Martín de Retamosa y de la Rosa, Julián Biografia
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Biografía de don Julián Martín de Retamosa
Teniente general de la Real Armada Española.
Comandante General del Cuerpo de Ingenieros.
Caballero profeso de la Real y Militar Orden de Alcántara.
Orígenes
Nació en la ciudad departamental de Cartagena en el año 1747, por estar aquí destinado su padre, don Carlos, Comisario Real de Guerra y Marina y quien apuntó aquel cañón que echó al fondo al brulote Anne Galley lanzado por los británicos contra el Real Felipe, en el combate del día 22 de febrero del año 1744, llamado del Cabo Sicié en el cual a pesar de la superioridad numérica, abandonó las aguas muy maltratados sus bajeles.
Hoja de Servicios
Al cumplir los quince años elevó petición de la Carta-orden para su ingreso en la Corporación, pero se fue dilatando la gracia, por ello enterado el Marqués de la Torre, lo admitió como cadete en su regimiento de infantería de Lombardía el día 18 de mayo del año 1764.
Con su unidad pasó a la ciudad e Barcelona, donde se dedicó al estudio de las matemáticas, y estando en ello, recibió la anhelada orden de ingreso en la Real Armada con fecha del día 31 de diciembre del año 1766, pero se negó a cumplirla, pues en esos momentos ostentaba el grado de teniente en el regimiento de Dragones de la Reina.
En día 7 de julio del año 1769 ingresó en la Real Armada, a petición suya y serle admitido su pase con el grado de alférez de navío, por la permuta con el oficial de este mismo grado don Vicente Soler, siéndole ordenado embarcar en la jabeque Garzota, perteneciente a la división de don Antonio Barceló, en el primer combate que tuvo lugar el día 6 de abril del año 1770, se le otorgó mandar la guardia, prosiguiendo en los combates que este insigne general mantuvo contra los argelinos.
Al terminar las hostilidades contra la regencia de Argel por la firma de un tratado de paz, le ordenaron desembarcar estando la división en su base de Cartagena, se le otorgó la habilitación del cuerpo de batallones, la cual desempeño como en todos sus anteriores mandos, con su acreditada integridad.
Un tiempo después se le otorgó el mando de la goleta San Francisco, realizando una campaña estando a las órdenes de don Francisco Velásquez de Velasco, al terminar ésta de nuevo se le destinó al Arsenal de Cartagena, para el estudio y vigilancia de la construcción naval, por sus conocidas dotes y estudios que había realizado, llegando en ausencia del ingeniero a cubrir su puesto en varias ocasiones.
En el año 1775, se le ordenó embarcar en la fragata Santa Dorotea, integrada en la escuadra al mando del general don Pedro de Castejón, participando así en una nueva acción de guerra contra la regencia de Argel.
En el transcurso de las operaciones, estaba al mando de una de las lanchas destinadas al transporte de las tropas para su desembarco, siendo la suya la tercera en llegar a embarrancar en la arena ante la vista del enemigo.
A continuación de dedicó, a recoger heridos y transportarlos de vuelta a los buques para su asistencia sanitaria, donde a su vez cargaba municiones y pertrechos, regresando al fuego para dejar la carga en apoyo del ejército, al mismo tiempo regresar a los buques con nuevas bajas, se le ordenaba regresar al campo enemigo con nuevas órdenes de sus superiores y más pertrechos, por ello durante todo el tiempo que duro la acción, permaneció en la mar yendo y viniendo, de los buques a las posiciones del ejército desembarcándolos; estando éste al mando del duque de Montemar.
Al regresar a Cartagena tuvo que ser desembarcado por contraer terciarias, estando casi recuperado se le entregó la Real orden del día 16 de marzo del año 1776, comunicándole su ascenso al grado de teniente de fragata, y con fecha del día 13 de agosto siguiente se le otorgó el mando de la bombarda San Eulalia, pasando a formar parte de la escuadra del marqués de Casa Tilly, participando en la expedición a las costas del Brasil, al mando del general Cevallos, tomando parte directamente en la toma de la isla de Santa Catalina, permaneciendo en aquellas aguas hasta ser firmada la paz con el vecino país de Portugal.
Por los méritos contraídos en esta campaña, se le entregó la Real orden del día 28 de febrero del año 1777, por ella era ascendido al grado de teniente de navío, regresó a la bahía Cádiz el día 19 de agosto del año 1778, entregando el mando de su buque por ser destinado como Ayudante del Subinspector del Arsenal de La Carraca, permaneciendo en este puesto hasta el día 1 de marzo del año 1779.
Encontrándose en su anterior destino recibió la Real orden del día 26 de septiembre del año 1778, en la que textualmente se le nombraba: « Oficial Sexto con honores de Cuarto y secretario del Rey con ejercicio de decretos de la Secretaría de Estado y del Despacho de Marina, por reflexión á su acreditada conducta, inteligencia y particular instrucción en los diferentes ramos de marina »
El día 12 de mayo del año 1781, se le ascendió a Oficial quinto.
