Cordova y de Rojas, Jose de Biografia
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José de Córdova y de Rojas Biografía
Capitán de navío de la Real Armada Española.
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Orígenes
Nacido el 6 de abril de 1774 en la isla de León, siendo sus padres don José de Córdova y Ramos, teniente general de la Real Armada y Cruz de la Real y Muy Distinguida Orden Española de Carlos III pensionada y doña María Julia de Rojas Espinosa Blanquet.
Recibió una esmerada educación, a los diez años de edad recibió la investidura de caballero de la Real Maestranza de Sevilla, como descendiente de los fundadores de éste distinguido cuerpo.
Hoja de Servicios
Solicitó y obtuvo carta-orden, para su ingresó en la Real Armada, sentando plaza de guardiamarina[1]en la Compañía del Departamento de Cádiz, el 28 de agosto de 1787 a la temprana edad de trece años.
Al terminar sus estudios teóricos en la Compañía, se le ordenó embarcar en el navío San Cristóbal, alias Bahama, siendo uno de los buques pertenecientes a la escuadra del general don Félix de Tejada, posteriormente embarco en diferentes buques, todos ellos destinados a combatir en corso contra las regencias norteafricanas.
A su regreso se le ordenó embarcar en el navío Asia, perteneciente a la división del jefe de escuadra Varela y Ulloa, realizando un viaje a Tierra Firme, al regresar se le ordenó desembarcar pasando a la Compañía.
En marzo de 1790, trasbordó a la fragata Santa Dorotea, perteneciente a la escuadra del general marqués de los Camachos, realizando con ella su tercera campaña de guardiamarina, practicando las evoluciones navales, tanto por el Mediterráneo como por el océano Atlántico, al regresar se le ordenó presentarse en la compañía, donde el 16 de mayo de 1790 fue ascendido a alférez de fragata.
La escuadra al mando del general don Francisco de Borja, zarpó el 26 de febrero de 1793 del puerto de Cartagena, con ella realizó toda la campaña de Cerdeña, participando en la toma de las islas de San Pedro y de San Antíoco, el apresamiento de la fragata francesa Hèléne y la quema de la Richmond, su viaje a Génova y posteriormente a Córcega, pasando a dar protección a los ejércitos napolitano y piamontés, sobre la ribera del Var, continuando hasta Niza y Villafranca, estando aquí se desató una epidemia por el mal estado de los víveres, obligando al general Borja a regresar a Cartagena, arribando entre los días 8 y 9 de agosto siguiente, donde fueron desembarcados más de tres mil hombres enfermos, su destino durante la campaña fue en el navío de tres puentes Conde de Regla como ayudante de órdenes de su general.
A mediados del mismo mes tomo el mando de la escuadra el general don Juan de Lángara, siéndole ordenado trasbordar al navío Reina Luisa, uniéndose a la británica del almirante Hood, con rumbo a Tolón, donde arribaron el 27 de agosto, desembarco la tropa y tomó el puerto, arsenal, fortalezas y plaza, de la escuadra británica entraron en él veintiún navío, de la española diecisiete y en su fondeadero se encontraban veintiuno franceses, más los que estaban en grada construyéndose, continuó reforzándose la plaza con nuevas unidades, entre ellos cuatro navíos napolitanos, al final eran más de dieciséis mil hombre el ejército desembarcado, habiendo tomado posiciones en los fuertes de Balaguer, Mulgrave y San Luis, que daban protección a la base. El almirante Hood dividió el mando de las fuerzas en tierra, inicialmente el jefe de todas ellas era don Federico Gravina, pero a éste le dejó solo las españolas, mientras el resto las puso al mando del general O’Hara, británico.
