Saralegui Casellas, Alfredo Biografia
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Vino al mundo el día seis de enero del año de 1883 en la ciudad de Ferrol.
De muy joven ya demostró su interés por las personas, porque en compañía de otros amigos y con tan solo trece años, fundaron una asociación llamada ‹ La Caridad ›, en la que se donaban los medicamentos y alimentos a inválidos y enfermos, que a su vez iban recogiendo del apoyo de los ciudadanos.
Al tener la edad y viéndola casi todos los días, se presentó a los exámenes aprobándolos en el año de 1898, entrando en la Corporación como aspirante en la Escuela Naval Flotante, que recibía este nombre por estar a bordo de la antigua fragata Princesa de Asturias, que pasó a llamarse Asturias, siendo reacondicionada para cumplir con su misión, de donde salió con sus galones de alférez de navío en el año de 1904.
Fue destinado al Arsenal de Cartagena, pero su ánimo inquieto le llevó junto a unos compañeros a fundar el Real Club de Regatas y poco tiempo después el Grupo Esperantista, permaneciendo en el Arsenal con salidas a la mar, hasta que se produjo el enfrentamiento en el Rif, pasando a embarcar sucesivamente en buques que componían la escuadra de protección del protectorado, entre ellos la corbeta Nautilus, los cruceros Lepanto, Carlos V y Cataluña, y ya como segundo en el cañonero Martín Alonso Pinzón.
En el año de 1910, se le nombró ayudante de marina del puerto de Benidorm, pero viviendo cerca del pueblo siempre, comprobó que la miseria era insoportable para muchas familias, razón que le llevó a organizar una cooperativa obrera. En el año de 1913, con la ayuda de un diario realizó una propuesta en Vizcaya, para organizar una Asociación Protectora del Pescador, resultando un gran éxito, pues todas las cofradías de la provincia se sumaron a la propuesta, quedando fundada y en marcha al muy poco tiempo.
En el año de 1915, fue nombrado segundo comandante de marina del puerto de Almería, desde aquí escribió con una propuesta al presidente del Instituto de Reformas Sociales, el sociólogo Gumersindo de Azcárate, con el proyecto de creación del Pósito de Pescadores, el mismo presidente pensó que ya era hora precisamente de proteger a los pescadores, así le hizo llegarse a Madrid donde lo presentó en diferentes asociaciones de las que recibió el apoyo, al año siguiente se entrevistó con los ministros de Fomento y Marina, quienes también le apoyaron, visitó a don Odón de Buen, presidente del Instituto Español de Oceanografía, quien también le apoyó y con ellos varios diputados y senadores.
Pero no podía parar, así que aprovechando los lógicas paréntesis en el tema anterior, fundó el Real Club de Regatas de Almería, la Sociedad de Oceanografía, se aprobó con el apoyo del Gobierno el Pósito de Pescadores y creó la asociación de Pan y Letras, para atender exclusivamente a los niños que no podían tener una formación por falta de recursos económicos.
En el año de 1917, estando de Ministro de Marina don Augusto Miranda, le nombró Director General de Navegación y Pesca, mientras que el Instituto Español de Oceanografía lo nombró redactor de su revista ‹ Boletín de pescas › en la que escribió muchos artículos sobre el bien que se obtendría con el Pósito de Pescadores. En este año aceptó la propuesta de don Odón de Buen, para participar en varias campañas oceanográficas, con el fin de mover más al colectivo de los pescadores.
En el año de 1918 se creó la Caja Central de Crédito Agrícola, por lo que inmediatamente pensó en algo igual para los pescadores, presentando su proyecto, que en el año de 1919 fue aprobado creándose la Caja Central de Crédito Marítimo, consiguiendo con ello organizar una cooperativa para la construcción más barata de los buques de pesca.
Para todos estos trabajos e impulsarlos, viajó por las costas de toda España en varias ocasiones, dando sus acostumbradas conferencias consiguiendo con ellas que los pescadores (sobre todo) se concienciaran de hacer bien su trabajo y dejar de ser manipulados por otros, mejorando sus vidas.
Todo este trabajo se centraba en procurar la venta directa de la pesca, abaratando así el precio final, para facilitar esto, las cooperativas se basaban en construir objetos y mecanismos directamente por los pescadores, como la de la construcción de los propios buques, resultando mucho más asequibles sin pérdida de ninguno de sus valores y seguridades, amortizar mejor los beneficios transformados en ayudas a la invalidez o vejez, una mejora del nivel de educación general para los pescadores, la creación de escuelas para los hijos, ir consiguiendo que se dejara la bebida a bordo, causa muchas veces de desgracias irreparables, llegando incluso con los pocos beneficios que quedaban a la construcción de viviendas, con todo esto el objetivo era dejar de depender de intermediarios, inseguridades laborales, armadores aprovechados y con todo ello mejorar en lo posible la miseria en que se movía el sector.
