Habanera (1825)

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Dibujo de una goleta, eran los buques de la Armada más rápidos por su velamen y por tener muy poco calado, profundidad del casco en el agua, llevaban dos palos con velas cangrejas, vela de forma trapezoidal, inclinada en la parte superior, más alta hacía popa, que se anuda a éste palo, así como al árbol o palo normal y por bajo a otro palo llamado botavara, de forma que se podía orientar y navegar casi cara al mismo viento, de ahí que fueran los elegidos para las misiones más rápidas, como correos reales o llevar noticias de declaraciones de paz o guerra, así como participar en ellas casi siempre muy pegadas a la costa, lo que les permitía su muy poco calado incluso refugiarse de un enemigo en cualquier lugar por muy poca profundidad que hubiera, eran los mosquitos que picaban cuando les convenía a ellos, no al enemigo, solían llevar como mucho cuatro cañones y pequeños.

Construcción:

Historial:

En 1825 se encontraba entre las unidades del apostadero de la Habana. Formó división, mandada por el brigadier don Ángel Laborde, con varias fragatas y efectuó varias salidas contra los corsarios.

El 19 de febrero de 1826 zarpa de la Habana rumbo a Santiago de Cuba con cuatro fragatas, Lealtad, Iberia, Perla, Casilda, y la corbeta Zafiro. Llevaban tropas y la comisión de combatir a los corsarios enemigos. En este puerto se incorporó a la división de Laborde el navío Guerrero, llegado el 19 de marzo. La división se hizo a la vela de Santiago de Cuba, visitó el puerto de Kingston, Jamaica, y realizó patrullas por la costa de Tierra Firme, ocupada por el enemigo, hasta su regreso a la Habana el 27 de junio.

El 28 de agosto de 1826 zarpó de la Habana con la escuadra de Ángel Laborde, el cual izó su insignia en el navío Guerrero. El resto de la escuadra estaba compuesta por cinco fragatas, Sabina, Casilda, Lealtad, Iberia y Perla. Llevaban tres mil hombres con el objeto de desembarcarlos en Nueva España y recuperar los territorios perdidos frente a los insurgentes. Un temporal dispersa la escuadra una vez desembocado el Canal Nuevo de Bahama los días 4, 5 y 6 de de septiembre. El navío Guerrero quedó desarbolado, y navegando con bandolas llegó a Puerto Rico, a cuyo puerto fueron llegando el resto de los buques de la escuadra. La goleta Habanera, que estaba mandada por el alférez de navío don Antonio Godoy, naufragó cerca del puerto de Charleston, perdiéndose toda la tripulación. Se quitó de las listas de la Armada el 2 de enero de 1828.

Bibliografía:

Gaceta de Madrid, nº 62. Cádiz, 12 de mayo. Publicado el Martes, 23 de mayo de 1726, página 245.

Gaceta de Madrid, nº 71. Cádiz 3 de junio. Publicado el Martes, 13 de junio de 1826, página 281.

Bordejé y Morencos, Fernando de.: Crónica de la Marina española en el siglo XIX, 1800-1868. Tomo I. Ministerio de Defensa, Madrid, 1999.

Fernández Duro, Cesáreo.: La Armada española, desde la unión de los reinos de Castilla y Aragón. Tomo IX. Museo Naval. Madrid, 1973.

Fernández Duro, Cesáreo.: Naufragios de la Armada española. Madrid, 1867.

Paula Pavía, Francisco de.: Galería biográfica de los Generales de Marina. Madrid, 1873.

Compilada por Santiago Gómez.

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