Garcia de los Reyes, Mateo Biografia

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Biografía de don Mateo García de los Reyes

Contralmirante de la Real Armada Española.

Ministro de Marina.

Vino al mundo en la ciudad de Montevideo, el día cinco de febrero del año de 1872 a las seis de la mañana, porque su padre era el capitán de navío de 1ª clase, al mando de la fragata Almansa, que se encontraba allí en el Apostadero que España mantuvo durante unos años, por el problema con Chile y Perú, manteniendo así una pequeña escuadra que pudiera acudir lo antes posible a los mares del Sur. Por un corto periodo de tiempo estuvo de Comandante interino del Apostadero y de la Escuadra, de aquí puede surgir el error arrastrado, de que era cónsul de España en la ciudad (1).

Sus padres fueron don Mateo García Anguiano y de su esposa doña Manuela de los Reyes del Villar, los cuales tuvieron cinco hijos un varón, Mateo y cuatro hijas, se le bautizó el día diez siguiente con los nombres de Mateo Felipe Adolfo Hercilio, en la Iglesia Matriz de Montevideo, por el capellán de la misma fragata don Arcángel Arnesto.

Al regresar a España, S. M. Alfonso XII por contraer matrimonio con doña María Cristina de Habsburgo el día veintinueve de noviembre del año de 1879, lo designó al año siguiente a don Mateo padre como su Ayudante de Campo, pasando la familia a vivir en el mismo Palacio de Real. Pero no pasó mucho tiempo en palacio, ya que su padre ascendido a brigadier y en el año 1881 fue destinado a la isla de Puerto Rico como comandante general de la misma, pero la enfermedad de la época, la tuberculosis, se lo llevó de este mundo en diciembre del año de 1882.

Comenzó sus estudios en palacio y al ser destinado su padre a Puerto Rico los continuó allí, al fallecer su padre regresaron a la Villa y Corte donde con el patrocinio Real los continuó obteniendo una inmejorable educación, pero al ser tantos los hijos él decidió ingresar en la Armada, así le quitaba un peso a su madre, por lo que le pidió el obligatorio permiso por ser menor de edad, ya que solo contaba con catorce años.

Autorizado por su madre y enterado el Rey, se presentó a los correspondientes exámenes y aprobándolos, el día cinco de enero del año de 1886 se le entregó carta de acceso como aspirante en la entonces Escuela Naval Flotante, por estar en el casco de la antigua fragata Princesa de Asturias, que se quedo con el de Asturias, al sobrevenir la revolución de septiembre del año de 1868, estando fondeada en el Arsenal de Ferrol.

El día siete de diciembre del año de 1888 paso al primer curso de guardiamarina, casualmente el mismo día y mes del año de 1891, se le entregó el despacho de oficial con el grado de alférez de navío.

En el verano del año de 1892, embarcó para las prácticas de mar, en el buque escuela Nautilus, que estaba al mando del capitán de fragata don Fernando Villaamil, de segundo, el teniente de navío de primera clase don Joaquín Barriere, de tercero el teniente de navío don Claudio Alvargonzález y los alféreces de navío don José Núñez Quijano, don Manuel Somoza Hartley, don Mateo García de los Reyes, don José Miranda Cadrilo, don Álvaro Guitián Delgado, don Salvador Guinea Álzate, don José María González Vázquez y don Joaquín Coello y Pardo, más treinta y un guardiamarina, y la dotación del buque, zarpando del Ferrol el día treinta de noviembre del año de 1892, con rumbo al puerto de la Luz en las Palmas de Gran Canaria, de aquí a Bahía en Brasil, cruzando de nuevo el Atlántico a ciudad El Cabo donde se preparó el buque para doblar el cabo de Buena Esperanza, navegando por casi por círculo polar Sur, arribó a Melburne, pasando posteriormente a Sydney y de aquí a Wellington en Nueva Zelanda, zarpando de aquí con rumbo a la isla Sociedad para arribar a California, para descender el Pacifico hasta el Callao y posteriormente a Valparaíso, donde se preparó el buque para doblar el cabo de Hornos, el cual no les dio más problemas de los normales, continuando con rumbo N. hasta Santa Elena y de aquí a Puerto Rico, la cual pasaron cerca pero no entraron en San Juan, habiendo cruzado de cruzado de nuevo el Atlántico, manteniendo el rumbo al puerto de arribo que era Nueva York, donde si desembarcaron y la visitaron, para zarpar de la Gran Manzana con rumbo a Plymouth en el Reino Unido, cruzando a Cherburgo y después a Brest en Francia, dando por finalizado el viaje de vuelta al mundo al arribar a San Sebastián el día dieciséis de julio del año de 1894.

