Turia Mercante
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Revisión de 09:42 5 feb 2022
Turia Mercante
Construido en Euskalduna, Bilbao. España, 1931.
Desplazamiento: 3.150 t. Dimensiones: Eslora 93’30, por 12’90 de manga y 5’52 metros de calado. Máquina: Diésel Sulzer de 1.720 C.V. Velocidad: máxima de 15 nudos.
El buque pertenecía a la naviera Pinillos, sus directivos quedaron en zona sublevada, por estar la central de la empresa en Cádiz, por ello emitieron la orden a todos sus barcos de pasar a los sublevados.
Al producirse el alzamiento el Turia se encontraba en Tenerife, recibiendo la orden de su empresa de salir, lo que hizo el 24 de julio, entrando en un puerto francés del Mediterráneo, donde sus armadores intentaron se quedaran en él, pero por la orden de Madrid se decidió la expropiación de toda la marina mercante española, aunque cambiando nombre y ser abanderados con otros pabellones, para impedir fuera apresados por los sublevados, por esta razón y el tomar el mando los subalternos quedo en el lado gubernamental, recibiendo la orden de salir y entrar en Málaga.
Salió del puerto citado el 21 de septiembre de 1936, junto a la Flota formada por el acorazado Jaime I, [1] cruceros Libertad y Miguel de Cervantes, los destructores divididos en dos agrupaciones de exploración, en la primera los José Luis Díez, Almirante Valdés y Escaño, la segunda, Lepanto, Almirante Antequera y Almirante Miranda, aunque no se menciona, el de este historial los acompañaba como buque de apoyo a la escuadra, transportando petroleó y diverso material, pero sin ir cerca de ellos, por ello en los avistamientos aéreos nacionales no fue detectado.
El Jefe de la Flota era el capitán de corbeta D. Miguel Buiza Fernández Palacios, quien arbolaba su insignia en el crucero Libertad, donde también iba embarcado el capitán de navío soviético Nikolái Guerásimovich Kuznetsov, (éste fue el que al entrar en Cartagena, lo primero que hizo fue apropiarse de las tablas de tiro de Janer, para enviarlas a su país, posteriormente fue el Comandante General de Flota Soviética y principal impulsor del arma submarina en su país).
No deja de ser curioso que ambos eligieran el crucero antes que el acorazado, el mismo día a las 22:30 fueron avistados por el capitán de corbeta D. Manuel Súnico y Castedo, desde Ceuta, quien los pudo identificar al cruzar el Estrecho, transmitiendo iba la Flota con rumbo al O. pero a su vez y oído este mensaje, el crucero alemán Nurnberg al día siguiente, señalo a Cádiz: «Sospecho que el grueso de la Flota roja y cinco destructores se dirigen al Norte»
Cruzaron el Estrecho por la noche, para evitar ser descubiertos, aunque los haces de luz de los proyectores, llegaban a alumbrar los cascos, pero no se distinguían bien y no se dio la alerta, (excepto lo mencionado arriba) arrumbando al cabo de San Vicente, al doblarlo variaron rumbo al N., alejándose de la costa portuguesa, pasaron a 74 millas de distancia del cabo Roca, muy por fuera de las Berlingas.
Al entrar en aguas españolas, aun aumentaron su distancia de ellas a 105 millas de cabo Prior, al llegar al paralelo de Vigo el 24 a las 00:00, a las 13:00 fue advertida la presencia sobre el paralelo del cabo Prior, por un avión nacional, quien lo comunicó a Ferrol, pero sin acercarse demasiado y ni intento su bombardeo, (en el transcurso de esta navegación, toda la flota tuvo que mantenerse a 12 nudos, por ser la máxima del acorazado, obligando con ello a navegar a una velocidad que, ni tan siquiera era la económica de los cruceros y destructores).
Entraron en el Cantábrico el 25 a las 19:00, de hecho a las 19:30 entraba en El Musel (Gijón) el Libertad, seguido del Miguel de Cervantes y Jaime I, éste por verse forzado a carbonear, también lo hizo el destructor Almirante Miranda, para reparar el servomotor del gobierno, así como los Almirante Antequera y José Luis Díez, los otros tres destructores directamente entraron en Santander, por ser conocida la presencia de la escuadra, los sublevados había llamado a todos sus buques para entrar en Ferrol, donde se encontraron durante el tiempo de permanencia de la Flota en el norte, al estar todos listos los recién llegados pasaron al día siguiente a Bilbao.
