Armada real de Baia de Cadiz para la Mamora
De Todoavante.es
la salida que hizo el general
don Luis Faxardo, comendador del Moral,
con la armada real de Baiá de Cadiz
para la Mamora.
Cuando Timbreo con veloz carrera
Sale del Cancro, y al ardiente Leo
El curso lleva altivo apresurado,
Y en la obscura tiniebla ha comenzado
A competir con su calor Febeo,
Corriendo mas el velo en su alta Esfera,
Cuando de su primera
Esperança, la tierra al mundo ofrece
En palidas aristas granos de oro,
Y España alegre con ygual decoro
Celebra, ensalça, estima, y engrandece
A su ilustre Patrón el santo día
Del mar de Cádiz con veloz derrota
Suelta las riendas a su regia flota
El nuevo Eneas, que su gran Baiâ
Victorioso surgia,
Mas ya rompiendo el mar, le mira el Alba
Hazer a su hermosura alegre salva,
Alborotando a Marte, y juntamente
Del dios Neptuno el humedo Tridente.
Tremolan por el ayre los Pendones,
Flámulas, Gallardetes, y Vanderas,
Estandartes, Paveses, Labaros
Vense entre vidrio azul espejos claros
Formando mil alegres primaveras,
Con que esmaltan las húmedas regiones
Los fogosos cañones,
A la region nubifera subiendo
Densan los ayres puros, y sutiles
Suenan Pifanos, Caxas, y Añafiles
Entre el confuso, y animoso estruendo
Sale Tritón alborotando el mundo
Sobre el Plaustro que forman los Delfines
Y al son de las Trompetas, y Clarines
Vienen los dioses de lo más profundo,
Aqui al sin Segundo,
Aunque tercer Filipo el poder miran,
Y todos juntos con valor aspiran
A ensalçar tan Catolico Monarca
En cuanto mira el Sol, y el cielo abarca.
Las quillas de las Naves poderosas
Sintiendo el crespo Dios en sus espaldas,
Hecho un Alcides en tan gran camino,
Pide a Fabonio su favor divino,
Porque entre espuma, y verdes esmeraldas
Formen alegres las sagradas Diosas
Las triunfantes carrosas
Donde su Rey, queriendo engrandecerlas
Muestre en conchas de nacar, y corales
Con el azul zafir blancos cristales
Entre pinjantes de alabastro, y perlas.
Toca el Zefiro blando los Penoles,
Cuyo soplo sirviendole de espuelas,
Entona de los arboles las velas,
Que van formando blancos arreboles
Los dorados faroles
Con sus blandones en la noche obscura
Van mostrando la parte mas segura,
Hasta que Sintio desde el alta esfera
Del Africa descubre la ribera.
Apenas la divisa el Argonauta,
Cuando muestra el contento que atesora
El general gallardo, y animoso,
Que con esfuerço altivo, y valeroso
El pie quiere estampar en la Mamora
Con prevención prudente, astuta y cauta
El mapa, mide, y pauta
Para poder sondar la margen bella,
Que freno pone al puerto, oculta barra,
Aqui don Carlos el insigne Ibarra
Puso el primero la animosa huella
En la Africana arena, no teniendo
El peligro del mar, tocando a guerra
Tiembla el pirata, que en la inculta tierra
Para robar se va fortaleciendo,
Mas tal esfuerzo viendo
En juvenil edad, quedò assombrado,
Hecho un Marte, don Carlos ha llegado
Con bravo esfuerço, y con grandeza extraña
Dizen sus armas el valor de España.
Viendo el contrario que la margen pisa
El que procura su temprana muerte,
El puerto dexa por salvar la vida,
Cuando en Zalè quedando entretenida
La escuadra de galeras bate el fuerte,
Esta fue estratagema apercibida,
Para que socorrida
No fuese de su gente, ni en su suelo
Entrasse la Africana infanteria,
Aqui el Duque bizarro don García
Haze que suba su valor al cielo,
Y en tanto que gozaba desta gloria
Entre el estruendo belico sonaba
Una voz general, que pregonaba
Por nuestro gran Filipo la victoria:
Y viendo que es notoria
Del Español exercito la palma,
Luego el soberbio Rey sosiega y calma,
Por ver (con Magestad) los escuadrones
De armadas Naos y fuertes galeones.
Aqui la empressa, con valor seguida,
El famoso Agustin la escuadra parte,
Quando en el campo su Bastón gobierna
Con singular consejo, porque eterna
Quede su fama en bronces esculpida,
Ya el escuadrón de los soldados parte,
Con la industria y el arte
Del gran Maestre de campo, que distinto
En cada cual exercito ponia
Un bélico furor, que parecía
Sacaba a Marte de su cielo quinto;
Y mientras el con animo campea,
Cuando goza del puesto más seguro,
Se fabrica en la tierra un alto muro,
Que a los soldados sirve de trinchea,
A trechos se hermosea
De banderas gallardas y paveses,
Que viendo su hermosura en los arneses
Muestra con los reflejos que dilata
Rayos de luz que assombran al pirata.
Marchando llegan a la margen bella
De un caudaloso, y agradable rio,
Cuya corriente con veloz trofeo
Por dar tributo al aneroso Alfeo
Mezcla las aguas en su claustro frio,
Alli poniendo el Español la huella,
Al contrario atropella
Cuando humillando su soberbia altiva
Previenen petos, golas, coseletes,
Las cuerdas calan, cargan los mosquetes
Y su victoria con valor se aviva,
Porque en Africa viva el soberano
Nombre de nuestro César, gran Filipe,
Y a todas las naciones se anticipe,
El Moro tema, tiemble el Otomano,
El Gentil, El Pagano,
Y desde el nuestro al contrapuesto polo
Conozcanle por Rey único, y solo
(Pues lleva su fortuna viento en popa
Asia, America, Africa, y Europa).Bibliografía:
Ayrolo Calar, Gabriel de.: Pensil de Príncipes y Varones Ilustres. C. S. I. C. Madrid, 1945. Edición de Juan Antonio Tamayo.