Seixas y Lobera, Francisco Biografia
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Se sabe que vino al mundo en la población de Mondoñedo. En las biografías anteriores al siglo XVIII, es difícil conocer grandes detalles de sus vidas, pues la gran mayoría de ellos en la realidad eran hombres de fortuna y solo cuando ésta les sonreía, pasando a ocupar cargos de importancia, era cuando se iban conociendo sus hazañas o virtudes, mientras tanto permanecían en el anonimato total, que fueron la mayoría. | Se sabe que vino al mundo en la población de Mondoñedo. En las biografías anteriores al siglo XVIII, es difícil conocer grandes detalles de sus vidas, pues la gran mayoría de ellos en la realidad eran hombres de fortuna y solo cuando ésta les sonreía, pasando a ocupar cargos de importancia, era cuando se iban conociendo sus hazañas o virtudes, mientras tanto permanecían en el anonimato total, que fueron la mayoría. | ||
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Revisión de 18:48 12 jul 2014
Orígenes
Se sabe que vino al mundo en la población de Mondoñedo. En las biografías anteriores al siglo XVIII, es difícil conocer grandes detalles de sus vidas, pues la gran mayoría de ellos en la realidad eran hombres de fortuna y solo cuando ésta les sonreía, pasando a ocupar cargos de importancia, era cuando se iban conociendo sus hazañas o virtudes, mientras tanto permanecían en el anonimato total, que fueron la mayoría.
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De él se sabe que de muy joven ya le llamó la vida de la mar, por ello estudió matemáticas y cosmografía, las cuales manejaba bastante bien, comenzando su vida marítima en buques extranjeros, calculando que fue por el año de 1661 cuando dio principio en esta profesión.
Estuvo navegando principalmente por las costas del norte de España, pasando después al Mediterráneo, en donde realizó un viaje a Esmirna y Constantinopla; regresando a los mares del norte; estando en Francia, fue requerido para que acompañara en un viaje, que ni más ni menos era visitar al Gran Mogol, acompañando al embajador Tavernier.
Al estar en estos mares, su inquietud de navegante le llevó a visitar casi todos los mares de la China, viajes que realizó embarcado en un buque de nacionalidad portuguesa, llegando a visitar las Molucas; pero no contento con esto logró enrolarse en un buque holandés, por lo que atravesó todo el océano Pacífico, cruzando el estrecho de Lemaire, por lo que llegó a los países bajos, sobre la primavera del año de 1668.
En este mismo año regresó a España y se embarco en la flota de Enrique Enríquez, que se dirigía a las Indias, con la que realizó varios viajes entre las distintas posesiones de aquellas tierras; recogido los caudales de costumbre, pusieron rumbo a la península, regresando a la bahía de Cádiz en el año 1672, pero ya estando embarcado en la propia capitana del General.
Prácticamente nada más desembarcar, se puso en camino a Holanda, donde formó una sociedad con veintitrés compañeros más, mandando construir un navío y un patache, con los que viajó has los mares de China y Siam, comerciando con sus mercancías, ya en el año de 1674.
En el año de 1676, regresó a Europa, volviendo a hacer la misma ruta, pues navegó por el estrecho de Lemaire.
Por su capacidad económica ganada a pulso, mando construir un navío, que de este ya era propietario y capitán, dedicándose al comercio, pero esta vez por las aguas y países de África, entre ellos y especialmente, Guinea y Angola.
Ya en el año de 1683, por estar en guerra España y Francia, pidió y se le otorgó licencia o patente de corso, el cual efectuó estorbando cuanto pudo el tráfico marítimo francés en su costa Atlántica, hasta que los dos países firmaron la paz.
Entre los años de 1697 a 1701, permaneció en navegaciones por las Antillas y seno Mejicano, donde aprovechándose de sus conocimientos, permaneció estudiando las explotaciones mineras de oro y plata de estas tierras.
En el año de 1704, se le encuentra en París, pero no se sabe a ciencia cierta el porque estaba, aunque se puede barajar la posibilidad, de intentar estar agradando a los cortesanos, que ya hacían cola para venir a España, por el reciente nombramiento de Felipe de Anjou, como Rey.
