Margarit, Pedro de Biografia
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Revisión de 11:21 7 oct 2022
Militar, marino y colonizador español.
Caballero de la Militar Orden de Santiago.
Alguacil de la Inquisición en la ciudad de Zaragoza.
Orígenes
Nació por el año de 1456, en Castell de Ampurdán, actual Gerona, perteneciente entonces al Reino de Aragón.
Descendía de una muy notable familia, pues varios de sus miembros ocuparon altos cargos, uno de sus antepasados fue don Berenguer de Margarit, de la Orden de los Templarios y almirante que obligó en combate en el siglo XII a que levantara Saladino el sitio de Tiro, otro fue, don Bernardo de Margarit, marino al servicio de don Pedro IV de Aragón, que contribuyó en el combate del puerto de la ciudad de Barcelona, cuando ésta fue atacada por don Pedro I rey de Castilla y de don Fernando de Margarit, embajador de Fernando El Católico, ante la Corte de Sicilia, de este vino al mundo don Pedro.
Hoja de Servicios
Participó en el sitio y caída de la ciudad, y con ella el reino musulmán de Granada, lo que le demostró a los reyes Católicos, su valía y por ello, se ganó su aprecio incondicional.
De aquí se sabe, que viajó con Colón en su segundo viaje a las Indias. Por su ascendente y formación, Colón lo nombró Gobernador de la fortaleza de Santo Tomás, que fue levantada en la isla de Santo Domingo, en la región minera de Cibao.
Colón con fecha del día 4 de abril del año de 1494, le hizo llegar un documento, donde le apercibía de que recorriera la isla, respetara a las personas y propiedades de los nativos, teniendo solo que apresar al cacique de la isla Cahonaboa.
Lo cierto es que nadie ha podido comprobar la realidad de lo que paso en esta expedición, pero sí que al término de ella se embarcó y regresó a la península, explicando a los Reyes, que había mantenido divergencias con el Almirante y por eso había resuelto volver tan rápido, puesto que su vida peligraba.
Dice muy mucho de él, que siguiera manteniendo el favor de los Reyes, pues sabemos que doña Isabel había dado claras órdenes de respetar las vidas y haciendas de los nativos, lo que desdice ya de por sí, todo lo vertido sobre su conducta en su estancia en las Antillas.
También ratifica esto, que el mismo almirante don Colón escribiera un memorial, fechado el día 30 de enero del año de 1494, en el que entre otras muchas cosas escribe a los Reyes lo siguiente:
- «Ítem: porque mosén Pedro Margarite, criado de sus Altezas ha bien servido y espero que así hará adelante, en las cosas que le fueren encomendadas, he habido placer aquí … Y suplicaréis á sus Altezas que, en especial al dicho don Pedro, que es casado y tiene hijos, le provean de alguna encomienda en la orden de Santiago, de la cual él tiene el hábito, porque su mujer é hijos tengan en qué vivir.»
Si esto mismo dice el propio Colón de él, es de suponer no se llevarían tan mal, pues sabemos que en su primer viaje se quejó amargamente, del proceder de don Martín Alonso Pinzón, al que le llegó el reconocimiento Real, cuando ya había fallecido. Lo que demuestra que precisamente no era una persona, que supiera soportar ninguna aparente desviación de lo por él ordenado.
Basándose en estas apreciaciones, los Reyes decidieron que se fuera pagado de por vida un sueldo de treinta mil maravedíes anuales.
Aquí se le pierde la pista, y se le vuelve a encontrar en 1497, con residencia en la ciudad de Zaragoza.
Se desconoce la fecha y lugar de su fallecimiento.
Bibliografía:
Enciclopedia Universal Ilustrada. Espasa. Tomo, 32, 1916, página, 1478.
Enciclopedia General del Mar. Garriga. 1957, Sin iniciales del compilador.
Ochoa Brun, Miquel Ángel.: Historia de la Diplomacia Española. Ministerio de Asuntos Exteriores. Madrid, 2002. 8 Tomos.
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