Spinola y Tribucci, Marcelo Biografia

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Biografía de don Marcelo Spínola y Tribucci

Teniente general de la Real Armada Española.

Orígenes

Vino al mundo en la ciudad de Génova en 1755, siendo sus padres don Peregrino Spínola y doña María Tribucci. Siendo descendientes de don Andrea Doria, prestaban sus servicios al rey don Carlos III, cuando era VII de las Dos Sicilias, al venir a España le acompañaron, por ello el joven Marcelo quiso continuar al servicio de su Rey.

Hoja de Servicios

Razón por la que sentó plaza de guardiamarina en la Compañía del Departamento de Cádiz el 12 de noviembre de 1771. Expediente N.º 1.173.

Aprobados los exámenes teóricos se le ordenó embarcar el 8 de diciembre de 1773 en el jabeque Pilar, zarpando en comisión de corso, en 1774 participó en el socorro a Melilla logrando desembarcar artillería de grueso calibre, poco después pasó al Peñón de la Gomera, bombardeando las baterías enemigas, al regresar se le comunicó su ascenso del 19 de diciembre seguido a alférez de fragata, prosiguiendo en corso con el mismo buque, hasta recibir la orden del 8 de septiembre de 1776 de desembarcar por haber sido nombrado Ayudante del Arsenal de La Carraca.

Por orden del 8 de febrero de 1777 embarcó de nuevo en el jabeque Pilar, pasando poco después a la galeota San Antonio incorporada en la división del teniente de navío don Ignacio Diqueri, por pasar a desarme el buque regresó al Pilar, estando a su bordo se le entregó la Real orden del 19 de julio siguiente con su ascenso al grado de alférez de navío, prosiguiendo en el mismo buque realizando cruceros entre los cabos de Santa María y San Vicente, por haber llegado noticias de la presencia en estas aguas de dos jabeques argelinos.

Por Real orden del 14 de mayo de 1779 se le ascendió al grado de teniente de fragata, pasando embarcado a la fragata Magdalena, para poco después trasbordar al navío Oriente incorporado a la escuadra del general don Luis de Córdova, zarpando junto a la francesa del conde de d'Orvillers realizando la primera campaña del canal de la Mancha, en la que el almirante británico Hardy tuvo que buscar refugio en sus puertos.

En marzo de 1780 recibió la orden de embarcar en el chambequín Andaluz, siendo incorporado a la escuadra del general don José Solano, zarpando dando escolta al convoy con rumbo a la Habana, donde se le ordenó trasbordar al chambequín Caimán, pasando con la expedición a la conquista de Penzacola, siendo destinado al mando de las lanchas armadas, facilitando con su apoyo por el fuego al cruce del río de los Perros, permaneciendo hasta conseguir la rendición de las tropas británicas, siendo nombrado interinamente comandante de su buque por pasar a la Corte su propietario, por recomendación de su general recibió la Real orden del 4 de agosto de 1781 con su ascenso al grado de teniente de fragata, pidiendo le fuera concedido un puesto en los buques activos y no permanecer en el suyo sin poder salir a la mar.

Por orden de enero de 1782 embarcó en el navío Septentrión, realizando solo una campaña por serle otorgado el mando del navío mercante San Cristóbal, marinándolo hasta Algeciras por ser uno de los elegidos para convertirlo en una de la baterías flotantes, concluida la comisión se le ordenó embarcar en el navío Castilla de la misma escuadra del general don Luis de Córdova, zarpando con rumbo al canal de la Mancha realizando la segunda campaña, regresando al finalizar a la bahía de Algeciras, acudiendo el 13 de octubre de 1782 en auxilio de las dotaciones de las baterías flotantes, las cuales por efecto de las balas rojas disparadas por los británicos comenzaron a arder y explosionar, participando el 20 de octubre en el combate naval del cabo Espartel, entre la escuadra española del general don Luis de Córdova y la británica del almirante Howe, quien admiro: «…el modo de maniobrar de los españoles, su pronta línea de combate, la veloz colocación del navío insignia en el centro de la fuerza y la oportunidad con que forzó la vela la retaguardia acortando las distancias» El combate tuvo una duración de cinco largas horas.