Habiendo durado el viaje algo menos de veinte meses, habiendo cruzado cuatro veces el Ecuador (cuestión obligatoria para reconocer que es una vuelta completa al mundo) y haciendo su arribada sobre la ciudad mencionada y fondeando en la misma Concha por estar allí la Reina Regente con el joven Rey, para pasar a bordo ambos y visitar la corbeta (2), permaneció en el fondeadero hasta el día uno de agosto, en que zarpó con rumbo a Ferrol, pero las calmas de esos días le obligaron a entrar en Bilbao, con ayuda de remolcador para quedar atracados en el río frente a Sestao el día cinco, después de las visitas protocolarias, se zarpó el día seis con rumbo a Ferrol consiguiendo arribar a las ocho de la mañana del día once de agosto del año de 1894. (Fíjese el lector, que de San Sebastián a Bilbao emplea cinco días largos, pero de Bilbao a Ferrol se hace el viaje en cinco días cortos, ya que de Bilbao zarpó pasado el meridiano horario)

A su regreso se le destinó a las islas Filipinas, pasando a ellas de transporte arribando en el año de 1894. El día cinco de marzo del año de 1895, arribo el nuevo Comandante General del Apostadero de Cavite, nombrándole su ayudante personal, permaneciendo hasta el mes de mayo del año de 1896, en que se le otorga el cargo como segundo comandante del cañonero General Lezo.

El día veintiuno de abril del año de 1897, se le asciende al grado de teniente de navío, permaneció en el apostadero hasta que sobrevino la guerra con los Estados Unidos, al finalizar fue transportado a la Península.

El día dieciséis de septiembre del año de 1900, se le concede el pase a la situación de reserva, que había sido pedido por él, para realizar varios estudios que a su entender le eran más beneficiosos. Estos eran el terminar la carrera de ingeniero electricista, la cual cursa en Bélgica donde consigue su título con la firma del Rey, regresando a España. Y el día veinticuatro de enero del año de 1908, se le pasa a la situación de excedente forzoso. Eran malos tiempos, la Armada estaba otra vez en mínimos y no necesitaba a tanto oficial.

Pero la activación del Plan de Escuadra del Ministro de Marina, ocupando el cargo el almirante don José Ferrándiz, vino a intentar mejorar esta situación, por lo que fueron vueltos a llamar varios oficiales para hacerse cargo de las nuevas construcciones ó servir en las antiguas, por esta razón el día tres de septiembre del año de 1911, se le destina al crucero Infanta Isabel, primero de su clase construido en acero y totalmente en España, pero ahora realizaba misiones como cañonero, siendo nombrado oficial de derrota participando activamente en la guerra del Rif, así como algún viaje a la Guinea Ecuatorial.

El día veintiuno de abril del año de 1913, se le pasa a situación de supernumerario, pero al ser aprobada la segunda Ley Miranda, el día diecisiete de febrero del año de 1915, en la que por la experiencia y efectividad demostrada del arma submarina en la contienda europea, se autoriza por primera vez en nuestra Armada la compra de éste tipo de buques, a cambio de los acorazados previstos en la primera Ley Miranda.

