Plantilla:2 de febrero
De Todoavante.es
Revisión a fecha de 18:11 2 sep 2011; Todoavante (Discusión | contribuciones)
- 506 — Alarico II, rey de los visigodos, promulga la Lex Romana Visigothorum o Breviario de Alarico, en el cual se recopila el Derecho romano vigente en el Reino Visigodo de Tolosa. (García Luaces, P.)
- 962 — El Papa Juan XII consagra Emperador a Otón I en Roma, considerándose este hecho el principio del Sacro Imperio Romano Germánico.
- 1518 — Las Cortes de Valladolid acuerdan la incorporación de las Indias a la Corona de Castilla.
- 1542 — La expedición de cincuenta hombres al mando de Francisco de Orellana descubre el río Amazonas.
- 1786 — El brigadier don Manuel Eguía, al mando del navío San Pedro Alcántara, que había zarpado del Callao el día treinta de marzo anterior, cargado con el situado con un importe de siete millones seiscientos un mil novecientos sesenta pesos. El buque en realidad había zarpado en septiembre de 1784, pero a los pocos días le sorprendieron unan calmas, las cuales se prolongaron tanto que se desató una epidemia de viruela, un tiempo después una vía de agua, lo que obligó a regresar al Callao a reparar, al terminar la revisión del casco, se le añadió más carga, como cobre, cajones de cascarilla, semillas de pinos de Chile, zurrones de cacao, lana de Viaña, de bálsamos y otras especies, iban de transporte doce jefes y oficiales del ejército, ocho particulares y once mujeres, zarpando en la fecha dicha con rumbo a la Península, tuvo después de doblar con gran dificultad el cabo de Hornos hacer una escala para reparar de nuevo averías a Río de Janeiro, de aquí zarparon y el día veintitrés de enero reconocieron la isla de Santa María en las Terceras, al poco comenzaron unos días oscuros con chubascos y vientos, que arrancaban grandes olas lo que les impedía situarse, el día dos de febrero se divisó tierra, el piloto subió a la cofa y dijo que eran las islas Berlingas, basándose en ello puso rumbo al S.S.O., 5º con poco trapo, al anochecer sobre las diez y media, envueltos en otro chubasco los vigías gritaron « Tierra por la proa », pero no hubo tiempo de reaccionar y el golpe fue tremendo, yéndose el buque al fondo. No se tiene datos precisos porque los oficiales todos recibieron el golpe con tan mala fortuna, que perdieron el conocimiento razón por la que nada se ha escrito sobre ello, solo la toldilla quedo fuera de la flor del agua, donde se refugiaron trescientas personas, permaneciendo allí hasta el amanecer, momento en que fueron vistos por los pobladores de Peniche (Portugal), ya que estaban muy cerca de la costa, los cuales con sus barcas se fueron a ayudarles, salvando a los que quedaban, que fueron doscientos noventa y uno, de los cuatrocientos cuarenta y dos que viajaban en total en el buque; aunque la mayoría se ahogaron pensando que la distancia a cubrir era poca y se lanzaron a nadar hacía la playa, pero al parecer la mala noche anterior les provocó una falta de fuerzas y por ello fueron despareciendo de la superficie, al legara tierra se comunicó a las autoridades españolas el desastre, pasándose aviso a Cádiz, Ferrol y Vigo para que acudieran a rescatarlos. Don Francisco Javier Muñoz, zarpó de Cádiz con dos fragatas y varias lanchas, con la orden de ser el responsable de todo lo que ocurriera en Peniche. La operación se dio por terminada el día diecinueve de junio siguiente, cuando los buzos llevados de Cádiz, habían recuperado seis millones ochocientos mil pesos en oro y plata, cinco mil quinientas cuarenta barras de cobre y otros objetos, pero a pesar de la orden de regreso, Muñoz continuó en el lugar y en el mes de agosto rescató sesenta y dos cañones, y solo se dio por satisfecho al comprobar que solo se quedaban en la zona trescientos quince mil quinientos ochenta y ocho pesos. Hubieron regalos de todas partes y para todos incluidas las viudas, pero Muñoz se negó a recibir nada, aceptando solo por parte del Comercio de Cádiz, al que correspondía el registro del buque, el pago exacto del esfuerzo realizado por los buzos y lo que él había puesto de su peculio personal. (Cebrián y Saura, J.)
- 1814 — Las Cortes españolas fijan una serie de medidas ante el inminente regreso de Fernando VII, con el objeto de imponerse al monarca (última esperanza de los absolutistas por restablecer el antiguo régimen). Así, la Regencia marca el itinerario que el monarca deberá seguir en su regreso, los honores con que deberá ser recibido y el juramento de la Constitución de 1812 como paso previo para su reconocimiento.
- 1831 — En el medio de una noche con tempestad, se encuentra el bergantín Guadalete, dándose la orden de calar los masteleros de juanete, por efecto de un golpe de mar se cae al mar un gaviero, el alférez de navío don Francisco Armero, grita « ¡Sígame el que quiera! » y lo hacen otros cuatro marineros, arrían el bote y a pesar de las grandes olas, se pone de manifiesto la pericia marinera de todos los que iban en él, se pierden de vista del bergantín y pasadas dos horas largas, se les descubre que regresan con el hombre caído, pero como sería la fuerza del mar, que al estar a punto de abarloarse para desembarcar, un golpe de mar destroza el bote contra el casco de bergantín, a pesar de ello ya desde éste se habían lanzado cabos, y tirando de ellos los compañeros desde el bergantín los rescatan a todos. (Martínez-Valverde, C.)
- 1582 — Intento de regicidio, cuando el sacerdote Martín Merino intenta sin conseguirlo apuñalar a doña Isabel II. (García Luaces, P.)
Santoral: La Purificación de la Virgen, Presentación del Señor, Catalina de Ricci, Cornelio, Lorenzo, Flósculo, Cándido, Fortunato, Feliciano, Firmo, Aproniano y Juana de Lestonnac.