Hurtado de Corcuera y Alcivar, Pedro Biografia
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Biografía de don Pedro Hurtado de Corcuera y Alcívar
Jefe de escuadra de la Real Armada Española.
Gran Cruz de la Real y Muy Distinguida Órden Española de Carlos III, pensionada. 1830. Exp. 2.045.
Orígenes
Vino al mundo en la villa de Orduña en el Señorío de Vizcaya en 1779, siendo sus padres, don Emeterio Hurtado de Corcuera y de Herrera, y doña Manuela Alcívar y Aguirre.
Hoja de Servicios
Por su inclinación marinera pidió y se le otorgó Carta orden de guardiamarina sentando plaza en la Compañía del Departamento de Ferrol el 10 de enero de 1794. Expediente N.º 2.988.
Por su preparación previa aprobó con facilidad los exámenes, siéndole ordenado al año siguiente pasar embarcado a la fragata Flora, para realizar las practicas de mar, recibiendo orden de trasbordar al bergantín Pájaro y poco tiempo después recibió la de retornar a la anterior fragata, hasta ser firmada la Paz con Francia en 1795. Durante este tiempo estuvo siempre de guardacostas en las aguas del Cantábrico.
Al terminar la campaña naval regresó a Ferrol y aquí el 16 de octubre de 1795 se le ascendió al grado de alférez de fragata; al año siguiente trasbordó a la urca Regla, realizando un viaje a Santander transportando artillería para mejor resguardo del puerto y ciudad, permaneciendo a su bordo.
Hasta recibir la orden de trasbordar al navío Neptuno, zarpando con derrota a la bahía de Cádiz, quedando el buque asignado a la escuadra del general don Juan de Lángara, la cual esperaba la arribada de la escuadra francesa del almirante Richery, a la que prestaría su protección.
Zarpó la combinada con rumbo al Mediterráneo, arribando al puerto de Tolón y posteriormente al de Cartagena, al arribar se comisionó a su buque para trasportar tropas a San Roque, comisión cumplida a la perfección, quedando incorporado a la escuadra del general don José de Córdova, participando en el desafortunado combate del 14 de febrero de 1797, (Cabo de San Vicente) arribando a la bahía de Cádiz el 3 de marzo siguiente.
El navío estaba a las órdenes del jefe de escuadra don Domingo Nava, quien lo nombró su ayudante personal, pero al tener que pasar por el Consejo de Guerra se vió obligado a cesar, al ser declarado con todos los parabienes sin ninguna pérdida, Corcuera regresó a su puesto, al tomar el mando del buque el jefe de escuadra don Juan María de Villavicencio, lo confirmó en su cargo.
Con el bote del navío estuvo hostigando a la escuadra británica que bloqueaba la bahía de Cádiz, así mismo participó en la salida efectuada por la escuadra al mando del general don José de Mazarredo con rumbo al Mediterráneo, a causa de un fuerte temporal tuvo que arribar a Cartagena, incorporándose a la escuadra francesa del almirante Eustache Bruix, arribando a Cádiz y posteriormente al puerto francés de Brest, donde fondearon el 8 de agosto de 1799.
Encontrándose en el puerto recibió orden de trasbordar sucesivamente, al navío Príncipe de Asturias, Concepción y Guerrero, con éste quedó incorporado a la escuadra al mando de don Federico Gravina, unida a la francesa del almirante Villaret, cruzaron el océano con rumbo a la isla de Santo Domingo, donde los negros se habían sublevado, participando en las acciones de Guarico y el resto de ellas hasta quedar pacificada la isla.
Al quedar asegurada la isla, la escuadra española zarpó con rumbó al puerto de la Habana y desde aquí cruzó de nuevo el océano arribando a la bahía de Cádiz en el mes de mayo de 1802, al desembarcar su general se le dio orden de trasbordar al navío Asís, arribando al Arsenal de Ferrol y por ser desarmado el buque quedo forzosamente desembarcado.
Con fecha del 5 de octubre siguiente se le notificó su ascenso a alférez de navío, dándole una licencia desde el mes de noviembre del mismo año hasta junio de 1803, al incorporarse se le nombró ayudante de los guardiamarinas.
En el mes de septiembre se le ordeno embarcar en la corbeta Fuerte, zarpando con rumbo a Montevideo, a su llegada recibió la orden de trasbordar a la fragata Medea, permaneciendo hasta 1804, por serle ordenado trasbordar a la goleta Paz, buque encargado de la vigilancia del río de la Plata, realizando múltiples navegaciones como correspondía a un buque guardacostas, permaneciendo a su bordo ordenársele trasbordar al bergantín Ligero.