La Ley autorizó, la compra de tres unidades en los astilleros de la Spezia, que serían los tipo A y el Isaac Peral, que fue construido en los Estados Unidos de América en los astilleros de Fore River & Co, siendo éste el primer sumergible que tuvo España operativo.

Siendo comisionado a los dos países y sus respectivos astilleros para vigilar la construcción con respecto al contrato, lo cual no le dejó mucho tiempo libre, al mismo tiempo que él aprovechaba la menor ocasión para informarse a fondo sobre el tipo de buque y su utilización, como los tipos de maniobra y todo aquello que le pudiera guiar para el buen desempeño de su comisión.

En el año de 1917, fue nombrado comandante de quilla del Narciso Monturiol el A-1 y al ser entregado a la Armada Española el día veinticinco de agosto, se le nombró su primer comandante y por ser el más antiguo de todos ellos, se le designó Jefe de la Flotilla de Submarinos, realizando el consiguiente curso de submarinos en Italia.

Al ser entregados en el verano del año de 1917, primero fueron bojeando la costa italiana hasta el puerto de Génova, donde se prepararon para dar el salto hasta Tarragona, navegación que transcurrió sin problemas, donde descansaron unos días y vueltos a bordo zarparon con rumbo a Cartagena, para terminar de armarlos. En todas las navegaciones hicieron inmersiones y comprobaron que todos los sistemas funcionaban bien.

Siendo estos buques la novedad en la Escuadra, realizaron los cuatro sumergibles un crucero de visita a los más importantes puertos de toda España, con la intención de mostrar al pueblo las nuevas máquinas de guerra.

Por Real Orden del día cinco de julio del año de 1919, se le asciende al grado de capitán de fragata.

Pero no era solo el pueblo, ya que el mismo rey don Alfonso XIII, gran impulsor en la obtención de estos nuevos buques, también quiso probarlos y aprovechando que uno de los puertos visitados era el de Santander, embarcó S. M. en el del Jefe de la Flotilla y el buque realizó una corta navegación para sumergirse, llegando a posarse en el fondo arenoso a veinticuatro metros de sonda, saliendo a la superficie poco después; de esta forma se convirtió en la primera vez que un Monarca español se sumergía en uno de estos nuevos buques.

El día veinticuatro de octubre del año de 1919, traspasó el mando de su sumergible, pero continuó como Jefe de la Flotilla de submarinos y de la Escuela sita en Cartagena.

Por los sucesos de la guerra del Rif, las kabilas realizaron un fuerte ataque sobre el peñón de Vélez de la Gomera, por el que se puso en peligro la vida de los ciudadanos, el mando decidió que la única forma de sacarlos de allí era con los sumergibles, así a mediados del mes de abril del año de 1922 se le encargó la misión, zarparon de su base de Cartagena el recién incorporado B-1 y el Isaac Peral, estando al mando directo del Jefe de la Flotilla, llevándose a cabo la evacuación de todos ellos en una operación nocturna, pasando a sumergirse en cuanto se dispuso de sonda suficiente. Por esta acción que culminó en un éxito total, se le concede la Medalla Naval.

Pero mejor pasar a la misma Orden General de la Escuadra del día dieciocho de abril del mismo año de 1922, que dice:

« S. E. ha concedido en el día de hoy la medalla naval al capitán de fragata, jefe de la división de submarinos D. Mateo García de los Reyes, por los hechos que a continuación se expresan, lo que de su orden se publica en esta general escuadra para general conocimiento.

Éste capitán de fragata, jefe de la división de submarinos, D. Mateo García de los Reyes, en la tarde del 17, a bordo del Isaac Peral de su insignia, acompañado del B-1, practicó un reconocimiento del Peñón de Vélez de la Gomera y sus proximidades de tres horas de duración. Reconociendo la ensenada del W se vio obligado a emerger a la vista del enemigo para poder hacer la ciaboga, aprovechando este movimiento y maniobrando con gran pericia para colocarse atracando al cantil de la cala del cementerio, desde donde propuso a los espectadores civiles el embarcarlos por la noche en aquel sitio, proposición que fue aceptada y confirmada por el comandante militar.

