Guerrero
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Navío de 70 cañones, realizado en los astilleros de Esteiro por el sistema de construcción de Jorge Juan. Las obras fueron ejecutadas por el ingeniero Richard Rooth. De la serie “Los doce Apóstoles” ó “apostolado”. Se le colocó la quilla el 6 de septiembre de 1752 y fue botado el 27 de marzo de 1755. Su nombre religioso era “San Raimundo”.
Sus dimensiones, en pies de Burgos, son las mismas que las del navío Soberano: 191,8 pies de eslora, 164,2 de quilla, 52,56 de manga, 24 de puntal, 26 de plan, 24,8 de calado a popa, 22,20 de calado a proa, 5,6 de batería. Tenía 8.000 quintales de lastre y pesaba 1.619 toneladas de arqueo. Dimensiones en metros: 53,2 metros de eslora, 14,5 metros de manga y 7,2 metros de puntal. Desplaza 1.781 toneladas de arqueo.
A primeros de abril de 1759 se encuentra en Ferrol al mando del capitán de navío don Bernabé Urcullu, con el que zarpa rumbo a Cádiz y después a Cartagena. Al mando de este comandante sale de Cartagena en agosto de 1759 con destino a Nápoles a recoger con la escuadra del marqués de la Victoria al rey de España Carlos III y llevarlo al puerto de Barcelona.
A finales de marzo de 1760 se encuentra en el departamento de Ferrol. En diciembre de 1760 fue sometido en el arsenal de Ferrol a un recorrido general del buque. El 11 de septiembre de 1763 zarpa de Cádiz para dar escolta hasta las islas Canarias a un convoy destinado a Cartagena de Indias y Veracruz, regresando posteriormente a Cádiz.
El 24 de abril de 1764 se concede el mando al capitán de navío don José Díaz de San Vicente y el 19 de mayo de 1764 zarpa de Ferrol con destino a Cádiz, acompañado del navío Oriente. En 1765, al mando del capitán de navío Díaz de San Vicente, realiza una comisión con la escuadra del marqués de la Victoria, recoger en Génova y llevar a Cartagena el 11 de agosto a la futura reina doña María Luisa de Parma.
En 1766 llega a La Coruña con caudales y otros géneros, procedente de la Habana y de las islas Canarias en conserva de la fragata Liebre. Ese mismo año zarpa de Ferrol escoltando un convoy a Cádiz con artillería destinada a las plazas de América. En 1768 se encontraba destinado en el departamento de Ferrol.
En julio y agosto de 1770 formó división con el navío Santo Domingo, realizando las pruebas de mar del nuevo navío Santísima Trinidad. A primeros de 1774 zarpa de Ferrol rumbo a Cádiz con el navío Santo Domingo y la fragata Magdalena. Zarpan estos buques de Cádiz donde se les une el navío San Rafael, mandados por el jefe de escuadra don Pedro González de Castejón. Embarcan tropas en Cartagena y regresan posteriormente a Cádiz.
En junio de 1779, al declararse la guerra contra los británicos, se encontraba en el puerto de La Coruña con la escuadra al mando del teniente general don Antonio de Arce. El 2 de julio se unen en aguas gallegas a la escuadra francesa al mando del teniente general Orvilliers. Con la escuadra procedente de Cádiz al mando del teniente general don Luis de Córdoba realizan una campaña en el Canal de la Mancha, entrando en el puerto francés de Brest en septiembre de 1779. Queda en este puerto con la escuadra al mando del teniente general don Miguel José Gastón.
Durante su estancia en Brest realizó una salida de corso. Esta escuadra zarpó rumbo a Cádiz el 13 de enero de 1780. A causa de los temporales la escuadra se dispersa, entrando el Guerrero en Cádiz el 3 de febrero con el grueso de la escuadra de Gastón.
