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Combate Trafalgar reunión a bordo del navío Bucentaure
1805 — octubre — 8, navío Príncipe de Asturias, en Cádiz.
Oficio: Federico Gravina al Príncipe de la Paz. Sobre la salida inmediata a la mar de la escuadra combinada. Eleva el acta del consejo de guerra de generales celebrado a bordo del Bucentaure el mismo día.
AGMAB, Expediciones a Europa, leg. 211 (minuta): BRAH. Col. ECC, ms. 9/7444, carpeta H, n.º 25 (copia del acta en francés del consejo del día 8 que podría ser copia de la que tuviese Gravina en su poder); BRAH, Col. JPG, ms. 11/8313 d) y 11/8315 d) (copias), y 11/8315 b) (copia mecanografiada)
El oficio fue publicado en Marliani, págs. 363-365., y en PAG, t. II, págs. 753 y 754. Como el acta original española de la junta del día 8 no se ha encontrado en los archivos de la Armada, cabe considerar que tal versión española no existió, y la que Gravina elevó al Príncipe era un duplicado del acta en francés — desaparecida — que bien podía ser la transcrita en el doc. De la BRAH, Col. JPG, ms. 11/8315 d) Siguen a continuación el oficio que Villeneuve dirigió a Decrès traducido al español y a la versión original francesa del consejo del día 8 publicada en Desbrière, Trafalgar, anexos, págs. 97 y 98, y en PAG, t. II, págs. 748 – 750, del doc. conservado en los Archives de la Marine, Paris, BB4, 230, y colacionada con la copia del acta, de Emilio Croquer y la del doc. 11/8315 d) Se incluye también la traducción al español del acta, publicada por ACL, págs. 177 y 178. Finaliza la contestación del Príncipe (BRAH, Col. JPG, mss. 11/8313 d) y 11/8315 d) publicada en Marliani, págs. 366 y 367, y PAG, t. II pág. 755 del original que se conserva en el antiguo Archivo del Ministerio de Marina, de Madrid. Según la sig. BRAH, Col. JPG, ms. 11/8315 a) el original de todo este expediente se encontraba en una carpeta del Almirantazgo rotulada «Combate de Trafalgar. 1805 a 1808. Expediciones.» que se llevó al Archivo Central del Ministerio de Marina en 1850, actualmente en paradero desconocido.
«N.º 200. Sr. Generalísimo. En la mañana de ayer puso el almirante Villeneuve la señal de prepararse a dar la vela, la que se repitió inmediatamente en este navío de mi insignia, dando a consecuencia de esta prevención todas las órdenes para retirar desde luego de los apostaderos de Rota y Caleta, y sacar de los faluchos y barcos fletados las tripulaciones con que habían sido dotados, pertenecientes a los buques de esta escuadra de mi mando, reembarcar la tropa de artillería que había puesto en tierra para el servicio de sus baluartes y baterías, y tomando, por último, cuantas disposiciones y medidas creí conducentes para que por nuestra parte no se faltase al plan que parecía haberse propuesto el general francés.
Tales eran mis atenciones y cuidados, cuando por la tarde recibí una carta suya, cuya copia traducida incluyo adjunta, manifestándome los deseos (como V. E. se enterará por ella), de que concurriese yo en la mañana de este día, acompañado de los generales subalternos de esta escuadra de mi mando y de los tres comandantes más antiguos que yo quisiese nombrar, para asistir a una junta en que se debería tratar, no sólo de la elección del momento que se creyese más favorable para verificar la salida, sino también de los que pueden exigir las circunstancias en que se encuentra esta armada combinada respecto a las fuerzas enemigas que nos bloquean y sus designios. En efecto, he concurrido hoy a esta junta, y por la copia adjunta vendrá V. E. en conocimiento de los resuelto en ella sobre los puntos que se han discutido.
Dios guarde a V. E. muchos años. — Navío Príncipe de Asturias, al ancla en la bahía de Cádiz, a 8 de octubre de 1805. — Excmo. Sr. B. L. M. de V. E. su más atento y seguro servidor, Federico Gravina. — Excmo. Sr. Príncipe de la Paz.»
