Obregon Francos y de Landeras, Jose Ramon de Biografia
De Todoavante.es
Biografía de don José Ramón de Obregón Francos y de Landeras
Brigadier de la Real Armada Española.
Cruz de Caballero de la Real Orden Americana de Isabel La Católica.
Caballero de la Real y Militar Orden de San Hermenegildo.
Orígenes
Vino al mundo en el lugar de Molledo en el Valle de Iguña en la actual provincia de Santander en 1765, siendo sus padres don Isidro de Obregón Francos y de Terán, y doña María Teresa Landeras y Diez de Argueso.
Hoja de Servicios
Sentó plaza de guardiamarina en la Compañía del Departamento de Ferrol el 18 de diciembre de 1780, folio 142. Expediente N.º 2.625.
Al aprobar el examen teórico se le ordenó embarcar en comisión de guardacostas, al regreso de uno de sus cruceros se le notificó su ascenso del 22 de diciembre de 1782 a alférez de fragata, pasando a Cartagena donde realizó otras comisiones en corso, en 1783 a bordo de la fragata Nuestra Señora Carmen se le confió para dar al fuego dos escampavías moras refugiadas bajo la artillería de la fortaleza de Tetuán, cumpliendo con la comisión.
A su regreso a Cartagena en 1784 pasó a formar parte de la segunda expedición contra Argel al mando del general don Antonio Barceló, participando en todos los bombardeos sobre la capital de la regencia norteafricana.
Por Real orden del 4 de mayo de 1788 fue ascendido al grado de alférez de navío, siendo destinado al apostadero de la Habana, donde se le otorgó el mando de la goleta Defensa y posteriormente la balandra Alduides, con ellos permaneció cuatro años en constantes navegaciones, cayendo prisionero en un combate contra una unidad muy superior en porte.
Por Real orden del 1 de marzo de 1791 fue ascendido al grado de teniente de fragata, pasó como ayudante de la Mayoría General del Departamento de Cartagena.
Por Real orden del 1 de septiembre de 1796 fue ascendido al grado de teniente de navío y nombrado ayudante del Comandante del Arsenal de Ferrol, por Real orden del 17 de julio de 1804 se le otorgó el mando de la corbeta Don Francisco de Paula, zarpando en comisión de correo visitando los puertos de San Juan de Puerto Rico, Habana, Veracruz y Cartagena de Indias, al regresar a Ferrol fue comisionado en secreto, pasando a Vigo donde se le entregaron los pliegos, zarpando el 13 de diciembre de 1805 con destino a Montevideo.
Encontrándose en este apostadero fue atacado por los británicos al mando del comodoro Pohan, lograron sitiar la zona en enero de 1807 con seis mil efectivos, decididos a salir se le dió el mando de una fuerza de ciento cincuenta efectivos de los cuatrocientos en total disponibles, formando el ala izquierda del ataque, se mantuvo firme en su posición a pesar de haber retrocedido las otras dos formaciones, recibiendo la orden de retroceder, costándole muchas bajas por la abrumadora superioridad enemiga, entró de nuevo en Montevideo y le pego fuego a su corbeta, al rendirse sus jefes con otros oficiales y parte de sus fuerzas se refugiaron sobre la costa del Cerro, dirigiéndose a puntos de Uruguay, recuperados de fuerzas se pusieron en camino a Buenos Aires, donde se volvió a organizar una fuerza de cuatrocientos cincuenta efectivos, entregándole el mando de la primera compañía durante tres meses.
Al ser atacada Buenos Aires el 5 de julio de 1807, estuvo a las órdenes del capitán de navío Gutiérrez de la Concha, soportando el envite del muy superior enemigo en el Retiro, fue herido, pero permaneció en su puesto hasta la rendición, estando poco tiempo por ser vencidos los enemigos por el resto de fuerzas al mando del general Liniers, por ello más tarde se le entregó la Real orden del 29 de noviembre de 1807 con su ascenso al grado de capitán de fragata.
Al llegar la noticia de la invasión napoleónica de la península, arribó el brigadier don José Manuel de Goyeneche, con la comisión de ser jurado en aquellas tierras el rey don Fernando VII, siéndole encomendada un comisión especial, pero aun convaleciente no pudo efectuarla, a cambio cedió los sueldos no percibidos como ayuda a la lucha por la independencia de la península, cifra que ascendía a doscientos cincuenta y cinco mil reales de vellón.
Al producirse el levantamiento el 25 de mayo de 1810 en Buenos Aires no reconoció a la junta, viéndose obligado a regresar con otros oficiales a Montevideo, llegando junto al gobernador de la ciudad, donde desarmaron dos batallones por saber de su estima hacía los nuevos gobernantes.
Continuó en el apostadero donde en mayo de 1811 paso a formar parte de la Mayoría General, realizando el servicio de jefe de día, hasta la llegada del general Elío quien se hizo cargo de la gobernación, siendo destinado a mantener Maldonado y otros pueblos hasta el límite con el río Grande, frontera con la zona portuguesa de Brasil, permaneciendo durante siete meses en este cometido, de donde regresó por orden del Capitán general a Montevideo.
Unos meses después volvió comisionado a Maldonado para averiguar qué había ocurrido con la pérdida del navío mercante Salvador, pues transportaba al regimiento de infantería de Albuera, pero solo encontró a su coronel, varios oficiales y algo menos de un centenar de efectivos, con sus fuerzas recuperó parte de la artillería, fusiles, sables y mochilas regresando con todo ello a Montevideo.