El día 16 de septiembre del año 1781, se le ascendió a capitán de fragata graduado.
El día 23 de febrero del año 1782, se le ascendió a Oficial cuarto.
El día 21 de diciembre del año 1782, se le ascendió a capitán de fragata efectivo
El día 13 de noviembre del año 1784, se le ascendió a oficial Tercero Segundo.
El día 15 de noviembre del año 1784, se le ascendió al grado de capitán de navío graduado.
El día 4 de octubre del año 1788, se le ascendió a oficial Tercero Primero.
El día 14 de enero del año 1789, se le ascendió al grado de capitán de navío efectivo.
El día 16 de mayo del año 1789, se le ascendió a oficial Segundo.
En el mes de septiembre del año 1790, ordenó S. M. se construyera una fragata en el puerto de Mahón del porte de 34 cañones, diseñada por Retamosa.
El día 2 de noviembre del año 1793, se le ascendió a Oficial Primero Mayor de la Secretaria.
El día 9 de diciembre del año de 1794, se le ascendió al grado de brigadier.
En todo este periodo en la Secretaria, siempre estuvo ocupando el cargo de responsable de arsenales y astilleros, la construcción de los buques, más otras comisiones y encargos reales.
El día 5 de mayo del año 1796, se le ascendió al grado de jefe de escuadra, por ello tuvo que abandonar su puesto en el Arsenal y fijar su residencia en la Corte por expreso deseo de S. M., quedando a las órdenes directas del ministro de Estado.
Por Real orden del día 5 de octubre del año 1802, fue ascendido al grado de teniente general, pasado muy poco tiempo falleció don José Romero Landa, por ello S. M. le vino en nombrar Comandante General del Cuerpo de Ingenieros de la Real Armada.
Permaneció en este cargo hasta el año 1814, por ser nombrado Ministro de la Sala de Generales del Consejo Supremo del Almirantazgo, sin perder su anterior responsabilidad en el Cuerpo de Ingenieros.
Al ser disuelto el Almirantazgo (una vez más) por Real orden del día 22 de diciembre del año 1818, causada por la discordia en la Armada sobre la compra de la escuadra Rusa, se le nombró consejero del Supremo de Guerra, nuevo organismo sustitutorio del anterior, pero en esta ocasión sí quedó exonerado de su comandancia del Cuerpo de Ingenieros.
En el año 1821, cesó en el Tribunal especial de Guerra y Marina, quedando como director de la Junta de Gobierno del Montepío militar.
Cargo en el que permaneció hasta su fallecimiento, el cual tuvo lugar en la Villa y Corte el día 1 de febrero del año 1827, cuando contaba con ochenta años de edad de ellos sesenta y cuatro de muy honrados servicios a España.
Fue Caballero profeso de la Orden de Alcántara y estaba en posesión, de la Gran Cruz de San Hermenegildo, desde su creación en el año 1815, como recompensa a los muchos años y de sus buenos servicios prestados a la Patria.
Durante su cargo de Oficial Primero de la Secretaria y en la dirección de las construcciones navales, realizó algunos cambios en los proyectos y sistema del Ingeniero Naval don José Romero Fernández de Landa.
Basándose en sus reajustes del diseño anterior fueron botados, quizás los mejores navíos que han formado parte de la Real Armada española en todo el siglo XVIII, llegando a la máxima calidad en todos sus aspectos, estos buques fueron los navíos de 74 cañones Neptuno y Argonauta, realizándose posteriormente el Montañés, siendo considerado según expertos como el mejor de todos los buques de su categoría que nunca tuvo la Real Armada, llegando incluso a decirse que estos navíos fueron, por sus inmejorables condiciones como si del quinto sistema de construcción naval utilizado en España durante el siglo XVIII se tratara.
Bibliografía:
Alemparte Guerrero, Antonio.: La escuadra Rusa vendida por Alejandro I a Fernando VII en 1817. Cuaderno Monográfico del Instituto de Historia y Cultura Naval, nº 36. Madrid, 2001.
Enciclopedia General del Mar. Garriga. 1957. Compilada por el contralmirante don Carlos Martínez-Valverde y Martínez.
Enciclopedia Universal Ilustrada. Espasa. Tomo L pág. 1378. Madrid, 1923.
Mitiuckov, Nikolay W. y Anca Alamillo, Alejandro.: La escuadra Rusa adquirida por Fernando VII en 1817. Damaré Ediciones. Pontevedra, 2009.
Revista General de Marina. Mayo de 2005, página 690. Miscelánea 26.606, con las iniciales J. A. G. V.
Paula Pavía, Francisco de.: Galería Biográfica de los Generales de Marina. Imprenta J. López. Madrid, 1873.
Más datos de valiosa importancia aportados por don Santiago Gómez Cañas.
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