Fue destinado a la 5ª Compañía del duodécimo batallón de Marina, embarcando en el navío San Rafael, donde a su vez embarco el general de la escuadra don Antonio Osorno, zarpando con rumbo a Ferrol, al arribar se le ordenó trasbordar al San José y más tarde al Santa Isabel, realizando las pruebas de ellos, al terminar regresó a su compañía permaneciendo hasta el 27 de marzo de 1784, embarcando en el navío San Sebastián, pasado un tiempo se le otorgó el mando del cañonero número 13, entregó el mando por embarcar en la expedición contra Argel de éste año al mando de don Antonio Barceló, se le otorgó el mando de una división de lanchas cañoneras bombardeando la plaza, al finalizar embarcó en el navío de su destino permaneciendo en corso sobre las costas norteafricanas, estando a las órdenes del general don Francisco Hidalgo de Cisneros, por recibirse la orden de pasar a desarme su navío arribó a Ferrol, donde el 9 de diciembre siguiente se le destinó a los Batallones.

Pasó de nuevo a Cádiz a la 5ª Compañía del duodécimo batallón de Marina, embarcando junto a ella de transporte en la fragata mercante Aurora el 22 de agosto de 1786, en octubre siguiente trasbordó con la compañía al navío San Felipe, zarpando con rumbo a Ferrol donde quedó desembarcada, hasta embarcar de nuevo en febrero de 1787 de transporte en la fragata Cecilia, desembarcando en Cádiz, permaneciendo en su unidad hasta agosto siguiente, por ser elegido para perfeccionarse en la compañía de guardiamarinas en los estudios sublimes, donde permaneció hasta el 17 de mayo de 1788, al recibir la orden de embarcar como Ayudante del comandante General don José de Córdova de la escuadra de evoluciones, desembarcando en julio siguiente para continuar sus estudios en la Compañía.

Al terminarlos se celebro un certamen público, alcanzando un gran renombre, siendo destinado al Observatorio de San Fernando, donde se le entregó la Real orden del 21 de febrero de 1789 con su ascenso al grado de capitán de fragata.

Permaneció en el Observatorio hasta ser declarada la guerra a la república francesa en 1793, siéndole otorgado el mando de la fragata Santa Águeda, pasando a cruzar sobre los cabos de Santa María y San Vicente en protección del tráfico marítimo proveniente de ultramar, al regresar de uno de sus cruceros quedó incorporado a la escuadra del general don Gabriel de Aristizábal, zarpando con rumbo a Tierra Firme, donde fue comisionado en diferentes trabajos, desde dar escolta a convoyes, transportar tropas de un lugar a otro o permanecer en cruceros sobre puntos distintos de la costa.

El 24 de enero de 1794 con su buque forzó la entrada del puerto de Baiaja antes de ser rendido, salió de él sin daños y causando varios, siéndole agregados una balandra y una goleta, con su pequeña división pasó a bloquear Guarico, el 24 de abril seguido prestó socorro en el Borne, para ello desembarcó parte de sus dotaciones penetrando con los diferentes botes y lanchas de su división cargados con municiones y pertrechos de guerra, sirviéndose de una lancha apresada y armada como buque con armas, este movimiento rompió la idea del enemigo que se rindió.

Fue llamado por el comandante de apostadero de la Habana, donde se presentó, siendo destinado a transportar socorros a Nueva Orleans, para ello se le otorgó el mando de un paquebote y dos bergantines, dando escolta a un convoy con tropas y pertrechos de boca y guerra con un situado para la supervivencia de las tropas, cumplida esta comisión fue enviado a Veracruz para cargar caudales y transportarlos a la Habana, finalizada la guerra recibió la orden de regresar a la península con su fragata, al arribar el 15 de marzo de 1796 se le ordenó desembarcar por pasar a desarme el buque, quedando en servicios del Departamento de Cádiz, siéndole entrega la Real orden del 27 de agosto seguido comunicándole su ascenso al grado de capitán de navío.

En marzo de 1797 se le otorgó el mando del navío Glorioso por orden expresa del general don José de Mazarredo, quien había tomado el mando de la escuadra del Océano, a causa del resultado adverso en el combate de San Vicente del 14 de febrero próximo pasado, zarpando el 5 de febrero de 1798 por levantarse un duro temporal viéndose obligado el contralmirante británico Nelson a abandonar el bloqueo, aprovechando el momento de desconcierto en la enemiga don José de Mazarredo ordenó su persecución, permanecieron ocho días en la mar sin obtener resultado alguno, por ser más rápidos los buques enemigos.