Lo grande de toda esta propuesta, encontró el apoyo en el dictador don Miguel Primo de Rivera, ya que su movimiento hasta el año de 1921 fue muy lento en la creación de los Pósitos, pero en el periodo desde éste año al de 1927, aumentó un 80% creándose otros ciento cincuenta y tres Pósitos, que reunía a veinticuatro mil novecientos cincuenta y cuatro pescadores, que significaba el 74% del total. Al llegar la gran crisis en el año de 1929 algunos Pósitos cayeron, pero permanecieron ciento sesenta y tres, con un significativo aumento de pescadores que alcanzó la cifra de treinta y seis mil ochocientos quince, resultando más fuertes por unidad.
Al proclamarse la República, aprovecharon que los pescadores todavía no estaban en el conocimiento de las intenciones de Saralegui, lo que se tradujo en regresar a las huelgas, así algunos Pósitos trabajan para armadores; incluso para aprovecharse de las aportaciones del Gobierno, algunos armadores se convirtieron en pescadores (ficticios), para poder adueñarse de las subvenciones, dándose el caso de que en los puertos de Santoña, Castro Urdiales y Laredo, por una parte iban los Pósitos de pescadores y por otra el de los barcos, lo que se convirtió en una lucha feroz por solo poder comer, aún así pudo mantener a algunos en buen estado.
Pero las injusticias se suman en las guerras entre hermanos, al producirse el Alzamiento fue destituido de su grado de oficial y su obra le pesaba a los ojos de los alzados como una losa de comunismo encubierto, por lo que se vio obligado a esconderse, siendo acogido en la zona de Valencia que le era fiel, allí permaneció hasta el año de 1940 en que regresó a Madrid, para intentar hacerse cargo de nuevo del Instituto Social de la Marina, pero el nuevo régimen había colocado en su puesto a don Pascual Díez de Rivera, Marqués de Valterra, anterior amigo de Saralegui, pero ahora no lo quería cerca y expandió la mentira sobre su antiguo amigo de su pertenencia al comunismo, siendo detenido y juzgado, pero al no encontrar nada contra él, pues había pasado la guerra escondido, se le dejó en libertad.
Su ex amigo consiguió darle la puntilla al problema y en el año de 1944, se decretó la desaparición de los Pósitos, pasando a ser las antiguas Cofradías de Pescadores. Aquí se le pierde la pista por completo.
Al parecer le sobrevino el óbito en Madrid a lo largo del año de 1961.
Fue recompensado con varias condecoraciones, entre ellas, la de Caballero de primera clase del Mérito Naval; la encomienda de don Alfonso XII y la Gran Cruz de Beneficencia.
Entre sus muchas obras se encuentran las siguientes:
« Proyecto de Caja Central de Crédito Marítimo » Graficas Mateu. Madrid, 1917.
« España Marítima » Juan Ortiz Ed. Madrid, 1920.
« Instrucción y educación de los pescadores: medios de lograr su mejoramiento técnico y Social » Conferencia en la Sociedad de Geografía Comercial. Barcelona, 1920.
« Revista España Marítima » Junto a su amigo Rodolfo Viñas, que se publicó desde el año de 1926 a 1936, pasando a en éste último año España Marítima y Pesquera.
« Fomento de la Marina mercante nacional por medio del crédito marítimo » Impta. de Zoila Ascasibar y C. Madrid, 1929.
« Memoria de la obra por el Instituto Social de la Marina a partir del año de 1920 » Impta. de Zoila Ascasibar. Madrid, 1930.
« El turismo y Galicia » Sin editor, Madrid, 1952.
Bibliografía:
Ansola Fernández, Alberto.: Una pesca feliz: A propósito de Alfredo Saralegui y sus Pósitos de pescadores (1915-1936) VIII Congreso de la Asociación Española de Historia Económica. Galicia, septiembre 2005. PDF.
Enciclopedia Universal Ilustrada. Espasa. Tomo 54. 1925, página, 521.
Guardia, Ricardo de la.: Notas para un Cronicón de la Marina Militar de España. Anales de trece siglos de historia de la marina. El Correo Gallego. 1914.
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