El 28 de abril de 1780 zarpa de Cádiz con la escuadra y convoy al mando del jefe de escuadra don José Solano Bote, entrando en la Habana, después de una penosa travesía, los días 4 y 5 de agosto. El 17 de septiembre de 1780 realizó una salida de la Habana con la escuadra de Solano en busca de una escuadra británica, regresando a puerto el 26 de septiembre.
El 16 de octubre de 1780 zarpa de la Habana con la escuadra al mando de Solano y las tropas de don Bernardo de Gálvez para la ocupación de Pensacola. Un huracán dispersó la escuadra por todo el golfo de Méjico. El 19 de marzo de 1781 se habían descubierto naves británicas cerca del cabo de San Antonio. Creyendo que se trataba de un importante convoy salido de Jamaica, al amanecer del 21 de mayo zarpa la escuadra al mando de Solano, que izaba su insignia en el navío Guerrero, compuesta por once navíos españoles y cuatro franceses, dos fragatas y una goleta. Al no encontrar al convoy británico, la escuadra de Solano regresa a la Habana la tarde del 26 de mayo.
El 10 de abril de 1781, al mando del capitán don Pedro Obregón, zarpa de la Habana con la escuadra al mando de don José Solano para participar en la toma de Pensacola, llevando tropas y pertrechos. Concluida la campaña de la Florida, regresa la escuadra de Solano a la Habana el 31 de mayo.
El 23 de julio de 1781 zarpa de la Habana con la escuadra mandada por el brigadier don Francisco Javier Morales escoltando un convoy. Llegan a Cádiz el 9 de octubre con el grueso de la escuadra y convoy cargados con dos millones ocho cientos cincuenta y siete mil pesos.
Después de hacerle una recorrida en el arsenal se incorpora en Cádiz a la escuadra del teniente general don Luis de Córdoba. En mayo de 1782 zarpa con esta escuadra para realizar una tercera campaña en el Canal de la Mancha con las escuadras francesas de Brest. Durante el mes de julio patrulla entre las islas Scilly y Quessant, escapando una escuadra británica de 25 navíos al mando de Howe. Regresa a Cádiz a finales de agosto.
El 12 de septiembre de 1782 entra con la escuadra de Córdoba en la bahía de Algeciras para apoyar el ataque a Gibraltar de las baterías flotantes. Participó en la batalla de cabo Espartel el 21 de octubre de 1782 contra la británica de Howe, durante la cual tuvo la pérdida de 5 muertos y 7 heridos. A mediados de 1784 se encontraba desarmado en el departamento marítimo de Cádiz.
En mayo de 1790 se ordena que sea activado y armado en Cartagena, siendo puesto al mando del brigadier don Francisco Javier Muñoz y Goosens para unirse en Cádiz a la escuadra del teniente general don José Solano Bote, marqués de Socorro, por el incidente de Nutka con los británicos, zarpando la escuadra de Cádiz en el mes de julio para realizar varios cruceros por las costas gallegas.
En 1793 se encontraba desarmado en el departamento de Cartagena al mando del capitán de navío don Antonio de Landa. En 1794, al mando del capitán de navío don José Justo Salcedo, se encuentra incorporado a la escuadra del teniente general don Juan de Lángara y Huarte, con la que opera en el Mediterráneo contra los franceses hasta la paz de Basilea. A primeros de 1795 se encuentra desarmado en el departamento de Cartagena al mando del capitán de navío don Antonio Barrientos.
En 1797 se pone al mando del brigadier don Nicolás Estrada y Posada en la escuadra de don José de Mazarredo basada en Cádiz, la cual permaneció bloqueada en Cádiz por la británica al mando del almirante John Jervis. En el mes de febrero de 1798 realizó con esta escuadra una salida en persecución de la británica, regresando a puerto sin haberse podido enfrentar a la enemiga.
Al año siguiente zarpó rumbo al Mediterráneo y en Cartagena se incorpora a la escuadra francesa del almirante Bruix, saliendo el 29 de junio hacia Cádiz. Salen de Cádiz el 20 de julio y llegan al puerto de Brest el 9 de agosto. El comandante Estrada es sustituido por enfermedad a primeros de 1801 por el capitán de navío don Francisco Javier de Uriarte.
