Fernando Poo y Annobon cedidas por Portugal 1777-1783
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1777 - 1783 Portugal cede las islas de Fernando Poo y Annobon
En 1777 don Francisco Delgado fue nombrado segundo de la fragata Catalina, con ella navegó hasta el Mar del Plata, encontrándose allí se firmó en San Ildefonso, el tratado preliminar de límites en la América meridional ajustado entre las coronas de España y Portugal, firmado el 1 de octubre seguido, siguiéndole el Tratado de amistad, garantía y comercio aceptado entre ambas coronas; y firmado en el Pardo el 24 de marzo de 1778, destacando en este segundo, el artículo n.º 13 por el que Portugal cede a España «…la isla de Annobon, en la costa de África… y la isla de Fernando Poo en el golfo de Guinea.»
Por darse la casualidad que el comandante de la Catalina don José Varela y Ulloa era un buen hidrógrafo, se le comunicó zarpara con rumbo a Fernando Poo, para tomar posesión de las islas, las reconociera y elevara un informe a S. M., por ello se le unieron dos buques más pequeños transportando a ciento cincuenta hombres, al mando del brigadier conde de Argelejos, zarpando del Mar del Plata el 7 de abril de 1778, con la intención de cruzar el océano, los vientos fueron contrarios y les costó sólo seis meses arribar, siendo el 21 de octubre cuando pudieron desembarcar algunos hombres en la isla, pero los naturales no quisieron cambiar de Rey ni de país, por ello presentaron combate, como el conde había fallecido en el viaje, la fuerza estaba al mando del coronel don Joaquín Primo de Rivera, quien con buen criterio no quiso enfrentarse a los naturales, dando la orden de retirarse a la isla de Santo Tomé a esperar instrucciones.
Las cuales recibió, pues se incorporó la fragata mercante Santiago, con colonos para las nuevas tierras, al mando del sargento mayor don Antonio José Eduardo, quien había zarpado de Santa Cruz de Tenerife, se reunieron y dieron la vela de nuevo rumbo a Fernando Poo, donde los colonos pronto fueron cayendo enfermos por las temperaturas ecuatoriales, por efecto de estas los alimentos se corrompían provocando una epidemia de fiebre africana, esto decidió a unos pocos soldados aún en pie a amotinarse para salvar sus vidas, pero el comandante se negaba a seguirles, por ello lo arrestaron en nombre del Rey, enterraron la artillería y sus municiones, abordaron la fragata Santiago dieron la vela y arrumbaron a Santo Tomé, de donde al recuperarse un poco volvieron a zarpar con rumbo a Montevideo, donde fondeando el 10 de febrero de 1783, quedando vivos sólo veintidós hombres de los ciento cincuenta iníciales.
La expedición no fue un total fracaso, pues durante el tiempo que permanecieron con la fragata mercante Catalina, don José de Varela y don Francisco Delgado, con sus observaciones y el bojeo de las costas elevaron una «Memoria» fijando la posición de las dos islas y las de El Príncipe y Santo Tomé, así como la del cabo López y el resto de ellos, para que los navegantes supieran en todo momento donde se encontraban, añadiendo una ligera idea de los vientos y corrientes, así cómo un cálculo aproximado de la población negra, terminando por ser de gran utilidad para la navegación. La fragata fondeo en la bahía de Cádiz el 6 de abril de 1779, sin haberse conseguido establecer una población de origen español.
Bibliografía:
Fernández Duro, Cesáreo.: La Armada Española desde la unión de los reinos de Castilla y Aragón. Est. Tipográfico «Sucesores de Rivadeneyra» 9 tomos. Madrid, 1895-1903.
Paula Pavía, Francisco de.: Galería Biográfica de los Generales de Marina. Imprenta J. López. Madrid, 1873.
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