Cadiz-Gibraltar holandeses 25 Abril 1607
De Todoavante.es
Cádiz-Gibraltar holandeses 1607
Encontrándose aquí recibió don Juan Álvarez de Avilés un despacho del Duque, avisándole de la presencia de treinta y cuatro velas doblando el cabo de San Vicente de ellas veintiséis eran grandes galeones holandeses. Y le adjuntaba una Real orden por la que S. M., decidía dada la inferioridad de la escuadra del Estrecho, se protegieran en la bahía de Algeciras ‹en fortaleza›.[1]
Esta decisión no era muy acertada y ante la duda convocó Consejo de Guerra, efectivamente don Tomás Guerrero de la Fuente capitán de mar y guerra nacido en Málaga, fue quien comenzó y después le siguieron otros. Guerrero dijo: «…en el caso de que los buques enemigos atacaran al mezclarse con los españoles la artillería de las fortalezas no podrían abrir fuego, por lo que no era conveniente y lo mejor era fondear, pero listos a dar las velas en cuanto hubiera oportunidad, ya que al ser más pequeños navegaban más rápidos y esta ventaja se perdía de obedecer esa orden.» pero se impuso la decisión del Rey, dado que desde hacía tiempo el almirante Villamarí y el mismo Andrea Doria, demostraron que formar ‹en fortaleza› daba muchas ventajas.
Así se cumplió y se formó una primera línea con los cinco buques más grandes y los restantes cinco quedaron en retaguardia acoderados. En esta disposición se encontraban la tarde del 25 de abril, cuando los holandeses entraron en la bahía impulsados por un inmejorable viento del Oeste, acortando tan rápidamente las distancias que a nadie le dio tiempo ni de abrir fuego, por ello sucedió lo que se temía el almirante Guerrero, los artilleros de los fuertes se convirtieron en puros espectadores del combate, pues al estar tan cerca de tierra la artillería de estos estaba en desenfilada, no pudiendo por ello proteger a los buque. De esta forma la Capitana fue atacada por cuatro enemigos, los mismos a la Almiranta, igualmente al galeón Madre de Dios y tres a los Portuguesa y Campechana, no teniendo en cuenta para nada a la segunda línea, al estar a tiro de arcabuz fue cuando abrieron fuego al mismo tiempo ambos combatientes.
El combate fue duro como todos, pero aquí la desigualdad entre los dos contendientes casi ni se entendía, pues la capitana fue abordada varias veces por las dotaciones de los cuatro enemigos que le rodeaban y otras tantas trasbordaron maltrechos a sus buques, e incluso abordaron los españoles, sólo que reforzados los bátavos los devolvieron a su galeón, llegó un momento en que las fuerzas flaqueaban y habiendo muerto el General don Juan Álvarez el gobernador de la Infantería don Diego de Aguilar y Castro, el sargento mayor don Pedro Álvarez de Herrera y casi todos los oficiales, fue cuando le pegaron fuego al galeón español consiguiendo tomar el estandarte Real, pero la noche se les echaba encima y tuvieron que abandonar la bahía.
Al siguiente día, los españoles dieron al fuego a la capitana, más las cinco presas que se encontraban en puerto, para impedir que los holandeses las pudieran recuperar, de echo lo intentaron con mucho valor, con embarcaciones pequeñas, pero la respuesta española a pesar de las pérdidas, aún fue apresado un patache por estar demasiado cerca del muelle.
Las bajas españolas fueron en total trescientos cincuenta entre muertos y heridos, pero los holandeses no tuvieron menos y entre ellos también a su almirante Jacob van Heemskerk, en quien impacto una bala de cañón quedando destrozado su cuerpo.
Posteriormente se supo que enterraron doscientos cuerpos en la población de Tetuán.
