió al grado de capitán de fragata. | ||
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- | En la noche del 18 de septiembre el Comandante General del Apostadero de la Habana, el contralmirante don Manuel Delgado Parejo quiso salir a verificar personalmente unos trabajos, para ello ordenó al crucero [[Sanchez_Barcaiztegui_(1877)|'''''Sánchez Barcáiztegui''''']] se alistara, soltando amarras y dirigiéndose a la bocana de salida, cuando a las 23:40 horas se vieron las luces roja y blanca de un vapor que iba a entrar, el Comandante del crucero dio la orden de meter timón a estribor, para darle más espacio acercándose demasiado a la fortaleza del Morro, pero en principio era preferible para que el mercante '''Conde de la Mortera''' pudiera pasar sin agobios. | + | En la noche del 18 de septiembre el Comandante General del Apostadero de la Habana, el contralmirante don [[Delgado_y_Parejo,_Manuel_Biografia|'''Manuel Delgado Parejo''']] quiso salir a verificar personalmente unos trabajos, para ello ordenó al crucero [[Sanchez_Barcaiztegui_(1877)|'''''Sánchez Barcáiztegui''''']] se alistara, soltando amarras y dirigiéndose a la bocana de salida, cuando a las 23:40 horas se vieron las luces roja y blanca de un vapor que iba a entrar, el Comandante del crucero dio la orden de meter timón a estribor, para darle más espacio acercándose demasiado a la fortaleza del Morro, pero en principio era preferible para que el mercante '''Conde de la Mortera''' pudiera pasar sin agobios. |
Al realizar la maniobra avisó por pitada del Código internacional de señales de la maniobra, pero el mercante no contestó, por ello ordenó una segunda pitada, el mercante que sí había oído la primera, interpretó que la segunda era una señal y contestó con otras dos, indicativo en el mismo Código meter la caña a babor, esta giñada era mortal para el crucero pues el abordaje se produciría casi por el centro del buque, quien para evitarlo metió atrás con toda la caña a babor, pero aún se sumó un factor más en contra, siendo el destino el único que lo puede explicar, pues un fogonero se enredó en ese preciso instante (quizás por la sacudida al producirse el cambio brusco de la inversión de marcha por el buque) con la correa de transmisión de la dinamo, lo que se tradujo en que aparte de ser lanzado contra la estructura interior, el buque se quedó sin energía eléctrica, ni tan siquiera para las luces de posición, lo que a su vez asombró más al capitán del mercante, quien dio la orden de atrás toda, pero estaba demasiado cerca y el abordaje fue imposible de evitar. | Al realizar la maniobra avisó por pitada del Código internacional de señales de la maniobra, pero el mercante no contestó, por ello ordenó una segunda pitada, el mercante que sí había oído la primera, interpretó que la segunda era una señal y contestó con otras dos, indicativo en el mismo Código meter la caña a babor, esta giñada era mortal para el crucero pues el abordaje se produciría casi por el centro del buque, quien para evitarlo metió atrás con toda la caña a babor, pero aún se sumó un factor más en contra, siendo el destino el único que lo puede explicar, pues un fogonero se enredó en ese preciso instante (quizás por la sacudida al producirse el cambio brusco de la inversión de marcha por el buque) con la correa de transmisión de la dinamo, lo que se tradujo en que aparte de ser lanzado contra la estructura interior, el buque se quedó sin energía eléctrica, ni tan siquiera para las luces de posición, lo que a su vez asombró más al capitán del mercante, quien dio la orden de atrás toda, pero estaba demasiado cerca y el abordaje fue imposible de evitar. | ||
- | Fallecieron, el Comandante general del Apostadero contralmirante don Manuel Delgado Parejo, cuyo cuerpo apareció dos días después, cuando los tiburones habían hecho su macabro trabajo, pues ya no tenía ni brazos ni piernas; Comandante, capitán de fragata, don Francisco Ibáñez y Varela, encontrado al día siguiente con grandes pérdidas de su cuerpo por el ataque de los escualos; el teniente de navío de primera clase señor López Aldazábal, los alféreces de navío don Abelardo Soto y Moreira, García Junco, y el señor Canto, el contador don Gabriel Puello Fernández, a quien se le encontró atado a la caja del buque, dando a entender que no quiso en ningún momento perder lo que por orden debía guardar; el cirujano don Faustino Martínez Díez, quien al ver se quedaba sin luz el buque se dio por enterado de lo necesarios que podían ser sus servicios, por ello a oscuras bajó hasta la dinamo para atender al fogonero y nada se supo de él, quizás fue comido por los tiburones o simplemente quedó encerrado y está en el mismo lugar; dándose la fatal circunstancia de que hasta la salida del crucero había estado en el '''''Magallanes''''' de servicio; el primer maquinista señor Zerzuela más ciento cincuenta y tres hombres de la dotación. | + | Fallecieron, el Comandante general del Apostadero contralmirante don [[Delgado_y_Parejo,_Manuel_Biografia|'''Manuel Delgado Parejo''']], cuyo cuerpo apareció dos días después, cuando los