Ceuta con sorpresa y se levanta sitio 1720
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1720 Levantando el sitio de Ceuta y sorpresa
Desde que en el reinado anterior comenzó la decadencia, los norteafricanos aprovechando la ocasión en 1696 pusieron sitio a la ciudad de Ceuta, sobrevino la muerte de don Carlos II, la llegada de don Felipe V, la guerra de Sucesión y nada se podía hacer por aquel presidio, al ir tranquilizándose el ambiente a finales de 1720, el Rey dio orden de llevar la tranquilidad también a la fortaleza de Ceuta, para ello en los puertos de Málaga, Tarifa y Cádiz, se reunió un ejército de dieciséis mil hombre, entregándole el mando al marqués de Lede y la escuadra al recién ascendido al grado de teniente general don Carlos Grillo, incorporándose las galeras de España al mando de don Miguel Reggio y su hermano don Andrés al mando del navío Emprendedor.
Por el tiempo transcurrido, los sitiadores habían ido construyendo un verdadero bloqueo, pues había cuatro defensas paralelas que en diferentes puntos y a conveniente distancia se apoyaban en la fortaleza, dejando sólo la parte del mar para poder ser socorridos los sitiados, dada la situación se planeó un ataque combinado por los españoles.
Se llevó a cabo el plan consistiendo en una treta, se efectuó un simulacro de desembarco en la playa Benítez protegido por el fuego cercano de las galeras, con la intención de que al verse sorprendidos destinaran parte de sus tropas a evitarlo, para evitar ser atacados por la espalda, en ese instante sería cuando las tropas de la ciudad saldrían a hacer frente al resto, así cogidos entre dos fuegos acabarían con la situación tan apurada y precaria mantenida en la ciudad.
El 15 de noviembre se llevó a efecto el desembarco y la salida de las tropas de Ceuta, la sorpresa se tradujo en una victoria aplastante, los moriscos huyeron en desbandada en dirección a Tánger y Tetuán, pero el mando español había previsto explotar el éxito, intentando tomar Tánger acción que se comenzó y era cosa casi fácil, por lo desordenado de la huída de los enemigos, pero surgieron los británicos, quienes al ver la maniobra no la aceptaron como viable para sus intereses y amenazaron con destruir la flota española si se llevaba a término, así el general al mando ordenó paralizar la ofensiva.
De todas formas en su loca huída dejaron abandonado todo tipo de material que fue capturado y con parte de él se reforzó la misma fortaleza de Ceuta, siendo; veintinueve cañones, cuatro morteros, tres estandartes, una bandera, muchas tiendas y con ellas provisiones, lo que no se dejó en la plaza se consideró trofeo de guerra. Pasando a destruir todo lo hecho por los enemigos, dejando diáfana la vista desde las murallas. Sabiéndose al entrar en las tiendas de los jefes y recoger documentos que todo estaba apoyado por los británicos, para intentar hacerse con la plaza, pues no era otra su intención para dominar el Estrecho al disponer de Gibraltar, solo les faltaba conquistar Ceuta dominando así la vía en su totalidad, algo que pretendieron al ser firmado el tratado de Utrech, ante ello la negativa española fue rotunda y de ahí todo lo sucedido.
Bibliografía:
Cantillo, Alejandro del.: Tratados, Convenios y Declaraciones de Paz y de Comercio desde el año de 1700 hasta el día. Imprenta Alegría y Chalain. Madrid, 1843.
Fernández Duro, Cesáreo.: La Armada Española desde la unión de los reinos de Castilla y Aragón. Est. Tipográfico «Sucesores de Rivadeneyra» 9 tomos. Madrid, 1895-1903.
Guardia, Ricardo de la.: Notas para un Cronicón de la Marina Militar de España. Anales de trece siglos de historia de la marina. El Correo Gallego. 1914.
Paula Pavía, Francisco de.: Galería Biográfica de los Generales de Marina. Imprenta J. López. Madrid, 1873.
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