C-2 (1928)
De Todoavante.es
Construcción:
Los submarinos de la clase “C” fueron construidos en astilleros españoles, en Cartagena, por la SECN. Nacidos de la Ley Miranda de 1915, que proyectaba la creación de una fuerza submarina de 28 unidades. La ampliación de los plazos y las asignaciones presupuestarias dadas por una nueva ley el 11 de enero de 1922, permitió que se pudieran construir estos seis nuevos submarinos.
Los submarinos de la clase “C” pertenecían al tipo Holland norteamericano, y fueron un desarrollo mejorado de la clase “B”, en velocidad, autonomía, rapidez y cota de inmersión y armamento.
Desplazaban 915 toneladas en superficie y 1.150 en inmersión. Medía 75,3 metros eslora, 5,6 de manga, 5,64 de puntal, 5,80 de calado medio. La dotación era de 40 hombres.
Propulsados por dos motores diesel de 1.000 caballos y dos eléctricos de 375 caballos cada uno, propulsaban a las dos hélices una velocidad máxima en superficie de 16,5 nudos y 8,5 en inmersión. Su autonomía era de 6.800 millas a 10 nudos y 320 a 16 nudos en superficie, y 150 millas a 4,5 nudos en inmersión. Tenía una cota máxima de 80 metros de profundidad.
Estaba armado con un cañón Vickers de 76 mm, un antiaéreo desmontable y 6 tubos lanzatorpedos, cuatro a proa y dos a popa, con torpedos de 533 mm Whitehead. Podían llevar otros cuatro torpedos de reserva.
Historial:
Se colocó su quilla en Cartagena el 15 de septiembre de 1923. Fue botado el 4 de marzo de 1928 y entró en servicio en la Armada el 19 de julio de 1928. Fue su primer comandante el capitán de corbeta don Pablo Ruiz Marset, desde el mismo día de su entrega.
A finales de julio de 1928 salió de Cartagena con los seis submarinos de la clase “B” y el C-2, mandados por el capitán de navío don Mateo García de los Reyes. Después de hacer una escala en Cádiz, se desplazaron al Cantábrico para realizar maniobras. El 8 de agosto embarcó la familia Real en el submarino C-1, realizando inmersiones cerca de Santander. De regreso al Mediterráneo, visitaron los puertos de Ferrol, Marín, Vigo, Ceuta y llegaron a Cartagena el 26 de septiembre.
En los meses de octubre y noviembre de 1928 realizó con la escuadra unas maniobras en el Mediterráneo. A primeros de noviembre fondearon en Palma de Mallorca. Finalizadas las maniobras, entraron en Barcelona para dar descanso a las tripulaciones en la segunda semana de noviembre.
En mayo de 1929 asistieron los submarinos C-1, C-2 y C-3 a las exposiciones de Sevilla y Barcelona. Los mismos submarinos, junto al C-4, tomaron parte en las maniobras de la escuadra en el Mediterráneo en los meses de septiembre y octubre de 1929.
A mediados de agosto de 1930 llegaron a Ferrol, procedentes de Cartagena, los seis submarinos de la clase “C”, donde participaron en las siguientes maniobras, que se desarrollaron en el Cantábrico en los meses de septiembre y octubre de 1930. El 6 de agosto de 1930 se había puesto al mando del capitán de corbeta don Fernando Pérez Cayetano.
De nuevo en Cartagena, los submarinos siguieron realizando ejercicios. A primeros de noviembre de 1930 salieron de Cartagena rumbo a Mahón los submarinos C-1 y C-2 escoltados por el cañonero Laya y el torpedero Nº 20. Estos buques realizaron varios ejercicios en las islas Baleares. En el mes de febrero de 1931 entraron estos dos submarinos en el dique de Mahón para limpiar fondos. El 28 de octubre se puso al mando del capitán de corbeta don Pedro Aubarede Leal.
