Davalos o dAvalos de Sangro, Andres - Principe de Montesarchio Biografia
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Príncipe de Montesarchio.
Caballero del Toisón de Oro. (3 de mayo de 1702)
Capitán general de los galeones del Mar Océano.Orígenes
Vino al mundo el 18 de junio de 1618 en la ciudad de Nápoles. Siendo sus padres, Giovanni d'Avalos, Príncipe de Montesarchio y su esposa doña Andreana di Sangro.
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En 1648 fue el que se puso a la cabeza para defender al virrey Oñate contra el alzamiento que dirigía Masaniello, con la intención de entregar el Virreinato de Nápoles como corona independiente a don Juan José de Austria.
A mediados de 1659, en la ciudad de Nápoles estaba al mando de una escuadra, compuesta por doce navíos y siete galeras, en las cuales iban tropas de infantería del Sacro Imperio y del mismo virreinato, recibiendo la orden de navegar con rumbo al Océano para contribuir contra el levantamiento de los portugueses.
Entre los años 1666 a 1671, fue general de las Flotas de la carrera de Indias. Hay un documento en la colección de Vargas Ponce, tomo XVII, número 223 que dice: «1667 — diciembre — 20 — Sevilla. — Relación del viaje de los galeones de la Armada de Indias del cargo del general príncipe de Montesarchio que saliera de la bahía de Cádiz para las Indias el 3 de marzo de 1667»
El 28 de agosto de 1673 al mando de una escuadra con tropas, atacó el Peñón de Alhucemas conquistándolo definitivamente para la corona de España, dando fin a que sirviera como un nido de piratas y corsarios, algo que llevaba siendo una quimera varios siglos.
En 1674 se encontraban todas las fuerzas navales protegiendo a Barcelona, cuando llegó la noticia del levantamiento en la isla de Sicilia, estando en ese momento al mando de la escuadra de Galeras de Sicilia, por Real Orden tuvieron que abandonar las aguas españolas y poner rumbo a las de la isla, al llegar, había que entrar en el estrecho del Faro de Messina, un lugar que de antiguo se sabe es muy peligroso por las corrientes y los escollos de Scylla y Charybdis a pesar de los esfuerzos por poder pasarlo y socorrer a Messina, los vientos y corrientes fueron contrarios, favoreciendo a la escuadra francesa al mando de Vivonne que le permitió socorrer la plaza. A pesar de que el 1 de enero de 1675, todas las escuadras de galeras al mando del marqués del Viso, intentaron dar remolque dos de ellas a un galeón, siéndoles imposible avanzar.
Como consecuencia de ellos y del socorro llevado por los franceses, don Andrés le escribe al Marqués y entre otras cosas le dice: «Presupongo que en estas ocasiones es menester juzgar las cosas á la vista y primeramente, si nuestra Armada hubiera tenido tiempo á propósito para llegar á dar fondo junto á Piedegruta, fueran imposible poderse socorrer la ciudad de Messina como se ha hecho, pues há dos días y medio que bordeando en el Faro no ha podido granjear la mitad del camino; con que esto se ha de atribuir absolutamente á que Dios nos ha querido castigar, permitiendo que entrase la Armada de Francia á nuestra vista sin poderlo estorbar de ningún podo»
En agosto la escuadra francesa al mando de Vivonne conquistó Agosta, por esta razón se le daban prisas a don Andrés para que zarpara de Nápoles y arribara a Sicilia, pero contaba solo con quince bajeles de todo tipo, siendo muy inferior a la escuadra francesa, compuesta por veintinueve navíos todos superiores a 50 cañones, veinticuatro galeras y doce buques de fuego, no obstante obedeció y zarpó, por el mal tiempo se refugió en las marinas de Calabria, a donde llegó Mr. de Almeras al mando de diez buques y seis de fuego, maniobrando pidiéndole combate, pero don Andrés era consciente que sus buques seguían siendo inferiores, y no era cuestión de arriesgar combate pues eran más necesarios donde le habían ordenado llegar.