tiburones habían hecho su macabro trabajo, pues ya no tenía ni brazos ni piernas; Comandante, capitán de fragata, don Francisco Ibáñez y Varela, encontrado al día siguiente con grandes pérdidas de su cuerpo por el ataque de los escualos; el teniente de navío de primera clase señor López Aldazábal, los alféreces de navío don Abelardo Soto y Moreira, García Junco, y el señor Canto, el contador don Gabriel Puello Fernández, a quien se le encontró atado a la caja del buque, dando a entender que no quiso en ningún momento perder lo que por orden debía guardar; el cirujano don Faustino Martínez Díez, quien al ver se quedaba sin luz el buque se dio por enterado de lo necesarios que podían ser sus servicios, por ello a oscuras bajó hasta la dinamo para atender al fogonero y nada se supo de él, quizás fue comido por los tiburones o simplemente quedó encerrado y está en el mismo lugar; dándose la fatal circunstancia de que hasta la salida del crucero había estado en el [[Magallanes_(1885)|'''''Magallanes''''']] de servicio; el primer maquinista señor Zerzuela más ciento cincuenta y tres hombres de la dotación. |
Sus cenizas reposan hasta estos momentos en el cementerio de Colón, en la ciudad de la Habana. Contaba con sesenta y siete años de edad, de ellos cincuenta y uno de ejemplares servicios a España. | Sus cenizas reposan hasta estos momentos en el cementerio de Colón, en la ciudad de la Habana. Contaba con sesenta y siete años de edad, de ellos cincuenta y uno de ejemplares servicios a España. | ||
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Guardia, Ricardo de la.: Notas para un Cronicón de la Marina Militar de España. Anales de trece siglos de historia de la marina. El Correo Gallego. 1914. | Guardia, Ricardo de la.: Notas para un Cronicón de la Marina Militar de España. Anales de trece siglos de historia de la marina. El Correo Gallego. 1914. | ||
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Revisión de 11:56 27 sep 2022
Manuel Delgado y Parejo Biografía
Contralmirante de la Real Armada Española.
Comendador de la Real y Muy Distinguida Orden de Carlos III.
Encomienda y Venera de la Orden de Calatrava.
Orígenes
Vino al mundo en la población de Puente Genil provincia de Córdoba, el 27 de julio de 1828.
Hoja de Servicios
En 1824 se refundieron las tres compañías de Guardiamarinas en un Colegio, el cual debía de establecerse en la población de Puerto Real, pero se decidió trasladarlo a La Carraca, a pesar de ser un establecimiento de la Armada no se pudo poner en marcha. En 1828 se suprimió el Colegio y se dio libertad de enseñanza aplicando la Constitución de 1812, por ello ya no era necesario ser hijodalgo ni pasar las pruebas de limpieza de sangre, al estar preparado se pasaba un examen presidido por una Junta de Jefes de la Armada, quienes al dar el Vº Bº se producía el ingreso en la Corporación. No era fácil superarlo, porque en los exámenes las exigencias eran las justas y conformes a los requerimientos de la profesión, fue una época muy dura pues ante la libertad de estudio los jueces de las pruebas eran implacables en su aplicación, no perdonando ningún error por nimio que fuera.
Pasando de esta forma veintiún años en los cuales no hubo academia, ni colegio, ni compañía de guardiamarinas, siendo libre la preparación de todos los aspirantes, viviendo en «casas de confianza» e ingresando al aprobar el examen de la Junta de Jefes, hasta llegar a 1845 cuando por fin se abrió la Escuela Naval Militar en San Carlos. Por esta razón no hay expedientes de estos años.
A aprobar el examen ingresó en la Corporación el 29 de enero de 1844.
En 1848 graduado de guardiamarina de 1ª embarcó en el vapor Colón, más tarde trasbordó a la fragata Reina María Cristina, pasando posteriormente al navío Soberano, recibiendo el despacho de alférez de navío en el mes de enero de 1850.
Por Real orden del 4 de marzo de 1857 se le ascendió al grado de teniente de navío, encontrándose en las islas Filipinas en casi todas las acciones de la escuadra, contra los piratas joloanos.
Por su heroísmo en la campaña contra la piratería joloana en las islas Filipinas, en 1860 se le ascendió a comandante de Infantería de Marina.
A lo largo de su carrera militar navegó en diferentes buques haciendo travesías entre la península y las Antillas, siendo en estas últimas donde más tiempo permaneció, embarcado en los vapores Congreso y Bazán por realizar la comisión de buques correo.
Por Real orden del 12 de octubre de 1868 se le ascendió al grado de capitán de fragata.
Por Real orden del 9 de diciembre de 1872 se le otorgaron los galones de capitán de navío.
Por Real orden del 8 de octubre de 1884 se le ascendió al grado de capitán de navío de 1ª clase. Grado creado en sustitución del de Brigadier en la reorganización de la Corporación en 1868.
Ocupó diferentes destinos de su grado entre otros Mayor General de la Escuadra del Mediterráneo, Comandante de Marina del apostadero de la Habana, Consejero del Supremo de Guerra y Marina y vocal de la Junta Codificadora de la Armada, en 1889 se le nombró Comandante principal de Puerto Rico.
