Oreyro y Villavicencio, Jacobo Biografia
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Biografía de don Jacobo Oreyro y Villavicencio
Contralmirante de la Real Armada Española.
Caballero de la Real y Militar Orden de Santiago.
Comendador de número de la Real y Muy Distinguida Orden Española de Carlos III.
Ministro de Marina.
Senador del Reino.
Orígenes
Vino al mundo en Cádiz en 1820, según otra fuente, lo fue en 1822, pero por su año de ingreso en la corporación nos inclinamos por el primero, pues solo contaría con doce años en el segundo caso.
Hoja de Servicios
En 1824 se refundieron las tres compañías de Guardiamarinas en un Colegio, el cual debía de establecerse en la población de Puerto Real, pero se decidió trasladarlo a La Carraca, a pesar de ser un establecimiento de la Armada no se pudo poner en marcha. En 1828 se suprimió el Colegio y se dio libertad de enseñanza aplicando la Constitución de 1812, por ello no era necesario ser hijodalgo ni pasar las pruebas de limpieza de sangre, al estar preparado se pasaba un examen presidido por una Junta de Jefes de la Armada, quienes al dar el Vº Bº se producía el ingreso en la Corporación. No era fácil superarlo, porque en los exámenes las exigencias eran las justas y conformes a los requerimientos de la profesión, fue una época muy dura pues ante la libertad de estudio los jueces de las pruebas eran implacables en su aplicación, no perdonando ningún error por nimio que fuera.
Pasando de esta forma veintiún años en los cuales no hubo academia, ni colegio, ni compañía de guardiamarinas, siendo libre la preparación de todos los aspirantes, viviendo en «casas de confianza» e ingresando al aprobar el examen de la Junta de Jefes, hasta llegar a 1845 cuando por fin se abrió la Escuela Naval Militar en San Carlos. Por esta razón no hay expedientes de estos años.
Al aprobar sus exámenes en 1834 ingresó en la Corporación.
Realizando su primer embarque con viaje a la isla de Cuba.
En junio de 1842 se le ascendió al grado de alférez de navío.
A partir de aquí su vida no está casi ni disponible, pues se saben cosas desperdigadas que trataremos de hilvanar, para mejor conocimiento del lector.
En 1846 con el grado de alférez de navío estaba destinado en el vapor Bazán.
En 1847 se encontraba a bordo del vapor Congreso.
En 1848 estaba al mando del paquebote Churruca.
Fue ascendido a teniente de navío en junio de 1846, el 12 de agosto de 1848 se le otorgó el mando del místico Dardo.
A finales de 1851 fue destinado al apostadero de la Habana.
En 1853 se encontraba en el departamento de Cádiz al mando del bergantín-goleta Águila.
En 1854 se le concedió la merced del hábito de la Real y Militar Orden de Santiago.
Por Real orden del 28 de noviembre de 1857 se le ascendió al grado de capitán de fragata.
Posteriormente se le otorgó el mando de la goleta Consuelo, más tarde el vapor de ruedas Vasco Núñez de Balboa, participando en la guerra de África de 1860.
Alternado con estos mandos, permaneció con destinos en tierra, entre ellos, fue capitán del puerto de la Habana.
Por Real orden del 1 de julio de 1864 fue ascendido al grado de capitán de navío.
Por Real orden del 1 de febrero de 1872 se le ascendió al grado de contralmirante.
En el Almirantazgo ocupó el destino de Jefe de la sección de Marinería.
Por su experiencia en esta materia, pasó después a ocupar el puesto de Director de Personal en el Ministerio de Marina.
Al proclamarse la I República y siendo su presidente el Sr. Pí y Margall, (quien fue el segundo de ella y el de más corta duración, pues estuvo al frente durante un mes y nueve días), fue elegido por éste, como comisario del Ministerio y su Ministro.
Ocupando este puesto fue quien planteó el problema de las defensas de los arsenales, por ello se realizaron en La Carraca, el cual fue atacado posteriormente por los cantonales, poniendo a prueba lo eficaz de su decisión, organización y disposición de la artillería, evitando caer en manos de ellos gracias a haberse construido.
Durante 1873 permaneció como Ministro, entre 24 de febrero y 11 de junio seguido, en una primara instancia, sucediéndole en el cargo, el capitán de navío don Federico Aurich y Santa María quien permaneció mientras fue Presidente don Nicolás Salmerón, quien mantuvo su cargo un mes y veinte días, al ocupar la presidencia don Emilio Castelar, por espacio de tres meses y siete días, volvió a ocupar la cartera de Marina don Jacobo.
Como anécdota si no fuera por lo triste decir que esta 1ª República de España, tuvo una duración total de diez meses y doce días, pasando cuatro Presidentes, siendo por orden don Estanislao Figueras, con tres meses y veintitrés días; don Pí y Margall, con un mes y nueve días; don Nicolás Salmeron con un mes y veinte días y por último, don Emilio Castelar, con tres meses y siete días. Como se podrá apreciar, pocas decisiones con referencia a casi nada se pudieron tomar y menos aún prever con respecto a la Armada.
Pero a pesar del corto espacio de tiempo que estuvo al frente del Ministerio, se pudo comprobar a posteriori, no fue un mal Ministro, pero en tiempo tan convulso, como otros muchos del siglo XIX, en los que España quedó prácticamente destrozada, gracias a los zorroclocos de siempre.
Falleció en su ciudad natal en 1881, cuando contaba con sesenta y un años de edad.
Estaba en posesión de la Gran Cruz de la Real Orden Americana de Isabel la Católica, Comendador de número de la Real y Muy Distinguida Orden Española de Carlos III, placa de San Hermenegildo más las del Mérito Naval de segunda y tercera clase, así como el cargo de Senador del Reino.
Suposición: Pensamos que por haber vivido y servido en la época de la I República, es la causa de la escasez de información sobre su vida. Como siempre nos encontramos con los intereses partidistas de unos y otros haciendo casi imposible, compilar la biografía adecuada de una persona quien ocupó el más alto cargo de responsabilidad de la Armada y no lo hizo tan mal en realidad.
Pero así es la Historia y como parte de ella la Naval, siendo quizás la más olvidada por todos. Lo que a veces nos hace caer en la impotencia manifiesta, de ser lo suficientemente imparciales a la hora de escribir sobre algunos de nuestros marinos. Pero como no hay más, al menos lo intentamos y damos a conocer su existencia.
Bibliografía:
Bordejé y Morencos, F. Fernando de.: Crónica de la Marina Española en el siglo XIX, 1800-1868 (Tomo I) Editorial Naval. Madrid, 1993.
Bordejé y Morencos, F. Fernando de.: Crónica de la Marina Española en el siglo XIX, 1868-1898 (Tomo II) Editorial Naval. Madrid, 1995.
Enciclopedia General del Mar. Garriga. 1957. Sin iníciales del compilador.
Enciclopedia Universal Ilustrada. Espasa. Tomo, 40, 1919, páginas 279 y 280.
Estado General de la Armada para el año 1846.
Estado General de la Armada para el año 1847.
Estado General de la Armada para el año 1848.
Estado General de la Armada para el año 1850.
Estado General de la Armada para el año 1853.
Estado General de la Armada para el año 1854.
Estado General de la Armada para el año 1859.
Estado General de la Armada para el año 1870.
Estado General de la Armada para el año 1873.
Guardia, Ricardo de la.: Notas para un Cronicón de la Marina Militar de España. Anales de trece siglos de historia de la marina. El Correo Gallego. 1914.
Algunos datos sacados de un proyecto de quien escribe que lleva por nombre: Historia de España entre los siglos XIX y XX.
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