Combate Trafalgar Parte oficial navío San Agustín 1805
De Todoavante.es
Combate Trafalgar Parte oficial navío San Agustín
Parte de su Comandante D. Felipe Jado Cagigal
« Excmo. Sr.: Las diferentes contusiones y particularmente las heridas de la cabeza, no me permiten sino con mucho trabajo ordenar los varios acontecimientos del combate sostenido en la tarde del 21 del mes pasado sobre el navío San Agustín, que he tenido el honor de mandar. Formada la escuadra en línea de batalla orden inverso, mura a babor, ocupaba en ella este navío la cabeza del centro de la Armada, por la proa del Trinidad.
Una de las columnas en que se desplegaron los enemigos se dirigió al medio de la vanguardia, recorriendo desde allí por barlovento hasta las tres poco más o menos, hora en que habiendo desfilado, toda la línea enemiga y atacado el navío Trinidad, cortando el centro por aquella parte y abrumándole sobre manera, mandé pasar la gente a estribor, y, por señal del Trinidad de arribar y sostenerle de su desventaja, así lo ejecuté, dirigiéndome derechamente sobre un navío de tres puentes que le batía por estribor, a quien a las primeras descargas, hechas con todo ardor y acierto, le rompimos parte de las vergas; pero al fin rendido el Trinidad, se emplearon contra el San Agustín los dos navíos de tres puente que por babor y estribor le batían, tomando nuestras aletas y enfilando unas baterías, en las que quitaron una porción de cascabeles a los cañones, a quienes se les contestaba con las miras de popa y algunos cañones de esta parte, pues era preciso además de continuar el fuego por el costado contra otros dos navío de 80 que por estribor y mura de la misma banda nos acribillaban a metralla.
Rompido el centro y rendidos algunos buques de él, se replegó el enemigo en número de cinco navíos sobre éste, que sostuvo su fuego hasta más de las cinco de la tarde, que fue preciso ceder a tanta superioridad y a dos repetidos y continuados abordajes, pues aunque al primero fueron rechazados con pérdida de un Oficial, varios muertos y algunos prisioneros, al segundo ya no pudo oponérsele suficiente gente, por hallarse ocupada en las baterías la poca que restaba continuando el fuego contra los otros buques que me estrechaban más y más.
En conclusión, Excmo. Sr. Desarbolado del palo de mesana, faltos de los obenques y maniobra, pasados con multitud de balazos los de mayor y trinquete; desmontados muchos cañones del alcázar y barridos sus sirvientes disminuidos notablemente; haciendo agua por algunos cañonazos recibidos a su flor; después de haber apagado el fuego que se insinuó en la santabárbara y en otros aparejos; restablecido el orden que se había turbado por un poco con estos terribles accidentes; herido yo, mi Segundo, el Oficial de alcázar, el Comandante de la segunda batería, el de la toldilla, y casi todos contusos, al fin sin recurso alguno, rodeado de fuerzas tan superiores y en tan mal estado, se rindió el navío San Agustín (pero con la satisfacción de no haber arriado la bandera del Rey, que con el palo de mesana fue al agua) después de cinco horas de combate, para que al último pereciese de un modo que permitiese salvar el corto residuo de su benemérita tripulación.
Así fue que en aquella misma noche cayeron todos los palos y bauprés, haciendo tal cantidad de agua que era forzoso emplear todas las bombas para su conservación a flote. Efectivamente, salvada la gente con precipitación en los buques enemigos, fue quemado el navío (según he visto con placer, ya que mi constancia no bastó a salvarle o sumergirle en la acción, de que no estuvo muy distante) el día 29 del pasado, por no haberse podido ejecutar antes el trasbordo de su equipaje a causa del temporal que sobrevino y aguantó milagrosamente sobre la costa sólo con aquel estrecho y delicado fin.
Acompaño adjunta la noticia de los Oficiales muertos y heridos en la acción y sus resultas, que aunque no puedo fijar los incidentes sobrevenidos, el número de la tripulación y guarnición aproximadamente aseguro fueron ciento ochenta muertos, doscientos heridos y gran parte contusos. Esto fue lo que se hizo en este navío, y pago que no puedo elogiar mejor como debo a todos mis Oficiales, que diciendo sencillamente que todos ellos concurrieron a esta acción respectivamente con todos sus esfuerzos y empeño recíproco, sin que me hayan dejado nada que desear.
A los dos días me trasbordaron con mi Segundo y algunos Oficiales al navío de tres puentes Brednó, tratándonos con miramiento, y por Gibraltar llegué a esta ciudad antes de ayer, aun no bien restablecido. — Es cuanto puedo participar a V. E. acerca de este combate en que acabó para todos el navío San Agustín que mandé. — Dios guarde a V. E. muchos años. — Cádiz y noviembre 3 de 1805. — Felipe Jado Cajigal (rubricado)
Parte del Comandante de la batería del alcázar del San Agustín.