El 1º de abril de 1932 embarcó en el submarino el presidente de la República don Niceto Alcalá Zamora y salió a la mar con el submarino C-2. Presidió la exhibición de una boya para salvamento de tripulaciones en aguas de Palma de Mallorca.
En el mes de junio de 1933 se iniciaron las maniobras de la escuadra y finalizaron el 6 de julio. Tomaron parte cuatro cruceros, nueve destructores, el portahidroaviones Dédalo, varios buques menores y los submarinos C-2, C-3, C-4, C-5, C-6, B-5 y B-6. El 28 de octubre de 1933 se puso al mando del capitán de corbeta don Felipe Pinto Gómez.
En los meses de mayo y junio de 1934 se realizaron unas maniobras en la escuadra en las que participaron los seis submarinos de la misma clase “C”. En el verano de 1935 realizaron los seis submarinos un viaje de instrucción en los que visitaron varios puertos españoles y extranjeros. Salieron de Cartagena el 29 de julio al mando del capitán de fragata don Guillermo Guimerá Bosch, mandado el C-2 por el capitán de corbeta don Felipe Pinto. La escuadrilla llegó a Melilla el 31 de julio, permaneciendo en el puerto hasta el 3 de agosto, que zarparon rumbo a Cádiz, llegando el día 5 de agosto. Siguiendo su travesía, salieron de Cádiz el 7 de agosto y llegaron al puerto británico de Plymouth a mediados del mes. Tras un crucero por el Atlántico, en el que recalaron en Brest, regresaron a Ferrol para después poner rumbo a las islas Canarias. Visitaron los puertos de Dakar, Villa Cisneros, Las Palmas y Larache. Finalizaron el crucero en Cartagena en el mes de septiembre. A finales de octubre de 1935 se nombre como comandante al capitán de corbeta don Juan García de la Mata Pérez. En la primera quincena del mes de mayo de 1936 realizó la escuadra, al mando del vicealmirante don Javier Salas, unas maniobras en las islas Canarias. Tomaron parte varios submarinos, entre ellos el C-2. Finalizadas las maniobras, regresó a Cartagena. En julio de 1936, cuando comenzó la guerra civil, se encontraba en la división de Cartagena, el C-2 en periodo de alistamiento. El 23 de julio se incorporó a los submarinos salidos de Cartagena el día 18 para patrullar las aguas del estrecho. En esos días se habían levantado las dotaciones contra los oficiales partidarios de la sublevación. El 15 de agosto fue asesinado el comandante del submarino, el capitán de corbeta don Juan García de la Mata Pérez y su segundo el alférez de navío don Tomás Bustillo Delgado. Mientras el resto de los submarinos de la clase fueron desplazados al Cantábrico, los submarinos C-1 y C-2 quedaron en el Mediterráneo, operando en la zona de Málaga en la segunda mitad de agosto. Realizó varias patrullas por el estrecho y el Mediterráneo, junto a varios destructores y el submarino B-5. Realizó algunas acciones que puede clasificarse como éxitos, como la prohibición de descargar en Larache al mercante alemán Sebu el 28 de julio o evitar la entrada del mercante Lahneck en Sevilla en agosto. Pero tuvo que retirarse ante la presencia de escoltas cuando pretendía detener cerca de Melilla al italiano Nereide, defendido por el destructor Da Noli o al británico Marklyn, protegido por dos destructores. El 11 de septiembre de 1936 salió de Cartagena rumbo al Cantábrico al mando del alférez de navío don José Ferrando Talayero, cargado con armas y municiones. Después de realizar servicios de poca importancia o relevancia, en el mes de octubre pasó a Bilbao a esperar la llegada de repuestos, al tener las baterías en mal estado. El 10 de noviembre de 1936 se puso al mando del teniente de navío don Eugenio Calderón Martínez. Los buques surtos en el puerto son atacados por la aviación nacional, derribando la artillería del C-2 uno