Mal trago, bien solventado 1801
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- | El 6 de mayo de 1801 por Real orden se le entrega a don [[Alsedo_y_Bustamante,_Francisco_Biografia|'''Francisco Alsedo''']] el mando del navío '''''San Ramón''''', de la división del brigadier don | + | El 6 de mayo de 1801 por Real orden se le entrega a don [[Alsedo_y_Bustamante,_Francisco_Biografia|'''Francisco Alsedo''']] el mando del navío '''''San Ramón''''', de la división del brigadier don [[Montes_y_Perez,_Francisco_Antonio_de_Biografia|'''Francisco de Montes''']], quien curiosamente enarbolaba su insignia como a tal jefe en la fragata '''''Anfitrite''''', más seis lanchas cañoneras, con la orden de zarpar el 8 seguido dando escolta a un convoy con rumbo a la isla de Barlovento. Al terminar la comisión pasó a la Habana, pero en el transcurso de la noche quedaron separados los buques por un brusco cambio de viento. Al amanecer del día siguiente se vio rodeado por un navío, dos fragatas y una corbeta de guerra británicas, puso rumbo a cazar el viento para conseguir separarse de ellos, pero una de las fragatas del porte de 40 cañones algo más rápida consiguió darle alcance, como los primeros disparos enemigos fueron a la arboladura para restarle velocidad y que le dieran caza el resto de buques, se tuvo que batir en retirada, pero no antes de conseguir dejar fuera de combate al buque enemigo, a pesar de ésta medio victoria e intentar reparar las averías en las velas, el resto le iba acortando distancia pero todo debió de suceder muy lentamente, pues volvió a anochecer y esto le permitió entrar en el placer de la Cruz del Padre, para al salir el sol de nuevo el día siguiente, hacerlo en el puerto de Matanzas, pero ya con todo el trapo reparado. |
Fue descubierto por los enemigos y bloquearon el puerto, obligándole a permanecer en esa situación dos meses, los británicos lo abandonaron momentáneamente; lo aprovecho para zarpar justo en el momento que un convoy de mercantes españoles cruzaban, por ello decidió darles escolta a pesar de estar a la vista de los enemigos quienes no se movieron, consiguiendo arribar a la Habana todos y a la vista de su general por todo esto recibió sus gracias. Tiempo después enterado S. M., por su general también le remitió las Reales gracias. | Fue descubierto por los enemigos y bloquearon el puerto, obligándole a permanecer en esa situación dos meses, los británicos lo abandonaron momentáneamente; lo aprovecho para zarpar justo en el momento que un convoy de mercantes españoles cruzaban, por ello decidió darles escolta a pesar de estar a la vista de los enemigos quienes no se movieron, consiguiendo arribar a la Habana todos y a la vista de su general por todo esto recibió sus gracias. Tiempo después enterado S. M., por su general también le remitió las Reales gracias. |
Revisión de 08:51 27 ene 2017
1801 Mal trago, bien solventado
El 6 de mayo de 1801 por Real orden se le entrega a don Francisco Alsedo el mando del navío San Ramón, de la división del brigadier don Francisco de Montes, quien curiosamente enarbolaba su insignia como a tal jefe en la fragata Anfitrite, más seis lanchas cañoneras, con la orden de zarpar el 8 seguido dando escolta a un convoy con rumbo a la isla de Barlovento. Al terminar la comisión pasó a la Habana, pero en el transcurso de la noche quedaron separados los buques por un brusco cambio de viento. Al amanecer del día siguiente se vio rodeado por un navío, dos fragatas y una corbeta de guerra británicas, puso rumbo a cazar el viento para conseguir separarse de ellos, pero una de las fragatas del porte de 40 cañones algo más rápida consiguió darle alcance, como los primeros disparos enemigos fueron a la arboladura para restarle velocidad y que le dieran caza el resto de buques, se tuvo que batir en retirada, pero no antes de conseguir dejar fuera de combate al buque enemigo, a pesar de ésta medio victoria e intentar reparar las averías en las velas, el resto le iba acortando distancia pero todo debió de suceder muy lentamente, pues volvió a anochecer y esto le permitió entrar en el placer de la Cruz del Padre, para al salir el sol de nuevo el día siguiente, hacerlo en el puerto de Matanzas, pero ya con todo el trapo reparado.
Fue descubierto por los enemigos y bloquearon el puerto, obligándole a permanecer en esa situación dos meses, los británicos lo abandonaron momentáneamente; lo aprovecho para zarpar justo en el momento que un convoy de mercantes españoles cruzaban, por ello decidió darles escolta a pesar de estar a la vista de los enemigos quienes no se movieron, consiguiendo arribar a la Habana todos y a la vista de su general por todo esto recibió sus gracias. Tiempo después enterado S. M., por su general también le remitió las Reales gracias.
Bibliografía:
Fernández Duro, Cesáreo.: La Armada Española desde la unión de los reinos de Castilla y Aragón. Est. Tipográfico «Sucesores de Rivadeneyra» 9 tomos. Madrid, 1895-1903.
Guardia, Ricardo de la.: Notas para un Cronicón de la Marina Militar de España. Anales de trece siglos de historia de la marina. El Correo Gallego. 1914.
Paula Pavía, Francisco de.: Galería Biográfica de los Generales de Marina. Imprenta J. López. Madrid, 1873.
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