Ordenes del Consejo de Indias 1635
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| - | Don Lope Díaz se presentó en ciudad Méjico a finales de 1635 tomando posesión de su cargo como Virrey de Nueva España. Al hacerlo se dio cuenta del retraso en algunos asuntos y el principal era la abundancia de capitanes, pilotos y aventureros que demandaban las pertinentes órdenes del Rey para continuar con los descubrimientos, pero sabedor que la mayoría no era para descubrir ó colonizar sino para medrar ó enriquecerse, decidió tomar medidas. | + | Don Lope Díaz se presentó en ciudad Méjico a finales de 1635 tomando posesión de su cargo como Virrey de Nueva España. Al hacerlo se dio cuenta del retraso en algunos asuntos y el principal era la abundancia de capitanes, pilotos y aventureros que demandaban las pertinentes órdenes del Rey para continuar con los descubrimientos, pero sabedor que la mayoría no era para descubrir ó colonizar sino para medrar ó enriquecerse, decidió tomar medidas. |
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| - | Esto le llevó a tomar una decisión, escribió para que tomaran o dictaran medidas en el Consejo de Indias de la península y mientras estas llegaban para dejarles trabajar, dio por nulas todas las peticiones anteriores y si alguno a escondidas zarpaba sin su consentimiento, seria con pena de la pérdida de bienes y de la vida, hasta no recibirse las nuevas órdenes. | + | Esto le llevó a tomar una decisión, escribió para que tomaran o dictaran medidas en el Consejo de Indias de la península y mientras estas llegaban para dejarles trabajar, dio por nulas todas las peticiones anteriores y si alguno a escondidas zarpaba sin su consentimiento, seria con pena de la pérdida de bienes y de la vida, hasta no recibirse las nuevas órdenes. |
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| - | Al fin llegaron las nuevas Leyes del 23 de septiembre de 1636 y entre otras cosas para que se pudieran dar las oportunas licencias decía: '''<big>«…las exploraciones se deberían de realizar a más altura de lo reconocido y como condición de no proseguir al descubrimiento del estrecho por donde se entendía se comunicaba la mar del Sur con la del Norte, porque esto lo tenía S. M. reservado así.»</big>''' | + | Al fin llegaron las nuevas Leyes del 23 de septiembre de 1636 y entre otras cosas para que se pudieran dar las oportunas licencias decía: '''<big>«…las exploraciones se deberían de realizar a más altura de lo reconocido y como condición de no proseguir al descubrimiento del estrecho por donde se entendía se comunicaba la mar del Sur con la del Norte, porque esto lo tenía S. M. reservado así.»</big>''' |
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Por todo esto no estaba muy equivocado en su apreciación inicial y es que nadie le puede negar que llevaba muchos años navegando entre los dos continente, conociendo a todo tipo de personas y había demostrado ser un técnico náutico, por ello no le debió costar darse cuenta de los intereses de algunos de los que viajaban al nuevo mundo en estos años. | Por todo esto no estaba muy equivocado en su apreciación inicial y es que nadie le puede negar que llevaba muchos años navegando entre los dos continente, conociendo a todo tipo de personas y había demostrado ser un técnico náutico, por ello no le debió costar darse cuenta de los intereses de algunos de los que viajaban al nuevo mundo en estos años. | ||
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| - | Fernández Duro, Cesáreo.: La Armada Española desde la unión de los reinos de Castilla y Aragón. Est. Tipográfico «Sucesores de Rivadeneyra» 9 tomos. Madrid, 1895—1903. | + | Fernández Duro, Cesáreo.: La Armada Española desde la unión de los reinos de Castilla y Aragón. Est. Tipográfico «Sucesores de Rivadeneyra» 9 tomos. Madrid, 1895—1903. |
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Fernández Duro, Cesáreo.: Disquisiciones Náuticas. Facsímil. Madrid, 1996. 6 Tomos. | Fernández Duro, Cesáreo.: Disquisiciones Náuticas. Facsímil. Madrid, 1996. 6 Tomos. | ||
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Última versión de 17:05 26 feb 2021
Órdenes del Consejo de Indias 1635
Don Lope Díaz se presentó en ciudad Méjico a finales de 1635 tomando posesión de su cargo como Virrey de Nueva España. Al hacerlo se dio cuenta del retraso en algunos asuntos y el principal era la abundancia de capitanes, pilotos y aventureros que demandaban las pertinentes órdenes del Rey para continuar con los descubrimientos, pero sabedor que la mayoría no era para descubrir ó colonizar sino para medrar ó enriquecerse, decidió tomar medidas.
Esto le llevó a tomar una decisión, escribió para que tomaran o dictaran medidas en el Consejo de Indias de la península y mientras estas llegaban para dejarles trabajar, dio por nulas todas las peticiones anteriores y si alguno a escondidas zarpaba sin su consentimiento, seria con pena de la pérdida de bienes y de la vida, hasta no recibirse las nuevas órdenes.
Al fin llegaron las nuevas Leyes del 23 de septiembre de 1636 y entre otras cosas para que se pudieran dar las oportunas licencias decía: «…las exploraciones se deberían de realizar a más altura de lo reconocido y como condición de no proseguir al descubrimiento del estrecho por donde se entendía se comunicaba la mar del Sur con la del Norte, porque esto lo tenía S. M. reservado así.»
Por todo esto no estaba muy equivocado en su apreciación inicial y es que nadie le puede negar que llevaba muchos años navegando entre los dos continente, conociendo a todo tipo de personas y había demostrado ser un técnico náutico, por ello no le debió costar darse cuenta de los intereses de algunos de los que viajaban al nuevo mundo en estos años.
Bibliografía:
Fernández Duro, Cesáreo.: La Armada Española desde la unión de los reinos de Castilla y Aragón. Est. Tipográfico «Sucesores de Rivadeneyra» 9 tomos. Madrid, 1895—1903.
Fernández Duro, Cesáreo.: Disquisiciones Náuticas. Facsímil. Madrid, 1996. 6 Tomos.
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