- En la obra citada de Fernández Duro, en su tomo III, páginas 235 y 236, nos hace una larga nota donde explica de este acontecer diciendo: No faltan relaciones del combate de Gibraltar, a parte de la correspondencia del Duque de Medina-Sidonia, ante citada. Se conservan cartas del corregidor de la plaza y del cura de la iglesia mayor, entre varias de la Colección Navarrete, t. XII, núm. 3; de la de Jesuitas de la Academia de la Historia, t. CXXXII, número 19, y la de Salazar, N. 14. Cabrera de Córdoba insertó algunas en sus Relaciones, páginas 301, 304; mas D. Luis García Martín, en su estudio histórico de Gibraltar, publicado en la Revista científico militar, t. VI, Barcelona, 1883. Los escritores de Holanda reconocen haber sido realmente feroz el tratamiento de los prisioneros, excusándolo en el concepto de que la ferocidad ha producido grandes acciones en la mar, y las de españoles y holandeses, que por entonces no daban cuartel, hubieran causado admiración aun á los romanos. Por dicha, dejó oírse la voz de la humanidad al tratar de la suspensión de armas este año de 1607, y por ello, tomando la iniciativa Vander Hoef, se canjeó á Juan Álvarez, capitán de la capitana, hijo del general, con algunos otros prisioneros, por los que estaban en la plaza de Gibraltar. El cadáver de Heemskerk fué llevado á Holanda en una pinaza y enterrado honrosamente en Amsterdam. Sus compatriotas, muy dados á la conmemoración artística, acuñaron medallas representando el combate y poniendo en el reverso una nave desarbolada con el lema Servat vigilantia concors. Otra leyenda latina explicaba que «por la voluntad de Dios, grande y bueno, bajo los auspicios de los ilustres Estados generales de las Provincias Unidas de los Países Bajos, el héroe Jacobo de Heemskerk, en el estrecho de las Columnas de Hércules, á vista de la ciudad de Gibraltar venció, quemó y destruyó completamente los navíos españoles que hasta entonces se creyeron invencibles, sin haber perdido más que muy pocos hombres, que murieron gloriosamente con él en 25 de Abril de 1607».
- Más que los directamente interesados exageraron las circunstancias y las consecuencias de la función oficiosos corresponsables extranjeros avecindados en España, entre ellos un francés anunciando haber entrado Heemskerk en Cádiz (después de muerto) y haber colgado de las entenas á los agentes de la Inquisición. Su curiosa misiva se titula: Disurs de la rencontre de deux armées navales d'Espagbe et de Holande, et des succés de leur combat, faicet au destroict de Gibraltar le 7 May 1607 (sic), á Paris, chez Ieremie Perier. Pero en el particular nada iguala al desenfado de nuestro historiador Matías de Novoa, mencionado al principio de este capitulo, que escribía (Documentos inéditos para la historia de España, t. LX, pág. 363): «Procediase con tibieza en los Estados, si bien los holandeses, por no dejar de seguir el curso de robar en el Océano, enviaron algunos bajeles de guerra á molestar las costas de España, que en número de 32, y desbaratados, arrojo á las costas de África, con sólo 10 navíos, el almirante D. Juan Álvarez de Ávila, soldado de envejecida experiencia y militar consejo.» ¡Qué sandez!
- En el Museo de Pinturas de Amsterdam se colocó un lienzo de H.C.Vroom representando el combate de Gibraltar y muerte del almirante Heemskerk.
- En la obra La Armada Invencible, t. 1. Ahora, recordando el modo con que trataba á los que estaban á sus órdenes, se fijaban en la frase de ser tenido por traidor escrita en el mandato al general Álvarez de Avilés para amarrar la escuadra en Gibraltar, como se hizo.
- Lope de Vega, La Gatomaquía.
Cada cual opine.
Notas
- ↑ Esto significa fondear lo más cerca posible de la costa para ser protegidos por la artillería de los castillos y evitar ser doblados por unidades más pesadas, los galeones muy juntos para evitar los abordajes, además de fijar unos cables entre ellos, para que el enemigo no rompiera la línea de batalla y permitir mantener siempre un costado al enemigo, no viéndose obligados a dividir la dotación sobre las dos bandas, aumentando con ello la cadencia de fuego.
Bibliografía:
Fernández Duro, Cesáreo.: La Armada Española desde la unión de los reinos de Castilla y Aragón. Est. Tipográfico «Sucesores de Rivadeneyra» 9 tomos. Madrid, 1895-1903.
Guardia, Ricardo de la.: Notas para un Cronicón de la Marina Militar de España. Anales de trece siglos de historia de la marina. El Correo Gallego. 1914.
VV. AA.: Colección de documentos inéditos para la historia de España. Facsímil. Kraus Reprint Ltd. Vaduz, 1964. 113 tomos. Utilizado el tomo 60. Historia de Felipe III por Bernabé de Vivanco. Pág. 404. Esta obra es conocida como el CODOIN. Abreviatura de Colección de Documentos Inéditos de la Historia de España.
Todoavante ©