Pocos días después volvió a ser atacada la plaza por los insurrectos, siendo nombrado primer ayudante del capitán general quien a la cabeza salió para enfrentarse en campo abierto a los enemigos, por lo contrario de la armas el General se vió obligado a firmar la rendición con condiciones, regresando a la plaza donde se echó a dormir, pero fue sacado por los insurgente que no respetaron las condiciones de la entrega, siendo conducido prisionero junto al resto de compañeros, al ser desarmados todos los efectivos les devolvieron la libertad, poco más tarde fueron llevados a la capital en calidad de prisioneros de guerra, permaneciendo tres meses hasta ser conducido de nuevo a Montevideo, no pudo por más que amenazar de muerte al gobernador de los insurrectos si alguien tocaba a su esposa e hija recién nacida y su hijo de corta edad.
No por ello dejo de sufrir los avatares de un prisionero de guerra, entre otros el impuesto fijado a su persona por sus bienes, teniendo que pagar una contribución de cuatrocientos mil duros, a la que no podía hacer frente, por ello le fueron embargados todos sus bienes, logró esconder a su hijo para que no fuera trasladado a Buenos Aires, al llegar el nuevo Alcalde, le pidió y concedió licencia para viajar con su hijo a Río de Janeiro, tenía ya arreglado el viaje en la polacra catalana Buenviaje, pero fue asaltada por una partida de incontrolados, por ello el Alcalde canceló todos los permisos de salida.
Por una casualidad los insurgentes encontraron el 2 de mayo de 1815 toda la correspondencia reservada llevada a su ida, por ello se le declaró prófugo, pues estaba condenado a muerte por un tribunal, al enterarse pudo salir de su casa, la cual minutos más tarde fue rodeada y entrando la registraron concienzudamente sin hallarle, se puso en camino y como a tres millas del puerto se encontraba fondeada la fragata de guerra británica Orpheus, se vistió como un marinero y pudo abordarla, la sorpresa fue que a bordo estaban otros compañeros con la misma guisa, los insurrectos se apercibieron de ello y reclamaron al capitán británico su entrega, negándose, permaneció 16 días en el buque, hasta poder pasar a una goleta británica quien los transportó con destino a Río de Janeiro, donde fondeó el 19 de junio de 1815.
No cejó por ello de servir a su patria, enviando cuantas noticias le llegaban de Buenos Aires o Montevideo, dando siempre datos de los buques, su número, tipo, cañones y destinos, permaneció en este servicio hasta poder regresar a la península y llegar a Madrid el 4 de julio de 1817, donde pasó por el Consejo de Guerra dando todas las explicaciones de lo sucedido, el Almirantazgo no tuvo por más que recomendar al Rey fuera tenido en cuenta en los primeros ascensos que se dieran, por la mucha ventaja sacada por sus méritos ganados en tan dura prueba.
Por Real orden del 4 de abril de 1819, ordena se le tenga presente con mando ó destino en cualquiera de las expediciones a formar para la reconquista de los territorios perdidos en ultramar.
Por Real orden del 26 de julio seguido se le otorga el mando de la fragata Mercurio, incorporada a la escuadra de don Francisco Maurelle estando en alistamiento en la bahía de Cádiz, el 24 de mayo de 1820 zarpó con rumbo al Mediterráneo, regresando a la bahía el siguiente 27 de junio. Por orden trasbordó el 23 de julio seguido al mando de la fragata Diana, con comisión de cruzar sobre los cabos de San Vicente y Santa María en protección del tráfico marítimo proveniente de ultramar, al regresar se le comisionó especialmente zarpando con rumbo al Mediterráneo, a su regreso por hacer agua el buque se vió forzado a entrar en Cartagena.
Por Real orden del 20 de octubre se le otorgó el mando del navío Guerrero, formando división con la fragata Perla y el bergantín Jasón, encontrándose aquí se le entregó la Real orden del 12 de noviembre de 1820 con su ascenso al grado de capitán de navío, zarpando con su fuerza el 2 de marzo de 1821 de Cartagena con rumbo a Nápoles, donde permaneció hasta la entrada de los austriacos, zarpando con rumbo a Mahón de donde salió para arribar el 11 de julio siguiente a Cartagena.
Recibió la orden del 18 de febrero de 1822 de pasar a Madrid, por ello entregó el mando de sus buques y se presentó en la capital.
Por Real orden del 24 de abril de 1824 se le nombró comandante de la fragata Iberia la cual se hallaba en construcción en Ferrol, donde le fue entregada la Real orden del 14 de julio de 1825 con su ascenso al grado de brigadier, falleciendo repentinamente el siguiente 24, cuando contaba con cincuenta y nueve años de edad, de ellos casi cuarenta y cinco de excelentes servicios.
Bibliografía:
Fernández Duro, Cesáreo.: La Armada Española desde la unión de los reinos de Castilla y Aragón. Est. Tipográfico «Sucesores de Rivadeneyra» 9 tomos. Madrid, 1895—1903.
Paula Pavía, Francisco de.: Galería Biográfica de los Generales de Marina. Imprenta J. López. Madrid, 1873.
Válgoma y Finestrat, Dalmiro de la. Barón de Válgoma.: Real Compañía de Guardia Marinas y Colegio Naval. Catálogo de pruebas de Caballeros aspirantes. Instituto Histórico de Marina. Madrid, 1944 a 1956. 7 Tomos.
VV. AA. Historia General de España y América. Ediciones Rialp. Madrid, 1985-1987. 19 tomos en 25 volúmenes.
Compilada por Todoavante ©