Este navío se hallaba en la línea y por la proa del navío Trinidad, mura a babor. A las doce y cuarto rompimos el fuego por esta mura a la columna enemiga que venía corriendo la línea de vanguardia a centro según iban pasando. El fuego de nuestra batería fue muy vivo, y a mi parecer con el mayor acierto, duró hasta las dos y media o tres de la tarde, que a esta hora el navío Trinidad nos hizo la señal de arribar, para sostenerlo en la acción, lo que verificamos inmediatamente, rompiendo el fuego por estribor a un navío de tres puentes que batía al Trinidad, por la misma banda, a quien hemos hecho las averías de rendirle parte de sus vergas a las primeras descargas; de allí a poco rato, el navío de tres puentes que batía al Trinidad por babor, rendido éste se situó a batirnos por la aleta de este lado, y el de tres puentes también que lo batía por estribor tomó la otra aleta nuestra, habiéndose puesto al costado de estribor un navío de 80; nos desarbolaron del palo de mesana, hallándose los demás palos y vergas con muchos balazos en disposición que al día siguiente desarbolamos de ellos el bauprés, habiéndonos desmontado un obús y cuatro cañones de mi batería del alcázar a estribor.
Tres veces fue barrida la toldilla de marinería y tropa, y en ella fue herido el difunto Alférez de Navío D. Ramón Echague por las continuas descargas de balas y metralla hechas por los tres navíos, y poco menos en el alcázar, pues apenas quedó gente para servir la poca artillería que quedaba útil; el Comandante, el Segundo y yo fuimos heridos, aunque levemente. De la tropa y marinería me parece haber muerto muchos, aunque no puedo dar razón del número. El navío se rindió de cuatro y media a cinco de la tarde, de lo que no puedo dar noticia por estarme curando en la enfermería.
— Cádiz, 4 de noviembre de 1805. — Pedro Núñez (Rubricado)
Parte del Comandante de la segunda batería del navío San Agustín.
El navío San Agustín, situado en la línea de batalla mura a babor, por la proa del Trinidad, rompió el fuego a las doce y minutos a la columna enemiga que corría nuestra línea de vanguardia a centro; el fuego se hizo con la mayor actividad, y duró hasta cerca de las tres de la tarde, hora en que mandé pasar gente a la banda de estribor, pues ya no teníamos objeto de babor; inmediatamente empezamos a batir a un navío de tres puentes de los que batían al Trinidad, uno por estribor, el que hallándose ya rendido el Trinidad tomó nuestra aleta de estribor, y el otro de tres puentes también se le batía por la otra banda, tomó la babor; y después vino un navío de 80 y nos empezó a batir por el costado, haciendo mucho estrago en la batería; me desmontaron dos cañones, y llevaron a siete los cascabeles. A las cuatro y cerca del cuarto recibí una contusión en el vientre que me hizo pasar a curarme a la enfermería, y de allí a un largo rato bajó herido el segundo Comandante, D. José Brandáriz, el que me dijo estaba ya rendido el navío. La pérdida de gente de mi batería fue considerable, cuyo número no puedo señalar.
— Cádiz, 4 de noviembre de 1805. — José Va Rey (rubricado)
Parte del Oficial al mando de los cuatro primeros cañones por popa en la primera batería del navío San Agustín
El navío se hallaba situado en línea por la proa del Trinidad, mura a babor, a las doce y cuarto poco más o menos, rompimos el fuego por la misma banda de la columna enemiga según iban pasando, que corría más nuestra línea de vanguardia a centro; nuestro fuego fue vivísimo y al parecer con mucho acierto; el cual duró hasta las dos y media o tres de la tarde, que faltándome objeto a babor hice pasar mi gente a estribor para batir un navío inglés de tres puentes que hacia un fuego vivísimo al Trinidad por la misma banda, y vi luego que otro de igual porte al primero lo batía por la otra banda; uno y otro, rendido el Trinidad, se situaron en disposición de batir nuestras aletas, y otro de 80 nos presentó el costado, que nos hizo un fuego vivísimo, al que correspondimos con igual viveza, y con las miras de popa batimos siempre que teníamos objeto a los de las aletas; desmontaron dos de mis cañones a estribor, haciendo grande estrago en la gente que los servían; se incendió un cartucho sin saber cómo hallándome al pie del tercer cañón de mi batería, que inutilizó todos sus sirvientes e incendió el costado, que procuré apagar a fuerza de agua y vino tanto exterior como interiormente, y atribuyo este incendio a alguna granada o taco del enemigo.
El navío se rindió de cuatro y media a cinco de la tarde; de lo demás ocurrido en la batería nada puedo decir, por no haber salido de mi puesto durante el combate y vivir entonces el Comandante de ella, que dicen murió al embarcar en un bote inglés.
— Cádiz y noviembre 4 de 1805. — Vicente de la Lama y Montes (rubricado)
Bibliografía:
González-Aller Hierro, José Ignacio. La Campaña de Trafalgar (1804-1805) Corpus Documental. Ministerio de Defensa. Madrid, 2004.
Lon Romeo, Eduardo.: Trafalgar (Papeles de la campaña de 1805). Excma. Diputación Provincial. Zaragoza, 2005. Facsímil.
O’Scanlan, Timoteo.: Diccionario Marítimo Español. Museo Naval. Madrid, 1974. Facsímil publicado en el año de 1831.
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