Aguirre, Pablo Agustin de Biografia

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Pablo Agustín de Aguirre Biografía

Capitán de navío de la Real Armada Española.

Orígenes

Vino al mundo en la ciudad de San Sebastián por 1697.

Hoja de Servicios

Como costumbre en la época comenzó su carrera muy joven sirviendo en las Flotas de Nueva España, en una época de escasez de medios que agudizo mucho los sentidos de los marinos de esta etapa.

Su valeroso comportamiento y mente ágil le permitió alcanzar el grado de capitán de mar y guerra, llegando a obtener el mando de algunos bajeles de las Flotas.

La falta de mandos capaces (por causar baja muchos a la llegada del nuevo monarca y ponerse en marcha la compañía de guardiamarinas de Cádiz en 1717, causó esa merma importante) por ello se le extendió la Real orden con fecha del 14 de diciembre de 1727, quedando incorporado en la Corporación con el grado de teniente de navío, permaneciendo en su destino anterior de las Flotas.

Al regresar se le ordenó el 4 de diciembre de 1728 presentarse para formar parte de la dotación del navío Andalucía que se construía en La Carraca, al ser alistado el buque zarpó fondeando el 6 de febrero de 1730 en la bahía de Cádiz.

Paso al Mediterráneo formando parte de la escuadra del teniente general don Francisco Cornejo y á su regreso á Cádiz por desarme del mencionado navío, desembarcó en 14 de noviembre, al mes siguiente fue ascendido al grado de capitán de fragata.

Por Real orden del 18 de febrero de 1731 se le otorga el mando del navío Castilla, tomándolo efectivo el 23 siguiente, quedando incorporado a la escuadra de seis navíos del jefe de escuadra don Miguel de Sada y Antillón, conde de Clavijo, zarpando de Cádiz el 28 de abril seguido, comisionada para combatir el corso en el Mediterráneo, después de permanecer en la mar sesenta y cinco días arribó de regreso a Cartagena, reabastecidos los buques volvió a hacerse a la mar con rumbo a cruzar sobre los cabos de Santa María y San Vicente a la espera de la Flota de azogues del general don Rodrigo de Torres, al avistarse le dieron escolta hasta entrar en la bahía de Cádiz el 14 de julio seguido.

El buque quedó incorporado a la escuadra fuerte a las órdenes del marqués de Mari, compuesta por dieciocho navíos, cuatro fragatas y dos avisos, más las siete galeras de España al mando de don Miguel Reggio, uniéndose en Barcelona donde embarcó el ejército formado por siete mil quinientos efectivos al mando del general conde de Charny, junto a la británica al mando del almirante Wager con doce navíos, dos fragatas y dos avisos, quedando en total formada por noventa y seis velas, con destino a la conquista de los territorios ocupados por los austriacos por el tratado de Utrech, desembarcando en el puerto de Livorno (Liorna) para conquistar la Toscana, Parma y Plasencia para el infante de España don Carlos, quien conformaría el reino de las Dos Sicilias como Carlos VII y más tarde sería don Carlos III de España.

Una vez efectuado el desembarco parte de la escuadra regreso a otras comisiones, entre ellos el Castilla, por ser comisionado como transporte de tropas entre Alicante y Barcelona, así como viajes para el reemplazo de fuerzas en las plazas de Canarias, Ceuta y Melilla, regresando a la bahía de Cádiz el 15 de enero de 1732, entregando el mando del buque a su sucesor don Juan José Navarro en mayo siguiente, quedando desembarcado.

Por Real orden de 4 de junio seguido se le otorga el mando del navío Infante, incorporándose en Alicante a la escuadra del general don Francisco Cornejo, compuesta por veintidós navíos y cuatro fragatas, más siete galeras de España, dando escolta a quinientos ochenta y cuatro mercantes, transportando al ejército del duque de Montemar formado por veintiséis mil hombres, con la comisión de reconquistar la plaza de Orán.

Comenzaron a zarpa el 15 de junio continuo, sufriendo un temporal que les retraso pero no causó pérdida alguna, consiguiendo lanzar las anclas frente a la plaza el 23 seguido, al amanecer del día siguiente se llevo a cabo el desembarco con poca oposición, pues el bosque de árboles presagiaba algo muy importante causando gran desconcierto entre los moros, efectivamente los cientos de botes proa a la playa provocó el pánico en parte de los enemigos, intentaron reaccionar pero el fuego tan certero de las galeras les impidió poder formar sus unidades, al llegar a poner pie en tierra los españoles prácticamente se dieron a la fuga, aunque aprovechando la noche intentaron algunos golpes de mano, pero al quinto día huyeron a las montañas próximas, de hecho al entrar en la fortaleza no se disparó un solo tiro, terminando por reconquistar la plaza de Mazalquivir cercana a Orán.