Se encontraba en el apostadero de Montevideo cuando fue atacado por los británicos el 20 de enero de 1807, con su división apoyó la retirada de las fuerzas españolas en el Cabo del Norte, gracias al vivo fuego que efectuó sobre los enemigos se pudo hacer ordenadamente.
El 26 al mando de una cañonera realizó fuego contra una batería en tierra, siendo tan certero que logró desmontarla. Al ser tomada Montevideo por los británicos en la madrugada del 3 de febrero se puso en camino a Buenos Aires, donde a su llegada se presentó al general don Santiago de Liniers, éste lo puso a sus órdenes directas.
Encontrándose en los combates que Liniers dio a los británicos el 2 de julio en los Misereres, continuando en los días 5 á 7 en la ofensiva de los españoles. Se le dio el mando de una cañonera y con ella junto a otras pasaron efectivos del ejército a los Paranas, para poder coger al ejército británico por el flanco Norte, consiguiéndose con ello la retirada de los enemigos.
Por Real gracia fueron todos los oficiales ascendidos por la victoria conseguida, por ello con fecha del 23 de noviembre siguiente se le ascendió al grado de teniente de fragata, con el ascenso se le otorgó el mando de la zumaca Aránzazu, zarpando con doscientos hombres a bordo al mando del capitán de fragata don José Posadas, internándose por el río Paraná hasta alcanzar la ciudad de Santa Fé donde desembarcaron.
Permaneció en este buque hasta principios de 1809 por serle otorgado el mando del bergantín Belén, siendo relevado el 28 de agosto, para tomar el mando interinamente de la Secretaría de la Comandancia General del apostadero de Montevideo, permaneciendo en su destino hasta recibir la Real orden de la Regencia, por ella se le confirmaba en el cargo con fecha del 26 de mayo de 1811 y se le añadía su ascenso al grado de teniente de navío, para permanecer en el mando el tiempo establecido.
Siendo nombrado por la Regencia como representante Real con la máxima autoridad en el apostadero, permaneciendo los años 1812 á 1814 en este cargo y al ser vencido el ejército Real, fue encarcelado en el mismo Montevideo durante 1815 y 1816 permaneciendo en esta situación.
Puesto en libertad recibió una Real orden con fecha del 22 de abril de 1817, siéndole ordenado ponerse al mando de una expedición de comerciantes, los cuales zarpaban desde Río de Janeiro con rumbo a las costas del continente africano para ser desembarcados, cumplida esta comisión debía regresar a la Habana, para ser remitido a la península en el primer buque que zarpase de éste apostadero, pero con la salvedad, de que durante este tiempo su trabajo no devengara haber alguno hasta no desembarcar en la península.
En 1818 se encontraba de nuevo en Río de Janeiro, a punto de embarcar con rumbo a la península, pero le llegó un oficio reservado del conde de Casa Flores, para viajar con rumbo a Londres para entregar unos pliegos cerrados a los embajadores españoles en las Cortes del Reino Unido de la Gran Bretaña, duque de San Carlos y Francia, duque de Fernán Núñez, regresando a Madrid lo antes posible para informar.
Al terminar su comisión llegó a la capital, siendo recibido por el Rey en presencia del conde de Casa Flores, por las notas que traía escritas por los embajadores más informes confidenciales, había cumplido exactamente con lo ordenado a plena satisfacción del Monarca, siéndole concedida una Real licencia para viajar a Bilbao.
Pero Corcuera estaba en el conocimiento de la preparación de la expedición a los mares del Sur, por ello pidió a S. M. le reservara un puesto en ella por ser un buen conocedor de aquellas costas y tierras. Como respuesta, recibió una Real orden con fecha del 5 de junio de 1819, en ella S. M., ordenaba se le otorgara el mando de un buque.
El 27 del mismo mes se presentó en el Arsenal de Cádiz, siéndole entregado el mando del bergantín Aquiles, zarpando con rumbo a Ferrol, pasando posteriormente por encargo Real a realizar dos comisiones en el Mediterráneo, al terminar con ellas arribó a la bahía de Cádiz, zarpando en un tornaviaje el 8 de agosto de 1820 con rumbo a Río de Janeiro y Montevideo para llevar pliegos reales, arribando a la bahía de Cádiz el 19 de marzo de 1821.
Recibió una Real orden con fecha del 14 de agosto, por ella el Rey le comunicaba el cese de su Real orden anterior, por ella se le entregaba el mando del bergantín que ya mandaba, desembarcando el 1 de septiembre siguiente, pero no le dejaron descansar, pues recibió otra Real orden del 29 de octubre continuo para incorporarse al Departamento de Ferrol.
Por otra Real orden del 20 de noviembre seguido, el Rey le concede cuatro meses de licencia para un viaje a Bilbao. Al terminar el plazo dado recibe una Real orden con fecha del 12 de febrero de 1823, siéndole otorgado el mando de la corbeta Descubierta, con destino a las islas Filipinas.
