Frias y Molla, Joaquin Jose de Biografia
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Biografía de don Joaquín José de Frías y Molla
Teniente de navío de la Real Armada Española.
Ministro de Marina y político.
Vino al mundo en la ciudad de Cádiz, a lo largo del año de 1779, siendo sus padres, don Mariano Bernabé de Frías, natural de Cádiz y de su esposa, doña Josefa Mollá Rendón, natural de Chiclana.
Se le concedió la Carta Orden de ingreso, sentando plaza de Guardiamarina en la Compañía del Departamento de Cádiz el día diecinueve de julio del año de 1798. Expediente N.º 2.121.
Se le dieron las clases muy rápidamente, ya que en eso momentos hacía falta oficiales y manos, por lo que a los pocos días se le ordenó embarcar en uno de los navíos de la escuadra del mando del general don José de Mazaredo que estaba bloqueada en Cádiz, por la escuadra del contralmirante Nelson.
Al igual que en el año anterior, los botes de los grandes navíos fueron armados y con ellos se hostigaba a la escuadra británica, manteniendo con estas acciones combates duros, ya que se realizaban de noche y siempre que había una calma, por lo que dejaba poco tiempo para descansar. Destacó por su valor y buen hacer a pesar de no estar formado del todo.
Por esta demostración palpable, de que las pocas asignaturas y materias que se habían dado, él las supo poner en práctica, al año siguiente de 1799 se le entregó el despacho de oficial, con el grado de alférez de fragata.
Pasó como oficial subordinado a la escuadra surta en la bahía de Cádiz, en su segunda salida se arrumbó al Mediterráneo, arribando al Arsenal de Cartagena, donde se reunió con la escuadra francesa del almirante Bruix, la cual zarpó con rumbo a la bahía de Cádiz y desde aquí se puso rumbo al puerto francés de Brest.
Participó en todas las acciones que tuvieron lugar en estas aguas, pasando a formar parte de la escuadra del mando del general don Federico Gravina, que en combinación con la francesa del almirante Villaret, dieron protección al convoy que transportaba al ejército del general francés Lecrer, para volver a la normalidad a la isla de Santo Domingo, ya que se habían sublevado los negros.
Pasando posteriormente a las operaciones sobre el Guarico, sobre todo en su puerto llamado Delfín y al acabar aquí pasaron al de Monte-Cristi, dando por finalizada la operación, hicieron recalada en el puerto de la Habana, desde donde zarparon con rumbo a la Península, arribando a la bahía de Cádiz en el año de 1802, encontrándose con el ascenso al grado de alférez de navío.
Con el ascenso, se le destino al apostadero de Cartagena de Indias, donde por estar ya las aguas movidas, mantuvo varios encuentros con corsarios británicos, saliendo bien parado de todos ellos.
Permaneció en este destino hasta el año de 1809, regresando a la Península y siendo destinado al Arsenal de La Carraca, en el que prestó los servicios de guardacostas con los faluchos y lanchas cañoneras allí destinados, hasta que en el año de 1811 se le ascendió al grado de teniente de fragata, permaneciendo en el mismo destino.
En el año de 1819 se le ascendió al grado de teniente de navío, siendo destinado como secretario de la Capitanía General del Departamento de Cádiz, permaneció en este destino hasta, que se dio cuenta que el problema en la Real Armada era grave y el ascender se ponía muy difícil, ya que no se necesitaba mandos por la falta casi total de buques, lo que le llevó a demandar el cambio a destinos en tierra.
Por esta razón fue dado de baja en el Cuerpo General de la Armada y se le nombró oficial sexto de la Secretaría de Estado y del Departamento de Marina, por lo que comenzó una nueva vida más dedicada a la política.
Con el levantamiento del general Riego en Cabezas de San Juan, se unió al nuevo Gobierno, pero como solo duró tres años, ya que a la llamada de auxilio de don Fernando VII, penetraron en España los llamados « Cien mil hijos de San Luis », lo que le obligó a seguir al Gobierno hasta la ciudad de Sevilla y por el avance del ejército francés hasta la de Cádiz.
Donde de nuevo y vencida toda oposición, don Fernando VII mando encarcelar a todos los que algo tenían que ver con el levantamiento de 1820, regresando con ello a su poder absoluto.