El 1 de agosto finalizada la reconstrucción de la fortaleza de Mazalquivir el general Cornejo dio orden de zarpar, arribando a Málaga donde se desembarcó parte de las fuerzas, pasando a Alicante dejando más efectivos y por último a Barcelona devolviendo a sus hombres, por ello no regresó la escuadra a la bahía de Cádiz hasta el 2 de septiembre siguiente.

Se le ordenó cruzar el océano a primeros de 1733, con destino a la Habana para reforzar la escolta de la Flota de Nueva España al mando del jefe de escuadra don Rodrigo Torres, al arribar ésta de Veracruz se puso a las órdenes de su general, zarpando el 13 de julio, el 15 se encontraban sobre Cayo Largo, en el canal de Bahama cuando en pocas horas de desató un fuerte temporal que casi hizo desaparecer a toda la Flota y escuadra, pues de cuatro navíos, se salvaron dos y de dieciocho mercantes solo uno de irse a pique o destrozados sobre las rocas. El Infante se perdió y parte de su gente junto a su comandante pudieron arribar de nuevo a la Habana en el bote del navío.

Zarparon de la Habana varios buques con buzos, logrando recuperar todo lo que se encontraba a la vista, por estar los buques destrozados sobre los escollos, a los cuales una vez realizado el rescate se les prendió fuego para no dejar rastro del suceso.

Por orden del capitán general de la isla, se le otorgó el mando del recién terminado en el mismo astillero de la Habana el navío Europa, aprovechándose para su pronta terminación varios materiales del Rubí encallado en el temporal anterior, zarparon a las órdenes de don Rodrigo Torres cuatro navíos y dos mercantes transportando los recuperado del anterior naufragio, fondeando en la bahía de Cádiz el 17 de junio de 1734.

Por Real orden del 20 de agosto siguiente se le otorga el mando del navío Reina permaneciendo a su mando hasta el 16 de septiembre siguiente por serle otorgado el del Santa Teresa, pero no lo hizo solo, pues junto a su comandante trasbordó toda su dotación incluidos sus oficiales, una gran muestra de aprecio y respeto mutuo, zarpó dando escolta a un convoy con destino a Nápoles, arribando de regreso a la bahía de Cádiz a finales del mismo año.

Pasó destinado al departamento de Ferrol donde continuó prestando sus servicios, hasta que en 1737 se le otorgó el mando del navío Príncipe, siendo comisionado a transportar materiales entre Santander y su arsenal de destino, zarpando en varias ocasiones como guardacostas del Cantábrico, permaneciendo en estas comisiones hasta 1738, por serle otorgado el mando del navío Princesa, pasados unos meses por estar en paz, se le ordenó desembarcar por pasar a desarme el navío.

Por el problema del Asiento (comercio limitado) a los mercantes británicos en tierras de América, el parlamento obligó a declarar la guerra a su Gobierno el 20 de agosto de 1739, siendo ratificado por el Rey de España en 30 de octubre siguiente.

Por esta razón comenzó un nuevo armamento, siéndole otorgado a Aguirre de nuevo el mando del Princesa en enero de 1740, siendo incorporado a la escuadra el don José Alonso Pizarro compuesta por el navío Guipúzcoa, de 74 cañones, Asia y Princesa, de 64, Hermione, de 54 y las fragatas Esperanza, de 50 y San Esteban, de 40, zarpó el 9 de abril de 1740 con rumbo al cabo de Hornos en persecución de la británica del almirante Rodney, el buque no estaba en muy buenas condiciones, tanto que a unas doscientas millas mar adentro de Ferrol de donde había dado la vela, se vio obligado a comunicar a su general le era imposible proseguir, pues estaba haciendo mucha agua y a pesar del esfuerzo las bombas no sacaban toda la que entraba, no siendo factible poder llegar a cruzar el océano, se le autorizó y recomendó que no regresara por el mismo rumbo y que lo variara constantemente para evitar encontrase con las diferentes divisiones británicas, cumpliendo a la perfección la orden, consiguiendo llegar a unas treinta millas de Ferrol, mientras intentaban arribar pasaron un duro temporal que agravó su situación, por sus efectos fue arrancado el mastelero mayor cayendo a la mar, fracturado el mesana y el palo mayor a su vez partido por su centro cayó sobre cubierta, destrozando la mayor parte de la jarcia y por ello quedaron flojos todos los cables del resto del buque impidiéndole maniobrar, pudiéndolo hacer al ir orientando constantemente las velas buscando los vientos largos y flojos para evitar dar machetazos en la mar que lo terminaran de desarbolar, encontrándose en muy malas condiciones para entablar combate, estando en esta desfavorable situación e intentando reparar algo la arboladura, fue descubierto por una de estas divisiones el 18 de abril a la vista del cabo Prior.

