Gomez de Barreda y Prieto del Castillo, Antonio Biografia
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Biografía de don Antonio Gómez de Barreda y Prieto del Castillo
Jefe de escuadra de la Real Armada Española.
Orígenes
Vino al mundo en la población de Saro, en el valle de Carriedo en las montañas de Santander en 1750, siendo sus padres don Luis Gómez de Barreda y del Solar, y doña Manuela Prieto del Castillo y de Castillo.
Hoja de Servicio
Sentó plaza de guardiamarina el 11 de julio de 1766 en la Compañía del Departamento de Cádiz. Expediente N.º 995.
Aprobados los estudios teóricos se le ordenó embarcar el 5 de febrero de 1768 en el jabeque Atrevido, permaneciendo hasta el 15 de marzo por trasbordar a la fragata Santa Catalina, con ambos realizó los típicos cruceros entre los cabos de Santa María y San Vicente en protección del tráfico marítimo proveniente de ultramar.
Trasbordando al navío Dragón de la Flota de Nueva España al mando del marqués de Casa Tilly, zarpando de la bahía de Cádiz el 22 de diciembre de 1768 con destino a Veracruz, donde arribó el 26 de marzo de 1769, zarpando de la Habana el 4 de junio siguiente, fondeando en la bahía de Cádiz el 22 de julio seguido.
Al arribar se le notificó su ascenso a alférez de fragata con fecha del 15 de septiembre próximo pasado, recibiendo la orden de trasbordar el 23 de agosto siguiente al navío Santo Domingo, pasando a realizar el corso sobre el cabo de San Vicente, arribando a Ferrol donde quedó desembarcado en diciembre seguido.
Por Real orden del 11 de enero de 1773 se le ascendió al grado de alférez de navío, recibiendo la orden del 1 de abril siguiente de embarcar en la corbeta Atocha siendo transportado a Cartagena, por ser su Departamento de destino, desembarcando el 1 de junio, embarcando el 15 siguiente en el jabeque Gamo, zarpando en conserva del San Antonio en comisión de corso contra la regencia de Argel, en una de sus arribadas se le entregó la Real orden del 28 de abril de 1774 con su ascenso al grado de teniente de fragata, continuando en su comisión, estando en ello fue sitiada por los moros la ciudad de Melilla en septiembre de 1774, siendo comisionado para con la lancha del buque introducir en la ciudad los pertrechos de boca y guerra a pesar del fuego que se recibía, permaneciendo en su protección hasta poner fin al asedio en marzo de 1775.
Pasando a formar parte de la expedición contra Argel del mismo año, zarpando a finales de junio de la ciudad de Alicante, al mando del general don Pedro Castejón y el ejército del conde de O’Reilly, por una mala disposición no dio tiempo a formar la estacada en la zona de desembarco, ésta fue atacada por hasta doce mil jinetes moros que desbarataron todo intento de poder hacerse fuertes en tierra, obligando a los buques menores a acercarse todo lo posible para intentar frenar a la caballería enemiga, gracias a esta acción muy meritoria se pudo reembarcar a todo el ejército, incluidos los cuerpos de los caídos que fueron dos mil ochocientas siete bajas, incluidos doscientos dieciocho jefes y oficiales, fondeando de regreso en el puerto de partida el 10 de julio seguido.
Por orden del 30 de noviembre siguiente embarcó en el navío Velasco, arribando a la bahía de Cádiz, donde embarcó el general don Miguel Gastón, zarpando con su escuadra rumbo a Lisboa y poco después una recalada en las islas Terceras.
Se le entregó la Real orden del 28 de febrero de 1777 con su ascenso al grado de teniente de navío, y el 3 de marzo seguido se le ordenó embarcar en la urca Presentación, zarpando con pertrechos a Ferrol, recibiendo la orden de desembarcar el 15 de mayo siguiente.
Por orden del 15 de enero de 1778 embarcó en el navío San Pedro Apóstol con rumbo a Cádiz, quedando incorporado a la escuadra del general don Luis de Córdova, siendo destinado su buque a las órdenes del general subordinado don Miguel Gastón, zarpando aliada con la francesa al mando del conde d’Orvillers, con rumbo al canal de la Mancha para realizar la primera campaña, no encontraron enemigos, regresando a Brest de donde zarpó sola la española con rumbo a la bahía de Cádiz fondeando el 19 de noviembre seguido.
Permaneció hasta recibir la orden del 24 de enero de 1781 de trasbordar al navío San Rafael, realizando todas las campañas del general don Luis de Córdoba, como la segunda del canal de la Mancha, el gran asedio a Gibraltar, el apresamiento del gran convoy y el combate del cabo Espartel contra la escuadra del almirante Howe, siendo el que puso fin a la guerra al firmase el 20 de enero en Versalles el reconocimiento de la independencia de las trece colonias por parte del Reino Unido, naciendo los Estados Unidos de América. En el transcurso de todas estas operaciones, se le entregó la Real orden del 21 de diciembre de 1782 con su ascenso al grado de capitán de fragata.
Curiosamente desembarcó el 10 de abril de 1783 y no volvió a embarcar hasta recibir la orden del 15 de abril de 1789 por haber sido nombrado segundo comandante del navío San Dámaso, para trasladarlo a Cartagena de donde zarpó en comisión de corso sobre el cabo de San Vicente, permaneciendo a su bordo hasta recibir la orden del 4 de octubre de trasbordar al navío San Hermenegildo, pasando de nuevo a Ferrol donde quedó desembarcado el 30 de noviembre siguiente.