Finalizada la guerra con los británicos, salió de Brest con la escuadra del teniente general don Federico Gravina el 14 de diciembre de 1801 hacia Santo Domingo, Haití, apoyando a la escuadra francesa de Villaret-Joyeuse en sofocar la rebelión en la isla. Arbolaba su insignia en este navío el jefe de escuadra don Juan María de Villavicencio, y estaba mandado por el capitán de navío don Bernardo Muñoz. Finalizada las operaciones en América, sale con la escuadra de la Habana y entra en Cádiz el 20 de mayo de 1802.
El 31 de julio siguiente salió rumbo a las islas Canarias, pasó después al Mediterráneo y recaló en Cartagena, donde desembarcó su comandante Muñoz. El 30 de septiembre de 1802, al mando del capitán de navío don Agustín de Figueroa, llega a Barcelona desde Nápoles con los navíos Príncipe de Asturias y Bahama, las fragatas Atocha y Soledad y un bergantín, todos al mando del teniente general don José Solano Bote, marqués de Socorro. Llevan a bordo a los reyes de Etruria para asistir a dos bodas regias.
En enero de 1805 se encontraba desarmado en Cartagena. Una vez alistado, realiza varias salidas para el adiestramiento de las tripulaciones con la escuadra de José Justo Salcedo, estando al mando del capitán de navío don José de la Encina desde el mes de febrero. Esta escuadra, formada por los navíos Guerrero, San Francisco de Paula, Asia y San Ramón, efectuó su última salida de Cartagena entre el 17 y el 22 de julio para unirse a la escuadra de Cádiz, unión que no se efectúa por la presencia de una escuadra británica en las cercanías de Cádiz.
En octubre de 1805 se encontraba en Cartagena en la escuadra de don José Justo Salcedo. En febrero de 1808 se encontraba en Cartagena con la misma escuadra, en esta ocasión al mando del teniente general don Cayetano Valdés. Zarpa con la escuadra el 10 de febrero rumbo a Tolón, regresando a la base de partida a causa de los daños causados por los temporales. En agosto de 1810 se encontraba en el apostadero de Mahón. En el mismo puerto se encontraba en octubre de 1813 y con necesidad de ser carenado.
En 1819 estuvo destinado a la pretendida expedición a Buenos Aires con la escuadra del brigadier don Francisco Mourelle de la Rua, abortada con ocasión de la revolución de Riego. Ese mismo año hubo en la escuadra surta en la bahía una epidemia de fiebre amarilla, salvándose la tripulación del Guerrero por las medidas adoptadas por su comandante.
En 1820 pasó a ser mandado por el capitán de fragata don José Obregón, que sería al poco tiempo ascendido a capitán de navío. El 8 de agosto de ese mismo año se incorporó con la fragata Diana a una fuerza holandesa para patrullar las costas berberiscas por un acuerdo suscrito años antes con los Países Bajos. En 1822 estuvo al mando del capitán de navío don Francisco Pérez de Grandallana. Al mando del capitán de fragata don Joaquín Bocalan y Vázquez zarpa de Cartagena rumbo a Cádiz en septiembre de 1822, cesando en su mando el 6 de noviembre.
En 1823 regresa a Cádiz desde la Habana al mando del capitán de navío don José Primo de Rivera y Ortiz de Pinedo, encontrándose en el dique de La Carraca ese mismo año cuando atacaron los franceses del duque de Angulema para restablecer en el trono a Fernando VII. El 15 de septiembre de 1823, una de las bombas disparadas por los franceses cayó en el dique que ocupaba el Guerrero, siendo el capitán de fragata ingeniero Joaquín María Pery el que apagó el incendio con riesgo de su vida. Finalmente, pudo ser carenado, quedando listo en octubre de 1825.