Era la compuesta por los navíos británicos Lenox, al mando del capitán Colvill Maine, insignia de la división, Kent, al mando de Durrs y Oxford, al del capitán Fitirs, siendo todos ellos del porte de 70 cañones, pudiendo darle alcance el 19 siguiente, cuando sobre las ocho de la mañana el insignia se colocó a su costado, comenzando a los pocos minutos el combate, éste se llevó la peor parte dado que en poco tiempo y al no estar doblado el español lo desarboló por completo, al ir a separarse llegó el Kent, quien soportó más hasta la llegada del Oxford, pero el anterior al ver que éste se incorporaba se alejó del fuego, prácticamente huyendo pues se encontraba muy castigado y en muy mal estado, solo la llegada del último obligó al Princesa después de un intercambio de fuego a rendirse, a pesar de la gran moral de toda la dotación, pero la razón se tuvo que imponer pues sencillamente se habían quedado sin pólvora y contados proyectiles, teniendo lugar sobre las veintidós horas, durando por ello el enfrentamiento catorce largas horas sin descanso.

Las bajas del español fueron de setenta muertos, entre ellos el alférez de navío don Pedro Novela de los Cameros y Espínola, más ochenta heridos entre ellos su comandante. Sobre las bajas británicas la de siempre, pues solo dan en total 40 heridos sin muertos, por lo leído los daños en el primer y segundo navío enemigo solo debieron ser estructurales.

Fue abordado por una dotación de presa del navío Oxford y conducido a Portmouth donde arribaron el 9 de mayo (veinte días para arribar, lo que dice y no poco del estado de los buques) permaneciendo tres años en un estado de privaciones total, pues todos los españoles perdieron sus equipajes en el combate y los británicos no se comportaron como tantas veces quieren dejar ver, solo con don Pablo Agustín de Aguirre, capitán de fragata y comandante del navío, recibió mejor trato por estar herido, (suponemos que por ser el comandante, pues heridos eran muchos más) siendo atendido en la casa de campo de los duques de Richiman.

Al ser canjeados en 1743 y regresar a Ferrol se le entregó la Real orden del 10 de agosto de 1740 con el ascenso al grado de capitán de navío y nombrado Capitán de la Compañía de Guardiamarinas de Cádiz.

Destino que no ocupo por seguir sin curarse de sus heridas en el combate, siéndole concedida una licencia para pasar a su casa en San Sebastián y terminar de recuperarse, esto no sucedió, muriendo en 1745.

Bibliografía:

1740 Combate del navío Princesa 19 / IV. www.todoavante.es

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Fernández Duro, Cesáreo.: La Armada Española desde la unión de los reinos de Castilla y Aragón. Est. Tipográfico «Sucesores de Rivadeneyra» 9 tomos. Madrid, 1895—1903.

Guardia, Ricardo de la.: Notas para un Cronicón de la Marina Militar de España. Anales de trece siglos de historia de la marina. El Correo Gallego. 1914.

Historial del navío Castilla. www.todoavante.es

Historial del navío Infante. www.todoavante.es

Historial del navío Princesa. www.todoavante.es

Historial del navío Príncipe. www.todoavante.es

Historial del navío Reina. www.todoavante.es

Historial del navío Santa Teresa. www.todoavante.es

Quintero González, José.: El Arsenal de la Carraca (1717-1736) Ministerio de Defensa. Instituto de Historia y Cultura Naval. Madrid, 2000.

Rodríguez González, Agustín Ramón.: Otras victorias por mar de los Españoles. Sekotia. S.L. Madrid, 2013.

Válgoma y Finestrat, Dalmiro de la. Barón de Válgoma.: Real Compañía de Guardia Marinas y Colegio Naval. Catálogo de pruebas de Caballeros aspirantes. Instituto Histórico de Marina. Madrid, 1944 a 1956. 7 Tomos.

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