Tramontana patrullero

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Tramontana Yate



Construido por Hall Russell. Aberdeen. Escocia. Reino Unido, 1927.

Desplazamiento: 1.252 tn. Dimensiones: Eslora 64 por 10’50 de manga y 5’85 metros de calado. Máquina: alternativa de triple expansión, con 900 CV. Y dos calderas de 14 kg. Velocidad: máxima 11 nudos.

Bacaladero construido para PYSBE, muy marinero, se encontraba en Pasajes al producirse el alzamiento, saliendo con rumbo a Bilbao, al llegar quedo a la espera de órdenes, estas llegaron directamente del ministro de Marina y Aire, Indalecio Prieto, por ser necesario para sus planes que, algún buque se desplazara al Mediterráneo y cumplir misiones especiales, estas consistían en transportar partidas del oro, plata y otros valores robados en toda la España gubernamental, a Marsella como pago a Francia del material que éste país enviaba, para reforzar el existente y necesario para proseguir la guerra (obsérvese que muy pronto se tomaba la decisión de pagar y como sabemos alguna de estas partidas no fueron destinadas a ese fin lógico), para ello se nombró su comandante, al capitán de corbeta de la Reserva Naval D. Mariano Manresa, y de segundo al primer oficial de la mercante, con el grado de teniente de navío D. Isaac Echave, saliendo de su puerto el 29 de septiembre de 1936, con rumbo a Cartagena, logrando burlar el bloqueo nacional del Estrecho, arribando a la base naval gubernamental el 7 de octubre seguido.

Habiendo embarcado 250 cajas con un peso total de 17.750 kg., de oro, salió de Cartagena el 12 de octubre, (como se pude apreciar días antes de la consabida salida del Oro de Moscú, lo que indica claramente sus intenciones, mucho antes de observar resultados) navego siempre pegado a la costa, no saliendo nunca de las tres millas de aguas territoriales, entrando en Marsella el siguiente 17, desembarcado la carga y saliendo con rumbo a su puerto base.

De nuevo embarcó 748 cajas con un total de 55.700 kg., saliendo el 29 seguido, entrando en su puerto de destino el 2 de noviembre, una vez descargado regreso a su puerto de partida.

Embarco de nuevo otras 375 cajas con 28.125 kg., saliendo el 9 de diciembre con destino al mismo puerto francés, entrando de regreso en su puerto base el 13 siguiente, en este viaje fue escoltado por los destructores Almirante Antequera y Almirante Valdés hasta los Alfaques, donde pasaron a darle escolta los Gravina y Sánchez Barcáiztegui, dejándolo a salvo en el cabo de Creus, llegando sin peligro al puerto de Marsella, tras desembarcar la carga salió con rumbo a su puerto de origen. (Obsérvese que en el anterior llevando casi el doble del precioso metal, pero no llevó escolta, algo que llama la atención.)

No corresponde al buque, pero sabemos que el 5 de enero, salió un avión transportando 60 cajas, con 4.500 kilos y el mismo destino que el Tramontana.

Volvió a embarcar 315 cajas con 23.625 kg., saliendo el 10 de enero de 1937, dándole escolta los cruceros Libertad y Méndez Núñez, con los destructores, Almirante Antequera, Almirante Valdés, Gravina, Sánchez Barcáiztegui y Lepanto, hasta el mismo cabo citado, llegando el 14 seguido a Marsella, donde desembarco su preciada carga. No deja de ser notorio que la presencia en el Mediterráneo de los cruceros Canarias y Almirante Cervera, obligaba a darle escolta con cruceros, a pesar de ser las cargas transportadas casi igual o de menor peso que las anteriores.

Hay datos que a su vez se unen a los anteriores, ya que un tren (que sepamos, pero al parecer hubieron otros muchos) salió de Cartagena con muchas más cajas con oro y otras con billetes de moneda francesa, norteamericana y británica, al llegar a la frontera francesa igualmente, se trasladó la carga a camiones, el número exacto no es posible conocerlo, porque las distintas fuentes dan de 14 a 25 vehículos; junto a los transportados por el Tramontana', pero con anuencia de un mando de la gendarmería, la mayor parte de todos ellos pasaron a Suiza, donde al parecer se ingresaron en un banco, a un número que correspondía a un capitán de los guardias de asalto, quien por el año 1949 fue detenido en Madrid, por ello se supo del robo a su vez al mismo gobierno de Valencia, fue encarcelado en Alcalá de Henares y al saberse toda esta otra historia, paso por un consejo de guerra, siendo fusilado en marzo del mismo año, lo que no se pudo averiguar, es donde fueron a parar dos cajas que contenían billetes extranjeros, sobre todo dólares y libras esterlinas, pero fueron transportadas en el maletero de un Citroën. Alguien si debe saberlo…pero, no la historia.