En enero de 1826 se puso al mando del capitán de navío don Manuel de Cañas-Trujillo. Zarpa de Cádiz el 9 de febrero y llega al puerto de Santiago de Cuba el 19 de marzo de 1826 con la corbeta Zafiro y el bergantín mercante El Bello Indio. Llegaron cargados de obuses, morteros, bombas, granadas y otros pertrechos.
Cuando se encontraba en este puerto llega la división del brigadier don Ángel Laborde y Navarro, compuesta por las fragatas Lealtad, Iberia, Santa Sabina, Perla, Santa Casilda y goleta Habanera, que habían zarpado de la Habana el 19 de febrero para combatir en las Antillas a los corsarios enemigos. Incorporado a la división, visitó el puerto de Kingston, Jamaica, donde ostentó el pabellón nacional y realizó posteriormente patrullas por la costa de Tierra Firme, ocupada por el enemigo, hasta su regreso a la Habana el 27 de junio.
El 28 de agosto de 1826 zarpó con la escuadra al mando de Laborde, el cual izó su insignia en el Guerrero. El resto de la escuadra estaba compuesta por las mismas cinco fragatas anteriores y la goleta Habanera. Llevaban tres mil hombres con el objeto de desembarcarlos en Nueva España y recuperar los territorios perdidos frente a los insurgentes. Los días 4, 5 y 6 de septiembre, cerca del Canal de Bahama, soporta la escuadra un huracán que dispersa y arrastra a los buques a la costa de Charlestown. El navío Guerrero quedó sin timón y desarbolado, consiguiendo llegar a Puerto Rico navegando con bandolas.
El almirante mejicano Porter, conocedor de la desgracia, se presento en Puerto Rico para bloquear la escuadra española. Laborde pudo reparar tres de las fragatas y puso en fuga a los buques enemigos, que los encerró durante algunos meses en Cayo Hueso. Tardó unos dos meses y medio en regresar a la Habana, pasando después al arsenal para ser reparado.
Zarpa de la Habana el 4 de diciembre de 1827 con la fragata Iberia y el bergantín Hércules para llevar dinero y pertrechos a Puerto Rico. El 20 de diciembre llegan a San Juan de Puerto Rico, donde recoge hombres, víveres y municiones. Largaron velas al amanecer del 23 de diciembre rumbo a las costas de Tierra Firme para apoyar a las tropas realistas, visitando las plazas de La Guaira y Cumaná, lo que produjo gran alarma en aquellas costas. Tenía Laborde órdenes de buscar y rendir al antiguo navío español Asia, que iba a México en su viaje desde el Pacífico, donde se había entregado al gobierno mexicano. Laborde estuvo cruzando la zona sin hallar al navío. Tras recorrer las costas venezolanas infructuosamente, volvió a la Habana el 25 de marzo de 1828.
El 1º de julio de 1828 zarpan de nuevo de la Habana los navíos Guerrero, Soberano, fragata Iberia y goleta Amalia para cruzar sobre los cabos Corrientes y San Antonio a esperar un convoy de tropas salido de la península y escoltado por la fragata Restauración. Con dicho convoy entró en la Habana el 13 de agosto.
A finales de 1829, encontrándose en la Habana, deja su mando el capitán don Manuel de Cañas-Trujillo y lo tomó el brigadier don José Primo de Rivera y Ortiz de Pinedo. En su travesía de regreso a Cádiz sufrió un temporal que lo desarboló casi por completo, llegando a la bahía de Cádiz en abril de 1830. Por Real Orden del 26 de julio de 1831 pasa a ser su comandante el capitán de navío don José Morales de los Ríos, cuando se encontraba en La Carraca en reparaciones, saliendo del dique en agosto de 1832.
El 3 de enero de 1833 zarpa de Cádiz y entra en Vigo el 12 del mismo mes con la división que mandaba el capitán de navío don Antonio Quintano. En 1834 se encontraba desarmado en el departamento de Ferrol. Es dado de baja en 1850, estando en servicio 92 años, convirtiéndose en el navío de línea con más años de servicio activo en el mundo.
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Compilada por Santiago Gómez.