Fulgencio, San
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Uno de los navíos diseñados por don José Romero Fernández de Landa, versión reducida de los “Ildefonsinos”. El ingeniero Honorato de Bouyón intervino en la delineación y construcción del navío. Botado en Cartagena a las 10 de la mañana del 3 de noviembre de 1787. Dimensiones en pies de Burgos: 181 pies de eslora, 159 de quilla, 49,6 de manga, 23,11 de puntal y 24 de plan, 23,5 de calado a popa, 22,1 de calado a proa, 1.360 a 1.466 toneladas de arqueo, 2.427 toneladas de desplazamiento. Armado con 26 cañones de a 24 libras en la 1ª batería, 28 de a 18 en la 2ª batería, 6 de a 8 libras y 4 obuses de a 30 libras en el alcázar y castillo.
Procedente del puerto de Barcelona llega a Palma de Mallorca el 10 de enero de 1788 con la fragata Santa Florentina, llevando tropas del regimiento España. En febrero de 1788 se le da el mando al capitán de navío don Ignacio María de Álava, estando el navío en Cartagena donde se incorpora a la escuadra de evoluciones del mando del jefe de escuadra don José de Córdoba y Ramos, completando esta escuadra los navíos San Ildefonso y San Leandro y otros de diferentes sistemas de construcción.
El 19 de junio de 1788 se forró de cobre sus fondos en Cádiz. Con los buques de la escuadra de Córdoba y Ramos realizó pruebas comparativas durante los meses de septiembre y octubre, desembarcando en Cartagena el capitán Álava al cesar en el mando el 20 de octubre. Su mando es ocupado por el capitán de navío don Tomás Gayangos.
A mediados de febrero de 1789 se ordena su desarme y el cese de su mando del capitán Gayangos, que pasa a mandar el navío San Francisco de Paula. A los pocos días se da una contraorden para no desarmarlo, pasando a formar parte de la escuadra de evoluciones al mando del teniente general don Félix de Tejada. En octubre de 1789 se hace a la vela en Ferrol rumbo a Cartagena al mando del capitán de navío don Vicente Heceta.
En 1790 se encontraba asignado al departamento marítimo de Cartagena. En enero de 1790, al mando del capitán de navío don Vicente Hezeta, zarpa de Cartagena con la fragata Mahonesa, rumbo a Palma de Mallorca donde embarcan en los dos buques al regimiento suizo de Reding y los llevan a Barcelona. Allí embarcan al regimiento de infantería de Flandes, que lo deja en Palma de Mallorca el 29 de enero. Un mes más tarde, el 20 de febrero, regresan los dos buques a Palma con el resto de la unidad.
A los buques mandados por Hezeta se unió la fragata Santa Brígida con los que realizó otras comisiones de transporte de tropas. El 3 de abril zarpó de Cartagena con la escuadra de evoluciones del teniente general don Francisco de Borja y entre el 20 y el 24 de abril de 1790 realizó pruebas de comparación con los navíos Europa y San Pablo y otras unidades menores. El crucero quedó interrumpido por el incidente de Nutka y las unidades pusieron rumbo a Cádiz.
En julio de 1790, al mando del capitánde navío don Miguel Tacón, zarpa de Cádiz con la escuadra del teniente general don José Solano Bote, marqués de Socorro, formada en respuesta a los incidentes de Nutka con los británicos. Con la misma escuadra llevó tropas del regimiento de infantería Milán y víveres a Orán, fondeando en Mezalquivir la noche del 27 de octubre de 1790. La plaza de Orán había sido devastada por un terremoto y atacada por los moros.
En 1793 se encontraba desarmado en el departamento de Cartagena al mando del capitán de navío don José Bonanza. El 1º de junio de 1793 es nombrado su comandante el capitán de navío don Antonio de Escaño García de Cáceres, procediendo a su habilitación y armamento en Cartagena, zarpando el 23 de junio para incorporarse a la escuadra de bloqueo y apoyo al ejército en el bahía de Rosas, mandada por el capitán de navío don Baltasar Hidalgo de Cisneros. Escaño toma el mando de una división formada por su navío, las fragatas Diana y Santa Florentina, tres jabeques y otros buques menores. El navío estaba falto de marinería y se recurrió a la leva implantando Escaño las nuevas ordenanzas, consiguiendo un buque modelo.
La escuadra al mando del teniente general don Juan de Lángara llegó en el mes de agosto a la costa del Rosellón e incorporó al San Fulgencio a su escuadra. Cuando el general Lángara partió con la escuadra rumbo al puerto de Tolón, quedó el San Fulgencio en Rosas con los navíos San Felipe Apóstol, San Julián y la fragata Santa Florentina, división que se puso al mando del jefe de escuadra don Juan Joaquín Moreno.
El capitán Escaño completó su tripulación con parte de las expertas dotaciones de los jabeques. Realizó patrullas por la costa, soportando varios temporales. Un rayo cayó en el palo mayor del San Fulgencio matando a un marinero en la bodega, recibiendo Escaño una sacudida y a resultas de ella una contusión.