Por un tiempo quedó atracado en Cartagena, hasta decidir el mando armarlo con un cañón de 101’6 m/m (del acorazado Jaime I) y una ametralladora, quedando preparado para su comisión, en julio de 1937 fue nombrado su comandante el teniente de navío D. Isaac Echave, en una de sus salidas al mar, el 14 de octubre de 1937 se encontraba frente a Salou, donde fue divisado por el submarino italiano Galileo Galilei, el cual como buque legionario Mola II, en ayuda de la escasa fuerza naval de los nacionales y nula en este tipo de buques, le lanzo tres torpedos, pero cometió el error de hacerlo en superficie, además de a mucha distancia, por ello ninguno de ellos llegó a dar en el deseado blanco, el Tramontana viró de rumbo y aumentó la velocidad al máximo, con la intención de abordar al submarino, éste pudo sumergirse a tiempo evitando el abordaje.

En abril de 1938, se le encomendó un nuevo transporte de plata, (se desconoce la cantidad, pero se sabe que en Banco de España, tenía una reserva de 4.000 tn.; no es exacta porque consistía en monedas anteriores de uso normal, desde las de 50 céntimos a 5 pesetas, así como anteriores de 8 reales) saliendo del puerto al anochecer del 15 de abril, las noticias no debían ser muy rápidas, porque al encontrase frente a Alicante, le dieron orden de entrar en el puerto, por saber que el mismo día de su salida la IV División de Navarra a las órdenes del general don Camilo Alonso Vega, había llegado al puerto de Vinaroz, dividiendo en dos la zona gubernamental, impidiéndole poder seguir viaje, por la segura presencia en ese punto de buques nacionales.

Quedó atracado en Alicante, donde trasbordó su carga a una unidad de la marina, quien sí la pudo desembarcar en Marsella; no tenemos datos de que buque pudo ser, si sabemos fue un destructor, pero hasta ahí.

Hay datos que se pierden, (es lo propio de estas comisiones, porque en sí eran secretas, y a buen seguro si el pueblo se entera de ello, otro gallo hubiera cantado) sabemos que fue destinado en julio seguido a la Flotilla de Vigilancia y Defensa Antisubmarina de la ciudad del Turia, Valencia, pero esto fue una forma más de enmascarar su verdadera misión, por saberse que continuo realizando viajes como a tal transporte de metales preciosos a Marsella, eso sí, ahora eran más largos por verse obligado a salir de aguas territoriales españolas y más peligrosos por la presencia de la escuadra y buques mercantes armados nacionales.

En otro viaje, fue divisado por la lancha torpedera nacional Badajoz, en la noche del 27 al 28 de julio, a la altura de Vinaroz-Castellón, esta le lanzo dos torpedos, con 25 minutos de separación, pero no logró acertar en su objetivo, viéndose a su vez imposibilitada de poder darle caza, y ello se complicó al no llevar medios de enlace con el resto de buques y sus jefes, para pasar la noticia del encuentro.

El 31 de agosto de 1938, fue nombrado su comandante el teniente de navío D. Manuel Hoyos Amenábar, quien estuvo al mando un mes, el 29 de septiembre de 1938 tomó el mando el alférez de navío D. Amadeo Uribe, quien prosiguió en el ya famoso transporte, pero en diciembre, fue uno de los elegidos para efectuar un desembarco de tropas en Motril, acción que pasó al olvido por la pronta llegada de tropas nacionales.

Tras los sucesos de Cartagena y viendo el próximo final de la guerra, parece que salió por última vez de Valencia, entre el 29 y 30 de marzo de 1939 transportando al Jefe de Gobierno de la República Sr. Negrín y varios ministros más otras personas a Marsella, de donde salió con otras personas a Orán, pero se le negó la entrada y pasó a Bizerta por estar refugiada la Flota gubernamental, quedando reunido con ella.

Al terminar el conflicto, la Flota fue recuperada por España, entre ellos este buque, al que después de ser desarmado en Matagorda, fue devuelto a su propietario.

Siempre que se habla de este tema del robo a España, se olvida mencionar dos cosas importantes; una que el Banco era privado, pero responsable de las reservas de España; segunda: El Banco tenía setenta y una sucursales en todo el país, al menos una en cada capital de provincia, pero otras en algunas poblaciones de cierta importancia, como: Alcoy, Algeciras, Antequera, Cabra, Calatayud, Cartagena, Don Benito, Haro, Játiva, Jerez, Larache, Linares, Melilla, Reus, Santiago de Compostela, Talavera, Tánger, Tetuán, Tortosa, Valdepeñas y Vigo, y en todas ellas había mayor o menor cantidad de reservas, todas fueron robadas, menos las que por las circunstancias cayeron en manos de los sublevados.