Oficio de Villeneuve a Decrès
«A bordo del navío del Emperador el Bucentaure, en la rada de Cádiz, el 16 vendimiario año XIV (8 octubre 1805)
Monseñor. En mi impaciencia por cumplir las órdenes del Emperador, y no considerando la fuerza del enemigo ni el estado de la mayoría de los navíos de la escuadra combinada, quise ayer aprovechar un viento bonancible del Este favorable para la salida de toda la Armada e hice la señal de preparase a dar la vela; pero habiendo refrescado mucho el viento y siendo contrario al rumbo que después debía hacerse, no pude realizar mi propósito.
No he podido, sin embargo, desentenderme (ferme l’oreille) de las consideraciones que todos hacían respecto de la inferioridad de nuestras fuerzas, comparadas con las del enemigo, que contaba de treinta y uno a treinta y tres navíos, de ellos ocho de tres puentes y gran número de fragatas, calificando la salida del puerto, en tales circunstancias, acto de desesperación que no convenía a ninguna de las dos naciones aliadas. Los navíos españoles Santa Ana, de 110 cañones, Rayo, de 100 y San Justo, de 74, no se hallaban en estado de combatir a poco de hacerse a la mar, siendo inevitable la batalla el mismo día de nuestra salida. Tampoco podía esperarse un resultado favorable con tripulaciones como las de nuestros navíos y especialmente las de los de S. M. C.
Deseo oír sobre el particular la opinión de todos los oficiales generales y de los capitanes más antiguos de las dos escuadras, congregándolos esta mañana a bordo del Bucentaure, y han consignado, sin la menor duda, su dictamen en acta adjunta, que tengo el honor de remitirle.
Daré, sin embargo, la vela en la primera circunstancia favorable, que pudiera quizá ofrecerse si la escuadra de Cartagena saliese para un crucero algo lejano (sobre el cabo Bon, por ejemplo) o marcharse directamente a Tolón con objeto de obligar al enemigo a dividir sus fuerzas; pero solamente la autoridad del Soberano podría ordenar semejante resolución. Lo mismo opina el almirante Gravina que me ha encargado se lo manifieste a V. E. y mientras llega la respuesta observaré el tiempo y los movimientos del enemigo. Suplico a V. E. asegure al Emperador la diligencia con que aprovecharé la primera ocasión favorable para el cumplimiento de sus órdenes.
Ruego a V. E. se digne aceptar el homenaje de mi respeto. Villeneuve.»
Copia del acta original francesa del consejo de guerra de generales celebrado a bordo del Bucentaure, el 8 de octubre de 1805.
Traducción al español del acta anterior.
(Lo de ‹acta anterior›, es porque está en el Corpus, en francés. La omitimos por disponer de la traducción al español)
«Hoy dieciséis de vendimiario del año XIV. Reunidos previa invitación del almirante Villeneuve a bordo del Bucentaure: El almirante Gravina, comandante en jefe de la escuadra española; el vicealmirante Álava, los jefes de escuadra Escaño y Cisneros y los brigadieres Macdonnell, Hore y Galiano; los contralmirantes Dumanoir y Magon, los capitanes de navío Cosmao, Maistral y Lavillegris, y el capitán de fragata Prigny, ayudante comandante de la Armada, al efecto de concertar los medios de partida y conocer la situación de los buques de la escuadra combinada desde el punto de vista militar. sic. El almirante Villeneuve ha hecho conocer, bajo secreto, que la intención de S. M. I. expresada en sus Instrucciones, era que la escuadra combinada diera a la vela a la primera ocasión favorable, y que donde quiera que encontrara al enemigo con fuerzas inferiores sic. lo atacase sin dudar, forzándole a una acción decisiva.
Seguidamente el Almirante ha comunicado las informaciones que obraban en su poder sobre las fuerzas del enemigo, así como la noticia del Embajador de España en Portugal y del Comisario de Tánger, así como de los vigías y barcos de la costa, resultando que, según unos, los enemigos tenían treinta y un navíos al menos, y según los otros, se hace subir este número hasta treinta y tres, de los cuales ocho son de tres puentes.