Así el 26 de febrero llega Cádiz y se le entrega el mando de la corbeta, comenzando los preparativos para el alistamiento del buque para tan larga travesía, estando en ello se le entrega fecha del 30 de junio una Real orden, siéndole comunicado que el Rey no puede ascenderle de momento, pero ha ordenado se le tenga en cuenta para en cuanto haya lugar se cumpla su decisión.
Estando en el alistamiento del buque enfermó, esta indisposición le llevó a pedir a S. M. le concediese una licencia para poderse recuperar, pues en su situación el viaje sería de mucho riesgo para todos incluido el buque. Recibiendo una Real orden con fecha del 12 de agosto, siendo separado del mando y la licencia para viajar a Madrid para su recuperación.
Y por otra Real orden del día 22 de septiembre siguiente, el Rey le notifica su nuevo destino como oficial del detall del Depósito Hidrográfico. Por Real orden del 25 de noviembre se le notifica, la concesión de otros cuatro meses para restablecerse de su salud.
Con fecha del 16 de febrero de 1824 es nombrado primer ayudante secretario de la Dirección General de la Armada interinamente. Con fecha del 11 de octubre del mismo año se le asciende al grado de capitán de fragata, al mismo tiempo, pasa a ser propietario del cargo anterior y con fecha del 21 de enero de 1825, se le nombra vocal de la Junta recientemente creada para verificar el estado y su posible solución del resguardo terrestre, y restablecer el marítimo, pero sin abandonar su puesto anterior.
Por Real orden del 29 de junio de 1826 se le entregaron los galones de capitán de navío, pero se le confirma en el ascenso anterior el 4 de febrero de 1827, siendo nombrado Comandante de marina de la provincia de San Sebastián, no pudo ocupar este puesto hasta dejar de pertenecer a la Secretaría de la Dirección General.
Por una Real orden del 13 de octubre de 1829, pasa a tomar el mando interinamente de la Mayoría General de Armada, hasta regresar su propietario.
Por Real orden del 2 de diciembre del mismo año, se le concede la Cruz pensionada de la Real y Muy Distinguida Orden Española de Carlos III y el 2 de febrero de 1830 se le cesa como Secretario de la Dirección General de la Armada, pero por haber sido nombrado por el Rey Vocal de la Junta Superior del Gobierno de la Armada, organismo que sucedía al anterior.
Por Real orden del 6 de junio de 1831 es ascendido al grado de brigadier y nombrado Comandante del Tercio Naval de Valencia, por otra R. O. del 28 siguiente, se le ordena pasar revista de inspección á las matriculas de Levante.
Llegó a Valencia y tomó posesión de su cargo, zarpando el 23 de julio con rumbo a Barcelona donde arribó el 26, comenzando su inspección el 31, terminando con la zona el 21 de agosto, zarpando el 23 seguido con rumbo al puerto de Palamós, para continuar el mandato Real.
Por Real orden del 25 de diciembre el Rey lo nombra Comandante del Tercio Naval de Barcelona, dando por finalizada su inspección el 6 de mayo del año 1832 en este Tercio, pasando a tomar posesión de su nuevo cargo el 8 de junio.
Al fallecer don Fernando VII con fecha del 29 de septiembre de 1833 se le nombró Comandante de la fuerzas navales en el apostadero de la ciudad Condal, pero no estuvo mucho tiempo, pues por Real orden del 16 de agosto de 1835, se le relevó de sus dos mandos anteriores, con la orden de pasar a la Villa y Corte a tomar residencia.
Pero él no estaba por esta labor de cortesano, así en cuanto tuvo ocasión regresó al mando activo de buques, consiguiéndolo al recibir el 27 de abril de 1840 la Real orden con su ascenso a jefe de escuadra, siéndole otorgada además la Gran Cruz de San Hermenegildo por tener cumplidos los requisitos de la orden.
Pero su ilusión no pudo cumplirla, pues no había salido de la Corte cuando le sobrevino el óbito el 23 de abril de 1841, cuando contaba con sesenta y cuatro años de edad de los que cuarenta y siete fueron de excelentes servicios a España.
Bibliografía:
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Paula Pavía, Francisco de.: Galería Biográfica de los Generales de Marina. Imprenta J. López. Madrid 1873.
Pesado Riccardi, Carlos.: Gutiérrez de la Concha. Una vida para el Rey. Ministerio de Defensa. Madrid, 2007.
Válgoma y Finestrat, Dalmiro de la. Barón de Válgoma.: Real Compañía de Guardia Marinas y Colegio Naval. Catálogo de pruebas de Caballeros aspirantes. Instituto Histórico de Marina. Madrid, 1944 a 1956. 7 Tomos.
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