A su regreso se le ordenó trasbordar al mando del Intrépido y más tarde al San Joaquín zarpando el 13 de mayo de 1799, rumbo a Cartagena para unirse a la francesa del almirante Eustache Bruix, en el viaje de ida la española sufrió un temporal, pasando por ello varios buques a reparar, al estar listos zarparon con rumbo a la bahía de Cádiz, donde descansaron unos días, para levar anclas y hacerse a la mar dirigiéndose al puerto de Brest, donde fondearon ambas escuadra el 8 de agosto seguido, permaneciendo en el puerto francés hasta regresar la escuadra al mando del general don Antonio de Córdova a la bahía de Cádiz el 13 de marzo de 1802.

Seguía manteniendo su mando de las brigadas de Infantería de Marina, por ello a su regresó trasbordó de transporte al navío San Pedro Alcántara por pasar a desarme en el Arsenal de Cartagena, aprovechando el viaje para regresar a su Departamento y Batallones.

Por Real orden del 5 de octubre de 1802 se le ascendió al grado de brigadier, permaneciendo en el mando de los Batallones hasta el 1 de febrero de 1805, siendo en agosto siguiente cuando recibió la Real orden de tomar el mando del navío San Pablo, perteneciente a la escuadra del general don José Justo Salcedo, quedando como su segundo, por ello hizo una salida como a tal y posteriormente dos al mando por ausencia de su titular, por haber sido nombrado Consejero del Almirantazgo, mantuvo el mando hasta la llegada del general don Cayetano Valdés, permaneciendo en la escuadra hasta el 9 de septiembre de 1807, por haber sido nombrado Comandante del cuerpo de pilotos en el mismo Departamento.

Al producirse el alzamiento nacional del 2 de mayo de 1808 se le entregó el mando del castillo de Galeras, el 13 de octubre de 1810 se le nombró Gobernador militar interino, mientras por Real orden del 11 de enero S. A., el Consejo Supremo de Regencia lo nombró segundo Comandante general del Cuerpo de Artillería de Marina, por otra de diciembre de 1812 fue nombrado Comisario General del mismo Cuerpo en comisión, por ello abordó de transporte la fragata Sabina para arribar a la isla de León, a la llegada del jefe de escuadra don Francisco Javier de Uriarte a Cartagena el 13 de febrero de 1813 le entregó el mando de Gobernador de la plaza, siendo recomendado a su vez por la Junta a la Regencia por sus esmerados servicios.

Por Real orden del 18 de noviembre de 1813 se le ascendió al grado de jefe de escuadra, confirmándole en propiedad la comandancia General del Real Cuerpo de Artillería de Marina.

Por Real orden del 19 de marzo de 1814 fue nombrado por la Regencia gobernador militar y político de Cartagena, sin dejar el mando de la Artillería, para ocupar su puesto pasó de transporte a Cartagena en el navío Neptuno, al llegar S. M., por Real orden del 15 de julio siguiente quedó relevado del Gobierno de la plaza, regresando a Cádiz a ocupar la comandancia de Artillería.

En 1815 al ser creada la Real y Militar Orden de San Hermenegildo, fue de los primeros que por cumplir sus requisitos se le concedió en el grado de Gran Cruz.

Por Real orden del 25 de enero de 1822 se le nombró comandante interino del Departamento de Cádiz, entregándolo a su propietario el 12 de septiembre siguiente, siendo nombrado interinamente Comisario General de las Brigadas de Infantería de Marina hasta entregar el mando al capitán de navío don Francisco Javier de Ulloa el 22 de octubre de 1823.

Permaneció con su destino en el Departamento, donde le fue entregada la Real orden del 6 de diciembre de 1829 con su ascenso al grado de teniente general.

Falleció el 7 de mayo de 1836 en San Fernando, cuando contaba con ochenta y dos años de edad, de ellos sesenta y cinco de muy honrosos servicios a España.

Bibliografía:

Carlan, J. M.: Navíos en Secuestro. La escuadra Española del Océano en Brest (1799-1802). Instituto Histórico de Marina. Madrid, 1951.

Fernández Duro, Cesáreo.: La Armada Española desde la unión de los reinos de Castilla y Aragón. Est. Tipográfico «Sucesores de Rivadeneyra» 9 tomos. Madrid, 1895—1903.

López García, Gerardo Manuel.: La Trastienda de Trafalgar. El teniente general José Justo Salcedo. Imprenta del autor. Abril de 2010.

Paula Pavía, Francisco de.: Galería Biográfica de los Generales de Marina. Imprenta J. López. Madrid, 1873.

Válgoma y Finestrat, Dalmiro de la. Barón de Válgoma.: Real Compañía de Guardia Marinas y Colegio Naval. Catálogo de pruebas de Caballeros aspirantes. Instituto Histórico de Marina. Madrid, 1944 a 1956. 7 Tomos.

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