Por una vez el viento roló y fue favorable a los españoles, lo que no desperdició don Andrés zarpando inmediatamente para embocar el estrecho del Faro y con rumbo a Melazo para unirse a las galeras; el jefe francés no quiso dejarlo ir y lo persiguió, pero desconocedor de las aguas que navegaba su buque varó en el Estrecho, de forma que para poderlo salvar tuvieron que tirar al mar toda su artillería y aligerarlo de peso, como siempre en Francia se divulgó la victoria, ya que quince buques del Rey de España habían huido ante la presencia de diez del Rey de Francia. Nadie mencionó que el bajel varado no volvió a navegar por no disponer de puerto para su completa reparación.
El Gobierno español decidió destituir de sus cargos a todos los generales y almirantes, así pasó a prisión en Nápoles el marqués del Viso, por ser el general en Jefe ya que era el general de la Galeras de España; don Melchor de la Cueva y su segundo don José Centeno, quedaron en Sicilia presos en el castillo de la Baya, mientras en libertad pero sin mando y desterrado a Nápoles el marqués de Bayona, siendo sustituidos por el príncipe de Montesarchio como Gobernador de la armada, siendo su segundo el almirante don Francisco Pereira Freire de la Cerda.
A finales de 1675 se encontraban en Melazo al mando de don Beltrán de Guevara nueve galeras, el virrey envía un correo a don Andrés para que aliste sus bajeles, éste le responde entre otras cosas: «…así que tenga jarcia y velas con que salir del puerto» por lo que no pudo ayudar en el combate de Stromboli.
Como consecuencia de no poder incorporarse a la escuadra se le llamó a Madrid, acusándole de las pérdidas sufridas por el temporal del Faro, y el de la deficiencia de los bajeles en sus aprestos, como si de él dependiera, por ello cuando expuso en el Consejo el estado real de la situación, nada se le pudo afear de su comportamiento y por ello se le confirmó como capitán general de la escuadra de Sicilia. Aunque durante un tiempo estuvo como interino al mando de la escuadra de Galeones del Mar Océano, por la suspensión en el cargo de don Melchor de Guevarra, entregándole el mando a don Diego de Ibarra su nuevo propietario.
En 1781 se le entrega una carta del Virrey de Nápoles, quejándose de los robos que realizaban sus soldados en la ciudad, respondiéndole: «Que no se sentía con fuerza (moral) para castigarlos, porque no dándoles paga, ración ni vestidos, de algún modo se habían de sustentar»
En 1685 el Maestro mayor de las Armadas del Océano y de Indias, Rodrigo Ortiz, (que lo era desde 1670) presentó un proyecto «…para la mejor fábrica de los bajeles. Siendo aprobado por el General D. Andres Dávalos, Príncipe de Montesarco»
En 1687 ya muy mayor decidió dejar la mar y regresar a su casa en la ciudad de Nápoles.
Siendo uno de los de más alcurnia de la península itálica su voz era oída por toda la aristocracia, por ello en 1701 se mantuvo al lado de don Felipe V como nuevo Rey de España, convenciendo a todos sus amigos; cuando se produjo el levantamiento en favor de los austriacos, se lanzó a la calle al mando de tropas alistadas por los aristócratas y entre los días veintitrés y veinticuatro de septiembre aplastaron la sublevación.
En 1707 aún se puso al frente de la milicia levantada en contra de los austriacos.
Falleció el 20 de febrero de 1709, contando con noventa y un años.
Bibliografía:
Enciclopedia General del Mar. Garriga. 1957. Compilada por el contralmirante don Carlos Martínez-Valverde y Martínez.
Fernández Duro, Cesáreo.: La Armada Española, desde la unión de los reinos de Castilla y Aragón. Tipográfico Sucesores de Rivadeneyra. Madrid 1895-1903. Facsímil Museo Naval. Madrid. 1973.
Fernández Duro, Cesáreo.: Disquisiciones Náuticas. Facsímil. Madrid, 1996. 6 Tomos.
Vargas y Ponce, Joseph de.: Catálogo de la Colección de Documentos. Instituto Histórico de Marina. Madrid, 1979.
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