La plaza fue contraatacada por el ejército revolucionario francés compuesto por cuarenta y cinco mil hombres, estando al mando del general Dugommier y entre sus jefes un joven comandante de Artillería llamado Napoleón Bonaparte, comenzando el ataque el 17 de diciembre de 1793, fue tan duro que propicio fueran tomados los fuertes de Faraón, Malburque, Artiga, Malga y otros, obligando al ejército aliado a reembarcar, siendo dirigida esta maniobra con el mayor de los aciertos por el Mayor General de la Escuadra española, el general don Ignacio María de Álava, siendo de los últimos en embarcar el 19 siguiente, el almirante lord Hood dio la orden de quemar los buques franceses allí surtos o en construcción, orden cumplida por el capitán Sidney-Smith, quien dio al fuego veintidós navíos, ocho fragatas y otros veintisiete buques menores, logrando gracias a la velocidad que avanzaban los republicanos salvar alguno de ellos, la escuadra española arribó a Cartagena el 31 de diciembre siguiente.
Por Real orden del mes de enero de 1794 se le ascendió al grado de teniente de fragata, promoción realizada en la Armada por las acciones de Tolón, figurando en su hoja de servicios diecinueve acciones de guerra.
Estuvo también en la defensa de Rosas y el bloqueo de Santa Margarita, quedando desembarcado a su regreso con la escuadra al Arsenal de Cartagena el 30 de agosto de 1795.
Poco después se le otorgó el mando del bergantín Vigilante, del porte de 22 cañones, perteneciente a la escuadra del océano, al mando del general don José de Córdova, navegaba de aviso cuando zarpó de Cartagena el 1 de febrero de 1797 con rumbo al océano, sorprendiendo a la escuadra un duro temporal de Levante que al correrlo la arrastró hasta el cabo de San Vicente, amaneciendo desordenada en tres líneas inconexas, momento en que apareció la británica al mando del almirante John Jervis, comenzando un desigual combate el 14 de febrero siguiente, como resultado se perdieron los navíos San José y Salvador del Mundo, de 112 cañones y tres baterías, el San Nicolás, de 80 y San Isidro, de 74, ambos de dos baterías, regresando los demás a la bahía de Cádiz el 3 de marzo continuo.
Tomó el mando de la escuadra el general don José de Mazarredo, quien le otorgó el mando del bergantín Vivo, permaneciendo en la bahía bloqueados por la escuadra británica al mando del vicealmirante Nelson, hasta el día 5 de febrero que cesó a causa de un fuerte temporal, momento aprovechado por el general al mando de la española compuesta por veintidós navíos y dos fragatas, para perseguirla pero sin poderle dar alcance, decidiendo regresar a la bahía, fondeando el 13 siguiente.
El 13 de mayo de 1799, realizó su segunda salida la escuadra del Océano al mando del general don José de Mazarredo con rumbo al Mediterráneo, para reunirse en el Arsenal de Cartagena con la francesa al mando del almirante Eustache Bruix, reunidas pusieron rumbo al sur, pasaron el Estrecho y remontaron el océano Atlántico hasta llegar a Brest, donde fondearon ambas escuadra el 8 de agosto siguiente, el 19 encontrándose fondeado enfermó regresando a España por tierra.
El 24 de abril de 1800, restablecido, se presentó en el Departamento de Cádiz, donde se le otorgó el mando de la cañonera número 4, del apostadero de Puerta Sevilla, destinado a realizar servicios de escolta a buques mercantes.
En 1801 fue destinado al apostadero de Montevideo, se le entregó la Real orden del mes de octubre de 1802, con su ascenso al grado de teniente de fragata, se le otorgó el mando de la Astrea, trasladando a toda su familia, a su arribada a Montevideo, se le destino a las fuerzas sutiles estacionadas en el Río de la Plata.
En el mes de mayo de 1804, estando en este apostadero se le dio el mando de la goleta Paz, de 8 cañones; con ella realizó presas de buques británicos, teniendo un combate contra dos corsarios a los que venció, por sus merecimientos en esta acción, su jefe lo recomendó para un ascenso.
El 27 de junio de 1806 se recibieron en Montevideo las noticias de la toma, por parte de los británicos de la ciudad de Buenos Aires, fue Córdova el primero en proponer la reconquista, exponiendo un plan, siendo el brigadier Huidobro, comandante general de marina quien se lo aceptó.
Al poco llegó don Santiago de Liniers, quien tomó el mando del ejército alistado y el 25 de julio, en plena estación de las lluvias, se dirigió por tierra bordeando el estuario llevando a Córdova como mayor general.