Después de esto, el almirante ha rogado a cada uno de los que integran esta conferencia, tengan a bien dar su opinión sobre las circunstancias en que se encuentra la escuadra combinada. Todos han reconocido que los navíos de las dos naciones aliadas están en su mayor parte mal armados, con tripulaciones poco aptas, que muchos de estos navíos no han podido aún ejercitar su personal en la vida marinera y que los navíos de tres puentes Santa Ana, el Rayo y el San Justo de 74 cañones, armados precipitadamente y apenas salidos del arsenal, pueden, en rigor, formar parte de la escuadra, pero no están en condiciones de rendir los servicios militares que serán susceptibles de prestar cuando estén completamente organizados.
Todas estas observaciones sobre el estado de la escuadra combinada han hecho reconocer unánimemente que la flota enemiga que se encuentra en estos parajes próximos es mucho más fuerte que la nuestra, la cual se encontrará además forzada a dar batalla en el momento desfavorable de una salida de puerto. Todos han estado de acuerdo que era necesario esperar la ocasión favorable de que se habla en las Instrucciones, la cual puede producirse porque el mal tiempo aleje a los enemigos de estos lugares, o por la obligación en que se encuentren de dividir las fuerzas de su escuadra para proteger su comercio en el Mediterráneo y sus convoyes que pueden verse amenazados por las escuadras de Cartagena y Tolón.
Pero a pesar de estas observaciones, los oficiales de las dos marinas han testimoniado el deseo que tendrán siempre de combatir al enemigo, cualquiera que sea su fuerza, en cuanto S. M. I. lo desee, y han invitado al almirante Villeneuve que se haga intérprete cerca de Ella para asegurarle su completa adhesión. Los almirantes han terminado esta conferencia renovando la orden de estar preparados para poder dar la vela a la primera señal sin perder momento.
Prigny, Galiano, Hore, Lavillegris, Maistral, Cosmao, Macdonnell, Cisneros, Magon, Escaño, Dumanoir Le Pelley, Álava, Gravina, Villeneuve. Copia conforme al original, Villeneuve (rubricado)»
Contestación del Príncipe
«Excmo. Sr.: Por los documentos que acompañan al oficio de V. E. n.º 200 de 8 de este mes, quedo enterado de que habiendo hecho el almirante Villeneuve es la mañana del día anterior, la señal de prepararse a dar la vela, la repitió V. E. a la escuadra de su mando, y seguidamente dio todas las providencias para la salida con la francesa, pero que habiendo solicitado después el mismo Villeneuve que concurriese V. E. con sus generales subalternos y los tres comandantes más antiguos a una junta de guerra, condescendió V. E. a esta propuesta y se tuvo la sesión a bordo del navío Bucentaure, quedando acordado que se tenga todo pronto para verificar la salida al primer momento favorable, teniendo por tal aquél en que los enemigos dividan sus fuerzas para dar protección a sus expediciones y comercio en el Mediterráneo. Esto es cabalmente lo que dije a V. E. en oficio de 8 de este mes, con que incluí la carta para el general Salcedo.
Dios guarde a V. E. muchos años. — San Lorenzo, 15 de octubre de 1805. — El Príncipe de la Paz (rubricado). — Sr. D. Federico Gravina. — Cádiz.»
Bibliografía:
Alcalá Galiano, Pelayo.: El Combate de Trafalgar. Instituto de Historia y Cultura Naval. Madrid, 2003. Facsímil de la edición del primer tomo en 1909 y el segundo en 1930.
González-Aller Hierro, José Ignacio. La Campaña de Trafalgar (1804-1805) Corpus Documental. Ministerio de Defensa. Madrid, 2004.
Lon Romeo, Eduardo.: Trafalgar (Papeles de la campaña de 1805). Excma. Diputación Provincial. Zaragoza, 2005. Facsímil.
Marliani, Manuel.: Combate de Trafalgar. Vindicación de la Armada Española. Impreso de Orden Superior. Madrid, 1850.
O’Scanlan, Timoteo.: Diccionario Marítimo Español. Museo Naval. Madrid, 1974. Facsímil publicado en el año de 1831.
Transcrito por Todoavante ©