Nino, Pedro Alonso Biografia
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Vino al mundo en la población de Palos de Moguer, actualmente provincia de Huelva, en el año del Señor de 1468.
Llevaba un tiempo realizando expediciones por la costa Atlántica del continente Africano, cuando se entero que en España se estaba preparando una exploración del propio océano Atlántico.
Por lo que en el año de 1492 se enroló en la tripulación de las tres carabelas al mando de Colón, con las que se realizó el consabido descubrimiento de las Américas, regresando después con el propio iniciador del descubrimiento don Cristóbal Colón.
El día diecisiete de junio del año de 1495, se hizo a la mar desde la bahía de Cádiz, al mando de tres carabelas cargadas de provisiones y bastimentos, para llevarlos a la isla de Santo Domingo, pero con la orden expresa de regresar cargado de oro.
Pero no tuvo suerte y al cabo de unos meses regreso a la bahía de Cádiz, cargado solamente con indígenas.
En el año de 1498, volvió a viajar con el almirante de las Indias, en su tercer viaje a ellas, regresando a los pocos meses.
A su llegada, pidió licencia a los Reyes, para efectuar descubrimientos por su cuenta, la cual le fue concedida, pero con la condición, de que no tocara en las tierras descubiertas por Colón.
Por lo que en el mes de mayo del año de 1499, se hizo a la mar desde Sanlúcar de Barrameda, con una carabela tripulada por treinta hombres.
A la que había conseguido armar, asociándose con un comerciante de la ciudad de Sevilla, por nombre don Luis de la Guerra, que puso como condición el viajar en la expedición, lo cual no fue un impedimento y se embarcó con Niño.
Cruzaron el océano y llegaron a las costas de Paria y Maracapana, y poco después al golfo de Ojeda, siendo en todos estos lugares bien recibidos por los indígenas.
Continuaron con su exploración y llegaron a las islas de Margarita, Coche y Cubaga, donde realizaron intercambios muy lucrativos, pues ellos daban objetos de rescate en la mar que portaban en los buques y a cambio recibían perlas.
Prosiguieron con su expedición, llegando a Cumaná, donde se repitió la historia, pues sus habitantes eran gentes muy pacíficas y utilizaban, para todos sus quehaceres cotidianos objetos de oro, lo que no les costó convencerlos de intercambiar objetos, por el preciado metal.
En éste lugar se informaron que los objetos de oro, procedían de un lugar llamado Canchito, por lo que se pusieron en marcha, embarcando y dirigiéndose a él, los indígenas les recibieron muy afablemente, pero al intentar hacer los rituales intercambios, éstos se negaron en redondo a ceder objetos de valor, esto propició el que se volvieran a sus buques.
No convencidos de no poder llegar a un acuerdo, intentaron otra vez desembarcar, pero se les vinieron encima unos diez mil indígenas, guerreros armados de piedras y flechas, lo que les termino de convencer y abandonaron el lugar.
Regresaron sobre sus aguas, llegando a Cumaná, allí lograron hacerse con algunos objetos más de mucho valor, por lo que aumento su riqueza.
Continuaron su exploración, llegando a la boca de Dragos y poco después a la punta de Araya, descubriendo en ella las famosas salinas, que rápidamente se convirtieron en una autentica fuente de vida.
Después de esto, decidieron regresar a España, llegando el día seis de septiembre del año de 1500, pero cometió el error de hacerlo en un puerto de Galicia, donde desembarcó su rico cargamento de oro, perlas y palo-brasil.
Al poco tiempo de su llegada, se le presentaron unos alguaciles en su casa y le prendieron, acusado de defraudar al estado, por haber ocultado perlas que se suponían pertenecían al tesoro, además de haber penetrado en los territorios pertenecientes al almirante de las Indias.
Por lo que le fueron confiscados una gran parte de todos sus bienes y fortuna personal, dejándole casi en la miseria y con lo justo para sobre vivir, como pago a cuenta de su supuesto fraude.
Aún continuaba el proceso abierto contra él, cuando le sobrevino el fallecimiento, por causas desconocidas, pero que conociéndole se puede asegurar, que fue por la pena de sentirse vigilado, y la pérdida de su honor o cuando menos mancillado, cuando nada había hecho para merecer aquel castigo.
Lo cual ocurrió en el año de 1505, contando con 36 años de edad y en lugar desconocido, provocado por el mutismo oficial por todo lo sucedido.
Bibliografía:
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