Tomando la importante parte correspondiente a su cargo en los combates, como consecuencia de ellos se produjo la rendición de los británicos el 12 de agosto, pero fue herido gravemente, recuperado prosiguió en su cargo de mayor general, ocupándose de la recluta y organización del ejército ordenado poner en pie de guerra el general Liniers, en previsión de un nuevo ataque.
El 2 de febrero de 1807 los británicos regresaron con más tropas y buques tomando Buenos Aires, Liniers organizó inmediatamente una expedición de reconquista, llevando a Córdova como mayor general, en el ataque a esta plaza por parte de los británicos al mando del general Whitelocke, se encontró en la defensa de la posición de Retiro, donde se hallaba el parque de artillería, en ella volvió a distinguirse, pero también resultó herido, sufriendo los británicos un nuevo fracaso, pues Liniers al firmar la tregua puso como condición que no regresaran para intentar tomar la ciudad, al menos durante el transcurso de la guerra, siendo esta condición aceptada por el británico.
Por su comportamiento en la toma de Buenos Aires, fue ascendido por Real orden del 24 de febrero de 1807 al grado de teniente de navío.
Por los méritos contraídos en la acción de Montevideo fue ascendido por Real orden del 23 de noviembre de 1807 al grado de capitán de fragata.
Al finales de 1808, al hacer entrega del mando por parte de Liniers a la Audiencia, produjo un descontento y alboroto popular, se presentó a Liniers ofreciéndose para pacificar a las masas populares, Córdova intervino muy activamente en la vuelta del virrey, siendo la acción que terminó por templar los ánimos.
Siendo virrey el general Hidalgo de Cisneros, a fines del mes de mayo de 1809, tuvo lugar la sublevación de Chuquisaca, organizándose una columna de tropas puestas al mando del general Nieto, para realizar la marcha contra la provincia de Charcas, nombrando el general a Córdova cuartelmaestre de la expedición.
Una circunstancia que se dio durante toda su vida militar, fue que siempre estuvo al frente de mandos superiores al grado que ostentaba.
El 25 de mayo de 1810 fue depuesto el virrey, por orden del de Lima, pues se había producido una revolución, por no estar de acuerdo la población con las decisiones de éste, enviándose al general Nieto contra los sublevados del Río de la Plata.
Córdova esta al mando de la vanguardia, compuesta por unos dos mil quinientos hombres, en su mayoría del país, en la acción de Cotagaita vencieron a Balcarce causándole grandes pérdidas y forzándole a retirarse a Tupisa, pero fueron reforzados los de Buenos Aires con tropas llegadas de Jujuy y de otros puntos, por ello se produjo otro combate a las orillas del río Suipacha, teniendo lugar el 17 de noviembre y también contra Balcarce, al enterarse los soldados de Córdova del sacrificio de los europeos que cayeron en el primer choque, se pasaron al enemigo.
Los pocos que quedaron intentaron reunirse con el general Goyeneche, pero fueron siendo capturados por las patrullas enemigas que eran dueñas de los caminos, entre ellos fue hecho prisionero Córdova y conducido por Balcarce a Potosí, siendo encerrado en un calabozo, junto con el general Nieto y el intendente Sanz.
El doctor Castelli, quien acompañaba a las tropas como representante de la Junta de Buenos Aires, al ser consultado sobre el destino que debían correr los prisioneros, según él, cumpliendo órdenes de la Junta, ordenó fueran fusilados.
Sentencia cumplida el 14 de diciembre de 1810, en la plaza de Potosí y con ensañamiento, pues no contentos con haberles fusilado, los cadáveres de los infortunados fueron suspendidos de una horca.
Fue asesinado con el grado de capitán de fragata, siendo ascendido póstumamente al de capitán de navío.
Notas
- ↑ Dada la escasez de iconografía con uniforme de guardiamarina y pensando en los amantes a la uniformología, aprovechando que el Ebro pasa por Murcia hemos pensado y por ello subido la de don José de Córdova. Deseando guste a algunos. A todos es imposible complacer.
Bibliografía:
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