Esta subida al Cantábrico fue la que decidió al capitán de navío D. Francisco Moreno Fernández, alistar en tiempo mínimo el crucero Canarias (no en balde era su Comandante de quilla, donde se le destino por tener un mal encuentro con un secretario del Ministerio y casualmente pudo hacer mucho más en su “castigo” que si hubiera permanecido en Madrid, cosas del azar que uno nunca sabe que es mejor) y junto al Almirante Cervera bajar al Estrecho donde el 29 de septiembre, hundió al destructor Almirante Ferrándiz, sin duda alguna fue el punto de inflexión de ambas fuerzas navales, pues las dos supieron quien estaba enfrente una y de la otra, causando con esta acción una bajada de moral en la gubernamental, por el contrario supuso un gran logro para la sublevada que, duraría el resto de la guerra, como se puede comprobar por la escasa actividad de la gubernamental, frente a los incansables movimientos de la nacional, a pesar del muy superior poder de la Flota gubernamental, pero como es bien sabido la falta de mandos adecuados y la desorganización interna, influyó muy mucho en su poca actividad.
Permanecieron en el Cantábrico hasta recibir la autorización del ministro de Marina y Aire, Indalecio Prieto, saliendo de Bilbao el 13 de octubre a las 10:40, navegando en línea de fila, el 15 poco después de amanecer, arrumbaron al 180 a 12 nudos, por haber virado al pasar por la meridiana de Cabo Ortegal, pero muy alejados de él, de hecho un avión nacional los avistó a más de 105 millas de distancia, al medio día se encontraban al 273 y 42 millas de cabo Villano, el 16 por la mañana avistaron seis pesqueros [2], que fueron abordados, requisándoles toda la pesca, de sus tripulaciones obligaron a embarcar 32 hombres, para ser transportados a Cartagena, para terminar su trabajo, picaron todas la redes, los restantes compañeros a bordo esperaron al anochecer por decidir escaparse, unos lograron llegar a puertos portugueses y otros casi sin combustible lo hicieron en Vigo.
Al quedar reunidos todos los buques, pasaron a prestar servicio de dragaminas (rastreadores), en la marina nacional, se supo por los avistamientos de la aviación que ahora faltaban dos destructores, al navegar por la costa portuguesa y doblar el cabo de San Vicente, embocaron el Estrecho a las 20:00 del 18 de octubre, entrando en Málaga el 19 a las 09:25 el Libertad, seguido del resto de buques, pero fueron bombardeados por la aviación nacional, por ello sólo estuvieron dos horas en puerto, saliendo a las 11:20 el primero, entrando unas horas más tarde en Cartagena.
Reparado el Turia, realizó otra subida al Cantábrico a principios de 1937, de donde al estar próxima la caída del frente norte, se le ordenó salir con rumbo a Cartagena, logrando arribar, saliendo en varias ocasiones con destino a Barcelona, puerto donde se le encontró al entrar los nacionales, quienes verificaron su mal estado pero a flote, al ser revisado y poder navegar con seguridad, como todos fue devuelto a su empresa propietaria.
Notas
- ↑ Sólo como información, decir que el comandante del acorazado era desde el 27 de septiembre de 1936, el alférez de navío D. Carlos Esteban Hernández, y el Jefe de la Flota el capitán de corbeta D. Miguel Buiza Fernández Palacios, éste un buen marino, pero dado un poco al alcoholismo, lo que había mejorado en los últimos meses. Pero para los que algo sabemos sobre estos temas, salta a la vista lo poco preparados que estaban los mandos, y máxime cuando a su vez estaba el Comité de abordo, quien se metía en toda orden e incluso las rebatía, de ahí la bajísima estima y resolución de toda la Flota. Como confirmación, hubo un crucero al mando de un 3º maquinista; para que dar más explicaciones.
- ↑ Eran los Evencio Álvarez, Moderna Armada, Nueva Armada, Ortegal, Pedro Álvarez y Toriñana.
Bibliografía: Para leer clicar sobre ella.
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