No se tienen datos de su fallecimiento, por lo que se supone que debió suceder en esa capital y por ello no existen en nuestros archivos noticias de ello.
Lo que si sabemos, es que dejó escritas varias obras, entre ellas:
« Teatro naval hidráulico de los flujos y reflujos, y de las corrientes de los mares, estrechos, archipiélagos, y pasages actuales del mundo, y de las diferencias de las variaciones de la aguja de marear, y efectos de la Luna con los vientos generales y particulares que reinan en las cuatro regiones marítimas del orbe »; Dirigido al Rey N. S.. Impresa en Madrid por Antonio Zafra, en el año de 1688, 4º. Publicado en París, en 1704, en francés en 8º y en español en 4º.
« Descripción hidrográfica y derrotero de la región austral Magallánica, que se dirige al Rey nuestro Señor, gran Monarca de Españas y sus Dominios en Europa, Emperador del Nuevo Mundo Americano, y Rey de los Reynos de las Filipinas y Malucas, por mano del Excmo. Sr. Marqués de los Vélez » Impresa en Madrid, por Antonio Zafra, criado de S. M. en el año de 1690, en 4º.
« Mapas de todo el orbe, con los puertos más principales de ambas Indias » Un tomo en folio del año de 1692. Estando esta obra en poder de la Casa de Alba.
Sobre su obra dice don Martín Fernández de Navarrete: « En ambas obras, el estilo de Seixas es desaliñado, hinchado y difuso, vicios comunes entonces, que habían corrompido el buen gusto de la literatura y de las artes; pero se le ha juzgado modernamente con ligereza y acaso con injusticia, pues aunque sean más apreciables que su « Derrotero del Magallanes », los diarios de nuestros navegantes del siglo anterior, ni era culpa suya que estos yaciesen ignorados en los archivos, ni deja de ser laudable su celo en ilustrar á su patria con las noticias de descubrimientos, adquiridas por los estrangeros en nuestras posesiones y sobre las cuales habían estos trazado cartas, derrotas y libros de navegación, viciándolos para apropiarse dominios de los españoles, como vió en las cuestiones con los portugueses desde el reinado de los Reyes Católicos: punto que Seixas prosigue ilustrando facultativamente y con abundante erudición, aunque ya no se ofrezca el interés, que como más oportuno debió entonces excitar y merecer »
A parte de esta increíble labor de investigación, se quedaron otras cuatro obras sin enviar a la imprenta:
« Teatro Real y mercantil de los comercios navales y terrestres de los imperios, reinos y estados conocidos hasta ahora en el mundo »: obra escrita en más de 200 pliegos de tamaño folio, cada una de sus dos partes, y cada parte en un tomo.
« Cartas y mapas de la verdadera situación de las costas y mares del mundo, con sus principales puertos, descritos por geografía y topografía, cosmografía y arte astrónomo universal »: Un tomo en folio. Es muy posible que este sea el que se encuentra en la biblioteca de la Casa de Alba.
« Libro en que se trata, con muchos ejemplares, de la debida precedencia que deben gozar los capitanes de mar y guerra de las armadas navales españolas con mejores sueldos y menores gastos », un tomo en 4º
« Teatro naval hidráulico de los flujos y reflujos, y de las corrientes de los mares, estrechos, archipiélagos, y pasages actuales del mundo, y de las diferencias de las variaciones de la aguja de marear, y efectos de la Luna con los vientos generales y particulares que reinan en las cuatro regiones marítimas del orbe », que es la misma que las publicadas, pero en su segundo tomo con variantes y apuntes diversos, para darle una segunda ampliación a la primera; se sabe que estaba escrita en folio y en la librería de Krisio.
Bibliografía:
Enciclopedia General del Mar. Garriga, 1958. Sin iniciales del compilador.
Fernández de Navarrete, Martín. Biblioteca Marítima Española. Obra póstuma. Madrid. Imprenta de la viuda de Calero. 1851.
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