Durante la incursión, ambos submarinos, estando en las proximidades del peñón, fueron cañoneados por el enemigo y lo mismo al retirarse navegando por la superficie. Estando atracado el Peral al peñón, uno de los proyectiles cayó a 3 metros de su proa y tuvo impacto de fusil. A las 10:30 de la noche, ambos submarinos provistos de un botalón instalado en su proa y con un bote cada uno del acorazado España, mandados por un oficial se dirigieron al peñón, en donde el Peral metió el botalón en la cala del cementerio a la que antes se hizo referencia y aguantándose con la proa normal manejando convenientemente las máquinas y auxiliado eficazmente por el oficial comandante del bote que dirigió el descenso de personal y se valía para ello de una cabria, polea y esportones, recibió a bordo a 66 personas. Ésta operación termino a las tres horas de la mañana, porque la corriente que había aumentado le imposibilitaba a mantenerse adecuadamente. El B-1 que estaba próximo a reemplazarle en recibir personal, vista la dificultad existente y la proximidad del día, se retiro al mismo tiempo que él.

Al atracar sufrieron ambos fuegos de cañón e intenso paqueo que duro este último durante todo el tiempo de la operación, que fue auxiliada muy acertadamente por la plaza que hizo fuego de cañón y descarga de fusilería sobre el campo enemigo.

Abordo del España, en la mar, a 18 de abril de 1922.      

De orden de S. E.—El Jefe del Estado Mayor, Mariano González Manchón (rubricado)»

Al año siguiente de 1923 en cumplimiento de su nombramiento como Gentilhombre de Cámara de Su Majestad acompaño a los Reyes y al infante don Jaime en el viaje que realizaron de visita a Italia.

Por Real Orden del día veinticinco de agosto del año de 1924, se le asciende al grado de capitán de navío, permaneciendo en su puesto de Director de la Escuela de Submarinos, que se había ampliado a las especialidades de Radiotelegrafía y Buceo.

En la que continuó hasta el día treinta de octubre del año de 1928, en que recibe el ascenso al grado de contralmirante, lo que le obliga a dejar el mando de la flotilla, pasando éste al capitán de corbeta Alonso, quien a su vez también había recibido el mando del A-1 cuando fue ascendido y nombrado Jefe de la flotilla.

A las pocas horas de haber dejado el mando, recibe una llamada telefónica reclamando su presencia en la capital, pues el Presidente del Directorio don Miguel Primo de Rivera, había presentado al Rey su consentimiento para que fuera nombrado Ministro de Marina, jurando su cargo el día cinco de noviembre del mismo año.

Por espacio de quince meses permaneció al frente del Ministerio, pero toda la labor solo se podía centrar en la acción burocrática, ya que por la parte de construcciones y disponibilidades, el dinero ya estaba gastado para los próximos diez años, por lo que poco o muy poco pudo hacer a este respecto.

Sí que realizó algunas Leyes, que si bien como todo mejoró en general, a nivel particular sufrió muchos ataques, la primera de ellas fue el acortar en seis años la carrera militar, ya que en esa época aún permanecían hasta los setenta y dos años. Se decretó también, que el ascenso a ciertos grados, fuera por elección y no por antigüedad como se seguía haciendo, ya que la elección era la norma que se estaba aplicando en varios países más avanzados.

Reestructuró también la denominación de ciertos cuerpos, pasando todos ellos a llevar el nombre de la Armada, como ejemplo, el cuerpo de Ingenieros, pasó a denominarse; Ingenieros Navales de la Armada. Así como la vuelta de la escala de tierra, que daba más tiempo de permanencia en la mar al resto de marinos.