Por Real orden del 11 de marzo de 1891 fue ascendido al grado de contralmirante.
En el mes de junio de 1895 se le nombró Comandante del Apostadero de la Habana, desarrollando una activa y eficaz tarea, para impedir el contrabando de armas a los insurgentes, siendo un trabajo ingrato pero muy eficiente para frenar los continuos abastecimientos a los rebeldes.
En la noche del 18 de septiembre el Comandante General del Apostadero de la Habana, el contralmirante don Manuel Delgado Parejo quiso salir a verificar personalmente unos trabajos, para ello ordenó al crucero Sánchez Barcáiztegui se alistara, soltando amarras y dirigiéndose a la bocana de salida, cuando a las 23:40 horas se vieron las luces roja y blanca de un vapor que iba a entrar, el Comandante del crucero dio la orden de meter timón a estribor, para darle más espacio acercándose demasiado a la fortaleza del Morro, pero en principio era preferible para que el mercante Conde de la Mortera pudiera pasar sin agobios.
Al realizar la maniobra avisó por pitada del Código internacional de señales de la maniobra, pero el mercante no contestó, por ello ordenó una segunda pitada, el mercante que sí había oído la primera, interpretó que la segunda era una señal y contestó con otras dos, indicativo en el mismo Código meter la caña a babor, esta giñada era mortal para el crucero pues el abordaje se produciría casi por el centro del buque, quien para evitarlo metió atrás con toda la caña a babor, pero aún se sumó un factor más en contra, siendo el destino el único que lo puede explicar, pues un fogonero se enredó en ese preciso instante (quizás por la sacudida al producirse el cambio brusco de la inversión de marcha por el buque) con la correa de transmisión de la dinamo, lo que se tradujo en que aparte de ser lanzado contra la estructura interior, el buque se quedó sin energía eléctrica, ni tan siquiera para las luces de posición, lo que a su vez asombró más al capitán del mercante, quien dio la orden de atrás toda, pero estaba demasiado cerca y el abordaje fue imposible de evitar.
Fallecieron, el Comandante general del Apostadero contralmirante don Manuel Delgado Parejo, cuyo cuerpo apareció dos días después, cuando los tiburones habían hecho su macabro trabajo, pues ya no tenía ni brazos ni piernas; Comandante, capitán de fragata, don Francisco Ibáñez y Varela, encontrado al día siguiente con grandes pérdidas de su cuerpo por el ataque de los escualos; el teniente de navío de primera clase señor López Aldazábal, los alféreces de navío don Abelardo Soto y Moreira, García Junco, y el señor Canto, el contador don Gabriel Puello Fernández, a quien se le encontró atado a la caja del buque, dando a entender que no quiso en ningún momento perder lo que por orden debía guardar; el cirujano don Faustino Martínez Díez, quien al ver se quedaba sin luz el buque se dio por enterado de lo necesarios que podían ser sus servicios, por ello a oscuras bajó hasta la dinamo para atender al fogonero y nada se supo de él, quizás fue comido por los tiburones o simplemente quedó encerrado y está en el mismo lugar; dándose la fatal circunstancia de que hasta la salida del crucero había estado en el Magallanes de servicio; el primer maquinista señor Zerzuela más ciento cincuenta y tres hombres de la dotación.
Sus cenizas reposan hasta estos momentos en el cementerio de Colón, en la ciudad de la Habana. Contaba con sesenta y siete años de edad, de ellos cincuenta y uno de ejemplares servicios a España.
Estaba en posesión de varias condecoraciones entre ellas: Comendador de la Real y Muy Distinguida Orden de Carlos III, Gran placa de la Real y Militar Órden de San Hermenegildo, Encomienda y Venera de la Órden de Calatrava; Placa del Mérito Naval con distintivo Blanco; Medalla de la Campaña de África y Medalla de la Carraca, entre otras.
Había contraído matrimonio con doña Trinidad Rodríguez de Trujillo, siendo padres de dos varones y tres mujeres.
Bibliografía:
Bordejé y Morencos, F. Fernando de.: Crónica de la Marina Española en el siglo XIX, 1800-1868 (Tomo I) Editorial Naval. Madrid, 1993.
Bordejé y Morencos, F. Fernando de.: Crónica de la Marina Española en el siglo XIX, 1868-1898 (Tomo II) Editorial Naval. Madrid, 1995.
Enciclopedia General del Mar. Garriga. 1957, Compilada por don José María Martínez-Hidalgo.
Estado General de la Armada para el año de 1848.
Estado General de la Armada para el año de 1859.
Estado General de la Armada para el año de 1861.
Estado General de la Armada para el año de 1870.
Estado General de la Armada para el año de 1873.
Estado General de la Armada para el año de 1890.
Estado General de la Armada para el año de 1893.
González de Canales, Fernando.: Catálogo de Pinturas del Museo Naval. Tomo II. Ministerio de Defensa. Madrid, 2000.
Guardia, Ricardo de la.: Notas para un Cronicón de la Marina Militar de España. Anales de trece siglos de historia de la marina. El Correo Gallego. 1914.
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