de los trimotores. Llegaron los repuestos a Bilbao en abril de 1937 a bordo de una mercante británico y quedó reparado el submarino a finales de mayo, pasado a Santander a mediados de junio, desde donde realizó varias patrullas. El 6 de julio de 1937 tomo de nuevo el mando el teniente Ferrando Talayero, pasando el teniente Calderón al submarino B-5. A finales de agosto se desplazó a Gijón con los submarinos C-4 y C-6. Un bombardeo aéreo dañó el 26 de agosto a los tres submarinos en el puerto de Musel, Gijón. Con el pretexto de reparar sus averías, entró en Brest el 1º de septiembre. La noche del día 18 intentaron sin éxito apoderarse del submarino varios hombres del bando nacional en colaboración con su comandante, el teniente de navío don José Luis Ferrando Talayero. Al día siguiente fue sustituido por el capitán de corbeta don Pedro Prado Mendizábal y en noviembre se dirigió a Saint Nazaire para completar las reparaciones. Permaneció en Francia hasta el 17 de junio de 1938 a causa de las muchas averías, la mayoría eran sabotajes de los partidarios de los nacionalistas. El 1º de enero de 1938 se había puesto al mando del oficial soviético Nicolai Pavlovich Egipko, alias Severino Moreno, con el que zarpó rumbo al Mediterráneo y llegó a Cartagena el 26 de junio. Allí tomó su mando otro oficial soviético, Vladimir Alekseevich Egorov, que tenía el seudónimo de Juan Valdés. Después de realizar nuevas reparaciones, comenzó a patrullar la zona del estrecho y el Mediterráneo a partir de mediados de agosto. Recaló en varios puertos, como Barcelona, Mahón y Cartagena. El 5 de marzo de 1939, durante la sublevación que se produjo contra el gobierno republicano en Cartagena, el submarino se encontraba en el arsenal, por lo que no zarpó con la escuadra rumbo a Bizerta. El capitán de corbeta Monreal se encontraba al mando del submarino de forma accidental. Cuando los republicanos de hicieron con el control del arsenal, zarpó con el submarino y algunos sublevados el 6 de marzo y se entregaron el día 7 a los nacionales en Palma de Mallorca. Finalizada la guerra, se puso al mando del teniente de navío don Luis Huerta de los Ríos, sustituido el 24 de junio de 1940 por el capitán de corbeta don Juan Bonelli Rubio. Realizó maniobras con la escuadra. En una de ellas, en junio de 1946, se hundió el submarino C-4 en las islas Baleares. El C-2 estaba al mando, desde enero de 1946, del capitán de corbeta don Antonio Azarola Fernández. A mediados de abril de 1941 se puso al mando del capitán de corbeta don José Luis Pérez Cela, sustituido en enero de 1942 por el del mismo empleo don Oscar Scharfausen Kebbon. A primeros de octubre de 1947 se puso al mando del teniente de navío don Manuel González-Sicilia de Juan. Dejó el mando el 28 de agosto de 1948. A finales de febrero de 1948 fue reclasificado como buque de superficie, siendo destinado en el día 8 de septiembre a la Escuela de Mecánicos de Ferrol, sustituyendo al submarino B-2 como buque de prácticas. Fue dado de baja en junio de 1951. Se hundió en Estaca de Bares cuando era remolcado a Avilés para ser desguazado.
Bibliografía:
Aguilera, Alfredo y Elías, Vicente.: Buques de guerra españoles, 1885-1971. Editorial San Martín. Madrid, 1980.
Cayuelas Robles, Ramón.: Relatos inéditos de los submarinos republicanos en la guerra civil española: C-5 y C-2. Editorial Club Universitario, 1999.
Cervera Pery, José.: La guerra naval española (1936-39). Editorial San Martín. Madrid, 1988.
Diarios ABC, La Vanguardia.
González, Marcelino.: 50 Barcos españoles. Fundación Alvargozález. Gijón, 2009.
González, Marcelino.: Otros 50 barcos españoles. Fundación Alvargonzález. Gijón, 2012.
Compilada por Santiago Gómez.