En cuanto al material, reorganizo a las unidades menores, para que mejor pudieran cumplir la presencia naval de España, tanto en las aguas de la Península, como en las norteafricanas, y las de la Guinea Ecuatorial. Y consiguió al final, el proseguir con una segunda serie de destructores, casi igual al tipo Sánchez Barcáiztegui, pero mejorados, que por su posterior fecha de entrada en servicio resultaron ser los siete siguientes: Almirante Antequera, Almirante Miranda, Gravina, Escaño, Ulloa, Jorge Juany Císcar.

Como impulsor de las letras, creo el premio Álvaro de Bazán de la Revista General de Marina, por Real Orden del día 31 de agosto del año de 1929.

Mediados el año de 1929, se le encomendó representar al Gobierno de España en la toma de posesión del nuevo Presidente de la República de Cuba, viaje que realizó dejando como siempre su impronta con sus buenas palabras, que más bien eran las de un hombres de mar, nada elocuentes, pero siempre muy sinceras lo que tenía una aceptación general por lo extraño de su proceder.

En el otoño del mismo año, se celebraron las más grandes maniobras navales de la época moderna, que se celebraron en el Mediterráneo con la participación de toda la flota, incluida la Aviación Naval y por supuesto los sumergibles.

Fueron presenciadas por el Rey y todo el Gobierno, desde el buque Infanta Cristina de la compañía Trasmediterránea, pero lo más brillante de toda ella fue la revista naval que las dio por terminadas, siendo encabezada por el recientemente entregado buque-escuela Juan Sebastián de Elcano, que apenas llevaba poco más de un año en activo.

El día veintiocho de enero del año de 1930, don Miguel Primo de Rivera se vio forzado a presentar la dimisión ante el Rey, siendo sabedor de que ya nada podría salvar a España, al salir del Palacio Real no lo dudó directamente se trasladó a su domicilio prepararon las maletas y se exilió en París, donde le sobrevino el óbito el día dieciséis de marzo siguiente, por lo que solo sobrevivió seis semanas.

Esto forzó a S. M. a darle el encargo de formar nuevo Gobierno al general Berenguer, quien formó su propio gabinete, por lo que el día treinta de enero del año de 1930, abandonó el Ministerio. Su sustituto en el cargo, don Salvador Carvia y Caravaca lo primero que hizo al día siguiente, treinta y uno de enero, fue destinarlo a Eventualidades.

Viendo el cariz que tomaba España, se retiro primero de la vida pública y política, esperando que llegara el día veintinueve de octubre del año de 1931, que era la fecha de su pase a la reserva, para abandonar completamente toda vida activa, que le impedía hasta ese momento vivir como cualquier ciudadano normal, siendo en su interior lo que más anhelaba, pues ya el Rey y toda su familia habían abandonado España, y con su salida había perdido su gran ilusión.

Por su condición de monárquico fue desterrado de la capital por el Gobierno, yéndose a vivir a la ciudad de Bilbao, donde permaneció hasta el año de 1934 en que regresó a Madrid, aquí para no ir a su domicilio, lo hizo al de su sobrino el capitán de corbeta don Mateo Mille, del que hay muchas obras traducidas y otras escritas.
Continuó su vida sin entrar para nada en temas que había vivido pero ya no le incumbían, hasta que llegaron las elecciones del dieciséis de febrero del año de 1936, que fueron ganadas por el Frente Popular, donde en realidad lo que sucedió fue un golpe de estado dentro de la misma República, pero que a ésta la llevaría a su autodestrucción al pasar a tomar el mando efectivo de ella los agentes de Josep Stalin, con el permiso de los elegidos por el pueblo español.

A partir de este instante, la vida en toda España sufrió un deterioro total, que no auguraba nada bueno y esto se confirmó el día diecisiete de julio del mismo año, cuando llegaron a Madrid las primeras noticias de un levantamiento militar de las tropas acantonadas en África.