Las reservas totales de España en julio de 1936, consistían en algo más de 930 tn., pero sólo una parte eran lingotes, o sea, oro puro (fino) de 24 quilates, el resto eran monedas del mismo metal, pero éste siempre esta rebajado, llegando incluso a los 18 quilates, (éstas eran en su mayoría Dólares y Libras Esterlinas, y de casi todos los países del mundo, la mayor parte conseguidas por la venta de los motores Hispano Suiza para los aviones, armas, y munición durante la I G.M., a ambos bandos enfrentados, así como billetes de los mismo países, estos en su mayoría fueron Trasladados a Suiza).

Por el contrario las 4.000 tn., de plata en su mayoría eran monedas antiguas (entonces aun en vigor) de 5, 2 y 1 pesetas, más las de 50 céntimos, con una pureza de 900 milésimas, así como las antigua de 8, 4 y 2 Reales, y de 20 y 10 céntimos, sin olvidar el robo de las cajas privadas en este banco, en todas sus sucursales, pero de su contenido como es muy lógico no se tiene ningún dato exacto. Pero leyendo sobre el tema, si se sabe que en una apareció la corona de los Zares de Rusia, obviamente nada más se supo de ella, el autor dice que, lo más probable es que fueran desengarzadas las piedras y el oro fundido, para mejor venderlo como lingote.

A su vez también desaparecieron cientos de objetos de estos metales de las iglesias y de casas particulares asaltadas, pero sólo un dato nos puede dar una idea de hasta donde llego la barbarie: España entre 1939 y 1975, entregó a la iglesia, 300 mil millones de pesetas, para intentar devolverla a su estado anterior (en esto también entraba la reconstrucción de los edificios); cantidad contrastada con varios trabajos, algunos inéditos y no hay que dudar de ellos, porque quienes los tienen (no somos nosotros) no necesitan abultar para nada la realidad, por otra parte el nuevo Régimen lo oculto al pueblo español, evitando así males mayores.

Al cerrarse las cuentas con todos los países que enviaron materiales de guerra, combustible e incluso víveres, sólo Francia en una cuenta que se abrió en Mont de Marsan (en junio de 1936, desde éste momento a su vez por orden del Gobierno, se pagaba a otros países) reconoció haber recibido más de lo entregado, y por ello devolvió a España 40’229 tn., de oro fino.

Los sublevados sólo pudieron contar, con lo encontrado en la capitales y poblaciones que desde el principio se unieron al alzamiento, fue la única posibilidad de pagar los nacionales materiales en otros países, pues ninguno regalo nada, sólo al principio Italia ayudo sin cobrar, pero más tarde, tanto los cuatro destructores como los dos sumergibles, la cosa no salió muy barata, sobre todo por el mal estado de los de superficie.

Lo curioso fue que, conforme se iba avanzando por tierra y el dominio de la mar por parte gubernamental, no era efectivo, y sobre todo al terminar la campaña del Norte, se comenzó a recibir libras esterlinas por el hierro exportado, por ello el cambio de la peseta fue revalorizándose a favor de los nacionales, de forma que a finales de 1937, llegó a tener el valor la peseta nacional con respecto a la de la República de 1 a 10, por ello se iba acuñando moneda distinta a la oficial de Madrid, desde finales del mismo 1936 para diferenciar los billetes, llegando al final de la guerra con un valor de referencia inferior de 1 a 20 a favor de los nacionales.

En el caso concreto del yate Vita, donde se embarcó de todo, desde la colección de monedas del Banco de España (hay que insistir en que era una entidad privada y ellos también invertían a su vez para ganar dinero), lo robado en las cajas privadas (imposible de valorar), parte del resto de oro en las distintas sucursales, así como plata por toneladas y hasta cuadros del Prado, y de otros museos como el San Pio V de Valencia, todo ello fue transportado a México por Indalecio Prieto, donde éste mantuvo el gobierno de la República en el exilio, fue con el único país que no se pudo aclarar ni un céntimo, por la misma razón no se mantuvieron relaciones diplomáticas, hasta que en España, se llegó en 1978 a la democracia.

Pero esto tiene su gracia, porque ese país hispano, (quiera o no es así), desde que se instauro su democracia sigue en el poder el mismo partido y sólo un detalle muy del día a día, (por haberlo sabido de primera mano (voz)) si un policía te multa, lo cobra él, lo cual deja mucho que desear, y obliga a pensar si es una democracia. Sin más comentarios. Como siempre en una guerra, nadie gana, pero algunos se hacen ricos, a costa de la sangre vertida por otro.

==Bibliografía:== Para leer clicar sobre ella.

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