Pero a la llegada del Rey “Deseado”, por la que quedó abolida la Constitución de Cádiz, y con ella regreso el absolutismo, se le dio de baja en la Secretaría de Estado y del Departamento de Marina, quedando de nuevo como teniente de navío retirado, sueldo que no le permitía mantener a su familia, acción que le indicó que debía dedicarse de lleno a la política, pues contaba con la amistad y compañerismo del Ministro Capaz, quedando a su lado en las filas del partido Constitucional.
Pero no pudo incorporarse todo lo rápido que necesitaba, así que buscó trabajo en la vida civil pasando a ser contratado por don Felipe Riera, contratista general de Marina al que se añadía el cargo del reguardo marítimo, aquí es donde Frías encontró un puesto estando primero en el puerto de Cádiz y posteriormente en el de Barcelona, permaneciendo hasta el año de 1834.
Por haberse modificado el funcionamiento de la Secretaría de Estado y del Departamento de Marina, por pasar a ser Ministerio de Marina y en el mes de diciembre del año de 1835 se le nombró Jefe de Sección del mismo, pasando en el año de 1836 a ser en él Oficial Mayor, en el que siguió prestando sus servicios hasta darlo por cesante del cargo en el mes de diciembre del año de 1839
Pero a la llegada al poder del general Espartero, por el levantamiento en el verano del año de 1840 y habiendo previamente adquirido una gran amistad con los pronunciados, lo nombró Ministro de Marina viajando a tomar el cargo a la ciudad de Valencia junto al resto de compañeros del gabinete, ya que la Reina Regente se hallaba en esta ciudad.
El día ocho de marzo del año de 1841 el general Espartero fue elegido Regente del Reino, la Reina Regente renunció y se exilió a Francia dejando a sus hijas en poder del Regente, para asegurar el trono de la futura doña Isabel II, cambiando el gabinete y quedando fuera Frías.
Frías se decidió por presentarse a las elecciones y fue elegido senador por varias provincias, ocupando su escaño en la Cámara.
En el año de 1843, salió un nuevo Gobierno y como Presidente don José María López, quien lo volvió a elegir para la cartera del Ministerio de Marina, pero este Gobierno duró muy poco siendo sustituido por el presidido por el señor Gómez Becerra y al mismo tiempo sucedía la revolución que obligó al general Espartero a exilarse al Reino Unido, a su vez Becerra dimitió y se nombró de nuevo a don José María López, regresando de nuevo Frías a la Cartera de Marina, pero como Gobierno provisional hasta nuevas elecciones.
Se abrieron las nuevas Cortes y se decidió la mayoría de edad de doña Isabel II, en las mismas don José María presentó la dimisión, quedando Frías de nuevo sin Ministerio, pero el nuevo Gobierno era presidido por el señor Olózaga y éste eligió de nuevo a Frías para ocupar la cartera de Marina en el mismo año de 1844.
Pero la situación no permitía alegrías, ya que había Gobierno que solo duraba unos meses, así en el año de 1845, se volvió a encontrar sin cargo, pero le cupo la suerte, que en ese mismo año se promulgó la R. O. con la creación de los Senadores Vitalicios, para ser otorgada por la soberana doña Isabel II a todos aquellos, que se habían destacado por su trabajo y por el bien de España.
Así fue nombrado Senador Vitalicio, pasando en el año de 1847 a serlo del Reino.
En este puesto permaneció hasta que le sobrevino el óbito en el año de 1851, en la capital, Madrid, después de una larga y penosa enfermedad.
Entre otras condecoraciones estaba en posesión de las siguientes: Cruz y Placa de la Real y Militar Orden de San Hermenegildo; Cruz de caballero de la Real y Muy Distinguida Orden de Carlos III; Gran Cruz de la Real Orden americana de Isabel la Católica; Cruz de Distinción de la Marina; Laureara de la batalla de Chiclana y la del 7 de Julio, y la de Caballero Gran Cruz de Cristo de Portugal.
Bibliografía:
Enciclopedia General del Mar. Garriga 1957. Compilada por don José Mª Martínez-Hidalgo.
Enciclopedia Universal Ilustrada. Espasa. Tomo 24. 1924, página 1277.
Paula Pavía, Francisco de.: Galería Biográfica de los Generales de Marina. Imprenta J. López. Madrid, 1873.
Válgoma, Dalmiro de la. y Finestrat, Barón de.: Real Compañía de Guardia Marinas y Colegio Naval. Catálogo de pruebas de Caballeros aspirantes. Instituto Histórico de Marina. Madrid, 1944 a 1956. 7 Tomos.
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