Recibió la orden del 12 de julio de 1791 de embarcar de segundo comandante en el navío Intrépido, participando en la evacuación de la plaza de Orán por haber sido arrasada por un terremoto en la noche del 8 al 9 de octubre de 1790, negándose el Gobierno a reconstruir toda sus defensas y por ello fue entregada al Bey de Mascara, encontrándose en esta comisión le fue entregada la Real orden del 17 de enero de 1792 con su ascenso al grado de capitán de navío, por ello desembarcó en Cartagena y por tierra se desplazó a su Departamento de Ferrol.
Se le otorgó el mando de la fragata Santa Teresa, zarpó el 1 de marzo en conserva de la Santa Catalina á las órdenes del capitán de navío don Diego Chogué, en comisión de corso y rumbo a la isla del Cuervo de las Terceras, para mantenerse a la espera de la llegada de buques procedentes de ultramar y darles resguardo hasta la bahía de Cádiz, comisión que terminó en octubre siguiente.
Zarpó con rumbo a Ferrol, pasando a Coruña para embarcar al regimiento Ultonia para transportarlo a Pasajes, al realizar el segundo viaje como consecuencia de un fuerte temporal recibió un fuerte golpe, quedando medio inútil de una pierna, por ello el 6 de marzo de 1794 quedó desembarcado.
Al recuperarse recibió la Real orden del 15 de septiembre de 1795 otorgándole el mando de la fragata Santa Leocadia, zarpando con rumbo a Pasajes junto a su división, formada por otras dos fragatas, tres urcas y cuatro bergantines, transportando con destino a Coruña las tropas de las milicias de Galicia, más los pertrechos de guerra utilizados contra Francia en la recién terminada guerra, al concluir la comisión regreso a Ferrol.
Zarpó de nuevo con su división de fragatas el 2 de febrero de 1796 con destino a Cádiz, donde se le comisionó para transportar tropas a las islas Afortunadas, al regresar a la bahía de Cádiz, le fueron incorporadas las corbetas Atrevida y Descubierta, dando la vela el 18 de octubre cargadas con azogue y rumbo a Montevideo.
Al arribar el virrey de Buenos Aires le ordenó realizase el corso por las costas de Brasil, Santa Catalina y el Mar del Plata, permaneciendo hasta el 10 de enero de 1799, por ser destinado con su fragata al Callao, donde arribó el 14 de marzo seguido, se presentó al virrey y le ordenó hiciera un reconocimiento sobre la isla de Santa Isabel perteneciente al archipiélago de las Galápagos, comisión realizada sin encontrar enemigos, a su regreso al puerto base fue cargado con artillería para ser transportada a los puertos de Arica y Pisco, al cumplir la orden regresó al puerto de salida en marzo de 1800.
En octubre seguido volvió a hacerse a la mar por orden del virrey, para practicar el corso y sobre todo la vigilancia de las costas de su virreinato, de pasó debía realizar un reconocimiento de toda la costa levantando planos hasta el actual Panamá, para ello embarcó el práctico mayor de aquellas costas, a pesar de ello al intentar entrar en la ensenada de Santa Elena varó el buque el 16 de noviembre siguiente, quedando hundido a tres brazas lo que facilitó ser recuperado todo, incluso parte de su madera.
Regresó al Callao donde informó de la pérdida del buque al virrey y se le facilitó embarcar de transporte en la fragata Santa Rufina, arribando el 30 de mayo de 1803 a la bahía de Cádiz, a su llegada se le formó el Consejo de Guerra pertinente, pero habiéndose recuperado todo incluida su artillería e ir acompañado por el práctico mayor de aquellas aguas, de nada se le pudo acusar, saliendo con todos los honores sin tacha en el veredicto; de hecho el peor parado fue el práctico, a pesar de las discrepancias en el tribunal, quien remitió el caso al Supremo Consejo de la Guerra, pero S. M., aprobó la resolución ya dictada.
A pesar de ello quedo desembarcado en el mismo Departamento, más tarde se le destinó a las baterías del Arsenal, donde dispuso los fuegos contra la escuadra francesa del almirante Rosilly, en los combates entre los días 9 á 14 de junio de 1808 dando como resultado la rendición de los ahora enemigos, convirtiéndose en la primera victoria sobre los napoleónicos.
Por Real orden del 28 de diciembre siguiente se le confió el mando del navío Héroe, uno de los capturados, estando a su mando por Real orden del 23 de febrero de 1809 se le ascendió al grado de brigadier, cesando en el buque el 31 de mayo siguiente por haber sido nombrado comandante del Arsenal de La Carraca, permaneciendo en su puesto hasta retirarse en 1812 las tropas napoleónicas, llegando su sustituto el 15 de julio de 1813, quedando disponible en el mismo Departamento.
Por Real orden del 14 de octubre de 1814 se le ascendió al grado de jefe de escuadra, permaneciendo sin mando en el Departamento, dándose el caso que el 26 de octubre de 1821, por ser el general más antiguo se hizo cargo de la Comandancia General del Departamento, en sustitución de don Jacinto Romarate, por tener que viajar a Madrid al haber sido nombrado Ministro de Marina, permaneciendo hasta serle entregada la Real orden de entregarlo al jefe de escuadra don Marcelo Spínola el 1 de febrero de 1822.
Volvió a tomar interinamente el puesto el 30 de diciembre de 1822, por fallecimiento de su propietario el teniente general don Pedro Ristory, permaneció hasta entregárselo al jefe de escuadra don Francisco de Paula Ossorio.
Continúo en San Fernando hasta sobrevenirle el fallecimiento por causas naturales el 19 de septiembre de 1826, cuando contaba con setenta y seis años de edad, y más de sesenta de excelentes servicios a España.
Bibliografía:
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