Como respuesta de esto, se produjo la revolución de la izquierda ó comunista, en la que el Gobierno fue incapaz de dominar la situación, por lo que se hicieron redadas por los diferentes comités, de los diferentes partidos y sindicatos obreros, siendo apresado por estas masas incontroladas junto a su sobrino, por una delación de un conserje del mismo Ministerio de Marina y llevados a una checa de Porlier, donde se encontraron con muchos centenares más.

Al principio del cautiverio no pasaba nada anormal, pero las noticias de que las fuerzas sublevadas se estaban acercando a la capital, fue elevando el nerviosismo y la noticia de haber liberado las tropas sublevadas el Alcázar de Toledo, llegando amontonadas a la capital las fuerzas que intentaron rendirlo, fue como un pistoletazo de salida para cometer los más execrable crímenes, por lo que comenzaron las conocidas ‹ sacas › que se tradujeron en los asesinatos sin juicio ni contemplaciones de todos los apresador sin orden judicial,  llevándose a cabo la masacre en las carreteras que daban acceso a Paracuellos del Jarama donde fueron enterrados miles de ciudadanos, pero la mayoría eran militares retirados, sacerdotes, empresarios y de los llamados ‹ ricos ›, siendo todos asesinados a lo largo del mes de noviembre.

Por noticias posteriores, sobre todo al caer el Telón de Acero en el año de 1989, con el tiempo se han ido desclasificando documentos secretos, por ello se ha podido saber que fueron sacados de su casa por agentes del NKVD, (posterior KGB) y que el causante de sus muertes como las de todos los de Paracuellos del Jarama, fueron firmadas por el Consejero de Orden Publico de la Junta de Defensa de Madrid, Santiago Carrillo quien ejercía su poder desde la checa de Fomento, que fue creada al principio por el Director General de Seguridad del Ministro Giral y al trasladarse el Gobierno a Valencia, se hizo cargo de ella el mencionado socialista.

Como a tal Consejero de Orden Publico de la Junta de Defensa de Madrid, Santiago Carrillo Solares, del partido de las Juventudes Socialistas Unificadas, dio la orden a su segundo llamado Segundo Serrano Poncela, que fue quien firmó el día veinticuatro de noviembre la orden de excarcelación como si fuera de libertad, siendo sacados en total ese día no menos de ciento cincuenta y nueve presos, de la checa de Porlier que se encontraba en la calle del mismo nombre y en honor al General Porlier, para ser llevados a Paracuellos del Jarama donde fue asesinado don Mateo García de los Reyes en el mismo muro del cementerio de la localidad, más todos los que fueron sacados junto a él, el mismo y fatídico día veinticuatro(3) tirando su cuerpo a una de las tres fosas comunes donde aún yacen sus restos.

Fue nombrado por don Alfonso XIII, por su gran labor en la creación del Arma Submarina, con su mayor distinción personal, como Gentilhombre de Cámara de Su Majestad.

Estaba en posesión de muchas condecoraciones; de las españolas entre otras con la máxima de la época: La Medalla Naval y varias Cruces al Mérito Naval con distintivo Rojo y Blanco. Y de las extranjeras contaba con las de: Comendador de la Orden de San Mauricio y San Lázaro, italiana; Comendador de la Encomienda de la Corona de Italia; Gran Cruz de la orden de la Espada, de Suecia; Gran Cruz de la orden de Avis, de Portugal; Gran Cruz de la orden de Céspedes, de Cuba y Gran Cruz de la orden de San Saba, de Yugoslavia.
Documento de la confirmación del asesinato, aportado por su nieto don Mateo García de los Reyes y de Pazos y publicado en la Revista de Historia Naval, que se menciona en la bibliografía.

Además era portador en el pecho de su uniforme de los distintivos de las diferentes especialidades: Viaje de circunnavegación a bordo de la corbeta Nautilus; Ingeniero Electricista; Diplomado de Guerra Naval y Profesor en la especialidad de Submarinos.

