Nuestra Senora de la Concepcion (1694)
De Todoavante.es
Revisión a fecha de 08:20 17 nov 2011; Blas de Lezo (Discusión | contribuciones)
Construido en 1692 en Guayaquil y entregado en 1694 para servir de nave almiranta de la Armada del Mar del Sur por orden del virrey Portocarrero, conde de Monclova, financiados por el Consulado del Comercio de Lima. Desplazaba 700 toneladas y estaba artillado con 36 cañones. Su nombre completo era Nuestra Señora de la Concepción,aunque más empleado fue el de Concepción. También mandó el virrey construir el galeón capitana Santísimo Sacramento, entregado a la Armada en 1693, y el patache Santa Cruz, de 18 cañones.
El 8 de junio de 1694 entra la almiranta en El Callao de Lima procedente de Guayaquil en conserva de la fragata San Miguel, segundo patache de la Armada. Los dos buques son sometidos a una reforma en 1724, en el que se cambió su aspecto externo, pero no se consiguió que dejaran de ser unas naves mediocres.
En 1724 zarpó rumbo a Panamá, llevando a bordo los situados de los presidios de Tierra Firme. A primeros de marzo de 1737 llegaron a Cartagena de Indias los últimos galeones al cargo de don Blas de Lezo. Realmente no era una auténtica Flota, sino unos cuantos buques de registro escoltados por dos buques de guerra. El 28 de junio de 1739 salió la Armada del Mar del Sur del Callao rumbo a Panamá, compuesta en esta ocasión por la almiranta Concepción el navío San Fermín, ambos al mando del almirante don Jacinto Segurola, para entregar los caudales, nueve millones de pesos, los cuales debían ser llevados a Portobelo, pero la feria no pudo celebrarse ese año al comenzar la guerra de Asiento con los británicos, quedando los caudales en Panamá.
Regresó la Armada a Guayaquil a mediados de 1740, cuando la guerra con los británicos había ya comenzado. El marqués de Villagarcía preparó la defensa de las plazas y las costas de Pacífico y se prepararon y alistaron los buques de guerra que había regresado de Panamá. Pero necesitaba un oficial acorde con la misión de interceptar cualquier buque enemigo en las costas del Pacífico. Contaba con un experimentado marino, don Pedro de Medranda, pero el virrey quiso complacer a los comerciantes de Perú, que habían ayudado con su dinero al equipamiento de los buques, y dio el mando de la escuadra al inepto Segurola. Segurola era un rico comerciante que se las daba de marino y repetidas veces se ofreció para mandar la escuadra. Finalmente el virrey accedió.