Como hombre de letras, comenzó muy pronto a publicar artículos en la Revista General de Marina, sobre los temas de sus especialidades: Radiotelegrafía; Electricidad; Navegación y Navegación Submarina.
Y en el año de 1902, se le publicó una obra en Madrid con el título; « Teoría práctica de las conmutatrices », entre otros que vieron la luz.

(1) En este punto hay una diferencia, por lo de ser Cónsul y que muy amablemente don Mateo García de los Reyes y de Pazos, nos ha hecho rectificar por el grado y el mando que realmente tenía, lo cual le agradecemos desde aquí. El error proviene de la Enciclopedia Espasa, en el suplemento primera parte de 1936-1939, donde se dice lo de Cónsul sin dar mayores explicaciones. Pero por lo que nos dicta la experiencia, es muy posible que por ser el Comandante Interino del Apostadero de Montevideo a parte de su Comandancia de la escuadra allí destacada, desempeñará alguna comisión diplomática como máximo representante en la zona de España, por lo que a nuestro entender tampoco es ninguna ofensa al padre del biografiado, pues sabemos que en múltiples ocasiones los Marinos han hecho comisiones de Embajadores e incluso han sido nombrados oficialmente Representante de España como Embajador Plenipotenciario.
(2) Hizo la arribada este día por ser la festividad de la Virgen del Carmen, para ello se entretuvo en Brest más tiempo para poder arribar y hacerlo coincidir.

(3)Según fuentes hay diferencia en la fecha exacta, ya que hay quien da la del día siete, otros el quince y un documento dice que fue ‹ posiblemente el veinticuatro › la verdad irrefutables es que fue asesinado en noviembre y están sus restos en Paracuellos del Jarama, el Gran Valle de Lágrimas.

Bibliografía:
Aguilera, Alfredo y Elías.: Buques de Guerra Españoles 1885-1971. Editorial San Martín. Madrid 1968. Premio Virgen del Carmen de 1969. Segunda edición 1972.

Aportaciones varias de su nieto don Mateo García de los Reyes y de Pazos.

Casas de la Vega, Rafael.: El Terror: Madrid 1936. Editorial Fénix. Toledo, 1994.

Courtois, Stéphane.: Los crímenes del Comunismo. Espasa Calpe. Barcelona, 1998. Traducción de César Vidal Manzanares.

Enciclopedia General del Mar. Garriga, 1957. Compilada por don José Mª Martínez-Hidalgo

Enciclopedia Universal Ilustrada. Espasa. Tomo Suplemento 1936-1939 Primera Parte, 1944, página 430.

Enciclopedia Universal Ilustrada. Espasa. Apéndice 5, 1931, páginas 718 y 719.

González de Canales, Fernando.: Catálogo de Pinturas del Museo Naval. Tomo II. Ministerio de Defensa. Madrid, 2000.

González-Doria, Fernando.: Las Reinas de España. Editorial Cometa. Madrid, 1981.

Moa Rodríguez, Luís Pío.: Los crímenes de la Guerra Civil y otras polémicas. La Esfera de los Libros. Madrid, 2004.

Ochoa Brun, Miquel Ángel.: Embajadas y embajadores en la Historia de España. Santillana Ediciones Generales. S. L. Madrid, 2002.

Salcedo, Jacinto.: Diccionario de los Principales Puertos de Comercio. Madrid, 1871.

Vidal Manzanares, César.: Checas de Madrid. Carroggio & Belacqva. Barcelona, 2003.

Vidal Manzanares, César.: Paracuellos-Katyn: Un ensayo sobre el genocidio de la izquierda. Libros Libres. Madrid, 2005.

Villaamil, Fernando.: Viaje de circunnavegación de la corbeta Nautilus. Editorial Naval. Madrid. Segunda edición 1989.

VV. AA.: Causa General. La dominación roja en España. Ministerio de Justicia. Madrid, 1943.

VV. AA.: Los submarinos españoles. Agualarga 2002.

VV. AA.: Revista de Historia Naval. Ministerio de Defensa. Número 92, 2006.

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